Sintetizadores

MBC1 MIDI Breath Controller: un soplo de vida

Aprovechamos la llegada de un nuevo breath controller al mercado para presentar el interés y algunas recomendaciones sobre el uso de este tipo de control. ¿Listo para insuflar un nuevo aire a tus solos y fraseos? Un poco de entrenamiento en las artes del soplar y algún retoque de los sonidos de tus sintes no te los quita nadie, pero a cambio la expresividad se dispara con sistemas como este MBC1 de Sevilla Soft.

El vídeo que he preparado es principalmente demostrativo y de ejemplos. Para los detalles y explicaciones sobre MBC1, no dejéis de leer el artículo.

Por qué un Breath Control

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Básicamente porque, como dijo mi hija al probarlo: ‘Papá, mola’. Tiene 7 años, estudia piano y no toca instrumentos de viento, así que le sorprendía eso de necesitar soplar para que sonara algo.

Ganar en expresividad es el objetivo de todo breath controller. Es claro que un EWI propiamente dicho, con sus llaves y embocadura, y que exige una digitación que facilita los giros y adornos propios del instrumento, conseguirá unos inigualables fraseos de viento, pero para usarlos hay que aprender a tocarlos conociendo la técnica de un saxo, clarinete o semejantes.

A medio camino, pero aún así muy atractivo un Breath Control aporta el uso de la intensidad del soplo para controlar instrumentos MIDI.

Las manos de un teclista tienen ya demasiadas cosas que atender. Además ni los controles habituales como ruedas, faders, y pots, ni los pedales de expresión accionados con el pie, consiguen impartir a las frases y notas ese carácter que se puede conseguir con algo tan simple como una boquilla por la que insuflar aire, y con un gesto tan natural como el de soplar. Hay que aprender a soplar, todo tiene su técnica, pero no es algo que necesite más allá de un par de días de acomodación para empezar a sacarle partido controlado.

El soplo permite no sólo dibujar una línea globalmente por encima de una frase completa, sino también nota a nota, incluso internamente a una nota. Técnicas como soplar produciendo en la boca articulaciones de ‘p’ y ‘t’, o con sonidos de ataque más suave como ‘d’ o ‘b’, consiguen matizar de formas bien distintas el resultado que produce un sintetizador gobernado con un breath controller. La facilidad para controlar la duración del ataque, para hacer subidas y bajadas dentro de una nota,… cosas que permiten ir más allá del ‘pulsa y acaba’ de las teclas de un piano.

MCB1, made in Spain

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Este mismo año trajimos a portada el MIDI USB-USB de Sevilla Soft. Con aquel motivo entré en contacto con jvalseca, el hispasónico que está tras esa empresa.

Me encontré con una persona emprendedora y ágil en lo técnico, así que le comenté la idea que me rondaba desde hacía tiempo: crear un breath controller, un control de soplo. Mi entusiasmo por los BC debío convencerle: recogió el reto y también un primer sensor que le facilité y que era el que yo pretendía usar en mi proyecto eternamente aplazado. Pocas semanas después me llamó: el sensor que yo elegí era muy duro y sólo valía para que soplaran elefantes, no humanos. Pero ya había conseguido otros, y de hecho quería mostrarme un primer prototipo funcional.

Desde entonces un par de encuentros y varios intercambios de opiniones, y el prototipo se ha convertido en un producto que comienza su comercialización. El precio habitual será de 195€, pero jvalseca ofrece hasta final de año un descuento del 20% a los hispasónicos usando el código HISPASONIC2015 en pedidos a través de su web.

Las conexiones del MBC1

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Ofrece tanto MIDI estándar como USB-MIDI class compliant, así que listo incluso para iPad y semejantes. Cuenta con in y out en DIN 5 puntas y realiza la mezcla -merge- de lo que se recibe para combinarlo con los mensajes que representan el soplo. Así las cosas, puede funcionar plenamente de forma autónoma sin ordenador, incluso encargándose de combinar la salida de un teclado controlador y sus propios mensajes. Cosas que otros breath controller actuales no ofrecen salvo a precios superiores.

El tubo y dos boquillas incluidos son todo lo que necesita para ponerse a rodar, además de la alimentación. Si lo usamos con ordenador, toda la alimentación se obtiene del enlace USB. He llegado a usarlo con un iPad2 sin necesitar ningún alimentador. El propio iPad aporta corriente más que suficiente y el dispositivo se reconoce sin problemas, dando lugar a la aparición de una entrada y una salida MIDI vía USB con el nombre de MBC1. Si no lo usamos con ordenador cualquier alimentador con conexión USB nos valdrá y permitirá controlar directamente desde MBC1 un sinte MIDI hardware sin más que un cable MIDI estándar.

Sopló, sopló, sopló... y la casa derribó

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Hay otra conexión en el frontal para unir el tubo que conduce el aire desde la boquilla. Esencial asegurarse de limpiarlo de restos de saliva antes de empezr a tocar. En mi caso (habrá quien salive más y quien salive menos) cada 20 o 30 minutos de uso continuado, necesitaba soltarlo y soplar un poco (jvalseca recomienda girarlo en alto en plan vaquero con soga para capturar reses). En caso de no hacerlo los saltos de las gotitas condensadas de saliva provocan pequeños exabruptos de aire que desdibujan el trazado pretendido con el soplido.

Respecto a la boquilla, ha pasado por varios diseños hasta dar con la que finalmente se incluye y que es razonablemente cómoda. Puede sujetarse entre los labios y permite conducir suficiente aire hacia el sensor incluso aunque se deje escapar aire por entre los labios. Lo comento porque en el uso práctico he visto necesario realizar varias pruebas hasta sentirme cómodo. Al fin y al cabo no tocaba nada de viento desde la época de la flauta dulce en el cole, o casi.

Mi recomendación: buscar una colocación con una sujeción segura de la boquilla y acostumbrase a dejar escapar aire abriendo un poco los labios. Tan incómodo es ahogarse por soltar todo el aire, como lo es por no dejarlo marchar. Muy poco flujo hace falta para activar al MBC1, y es mejor, incluso psicológicamente, sentir y oír que estamos soltando aire con más generosidad.

Por si acaso, se incluye también una especie de llave en forma de ‘T’ que permite, insertada en cualquier punto del tubo, dejar que se escape algo de aire. Incluso con esa ‘T’, al final nada como la técnica de dejar que el aire se vaya por los labios entreabiertos, entre los que sujetamos la boquilla. En mis últimas pruebas ya he dejado de usarla, acostumbrado ya a lo de dejar escapar algo de aire por la boca.

En todo caso, dado que la entrada que hay en MBC1 lo único que necesita es recibir aire a través de un tubo, quien sea manitas y quiera probar otras opciones de boquillas y tuberías varias bien puede hacerlo. Para curiosos os comentaré que tanto la carcasa como las boquillas las fabrica el propio jvalseca usando una impresora 3D.

Memorias y parámetros

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MBC1 cuenta con 10 memorias de usuario en las que dejar otros tantos ajustes para poder seleccionar entre ellos rápidamente el más indicado para cada caso. Cada memoria define:

  • Canal MIDI que va a usarse.
  • Qué tipo de mensaje vamos a generar, con 4 opciones que describimos más adelante.
  • Ajustes de soplido mínimo y máximo que queremos usar como límites en la detección.
  • Los valores MIDI mín/máx que corresponderán a esos extremos, podemos especificar rangos que no sean completos 0-127 sino a nuestro gusto/necesidad.
  • Por qué salida/s queremos que se envíen los mensajes MIDI: sólo DIN, sólo USB, ambos, o incluso ninguno (curiosa opción que hace que MBC se convierta en un puro interfaz USB a MIDI que puede salvarnos en alguna ocasión donde no haya otra cosa a mano).
  • Cuántas veces por segundo queremos que se envíen mensajes de soplo, pudiendo seleccionar desde 20 a 200 veces (por defecto usa 100).
  • Hay también otros tres parámetros (ataque, sustain, release) que permiten una reacción a los cambios que no sea estrictamente instantánea. Ataque y release consiguen que los cambios ascendentes / descendentes de intensidad de soplo se realicen de forma progresiva, generando una rampa de mensajes de control durante la duración que indiquemos. Sustain permite forzar un tiempo determinado en el que MBC1 mantendrá artificialmente el valor de soplo más alto recibido, antes de iniciar un descenso. Por defecto todos ellos valen 0 y MBC1 reacciona instantáneamente a los cambios de soplo (es lo que he usado en el vídeo).

Todos mis tests los he realizado con el ajuste que corresponde a generar un nuevo valor cada 10 ms. Esos 10 ms entre correcciones sucesivas de la intensidad de soplo son perfectamente válidos para representar ataques vertiginosos sin problema. Como veréis en la vídeo-demo aguanta notas ultra cortas y repeticiones rápidas. Al parecer (según comentan desde Sevilla Soft) internamente cada valor emitido es en realidad el producto de promediar unas cuantas decenas de lecturas individuales del sensor, que son realizadas a velocidad mucho mayor.

Los tipos de mensaje que soporta para representar el soplo, y entre los que podemos seleccionar el que prefiramos en cada una de las 10 memorias de ajustes, son:

  • CCh – control change, pudiendo elegir el número de controlador deseado
  • CC2 – Genera mensajes de control change por parejas para representar el soplo con más de 7 bits (usa el estándar MIDI para controles de hasta 14 bits, aunque la resolución real que consigue MBC1 es de 10 bits)
  • AFt – aftertouch
  • PbE – pitch bend, con una curiosa solución, en la que podemos soplar para subir el tono y aspirar para bajarlo, teniendo en ausencia de soplido el tono original. En ese modo, MBC1 aplica un pequeño margen de confianza en torno al punto de reposo, para asegurar que en ausencia de soplido no haya desafinación ninguna.

Toda la selección de memorias y la edición de parámetros se realiza desde el propio MBC1, con un aprovechamiento al máximo de un único control (un encoder con pulsación e iliminación) y una pantalla de 3 caracteres. Pese a que a priori pueda parecer demasiado justo para controlar tantas cosas, la verdad es que leído una vez el manual y practicado 10 minutos, ya no se necesita ningún apoyo y se hace cómodo y con lógica, resultando los acrónimos que muestra la pantalla una guía suficiente.

Creación de sonidos para un breath control

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Me parece esencial dedicar al menos unas líneas a la cuestión del diseño de los sonidos para aprovechar las posibilidades de un breath controller. No he querido alargar el vídeo con esta cuestión, que merecería de hecho casi una entrega específica del curso sobre síntesis que vengo publicando en hispasonic.

Lo más simple sería usar desde MBC1 el controlador MIDI nº 7 (control de volumen) que es reconocido por casi todos los sintes, al menos los no antiquísimos. Pero como casi todo lo simple, lo es también en los resultados. Cambiar sólo el volumen a través del soplo es una escasísima intervención que, al menos a mí, me deja poco convencido. La única ventaja es que no hay nada que programar… o sí.

Al programar sonidos para uso con BC no debemos olvidar aplanar las envolventes. Si vamos a controlar el nivel desde el soplido, necesitaremos ajustar en los sonidos ataque cero, decay cero, sustain a tope y release cero, para que no interfieran los cambios debidos a la envolvente con los realizados mediante el soplido. Normalmente también aplanaremos las envolventes de filtro, porque será habitual controlar el brillo (no sólo el nivel) con el soplo.

Decía que usar el CC nº 7 no me gusta. Una opción más potente e igualmente universal (o casi) es usar los mensajes de AfterTouch. Incluso los sintes que no lo generan desde su propio teclado lo suelen reconocer vía MIDI, y la ventaja es que muchos sintes ya cuentan con parámetros para aplicar el aftertouch a destinos habituales como la intensidad, el brillo (o frecuencia de corte), el ‘drive’ de alguna etapa de saturación para forzar algo de distorsión en niveles fuertes,… Así las cosas ajustar el aftertouch para controlr simultáneamente varios de esos parámetros suele ser fácil.

Un paso más allá están las opciones, cada día más amplias, de establecer rutas de modulación. Con las rutas de modulación, tanto en sintes hard como soft, solemos tener la posibilidad de asociar cualquier CC a un buen montón de destinos interesantes, a menudo más amplios que los alcanzables con aftertouch. En alguno de los ejemplos del vídeo veréis que uso una onda cuadrada en omnisphere y que mediante rutas de modulación controlo simultáneamente la amplitud (intensidad), la frecuencia de corte de un LPF (brillo) y la ‘sync’ del oscilador. He usado el truco de que el oscilador cuadrado está sincronizado a otro para conseguir variar la forma de onda y cambiar el carácter del timbre entre el ‘ppp’ y el ‘fff’ mucho más de lo que los tan manidos filtros acostumbran. De forma semejante en cada sonido y en cada sinte hay que buscar qué opciones están a nuestro alcance para conseguir mayor expresividad.

En definitiva, para sacar todo el partido hay que ponerse el gorro de sintesista o comprar para nuestro sinte alguna librería pensada con los EWIs y BCs en mente, como las archiconocidas de http://www.patchmanmusic.com.

Una opción cómoda con sintes soft es la de usar las funciones ‘MIDI Learn’ que nos permiten afectar a un parámetro desde cualquier control MIDI. Le decimos al parámetro que ‘escuche’ lo que llega vía MIDI, soplamos, y listo: queda asignado. Pero con los ‘MIDI Learn’ dos avisos. Ojo con muchísimos sintes plugin que no os dejan asociar un mismo nº de controlador a más de un parámetro: si queréis atacar al filtro y la volumen tendréis que hacerlo por la vía de las rutas de modulación. Es el caso del MiniV de Arturia, para el que también he creado sonidos que finalmente no aparecen en el vídeo. Y ojo también con el hecho de que el control con MIDI Learn casi siempre asocia el valor 0 MIDI al mínimo del parámetro controlado y el 127 al máximo. Es decir, el control va a ser extremo a extremo: el recorrido íntegro del parámetro, y quizá por ello excesivo. Cierto que MBC1 puede en esos casos programarse para usar un recorrido de mensajes MIDI más corto. Pero mi recomendación es, en lo posible, usar MBC1 con el recorrido completo y aprovechar la mayor flexibilidad que aportan las rutas de modulación. A través de ellas lo que controlamos no es el valor absoluto del parámetro, sino una desviación desde su valor de reposo natural en un sonido concreto, y además podemos controlar la profundidad máxima con la que lo queremos llegar a modificarlo. Un grado de control mucho mayor, que nos exige un poco más de conocimiento y tiempo que la vía ‘MIDI learn’ al preparar los sonidos, pero que permite mejorar los resultados.

No son pocas las giga-librerías muestreadas para Kontakt y semejantes que incluyen, al menos para vientos y otros sonidos clásicos/orquestales, unas opciones ya preparadas para reaccionar al mensaje CC 2 que la norma MIDI reserva para el uso de breath control. También suele haber controles en pantalla ya listos para enlazar con un controlador expresivo. Lo veréis en el vídeo en un ejemplo que realizo con una librería de trombón para Kontakt player (Carpenter Trombone, gratuita, en vstbuzz.com). En ese caso he hecho que dos controles en pantalla (‘dynamics’ y ‘expression’) vengan gobernados por el soplido en vez de con la rueda de modulación, enlazando con ellos mediante ‘MIDI Learn’.

Lógicamente el terreno principal es el de fraseos solistas, en los que podemos añadir el legato con las teclas, un poco de portamento para las notas ligadas,y además con la mano libre hacer giros ocasionales de bend así como añadir un vibrato ocasional con la rueda de modulación. Ese conjunto de recursos explotados simultáneamente dan mucho de sí.

Veréis en el vídeo que también sonidos polifónicos pueden aprovecharlo, aunque impacta en el tipo de toque que deberemos realizar: dado que el soplido es único, hay que favorecer la presentación de ‘acordes’ y ‘bloques’ de notas, más que un técnica más contrapuntística con mayor individualidad de las voces. Pero poder realizar articulaciones es desde luego bienvenido frente a la extinción predecible de los sonidos tipo piano, o las envolventes prefijadas de un sinte.

MCB1 en uso

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Está claro que un control de soplo no es para todos los días ni es el primer añadido que todos necesitamos para un teclado. No es tampoco inmediato su uso, tanto por la necesidad de preparar los sonidos como por la necesidad de acostumbrase al hecho de soplar y al de tocar con los dedos de forma ‘sincronizada’ con el soplido. Pero respecto a la ganancia en expresividad y control, sigo creyendo que un breath control es una de las opciones más atractivas y el uso de este MBC1 me reafirma en ello.

MBC1 es sencillo. Afortunadamente el que sea autocontenido simplifica mucho el cableado y la gestión, frente a otros sistemas que siempre requieren un ordenador para funcionar, ya sea por ser sólo USB o por exigir el uso de software para editar sus parámetros internos.

La velocidad y calidad de la detección es adecuada. Incluso notas breves, o en plan ametralladora con técnicas de repetición de ‘p’ o de bloqueo/movimiento con lengua se reflejan hacia el resultado.

Al igual que en muchos teclados tenemos ajustes para personalizar la sensibilidad del teclado, MBC1 ofrece ajustes que permiten que sea más ‘duro’ o ‘ligero’ al soplar/tocar al guardar en cada una de sus 10 memorias los extremos deseados para el recorrido del soplido. Lo que no hay en MBC1 es la posibilidad de personalizar no sólo esos extremos, sino también la forma de la curva (lineal / exp / log) de respuesta al soplido. No es una ausencia grave, pero sí hay que señalarla porque hay al menos un Breath Controller competidor que lo permite. Ese tipo de ajuste permitiría concentrar la sensibilidad en la parte inicial o final del recorrido para adaptarse mejor a las necesidades y respuestas de cada sinte.

Inevitablemente aparecen con algunos sintetizadores (lo veréis en el vídeo) los problemas de efecto ‘escalera’ clásicos del control vía MIDI. No es un problema específico de este MBC1, sino general de cualquier control de este tipo (y de otros muchos). Cuando atacamos algún parámetro al que el oído es muy sensible, como la afinación o la frecuencia de corte, los ‘saltos’ de valor pueden notarse. Eso es algo que unos sintes tratan y disimulan mejor que otros, porque algunos ‘suavizan’ los cambios mientras otros priman la ‘inmediatez’ de la acción de las órdenes recibidas vía MIDI. Pero con las velocidades de transición de vértigo posibles con el soplido, puede notarse. Cierto también que algunos sonidos son más propensos a traslucir ese efecto escalera que otro, y sobre todo, que en el conjunto de una mezcla densa pasarán desapercibidas cosas que en una escucha dedicada y aislada llegan a llamar la atención. Al final, si observáis efecto escalera, probad con otro sinte, modificad el sonido…

Comparativa de mercado

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Los breath controller Yamaha (hubo diversas variantes, para colmo no todas compatibles entre sí: BC1, BC2, BC3) no eran, como sí lo es MBC1, una solución integrada para control MIDI. Eran poco más que la boquilla y el sensor de soplo, y su cable debía unirse a una entrada específica de algún teclado capacitado para servirles de interfaz. Ese teclado tenía la electrónica para interpretar las señales ‘en bruto’ del sensor.

Enradas de ese tipo veréis en muchos DX de los 80. Actualmente Arturia y otros pocos también la montan en algunos teclados, incluso algún fabricante de modulares ofrece entrada para BC. Quien cuente con un equipo con ese tipo de entrada ‘BC’ puede adquirir, aunque no son fáciles de encontrar, algún BC1/2/3 usado o más bien alguno ‘compatible’ (dado que están descatalogados en Yamaha hace varios lustros).

Equipos que además del sensor ofrezcan directamente conexión MIDI (o USB-MIDI) y por tanto sean una solución completa en sí mismos, hay algunos. El concepto de MBC1 no es nuevo, aunque hay relativamente poca competencia. Vamos a revisarla.

MidiSolutions

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Una de las pocas posibilidades que durante muchos años existió era la de MidiSolutions. Pero exige contar con un Yamaha BC3A o equivalente.

Por 150€ cuenta con MIDI in y out y puede realizar merge, pero no tiene USB. Lleva una entrada a la que conectar, adquiriéndolo aparte, algún reemplazo del BC3 de Yamaha, como el BCK-1 que Kelfar ofrece en formato boquilla (no diadema) por 200 USD. Sumad ambas cosas y se pone en un buen pico.

Por cierto cosas como esta de Kelfar son las que necesitan usarse con teclados como los mencionados DX y recientes Arturia. Eso o un BC3 de segundamano, o mejor dicho, de segunda boca.

Kelfar ofrece también un sistema semejante al de MidiSolutions que en lugar de producir MIDI se puede usar conectándolo a la entrada de un pedal de expresión en cualquier teclado. Pero es bastante caro: hay que añadir 160 USD a los 200 que ya costaba por sí solo la boquilla con el sensor. Y no me convence (al menos no a ese precio) lo de usar la entrada de pedal de un teclado, porque es mucho más versátil y generalista lo que ofrecen Sevilla Soft o TEControl.

Mi preferencia es clara por un sistema autocontenido más que vinculado a un teclado concreto, porque ya sabemos que los teclados los cambiamos cada cierto tiempo, y sin embargo una solución de control de soplo es para quedársela de por vida. Con el precio sólo del sensor de Kelfar, ya podemos adquirir un sistema integrado, así que tampoco el argumento precio juega a su favor.

TEControl

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Más en la línea del todo integrado’ del MCB1 que nos ocupa hoy, desde TEControl ofrecen su USB-Breath Controller al precio de 100€ más IVA, pero sólo cuenta con USB, por lo que se depende siempre de ordenador. Cuenta con la posibilidad de personalizar la curva con la que se generan los mensajes a partir del soplo,pero cualquier modificación de cualquier parámetro nos exige conectarlo a un ordenador.

Tienen otra versión que ya lleva también MIDI DIN5P, pero el precio sube a 150+IVA, en línea con lo que cuesta MBC1. Posteriormente han presentado una nueva versión que por 190€+IVA además de detectar el soplo monta un sensor de ‘mordisco’ en la boquilla (mide la presión ejercida con los labios). Pero en todos los TEControl con MIDI sólo hay Out, por lo que combinar la señal con la de un teclado exigiría un MIDI Merger externo adicional y el correspondiente cableado, complicando el uso con un teclado controlador puro.

MRT Audio

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El MRT Breath Controller (300 USD) también es ‘todo integrado’, pero sólo soporta envío de aftertouch y de tres controladores (CC 1, 2 y 7) sobre los canales MIDI 1, 2 y 3. El sensor va montado en una diadema como ya sucedía en el Yamaha BC3. Con esas características y precio, no creo que este MBC1 tenga problemas en vencerlo en los análisis que hagan muchos interesados.

Sevilla Soft MBC1 frente al mundo

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Nuestro protagonista de hoy está por tanto enfrentando una competencia escasa en número pero relativamente cercana en posibilidades y en precio, que se concreta, para mi manera de verlo, en decidirse entre MBC1 o por los sistemas de TEControl. En mi caso, la decisión la tengo fácil. el MBC1 lo tengo ya (cosas de haber actuado de beta tester privilegiado durante toda la gestación del producto). Para los demás, os comentaré cómo lo veo.

La versión sólo USB de TEControl es más barata, pero aprovechando la oferta de lanzamiento hacia los hispasónicos, no tanto más. Incluso con el precio normal alertaría sobre la inconveniencia (todavía) de depender para todo de USB cuando hablamos de controladores MIDI. Hablar de USB significa que siempre tiene que existir un ordenador por medio, es imposible conectar un controlador y un sintetizador que sean sólo USB-parlantes. Y eso es algo que antes o después se hecha en falta. No en vano algún teclado sólo USB que ha entrada a mi arsenal, ha salido de él poco después.

Obviando pues esa versión sólo USB y centrándonos en las otras, TEControl ofrece el plus de poder personalizar la curva, pero como carecen de MIDI In no pueden realizar la función MIDI Merge que puede ser necesaria en según qué situaciones (tocando desde un teclado controlador sin sonidos).

El plus de contar con el sensor ‘de mordisco’ viene, al menos mientras dure la promoción del MBC1, a un precio con IVA que convierte un capricho relativamente accesible en algo que ya exige una mayor inversión (156€ del MBC1 frente a 236 más envío del TEC).

Frente a culaquiera de los TEControl, la tranquilidad de poder editar in situ y sin vincular a ordenador cualquiera de los parámetros en el propio MBC1 de Sevilla Soft, es algo que también hay que valorar. Otro tanto respecto a poder llevar 10 configuraciones memorizadas y seleccionables sin acudir a nada externo. Tampoco hemos de olvidar el que se ofrezca un un modo con más de 7 bits para representar el soplido (10 bits útiles, frente a los 7 de otros controladores), o la posibilidad de generar hasta 200 mensajes de control por segundo para poder seguir cambios ultraveloces.

¿Cuál elegir entonces? No me corresponde a mí decidir por vosotros, sólo informaros. Pero si estáis interesados por el control a través de soplido para vuestros sintes, haríais bien en echar un vistazo a este nuevo contendiente.

Más información | Sevilla Soft

Pablo Fernández-Cid
EL AUTOR

Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).

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