La exigencia de mi trabajo

17/01/2008 por PsicoEscenico

Empezamos a analizar algunas de las creencias que habéis aportado muchos de vosotros al blog. En concreto nos vamos a centrar en aquellas que hacen referencia a la valoración de mis cualidades como músico o técnico. Hemos decidido comenzar por estas, debido al gran número de creencias que habéis aportado que hacen relación a este tema.

Como os comentamos en el post anterior, las creencias irracionales tienen tres características:

  1. Que no están demostradas científicamente. Es decir qué la evidencia real es mínima.
  2. Que no existen hechos reales que la justifiquen. Es decir, realmente no siempre ocurre como yo pienso que ocurre.
  3. Y la más importante de todas, su inflexibilidad. Una creencia inflexible, no permite la posibilidad del error. Siempre debe ocurrir tal y como es, un mínimo error indica un fracaso total. Al ser inflexible, el posible error implicará una valoración muy negativa de mi. “Tengo que hacerlo muy bien y sino, soy un fracasado.”

Este tipo de creencias genera un gran estrés. Si tengo que rendir en mi actividad y no me permito fallar, la ansiedad es enorme.

La manera de minimizar esta ansiedad, es analizar cuáles son las creencias que me están “haciendo daño” y flexibilizarlas poco a poco. Es decir, permitirme el error. Darme cuenta que lo más importante no es si fallo o no, lo más importante es aun fallando, saber mantener la serenidad y seguir rindiendo de manera optima. El fallar no es un gran error, el gran error es que el fallo me cree dudas, inseguridad, rabia y todo ello me haga cometer otros fallos por estar preocupado por lo que acaba de pasar. Si considero el error como parte del proceso ya estoy flexibilizando y por tanto minimizando la ansiedad que me produce la situación.

Cambiar mi discurso ayuda a flexibilizar. Si es así, ante situaciones comprometidas no me pondré excesivamente nervioso. No me gustaría en absoluto fallar, pero si ocurre no pasa nada, forma parte del juego.

Cambiar el discurso significa por ejemplo:

“Tengo que...” por “me gustaría....”.

“Siempre....” por “la mayoría de las veces...”.

“Nunca....” por “pocas veces...”

“Me gustaría hacerlo muy bien” en vez de “tengo que hacerlo muy bien”.

¿Qué sería de PsicoEscénico si cada vez que abrimos un nuevo post, pensáramos que tenemos que complacer a todo el mundo que lea estas líneas?. ¿Os imagináis si creyéramos que a cada uno de vosotros tuviéramos que daros la solución perfecta?. Escribir en Hispasonic pasaría de ser un placer, a una responsabilidad enorme y por lo tanto un gran estrés.

Veamos ahora vuestras aportaciones:

- Si no consigo una calidad de sonido optima en mis mezclas mi música no valdrá nada.

Ojo, calidad optima!!!. Si calidad optima la entendemos como algo por encima de mis posibilidades, la exigencia es enorme. La creencia por tanto sería muy inflexible, ya que si no es "optima" no valdrá NADA.

- Soy un inútil. Todo lo que hago suena a más de lo mismo.

Todo es igual siempre y por tanto la valoración que hago de mi es muy negativa. Consecuencia, autoestima por los suelos.

- Haciendo este sweep-tapping a 8 dedos tan cutre, nunca llegare a ninguna parte. Necesito una técnica como la de Steve Vai o nadie me hará caso.

Haciendo lo que hago, NUNCA seré bueno.

- Todo lo que hago es una mierda.

Sin comentarios. TODO y MIERDA. ¿Alguien da más para que sea aun más inflexible?

- Puedo sonar mejor, mis letras no son tan buenas, cualquiera lo hace mejor que yo...

¿Cualquiera lo hace mejor?, ¿seguro?. ¿Qué evidencia hay de esto?. ¿No es excesivamente inflexible esta frase?

- Tiene que salir perfecto: ni fallos de memoria, ni técnicos...y transmitir.

Exigencia al 100%. Tiene que salir perfecto. ¿Seguro?, ¿perfecto tiene que salir? O quizás tendría que salir suficientemente bien?. Además no tienen que salir perfecto, te gustaría que saliera perfecto pero si no sale perfecto también puede salir bien.

En definitiva, para minimizar la ansiedad y mejorar la valoración que hacemos de nosotros mismos flexibilizar al máximo.

Os proponemos que os pongáis a prueba. La próxima vez que os enfrentéis a esa situación comprometida (tocar en directo, grabar a alguien, mezclar vuestra música, etc), antes de llegar al lugar donde realizareis ese trabajo, pensar cuál será el objetivo que buscáis y procurar que ese objetivo sea lo más flexible posible. Si realmente aceptáis ese objetivo y os lo tomáis como vuestro, la ansiedad se reducirá.

PsicoEscenico