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Great American Horn Machine: el instrumento MIDI más estruendoso

11/07/2016 por The MIDI Association

De acuerdo, esto no es candente actualidad, pero lo cierto es que nunca nos habíamos parado a hablar de este curioso engendro: Great American Horn Machine (GAHM), quizá el instrumento musical controlado por MIDI más estruendoso jamás creado.

A Dana Dolfi, especialista en conductos industriales y manager de proyectos para la compañía Chapman Corp de Washington (Pensilvania), le gusta exhibir su criatura en Maker Faires, eventos del 4 de julio y fiestas de graduación. Pesa 3 toneladas, así que debe remolcarla como si fuera un trailer. Y cómo no, está profusamente decorada con los colores de la bandera americana.

Curiosamente, una de sus peores interpretaciones es la que ha obtenido más viralidad en Youtube. Es esta particular versión del God Bless America:

Por suerte, este entrañable montón de chatarra es capaz de algo más —sin que podamos pedirle la luna en ningún caso—:

GAHM suena tan potente como un avión a reacción, así que, como bien se percibe en los vídeos, Dana se asegura de marcar un perímetro de al menos 90 metros para que la audiencia pueda disfrutar las sutilezas de la interpretación —y aún con esas, recomienda el uso de tapones para los oídos—. No en vano, la máquina funciona con un compresor de aire accionado por un motor de gasolina de 65 caballos y 4 cilindros, que alimenta un depósito de 2.300 litros —el pulmón con el que sopla a través de las bocinas con una presión de 100 PSI—. Tiene una salida acústica máxima de 100.000 vatios.

Es, además, un pequeño museo andante. Entre esas bocinas encontramos una del USS Mississinewa —un barco de abastecimiento de combustible—, otras extraídas de guardacostas y dragas, otra más de un puente levadizo de California, un set completo de un mercante de mineral de los Grandes Lagos, silbatos de la explotación que American Steel y Wire Works tienen en Donora, Pensilvania (causante de la niebla tóxica de 1948), un silbato de un parque de bomberos de Gloucester de los años 1890, y otros silbatos de trenes y remolcadores.

Más información | Artículo del Observer-Reporter

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