Napster y el contenido en los límites
Clay Shirky
El mensaje de Napster, el popularísimo software para compartir ficheros MP3, está claro. La Internet se está dando la vuelta.
Napster es un software fácilmente obtenible que permite a sus usuarios intercambiar ficheros MP3. Funciona subiendo a un servidor una lista maestra de canciones, de forma que se añaden o se eliminan canciones según los usuarios se conectan o se desconectan. Cuando alguien solicita una canción, el servidor Napster inicia una descarga directa desde el PC del usuario que tiene una copia de la canción hacia el PC del usuario que la desea. Contra la tendencia que hablaba de la muerte del PC y del surgimiento de los proveedores de servicio de aplicación ASP, Napster apunta sin embargo a una arquitectura de red que reinventa el PC como un híbrido cliente+servidor que relega a la Internet, donde estaba toda la marcha hasta ahora, a un simple servicio para iniciar conexiones.
Siendo software aún en estado beta, el éxito de Napster es difícil de sobreestimar. A cada momento, los servidores Napster mantienen a miles de PCs, para un total de cientos de miles de canciones. Es una violación del modelo web «el contenido en el centro» existente hasta el momento. Napster ha conseguido cambiarlo a un modelo alternativo «el contenido en los límites». El modelo actual tenía una limitación; el contenido para Internet se crea en los PCs, en los «límites», pero para ser universalmente accesible, debe ser empujado a un servidor siempre conectado, al «centro». Como cualquiera que haya perdido tiempo intentando subir contenido a la web sabe, el proceso de descargar es trivialmente fácil, pero subir contenidos sigue siendo irracionalmente difícil. Napster se basa en tres innovaciones de la tecnología de red para superar estas limitaciones.
Hace innecesario subir contenidos, dejando los ficheros en los PCs, y gestionando solicitudes de un PC a otro. Los ficheros MP3 no tienen que estar en el servidor en ningún momento.
Los PCs corriendo Napster no necesitan ni conexiones permanentes ni IPs fijas para utilizar el servicio.
Se olvida el paradigma de cliente y servidor. Napster no distingue entre las dos funciones; si puedes recibir ficheros de otros, esos otros pueden recibirlos de ti.
Déjese de momento de lado el hecho de que virtualmente todas las transferencias de ficheros gestionadas por Napster son ilegales. En realidad la piratería siempre ha servido de útil indicador de una demanda masiva. La importancia real de Napster es que sirve como prueba de concepto para una arquitectura de red en la que la disponibilidad de suficiente ancho de banda para un equipo de escritorio le permite funcionar como servidor; algo favorecido también por la potencia de los nuevos equipos. En otras palabras, según el modelo ASP despega, el éxito de Napster ya supone una venganza del PC. Eliminando la necesidad de subir contenido —el cuello de botella asociado a utilizar el modelo ASP para todo—, el modelo «contenido en los límites» apunta a una reinvención del escritorio como núcleo de los datos del usuario. Éste ya no necesita ni acceso físico al equipo. El uso del PC como repositorio central y servidor de contenidos va a tener un gran efecto en varios desarrollos sobre Internet que ya se están haciendo.
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No intento decir que los equipos de escritorio van a reemplazar a los servidores web por completo. Los sistemas que requieren backups escrupulosos o que almacenan contenido actualizado profesionalmente seguirán residiendo en servidores gestionados centralmente. Sin embargo, el nacimiento de Napster nos enseña que la versatilidad del PC como plataforma hardware va a hacer que resurjan millones de máquinas que ya no se utilizaban. Esto significa que la revolución ASP no va a ser tal o no va a suponer la muerte del PC, tal y como las notas de prensa hoy en día sugieren. La arquitectura actual «contenido en el centro» nos fue útil en los 90, cuando los PC aún no valían para responder como servidores y el ancho de banda no era suficiente. Con el ADSL y los sistemas operativos estables en el panorama, lo que suceda en los cinco próximos años sucederá con el «contenido en los límites».