Nuestro idioma, el lenguaje musical
Me gustaría comenzar este blog describiendo cual pretende ser su esencia. Cuando hacemos música, a menudo se nos olvida o incluso no somos conscientes de que estamos utilizando un idioma para comunicarnos. Para comunicar sensaciones, sentimientos, ideas… pero en definitiva comunicarnos.
Al igual que ocurre con cualquier otro idioma, cuanto más “vocabulario” y “gramática” aprendamos, más opciones tendremos para representar nuestras ideas. Pero a esto es necesario añadir que debe haber un equilibrio entre la cantidad de conocimiento del lenguaje y entre la habilidad para saberlo manejar y dominar.
Existe quien se hace entender perfectamente en un país extranjero sabiendo tan solo cuatro conceptos del idioma, y quien habiendo estudiado cinco años en la escuela de idiomas se vuelve loco intentando preguntar donde se encuentra el WC, ya que la falta de práctica provoca que se escapen a su control la cantidad de opciones que tiene para enunciar la pregunta.
Quizá haya exagerado un poco con el ejemplo anterior, pero llevándolo al terreno que nos concierne, podemos ver a diario cómo artistas con tan solo tres acordes y melodías sencillísimas consiguen que queramos escucharlos una y otra vez, y como otros, con el peso de sus 15 años de estudios musicales a sus espaldas, apenas logran transmitirnos nada. Quizá porque no han sabido llevar toda esa riqueza del idioma musical que han estudiado a su propio lenguaje o porque no hay una idea clara de lo que pretenden decir con todo ese arsenal de conocimiento.
Evidentemente, cuando se junta el talento y una amplia formación, se generan obras de una riqueza tremenda. Ese debería ser el objetivo de un compositor de oficio. Puede que muchos no queramos ser compositores con toda esa vasta capacidad, pero en cambio, sí querer comunicar nuestras ideas con canciones propias dentro del género musical con el que nos sentimos más identificados.
En definitiva, lo importante es comprender el por qué de cada cosa y aprender a manejarla. Que cada concepto termine incorporándose a nuestro vocabulario. Nada de aprender una teoría que luego se queda en eso, en teoría. Que el lenguaje musical que aprendamos sea nuestro propio lenguaje. Seremos mejores músicos si dominamos los conceptos que aprendemos (aunque sean muy poquitos) dándoles nuestra personalidad, mucho mejores músicos que si tenemos una enorme formación teórica pero somos incapaces de manejarla y transmitirla como vehículo para nuestras ideas.
Y esta será la finalidad y principal premisa del blog, hablar de algunos de esos elementos y conceptos que se encuentran dentro de lo que llamamos “teoría de la música” y saber llevarlos a la práctica. Que los aprendamos a utilizar (tengamos o no tengamos conocimientos previos musicales), que penetren en nosotros, y si nos interesa, que terminen formando parte de nuestro propio lenguaje musical.