Un poco de Sónar 2013
Desde hace ya 20 años, el festival Sónar ha tratado de reunir en Barcelona durante varios días un selecto conjunto de artistas que implementan el uso de tecnologías avanzadas en la experimentación musical, algo que generalmente queda reservado a los artistas y discjockeys de la música electrónica y de baile. Desde hace ya unos cuantos años, Sónar ha ido diversificando su oferta musical, incluyendo artistas mucho más accesibles a todos los públicos e incluso artistas de tendencias más pop, logrando así internacionalizar totalmente el festival y conseguir una afluencia masiva de público de todos los rincones del mundo. No todo son actuaciones musicales, Sónar también incluye un área de exposición (este año llamada Sónar+D) en su sección “de día” en la que empresas de diverso tipo relacionadas con las artes escénicas o con la innovación tecnológica audiovisual exponen proyectos comerciales o en desarrollo, y donde también se celebran talleres, conferencias y demostraciones.
Este año tuve la enorme suerte de poder acudir a Sónar de Día y Sónar de Noche el viernes 14 de Junio, y disfrutar de las actuaciones musicales y de todo el ambiente del festival. Os lo cuento.
Sónar de Día
A la llegada a las instalaciones de Fira Montjüic, nueva ubicación del Sónar de Día, había que aprovechar los primeros minutos para conocer la ubicación de los diferentes escenarios y los espacios del Sónar+D. El escenario principal (Sónar Village) al aire libre contaba con una fabulosa moqueta sintética para poder tirarse en el suelo y estaba dividido en dos partes, la central para actuaciones en vivo y a su derecha una instalación pensada para los sets de DJ o basados únicamente en “maquinitas”. Bajo techo estaba el escenario Sónar Hall en la parte inferior y el Sónar Dome en la superior, este último con actuaciones seleccionadas por la todopoderosa Red Bull, algunas de las cuales supusieron para mi gratas sorpresas y descubrimientos artísticos.
XTRGNR estuvo ambientando (que otra cosa se puede decir de sonidos ambientales) el inicio de la jornada en el escenario principal con una buena dosis de buen gusto y con la resignación y necesaria dignidad que supone abrir jornada en un festival: no te va a ver casi nadie. La gente iba llegando y se iba colocando (como diría Tierno Galván), y aproveché para acercarme al Sónar Dome para ver el DJ set de We Like Turtles, primera sorpresa del día ya que a pesar de las horas que eran el dúo barcelonés no se cortó nada en soltar sonidos de house eufórico y festivo, con muchos toques negros y calientes. Pero la mejor sorpresa de la mañana estaba por llegar, a las 13:30 y puntuales como un reloj, en el escenario Sónar Village comenzó el live de BeGun cargado de cuidadísimos sonidos chillwave, idm, electro e incluso me atrevería decir que dubstep. Disfrute de casi todo el set ya que aunque me escapé un ratito para ver a los germanos UMA, pero me tuve que volver rápidamente porque el estilo de UMA a esas horas solo podía hacer que me durmiera. La experiencia con BeGun fue total, ya que el asunto iba realmente bien acompañado de unas proyecciones visuales preciosas y perfectamente disparadas en directo, el resultado fue sublimemente artístico y hasta me atrevería a decir que reconfortante: recordé que en España hay más que pegaloops. Enhorabuena.
La Bien Querida tomó el escenario central al acabar BeGun y en unos instantes se congregó bastante gente alrededor. Su pop lánguido y lírico tiene decenas de miles de seguidores en toda España, pero para mi la voz de Ana Fernández es algo totalmente carente de sentimiento y en directo me resultaba además un poco atonal. Así que me largué a descubrir otra de las sorpresitas de la mañana, el DJ set de DZA en el Sónar Dome. Cargado de energía vino el DJ ruso, que además traía algunos complementos no muy típicos en las cabinas, un iPad y mandos de Wii y Playstation para un set cargado de house, electro house, progressive, tecno-rave... ¡¡¡y sonidos de videojuegos!!! Sudando acabó DZA su set, en el que puso la pista del revés y consiguió hacer bailar a todo el mundo. Lástima que le ordenaran acabar cuando tenía el ambiente musical y de público en uno de los momentos más álgidos, todo el mundo deseaba más, pero lo que se obtuvo fue lamentablemente silencio. Es lo que tienen los festivales, el tiempo es limitado y muchas veces los artistas no se pueden lucir todo lo que podrían, es el precio que hay que pagar por disfrutar de mucha gente en el mismo sitio y en poco tiempo.
Me escapé un ratito del set de DZA para satisfacer mi curiosidad y ver el directo de ZA! en el piso inferior (nombre parecido pero nada que ver). Fascinado me dejó el dúo catalán, armados con batería, guitarra, trompeta, sus voces y empleando samplers en tiempo real y efectos, eran capaces de crear un auténtico festival musical en el que el buen rollo y el sentido del humor tenían mucho protagonismo. Después de ZA! iba el directo de Christeene en el mismo escenario, tenía ganas de ver el provocador show de este travestido que seguramente representa todo lo que Mario Vaquerizo quiere ser y no se atreve, pero la descoordinación mental que a veces se sufre estando pendiente de varios escenarios a la vez hizo que me lo perdiera. Por suerte supe posteriormente que su nivel de provocación rozó el porno y produjo palidez a más de uno, y siempre me alegra haber estado cerca de algo así. Viva.
Cuando salí a por algo de comida me detuve un rato junto al directo de Sísy Ey, su deep house vocal sobrecargado de elegancia fue una sensacional banda sonora mientras pegaba un bocado. Además era un live en toda regla, con la música disparada en directo, y con un vestuario... curioso. No obstante yo veía más apropiada su actuación para el Sónar de Noche, donde para mi gusto habrían cuajado mejor con el público. Tras esto, la visita al Sónar+D era obligada y necesaria, había que ver que cositas se presentaban por allí. En el área de Market Lab destacaría la presencia del stand de MID, que presentaban su proyecto de crowdfunding Bhoreal, un controlador inalámbrico bidireccional de 64 botones con iluminación RGB que transmite tanto MIDI como OSC. En Hispasonic ya hemos publicado una reseña detallada del proyecto, que ya ha alcanzado la financiación suficiente para realizarse. Al lado del stand de MID estaba el de Conductr, una aplicación iPad de control remoto customizable para Ableton Live realizada por PatchWorks, una empresa de Barcelona. Pude toquetearla un poco en uno de los iPads del stand y me pareció sensacional, cuando llegue a la AppStore y pueda probarla en profundidad estoy seguro de que será sensacional. También hemos publicado una reseña en Hispasonic.
Me llamó especialmente la atención, fuera del terreno sonoro (aunque no totalmente), el dispositivo L8 Smartlight, desarrollado por Zinc Shower, una empresa española. Es un dispositivo lumínico de 6x6 centímetros con 16 leds RGB. Se puede comunicar por bluetooth con cualquier tipo de dispositivo, como una tableta, smartphone u ordenador, y avisarte mediante mensajes lumínicos de cualquier tipo de notificación. Además tiene sensores de ruido, temperatura, sensor de movimiento... y puede ser programado para que emita señales de luz ante cualquier detección de esos sensores. El proyecto había sido financiado también por crowdfunding, y la primera producción de 3.200 unidades salía en breve de fábrica. Es un chisme realmente precioso.
Junto a los stands del Market Lab estaba el área de Workshops, cuando yo estuve por allí se celebraba el que para mi era uno de los más interesantes, y era el ensamblaje de un básico sintetizador alimentado por una pila y diseñado por Dirty Electronics especialmente para el Sónar. Por 35€ los participantes disponían de las piezas del kit, soldador, mesa y ayuda para montar el sinte. El padre de Richie Hawtin estuvo en ese workshop y se hizo un sinte que mostró orgulloso en Instagram. A continuación estaba el área de la competición Music Hack a Day, donde este año durante 24 horas los 100 hackers seleccionados competían por realizar los mejores hacks que reunieran elementos de música, señales cerebrales, interfaces cerebro-ordenador... debió ser flipante, lástima que solo ellos entiendan lo que hacen.
En la planta superior estaba el área de Hands-On, donde varias empresas del sector de la producción musical y el DJing exponían dispositivos diversos. Pioneer, Serato, Roland y Elektron exponían algunos aparatos, pero ninguno había traído nada nuevo, ni tan siquiera Pioneer había traído el recientemente anunciado XDJ-R1. En esa zona también se hacían las conferencias.
De vuelta a las actuaciones, llegué a tiempo de ver la recta final del show de Foreign Beggars, que aunque reconozco que no tienen un estilo que me mate, supieron meterse al público en el bolsillo con un carisma enorme que metían por el micro y que salía despedido por los altavoces. Su ecléctica fusión de voces rapeadas con house, electro, dubstep y ragga puso todo el Sónar Village del revés. Tras ellos Matthew Herbert salió a hacer un set de DJ a la antigua usanza, destacable en la elegante y gruveante selección musical, aunque quizá algo simplista en cuanto a técnica. No obstante el público se mostró agradecido.
Tras ello comenzó la actuación de Jamie Lidell, donde el cantante hizo una gran demostración de técnica vocal, en algunos temas acompañado de un músico de refuerzo que lidiaba con las cajas de ritmos y el teclado, mientras que en otros temas Jamie se valía solo en el escenario cantando y manejando controladores. No vi todo el show para poder largarme a ver en el Sónar Dome a bRUNA, el barcelonés se atrevió con un directo a base de teclados y cajas de ritmos, nada de ordenador, pero a pesar de su gran talento, las máquinas le jugaron una mala pasada y tuvo que detener en varias ocasiones el show porque perdían la sincronía. El público, consciente del mal trago del barcelonés, le animó con aplausos y vítores para que en cada parón reanudara el show. Con todo, hizo una gran demostración.
Bajé después al Sónar Hall a ver algo de Diamond Version, tenía buenas referencias de ellos. Y la parte final que vi de su show fue espectacular... los alemanes se trajeron al Dios del Techno y lo liberaron en directo envuelto en distorsión. Contundentes y atronadores, además de apoyados de impactantes y centelleantes visualizaciones sobre pantallas bien ubicadas, en las que se recortaba la silueta del combo. Aturdido aún por la descarga, salí para disfrutar un poco del DJ set de Modeselektor antes de salir pitando al Sónar de Noche. Los berlineses simplemente cumplieron, para mi gusto no brillaron excesivamente, el rato que los estuve viendo eran tres en cabina y solo me parecía que uno de ellos trabajara. El público no obstante se mostró complacido en general. Actualización: Gran cagada por mi parte al no informarme de gente a la que no sigo, lo que vi no era Modeselektor sino Siruismo haciéndoles el warm-up. Gracias Tattler por al cariñoso apunte... nunca te acostarás sin...
Sónar de Noche
A la salida del Sónar de Día había autobuses fletados por la organización para viajar hasta el Sónar de Noche, ubicado en las instalaciones de Fira Gran Via L’Hospitalet. Allí se empleaban tres naves y sus espacios intermedios al aire libre para ubicar 4 escenarios (2 cubiertos y 2 al aire libre) así como las áreas de descanso y restauración.
Me entretuve un rato disfrutando del DJ set a cuatro manos de las españolas Thug Ladies en el escenario al aire libre Sónar Pub, house energético para comenzar bien la noche, y además se habían traído a una amiga que se encargaba de las visuales. En el escenario Sónar Club sonaban las pausadas oscuras texturas ambientales de los británicos Raime. A pesar de empezar pasando algo desapercibidos para el público (creo que alguno pensaba que era música de un disco puesto por la organización para ambientar) al final de su actuación acapararon bastante atención ya que mucha gente iba pillando sitio para la siguiente actuación en ese escenario: Kraftwerk.
Los germanos acapararon la atención de gente de todas las edades, para mi era una auténtica sorpresa ver como mucha gente más joven que yo estaba interesada en la banda. Todos llevábamos unas horrorosas gafas blancas de cartón y plástico, ya que el evento contaba con proyecciones visuales en 3D. Mi escepticismo ante el 3D era total, ¿cómo narices iba a ser posible eso con esa castaña de gafas? Quizá todo fuera una broma, ya se sabe, el humor alemán... Al escucharse el principio de “The robots” por los altavoces la gente se volvió loca. Se abrió el telón y allí estaban ellos cuatro (de la banda original solo queda Ralf Hütter, Florian Schneider en 2008 abandonó el grupo), envueltos en una especie de neopreno reflectante con reminiscencias tronianas. La duda sobre las proyecciones quedó despejada al instante, el 3D no solo era real, estaba logradísimo con una sensación de profundidad excelente lo vieras desde el ángulo que lo vieras, aquellas gafitas de plasticartón obraban el milagro y los brazos de los robots parecían salir de la pantalla para sacudirnos y decir “sí, estamos aquí, esto es real”.
Durante dos horas desgranaron sin fallo alguno y con un sonido cristalino todos sus éxitos, Numbers, Computer World, Tour de France, Vitamin, The Man Machine, The Model, Autobahn... Radioactivity la tocaron con la letra modificada de 1991 y su mensaje antinuclear (quizá la única letra con un jucio de valor sobre algo en la discografía de Karftwerk), así como alusiones a Fukushima y palabras en japonés. Las proyecciones de casi todos los temas fueron en 3D e incluían elementos que parecían salir de la pantalla o flotar entre Kraftwerk y el público. Los que fueran actores necesarios en la canalización de la música electrónica como forma de arte pop revolucionaban (una vez más) nuestros sentidos con un directo que enganchó al público de una manera que para ellos querrán algunos de los otros artistas de la velada dentro de 40 años, que aunque parezca mentira es el tiempo que Kraftwerk lleva dando guerra.
La siguiente actuación a la que acudí fue al aire libre nuevamente, para ver a Eats Everything (Daniel Pearce). Tenía muchas ganas de ver al británico en acción y su set fue toda una sorpresa: tech-house, algo de deep-house, sonidos progresivos y hasta momento reivindicativo de los sonidos UK con guiños al drum and bass en un torrente sonoro in crescendo de temas conocidos y no tan conocidos. Trepidante, de lo mejorcito de la noche, aunque lamentablemente le jodieron (con J mayúscula) el final del set ya que le cortaron el sonido y pusieron música de un tema dance que no tenía nada que ver (con la cara de mosqueo de Daniel incluida) porque el audio pasaba a estar en manos de los técnicos que debían controlar la actuación de 2 Door Cinema Club, que iban en el mismo escenario justo después.
El papel de la banda indie británica en un festival como Sónar era incierto a pesar de su puntual uso de electrónica y efectos psicodélicos en algunos temas, pero yo los conocía porque su música ambienta los spots de mi canal de TV favorito, Canal Cocina, y estaba encantado de verlos en directo. Sabiendo su afición por las baterías eléctricas me sorprendió verles en directo con un baterista, pero el resultado fue genial. Su puesta en escena enérgica, bien ensayada y sin fisuras se llevó al público de calle y tras los dos primeros temas ya tenían toda la atención del mundo hasta el final de su actuación. Me escapé un rato a ver a DJ Antal, que lució lo mejor de su sello Rush Hour en una sesión que calentó la pista del Sonar Car (para mi lo único reseñable de ese escenario) progresivamente y sin concesiones, con quiebros que levantaron las manos de los asistentes. Una sesión llevada con la maestría que solo da la larga experiencia tras los platos.
Tiempo de volver al escenario Sónar Club y ver un poco de Major Lazer. La fusión de dancehall y otros ritmos caribeños con electrohouse y otros ritmos electrónicos en formato de soundsystem con cantantes y bailarinas daba excelentes resultados entre el público. A pesar de recurrir a cierto garruleo escénico con las bailarinas (hay que ganarse la vida) demostraron que el directo es el estado natural y la razón de ser de esta formación, es imposible que puedan meter en un disco todo lo que transmitieron sobre el escenario. De paso Diplo demostró que es capaz de meterse en cualquier fregado musical y estilístico sin hacer el ridículo, por muy blanco blanquísimo que sea el hombre. Tras ellos salió a pinchar Alvin Risk, alguien que quiere ser como Skrillex, pero que nunca logrará serlo, así que pasé totalmente de él para descansar un poco antes de ver al auténtico Skrillex.
Las 4:15 de la mañana era la hora elegida para que el sumo pontífice del EDM americano aterrizara la nave espacial en el Sónar y diera una demostración de por qué cobra lo que cobra. La contratación de Skrillex para el Sónar no había estado exenta de polémica, si quizá se le hubiera traído hace tres años cuando sacó prácticamente de la nada My Name is Skrillex y justo después Scary Monsters and Nice Sprites para ganar tres Grammys de golpe y porrazo, quizá no hubiera pasado nada. Pero en estos tres años se ha convertido en una estrella mediática, su caché se ha disparado gracias a que llena eventos alrededor de todo el mundo, y tiene una residencia con show exclusivo en Las Vegas, lo cual le convierte en objeto de odio de los que odian lo mainstream provenga de donde provenga, llegándose a poner en duda hasta la legitimidad de sus sets. Así que nada mejor que ver uno de ellos para saber bien de lo que todos hablan... La escenografía de su actual gira está basada en una nave espacial que recuerda a las de... ¿Galáctica? con iluminación propia, que aparece dispuesta sobre el escenario antes de que aparezca el artista. A pesar de tanta nave, pincha con un set normal de 2 reproductores CDJ2000 y un mixer DJM900. Antes de salir a escena cuenta atrás con visualizaciones espaciales y al aparecer Skrillex en la nave el señor luce camiseta del Barça, se proyectan algunas imágenes de la ciudad y suena un remix de Barcelona de Freddy Mercury. Faltó el alcalde. Tras ello dio rienda suelta a un intensísimo set de puro dubstep/brostep/electrohouse en el que liberó sus temas, remixes y mashups con suma perfección técnica acompañados de espectaculares visuales, chorros de humo y efectos de luz meticulosamente acompasados. En un momento del espectáculo la nave se alza mediante mecanismos hidráulicos y Skrillex pincha desde las alturas, ¿necesario? Desde luego que no, pero el show es al más puro estilo americano y solo cuenta “lo más”, y si Skrillex es el que pincha desde lo más alto, eso vale. El público en todo momento estuvo enloquecido con el show.
Respecto al manido tema de si Skrillex pincha de verdad o no... yo que sé. Atrás ha dejado su anterior setup en el que pinchaba con Live y un controlador con el que no parecía que controlara muchas cosas... con su actual setup basado 100% en Pioneer ciertamente controla el audio desde el mixer, se notaba claramente cuando manipulaba los filtros, y también se vió como toqueteaba los reproductores... pero más de uno ya le acusa de que tanta perfección y tan perfecta sincronía con los visuales en la actual gira es sospechosa, y que gran parte del show está pregrabado. Y tienen razón, es todo tan perfecto que parece increible... pero sinceramente, si su show fuera un engaño no creo que alguien como Richie Hawtin le tuviera el respeto que le tiene ni que bromeara con él entre bambalinas antes de salir a escena tal y como demuestra esta foto.
Y Richie Hawtin fue precisamente el show que luego me fui a ver, su Enter estaba en marcha en el escenario Sónar Pub y cuando llegué estaba aún Paco Osuna con su brillante set, el cual se fundió en un caluroso abrazo con Hawtin antes de darle paso ante los vítores del público. Hawtin como viene siendo normal no defraudó a sus incondicionales. Para mi es un lujo indescriptible contar con su música como banda sonora de esta vida. Elegante, contundente, acertado... solo son algunos de los adjetivos que se me ocurren. La iluminación y las proyecciones (tan minimalistas y efectivas como su música) completaban una ambientación final de amanecer hollywoodiense para una noche de Sónar intensa. El cuerpo no aguantaba más, así que fue hora de salir al exterior y alejarse de las hordas de zombis festivaleros para cazar un taxi y escapar al hotel. No pude acudir el Sábado, pero este Viernes fue tan grande que no me importó.
Y tú, ¿estuviste en el Sónar? ¿acudiste a las actuaciones del Sábado? Cuéntamelo en los comentarios.