Produciendo a Salvador Beltrán: arreglos
Hace unas semanas que Sony Music me encargó la producción del disco de Salvador Beltrán. Para el que no lo conozca, es un artista muy joven, descubierto por Alejandro Sanz y cuyo primer disco, de corte italiano, fue producido por el mítico productor español Miguel Ángel Arenas "Capi", teniendo una gran acogida entre el público y los medios.
Para la fase de arreglos del disco he contado con mi equipo habitual, Juanjo Martín y Tony Romero, y con la incorporación para la ocasión de Emilio Mercader. Para potenciar la creatividad y maximizar el rendimiento decidí trasladar a todo el equipo junto con Salvador a en una casa que tengo en un pueblo pequeño en Granada. Construida en piedra, es modesta pero muy amplia y pertenece a mi familia desde hace más de 50 años. Suele estar desocupada, por lo que desde hace mucho la utlizo para aislarme del mundo y grabar, producir o componer con artistas y grupos. Además, descubrí que el antiguo taller de costura de mi tía tiene una acústica privilegiada y una escalera de caracol que genera reverberaciones naturales, por lo que suelo grabar baterías y otros instrumentos acústicos con resultados realmente espectaculares.
En este caso, habilité dos espacios para trabajar todo el equipo en paralelo, uno en el taller y otro en uno de los dormitorios vacíos. Al ser un pueblo muy pequeño y tranquilo (según Emilio Mercader, al lado del suyo es Manhattan), no hay nada más que hacer, por lo que las jornadas fueron maratonianas, llegando a durar 20 horas. El ambiente es verdaderamente inspirador, por la tranquilidad, por el aislamiento y por el equipo humano que he conseguido reunir alrededor. Además, dio la casualidad de que mi madre estaba por el pueblo y ejerció de mamá de todos, cuidándonos y cocinando platos locales, que disfrutábamos al sol junto a unas risas, aprovechando que nos ha acompañado el buen tiempo.
Cada uno de los estudios improvisados contaba con una configuración propia. Emilio prefiere trabajar sobre ProTools 10 en un MacBook Pro y se trajo unos monitores Adam A8X. Las guitarras eléctricas las grababa usando un Pod, y el bajo (Music Man) usando una caja de inyección Palmer, y una acústica Taylor usando su previo incorporado. En mi caso, yo traje un MacBook Air con la UR824 y unos Tanoy Reveal, usando Cubase 7.5 y Pro Tools 10. Los bajos o los tocaba Emiio o se programaban, y teníamos una guitarra acústica Takamine y una eléctrica Line6 Variax que grababa directamente usando los simuladores de guitarra de Cubase o la UR824. La microfonía usada durante los arreglos ha sido un Shure SM58 y un Gefell PM-860, aunque tenía un par de micros más que jamás llegué a utilizar.
La forma de trabajar fue diseñada para aprovechar el tiempo de todos los implicados al máximo y sacar lo mejor de cada una de las canciones. Atípicamente, las canciones de Salva estaban muy concretas, y trabajamos muy poco sobre la armonía y apenas nada sobre las melodías, por lo que la mayor parte del tiempo nos concentramos en el estilo, estructura y arreglos. La forma de trabajar consistía en que cada estudio empezaba una canción en paralelo y en alguna parte del proceso se intercambiaban las pistas (OMF/AAF + MIDI) y la otra parte retocaba. Los equipos no eran fijos, y tanto Tony como Juanjo rotaron entre los estudios o lideraron algún arreglo. Además de ejercer como uno de ellos, yo estuve supervisando todo, dando indicaciones y procurando que el resultado cumpliera los objetivos trazados. Salva a su vez estuvo muy implicado en todo el proceso, dando indicaciones, sugerencias, componiendo nuevos trozos de canciones, corrigiendo cosas en paralelo y atendiendo a nuestras peticiones.
En definitiva, ha sido una gran experiencia que ahora da paso al resto de las etapas de producción del disco, y que estoy seguro que dará uno de los discos españoles más interesantes del año.