La radio no es lo que era
Mario Gil
Los programas especializados tienen sus días contados. Ya no dan caché a una emisora, y hace ya años que no dan beneficios. ¿A qué abocará esta debacle? Bien sencillo. En poco tiempo nuestros oídos estarán acostumbrados a escuchar una voz robótica que se limitará a leer un guión insulso que dará paso a noticias, discos o jingles de publicidad de la mercería de tu barrio. El locutor de moda tiene sus días contados. De hecho estamos padeciendo una criba indiscriminada de auténticos pilares radiofónicos que llevan lustros en antena. Y esto es solo el principio, caerán más. Los locutores apartados tienen la posibilidad de seguir alimentando a la horda de fans que les siguen, pero eso conlleva un esfuerzo personal que no sé si estarán dispuestos a afrontar. El futuro de todos ellos es el podcast. Una entrega semanal bien trabajada hará feliz a muchos seguidores. Seguirán en la cresta de la ola radiofónica y podrán continuar haciendo sus bolos pinchando en festivales de moda. Todo es ponerse, ¡como en Las Barranquillas! Pongámonos pues.
Mas, por supuesto, las correspondientes recomendaciones musicales del maestro. Foto de Cretinolandia.