Reglas, normas y prohibiciones
A un músico, sobre todo a un compositor que empieza, no le suele gustar que le hablen de reglas, normas y prohibiciones en lo que a música se refiere y su enseñanza. (El termino prohibición en la enseñanza “moderna” no está muy extendido, pero sí en la enseñanza “clásica”)
Es bastante común observar cómo se actúa a la defensiva al escuchar estas palabras. El arte y sobre todo la creación musical parece reivindicar la libertad más absoluta para que el autor logre expresarse sin límites.
No les falta razón. En la musica no deben haber normas y nada se debe prohibir. Un compositor debe disponer de todos los recursos que esten al alcance de su imaginación. Un artista debe dejar volar su imaginación sin que nada ponga piedras en su camino. ¿Por qué se usan entonces estos términos y son considerados tan importantes en la enseñanza de un músico? Quizá el problema esté en los términos en sí mismos, porque probablemente no sean los más adecuados y nos estén dando una idea errónea de cuál es su verdadera función.
Si a mi me dijeran que para crear una melodia oriental me resultaría útil hacer uso de unas determinadas escalas, ciertos tipos de cadencias y unos instrumentos cuyo timbre se asocie con este tipo de lenguaje, me parecería sensato e indiscutible. Aceptaría sin ningún problema que me dijeran también que para lograr un sonido específico de guitarra necesitaría una cadena de diferentes efectos y cierto tipo de ampli o emulador.
Lo que llamamos regla, norma y prohibición en música nos viene a decir lo mismo. Nos dice algo así como que si tu usas este elemento, realización o concepto, en lugar de este otro, vas a sonar de una determinada manera. O que si tu evitas hacer “X” el resultado que obtendrás será “Y”. Al músico es al que le corresponderá decidir cómo quiere sonar y si desea que su música suena a “Y” o a “X”.
Los que utilizamos el calificativo de “norma”, “prohibición” etc , quizá haríamos más honor a su función usando la denominación de herramienta. Insistiendo en que estas herramientas no nos deben decir cómo hemos de sonar, si no que han de indicarnos como conseguir un objetivo. El compositor ya decidirá cual es ese objetivo, en parte en eso consiste su trabajo.
Tambiénlo que llamamos en música “reglas, normas y prohibiciones” deberíamos llamarlo técnica. Un instrumentista necesita trabajar técnicas físicas para dominar su instrumento. Un compositor precisa de técnicas de realización para ampliar su lenguaje y poder plasmar sus ideas tal cual pasan por su mente.
Las técnicas y herramientas nos ayudan a no perdernos buscando en un sinfín de posibilidades cuando ya existe un sistema conocido para lograr lo que queremos.
Se lee muchas veces cómo grandes compositores históricos no respetaban las normas o se las saltaban a la torera en determinadas ocasiones. Probablemente no lo hicieran desde ese punto de vista. Probablemente no pensaran en saltarse una norma, más bien en dejar de usar una idea para usar otra. A veces las innovaciones no surgen por la infracción de una norma si no por el uso particular que se hace de ellas. Es decir,por su conocimiento.
Por lo tanto, cuando a uno le enseñan que algo “no se debe hacer” debería entender la razón ya que, si no su aprendizaje nunca será completo y no podrá sacarle un verdadero partido a esa “norma” o "prohibición" ni comprender en qué ocasiones no le interesará utilizarla. De hecho es mucho más importante conocer su razón de ser, su esencia, que la “regla” en sí misma.
Este artículo ha abordado un tema que en muchas ocasiones es origen de polémicas. Su objetivo es clarificar, dentro de mis posibilidades, algo más estos conceptos. A menudo en estas polémicas ambas partes tienen razón:
A: A un músico no se le debe decir lo que puede y no puede hacer, no se le debe “atar las manos”. Esto es cierto.
B: Cuando un músico quiere llegar a un destino debe conocer el camino (aunque sea por intuición). Esto es cierto también.
Cuando hablamos de “reglas, normas y prohibiciones” en música, hablamos de lo segundo.
Juan Ramos