Behringer Flow 8, la mezcla digital llega al pequeño formato
Hay abundante oferta de mezcladores de base analógica que hacen funciones de interfaz digital (típicamente 2x2), pero con Flow 8 Behringer aporta un sistema de mezcla enteramente digital con coste y dimensiones entrada/salida reducidos.
La combinación no deja de ser un tanto singular y desde luego sobre el papel parece más que atractiva. La estética recuerda vagamente a Wing, aunque las características son muy distantes.Algo que nos lleva a pensar que quizá este modelo sea precursor de otros con diferentes dimensiones y posibilidades. Orientado a un uso sencillo y con posibilidad de control remoto vía bluetooth, así como de usarse unido a un pie de micrófono con una pinza opcional, el músico que mezcla en vivo varios instrumentos y o micrófonos por sí mismo es un mercado claro. Pero al servir también como interfaz hacia ordenador con 10x2 (10 entradas, 2 salidas) puede tener perfecto encaje en el pequeño estudio a la hora de grabar.
Los dos primeros canales microfónicos son especialmente cuidadosos y limpios, con cifras de EIN y THD+N muy destacables gracias a los preamplificadores desarrollados por Midas, y con opción a alimentación phantom 48V. Los dos siguientes ofrecen conector combo y admiten señal microfónica (sin phantom y con prestaciones ligeramente inferiores) o bien conexión de señal línea. Los dos faders siguientes corresponden a dos pares estéreo de entrada, que pueden usarse también para señal mono y que admiten conexión directa de instrumento (entradas hi-Z para guitarra o bajo).
Si echáis en falta los controles de ganancia es porque esta es programable vía aplicación. Pero además, en aras a la sencillez, existe la posibilidad 'EZ-Gain' que analiza la señal entrante y optimiza el control de nivel para adaptarse a ella.
El conector para pedal de control desde el frontal es otro guiño hacia los usos 'en vivo'. Permite gobernar la activación/desactivación de efectos o realizar ajustes 'tap tempo'.
Los faders son de 60 mm de recorrido, y el control giratorio grande acompañado de anillo de LEDs permite definir el nivel de la salida maestra, evitando así la necesidad de un control de monitores dedicado. Como es habitual en mezcladores digitales, el mismo juego de faders se usa tanto para ajuste de niveles en mezcla LR, como para regular la combinación de los canales en el envío a cada efecto interno o a cada salida de monitores. No son motorizados, pero sí tienen apoyo visual con el led 'offset' para saber cuándo su posición no coincide con el valor real del parámetro que se está ajustando.
En cuanto a procesamiento, cada canal cuenta con compresor y EQ de 4 bandas, y existen dos buses de efecto internos que aportan 16 posibilidades que recorren reverbs, ecos y modulaciones. Además hay dos buses de envío a monitores con salidas dedicadas (mono). El bus maestro LR y los dos buses de monitores cuentan con limitador y EQ de 9 bandas.
La conexión bluetooth además de permitir controlar remotamente el mezclador tanto con iOS como con Android, puede usarse para entregar una señal audio estéreo hacia la mezcla.
La aplicación Flow aporta también controles extenos, y posibilidad de memorizar y reclamar instantáneas ('snapshots').
Vía USB, como decíamos, aporta un interfaz de diez entradas (las 4 señales mono y los dos pares estéreo de sus entradas, más el par LR de mezcla principal) y dos salidas. Maneja formato de 48kHz y 24 bits.
Se incluye un alimentador y se también sugiere el posible uso con un 'powerbank' USB debido al bajo consumo.
El precio, que rondará los 200-250€, debe considerarse a la luz de las amplias funciones y el plus de calidad frente a otros mini mezcladores, ejemplificada en esos dos canales de micrófono Midas, o en el uso de salidas tanto LR como hacia monitorres balanceadas.
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