Electric Jukebox quiere acercar el streaming a gente sin interés por la tecnología
Todos los grandes servicios de streaming suelen partir de la idea de que sus potenciales usuarios disponen de móvil, ordenador portátil o tableta. Da igual que hablemos de Apple Music, Spotify o Dezeer. De ahí que oferten acceso a la música combinando aplicaciones para ese tipo de dispositivos, aunque en algún caso también desplieguen ventanas desde el mundo de los televisores inteligentes.
Sin embargo, todavía hay una buena cantidad de aficionados a la música que no tiene una relación muy estrecha con la tecnología. Un perfil de gente que vive prácticamente de espaldas a la revolución que ha supuesto el streaming y que no encuentra un servicio que se adapte a ellos. Un nicho al que se dirige precisamente Electric Jukebox, un dispositivo creado por el británico Rob Lewis.
Este cacharro, que recuerda al mando de una Wii y lleva un micrófono integrado, se conecta a la televisión, desde donde se puede acceder de forma ilimitada a un catálogo de 30 millones de canciones. Se trata de un concepto “plug and play” que además viene acompañado de un menú muy básico para facilitar su manejo.
La misma sencillez que rodea a todo lo que tiene que ver con su funcionalidad la encontramos en el tema de pagos. Electric Jukebox no obliga a hacer un desembolso mensual a cada usuario sino que una vez que compras el dispositivo -cuyo precio es de 179 libras- ya tienes acceso a la música durante un año. Eso sí, pasado ese tiempo deberás pagar de 60 dólares. De lo contrario únicamente podrás acceder a una selección de listas de reproducción.
Está claro que para que el streaming pueda ser rentable para todas las partes implicadas en ese negocio hay que llevarlo a unas audiencias todavía mayores. Dispositivos similares tal vez sean el camino. Sin embargo, el inventó de Lewis es probable que se quede en algo demasiado limitado. ¿Acabaremos viendo cacharros similares fabricados por Spotify, por ejemplo?
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