Sintetizadores

Un estudiante de PhD construye un Mini-Oramics, el instrumento perdido de Daphne Oram

10/06/2016 por Miguel Isaza

Cualquier persona inmersa en el mundo de los sintetizadores, sabrá probablemente quien es Daphne Oram, o al menos la importancia y originalidad de sus propuestas, no solo por el momento histórico en el cual las realizó, sino por el dichoso atrevimiento de proponer nuevos sonidos, como bien se conoce en otros proyectos de su casa madre, la BBC Radiophonic Workshop de la cual es co-fundadora.

Daphne Oram fue una visionaria compositora que no se resistió a abandonar el camino de la música tradicional, para aceptar su trabajo como ingeniera en la mencionada casa sonora de la BBC en 1942 donde tuvo tiempo para experimentar con máquinas de cinta magnética, empleando varias de las alienígenas técnicas de la Radiophonic Workshop, reconocida por desarrollar sonidos increíblemente desconocidos y nuevos, con los cuales nutrieron de vida a muchas series de su tiempo.

Sin embargo, uno de los logros más destacables de esta inquieta ingeniera y artista, suciedió entre los años 1957 y 1959, con la creación de lo que podría ser uno de los instrumentos electrónicos más asombrosos de su época: Oramics, una especie ancestral de los samplers y sintetizadores actuales, basada en una técnica que, a partir de fotoceldas y cinta magnética de 35mm, permitía dibujar en un espacio situado sobre las cintas para que, en su relación con la luz y los receptores de la misma, lograra modular y moldear el sonido de diversas formas, pudiendo mediante los gráficos, generar señales que permitieran alterar amplitud, timbre, frecuencia y duración; además, con la interesante novedad de poder realizar procesos en múltiples pistas, aunque su resultado siempre era monofónico.

Es un fascinante enfoque de composición, sin duda alguna, aún más para su momento. Sin embargo, la máquina era excesivamente grande y de una complejidad que no iba a agradar al músico que buscara algo más compacto, quizás también, como mencionan investigadores, por la influencia que tenía en la época el Minimoog y tendencias similares. Por ello en 1970 la inventora comenzó a trabajar en un Mini-Oramics, pero nunca logró terminar un prototipo.

Sin embargo, la situación cambia hoy radicalmente gracias a Tom Richards, un estudiante de doctorado de la universidad Goldsmiths, quien fue invitado a investigar en torno a la idea del Mini-Oramics y tras un grandioso trabajo de investigación e ingeniería, ha logrado construir un prototipo funcional de la máquina, imaginando cómo si estuviera en 1973, incluso a la hora de construirlo ya que, según comenta, tenía la instrucción de hacerlo con tecnologías que estuvieran disponibles en dicho momento, aunque claramente se ha beneficiado de las actuales para su realización.

La máquina en cuestión funciona tal cual la imaginó Oram, basada en el concepto original, pero en este caso bajo un método mucho más depurado, al menos en términos de tamaño y complejidad de conexiones y circuitos. De hecho, su creador se encuentra actualmente colaborando con seis compositores, a quienes se les dará un tiempo para explorar Mini-Oramics y crear sonidos gráficamente, de una forma única que a cuestas trae una reflexión interesante, porque en un mundo de multi-touch y realidad virtual, es cada día más valioso recordar el pasado y saber, que en la precariedad, la creatividad viaja tan libre como en el supuesto avance de cualquier tecnología nueva.

Más videos en el canal de Tom Richards

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