Retrato de un diseñador de sonido
"Un hombre de pie por sí solo en un establo golpeando una bañera con un martillo puede verse como algo loco, pero en el mundo del diseño de sonido, es la norma."
El diseño sonoro es poesía, narración, un íntimo encuentro con la imaginación que se despierta como una dedicada atención e interacción con los objetos del mundo, con la finalidad de encontrar en ellos un sin fin de contrapartes del universo sonoro. Es una labor rigurosa, interna, de constante experimentación y búsqueda, de una implacable exploración que más que ir a los meros sonidos, pretende acercarnos a su experiencia inmediata.
El vídeo a continuación refleja esto a cabalidad, en tanto se construye no solo como una bella reflexión sobre la labor del diseñador de sonido sino desde una construcción que rinde, en todo sentido, tributo a esta apasionante labor. Pero es mejor ver y escuchar primero; luego hablaremos.
El vídeo en cuestión es obra del realizador audiovisual Josh Bennett y su protagonista es el diseñador de sonido Ali Lacey. Es de entrada interesante la forma como se plantea la relación entre el espacio, los objetos y la acción subjetiva, reflejando de una forma interesante y totalmente narrativa, esta relación que emprende el diseñador, tan hermética como expansiva y abierta, tan interna como externa, tan artística como analítica.
Esto está reflejado también quizás en la forma como Lacey se define, como un "artista de diseño sonoro"; es decir, trata de alguna forma, de reconocer el arte que implica el oficio mismo del diseñador. Arte porque exige de él, porque se forja en su diálogo con la herramienta, porque implica una expansión estética, porque le permite narrar y construir experiencias, pero ante todo, arte porque es su vida, su pasión más profunda, su relación más intensa con la escucha en todo el sentido de la expresión.
Para Lacey e trata de diseñar sonidos, tanto para instrumentos como para videojuegos, cine o TV y consiste no solo en "tomr sonidos para extenderlos o crear otros", sino también crear sonidos nuevos "de la nada". "Siempre es un experimento", dice Lacey, "un instrumento no tiene necesariamente que ser un instrumento... Una bañera no fue creada para ser golpeada, pero si suena asombroso, ¿por qué no?".
En este contexto, diseñar sonido es mantener una constante curiosidad, un incansable experimento con el mundo y con uno mismo; es buscar los sonidos en tanto se escuchan y se transforman desde la propia experiencia y desde la delicada relación con estos. Como dice y refleja el artista, es un asunto de amor, de pasión, y "siempre lo será". Samplear, como dice, es una tarea un poco tediosa pero vale la pena en términos de los resultados obtenidos, en la forma como culmina el proceso y lo que en última instancia refleja el sonido.
Como comenta, es una gran recompensa tan solo saber que su trabajo es utilizado para dar vida a diversos proyectos, bien sea una librería, un instrumento de Kontakt o el audio de una película, siempre es gratificante desde que sea algo que hace feliz a quien lo realiza. Y este es quizás tanto el fin como el motivante mismo, tanto lo que impulsa como aquello a donde se dirige la tarea de construir estructuras sonoras y disponer los procesos mismos del sonido para la narración no solo de historias de otra índole, sino ante todo de historias sonoras.