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Controller One, el plato casi perfecto

21/08/2014 por Teo Tormo Actualizado el 22/08/2014

Actualmente varias empresas desarrolladoras de equipamiento profesional para discjockeys están tratando de revitalizar el mercado del plato giradiscos en vista de que hay una demanda aceptable de este tipo de productos, especialmente para ser empleados con sistemas DVS. Pioneer recientemente presentaba su PLX-1000, totalmente basado en el diseño clásico de Technics y añadiendo un motor más potente y diferentes rangos de pitch, Reloop también ha seguido una línea de diseño basada en Technics para sus RP-7000 y RP-8000, añadiendo a este último algunos controles MIDI para relacionarse mejor con el software, DJ-Tech tiene al parecer casi listo su LF-12 (septiembre podría ser finalmente su momento de ver la luz), un plato que traerá conexionado específico para DVS y un motor que al parecer puede enviar MIDI, aunque todavía no han aclarado de qué manera ni cómo aprovecharlo. Hay más fabricantes que han sacado platos basados en las mismas tripas que emplea Reloop para sus platos (el OEM Hanpin DJ-5500), como Audio Technica, Citronic, Stanton…

Todas estas marcas han hecho básicamente lo mismo, sacar un plato para reproducir vinilos alterando su velocidad para poder acompasar las canciones y hacer el clásico beatmatch de sesión de club, y también añadirles motores lo bastante potentes como para tener mejor rango de pitch y también realizar turntablism con solvencia. Algunos han añadido funciones prácticas como doble botón de Start/Stop, conexionado que no va soldado, bonita iluminación, reproducción en reverse, algunos botones MIDI… pero a fin de cuentas, todos los platos están pensados para lo mismo y el diseño de la mayoría está basado en el clásico de Technics, incluyendo el diseño de la mecánica brazo. Y ojo, no digo que esto sea malo, sólo digo que es lo mismo. Si este tipo de mercado es bueno o malo, es algo que deben juzgar los consumidores de los productos.

Pero ha habido un fabricante que hace no muchos años trató de hacer algo que fuera mucho más allá de crear un plato que reprodujera vinilos de manera convencional para mezcla o para scratch. La idea fue crear un plato enfocado a turntablistas que permitiera ser usado como un instrumento musical. Muchos pensarán que eso en realidad es algo que los turntablistas ya hacen a través de la musicalidad que los fraseos de scratch pueden llegar a tener, pero la idea era poder tener un control total y absoluto sobre la tonalidad de reproducción, tanto en precisión como en velocidad de cambio de la misma, hasta el punto de poder tocar notas musicales con el plato como si de un teclado se tratara. La empresa que lo desarrolló fue Vestax, y el plato es el Controller One.

El concepto

El plato Controller One fue originalmente una idea de los discjockeys de turntablism y productores de hip-hop D-Styles y Ricci Rucker. D-Styles formó parte de Invisibl Skratch Piklz, un grupo de turntablistas norteamericanos de origen filipino, del que también formaron parte otros afamados maestros del turntablism como A-Track, Qbert o Mix Master Mike, y que alcanzó tal nivel técnico que la organización del DMC tuvo que pedir a los integrantes del grupo en el año 2000 que dejaran de presentarse a la competición anual para no desanimar a nuevos participantes a inscribirse, dado que se consideraba que era casi imposible derrotarlos. Ricci Rucker por su parte ha sido siempre destacado por su ideal de integrar la musicalidad dentro del mundo del turntablism y por tratar de buscar siempre innovaciones tanto técnicas como tecnológicas que permitan una evolución constante del turntablism como género musical. Ambos artistas trabajaron con el equipo de ingeniería de Vestax para desarrollar un plato que permitiera tocar notas musicales como si de un instrumento se tratara: el Controller One.

El Controller One es un plato con tres rangos de pitch, +/- 8, 10 y 60%. El pitch puede controlarse de la manera habitual en los platos profesionales, empleando un fader de 100mm, pero también puede controlarse mediante dos juegos de botones, que aprovechando el rango máximo del plato (el de +/- 60%) hacen saltar directamente la velocidad de reproducción de manera inmediata a puntos intermedios del rango. Al emplear un vinilo con tonos grabados en la nota C (Do), los cambios de velocidad suponen la reproducción de diferentes notas, alcanzando un rango de dos octavas completas. El potente y preciso motor de 2.7kg/cm de torque que Vestax diseñó para el plato, permite un salto casi instantáneo entre las diferentes velocidades, con lo que se pueden interpretar melodías sin problemas. Esta característica tecnológica, unida a técnicas de turntablism empleando el crossfader para ejecutar distintos tipos de cortes y movimientos de scratch con el vinilo, posibilita el realizar espectaculares interpretaciones de turntablism cargadas de musicalidad difícilmente replicables con otro tipo de equipamiento. Vestax entregaba con los platos vinilos con grabaciones de tonos en C.

El plato no tenía por qué reproducir una escala fija, el usuario podía programar el plato (función Memory Pitch) para que cada botón reprodujera la nota deseada, de manera que se podía introducir cualquier tipo de escala o incluso si se quería ir a lo fácil, programar en cada botón una nota específica de una melodía determinada, de manera que tocando los botones de manera secuencial pudiera reproducirse la melodía. A continuación un vídeo donde se explica mejor cómo funciona el Memory Pitch:

Diseño

El Controller One empleaba el clásico diseño rectangular, con el brazo en la esquina superior derecha y el control de Start/Stop en la esquina inferior izquierda, pero aquí acaba todo parecido con lo clásico. La orientación de todos los controles y el diseño de la carcasa está claramente pensado para disponer el plato siempre en posición “battle” a la hora de ser usado. Su brazo es de diseño recto (Vestax ha sido pionera en el tema de brazos rectos para platos profesionales) y emplea un sistema de anti-skate que se regula desde un control ubicado en la parte superior del brazo que se ajusta mediante tornillería. La tornillería es también el sistema empleado para ajustar la altura del brazo.

Junto al control de pitch, el Controller One cuenta con botonera en línea de 8 botones para ejecutar los saltos de tonalidad/velocidad, cada uno de esos botones cuanta con un indicador led de 7 segmentos que muestra la tonalidad a la que corresponde el botón. En el otro lado del plato, y junto a la bandeja giratoria, cuenta con una segunda botonera dispuesta siguiendo la curva de la bandeja giratoria, cada uno de estos botones tiene asignada la misma tonalidad/velocidad que los 8 controles que hay junto al pitch. La ubicación de esta segunda botonera es más inteligente de lo que parece, ya que permite que se puedan efectuar los cambios de tonalidad con la misma mano que el DJ emplea para scratchear el vinilo, dejando la otra mano libre para controlar el crossfader o cualquier otra función relevante. Un poco más abajo de esta botonera, hay una palanquita de pitchbend (como en los teclados) y también botones de pitchbend tipo CDJ, que aumentan o disminuyen la tonalidad un semitono de manera precisa, con lo que el DJ puede disponer de mayor riqueza interpretativa. Por si no fuera suficiente todo el control de pitch que el Controller One tiene integrado, el dispositivo cuenta con una entrada MIDI en la que se puede conectar un teclado MIDI o un pedal de control MIDI, con los que igualmente se puede controlar la tonalidad/velocidad, e incluso emplearlos para la programación de escalas. Evidentemente a esta entrada MIDI también puedes enviar notas de manera automatizada desde un secuenciador, para que el DJ pueda centrarse únicamente en las labores de scratch. Y antes de que nadie pregunte, sí, el plato también funciona en reverse.

A continuación, un vídeo donde se muestran las posibilidades del Controller One empleado en conjunción con un DAW, concretamente Ableton Live:

La carcasa externa del Controller One está realizada en madera noble, y no de cualquier manera: está tallada a mano. Esto quiere decir que cada Controller One es único, no hay dos exactamente iguales gracias a esta parte artesanal de su proceso de fabricación. Se ha comercializado en dos colores, rojo y negro, con un toque satinado en la pintura. En el modelo rojo se pueden apreciar mejor las vetas de la madera, algo que le confiere todavía un carácter más único a cada modelo. El uso de la madera como material fue algo que Vestax justificó alegando dos motivos: por un lado el mencionado acabado exclusivo y con regusto high-end, y por otra parte Vestax aspectos musicales y sonoros, ya que con la madera el plato tenía la resonancia de un instrumentos musical al realizar acciones de finger-drumming directamente sobre el disco. Otro detalle interesante del diseño son sus patas. Fueron diseñadas por Toyota, ya que Vestax quería un sistema de sujeción que absorbiera de la mejor manera posible cualquier tipo de vibración.

Uno de los pocos “peros” que se comenta que los usuarios del plato le han encontrado, es la falta de un control para regular la fuerza del motor, algo que en otros modelos de Vestax de inferior categoría sí que ha sido integrado, y que otras marcas que han fabricado platos con motores de alta potencia también han incluído, siempre con la finalidad de rebajar la potencia del motor e imitar el feeling de los platos Technics. El motivo de esta omisión, es que el dispositivo debe funcionar siempre aprovechando toda la fuerza del motor para poder hacer los cambios entre tonalidades de la manera más inmediata posible.

El Controller One no sólo es ideal para el scratching y las técnicas creativas que se puedan desarrollar aprovechando su capacidad para jugar con las tonalidades. Es un fantástico plato para mezclas de club que permite realizar beatmatch con una enorme precisión (“clava” los temas durante minutos sin necesidad de hacer correcciones) a pesar de que su pitch está controlado digitalmente.

Comercialización

El Controller One se mostró por primera vez a finales de 2005. Inicialmente se fabricaron 100 unidades (50 negros y 50 rojos) “en serie”, aparte de algún prototipo que Vestax hizo circular entre diversos especialistas, ferias y turntablistas de renombre para obtener feedback. El motivo de fabricar tan pocas unidades era que sencillamente Vestax tenía claro que Controller One es un plato en el que sólo los turntablistas más avanzados podrían tener interés, además su precio de venta era bastante elevado, entre 1.400-1.500€, algo muy superior a los 500€ que aproximadamente se pagaba por un plato profesional en aquel momento. Hacerse con una pareja suponía una inversión de cerca de unos 3.000€, y todo para un producto con un target enormemente reducido y exclusivo. En 2007 supuestamente iba a ser posible comprarlo en Europa, pero en muy pocas tiendas apareció como disponible en stock, y apenas durante un año. Realmente nunca tenían uno, siempre te decían que se obtenían por pedido anticipado a Vestax. Personalmente debo decir que jamás he visto uno expuesto en ninguna tienda en España. Según se dice, el producto en realidad nunca obtuvo oficialmente la categoría de producto “retail”, o de venta al por menor.

La mejor manera de obtenerlo al parecer ha sido pedirlo directamente a Vestax en Japón, que tardaba aproximadamente un mes en servirlo. En Estados Unidos al parecer los propios D-Styles y Ricci Rucker se encargaron de pedir a Vestax algunas unidades para venderlas a discjockeys de su círculo personal. El producto actualmente no está considerado como descatalogado por Vestax de manera oficial (aunque tampoco se sabe cuánto tiempo puede durar esa situación), y supuestamente se podrían encargar todavía contactando directamente con la marca en Japón, aunque se desconoce la cantidad que Vestax puede pedir por hacerte una unidad. El precio de reventa de los Controller One ha sido de todo tipo, se han llegado a ver hasta por 3.000€ la unidad en Ebay.

Existe un rumor de que el motivo por el que el plato no se fabricó en masa fue que el motor que incorporaba estaba desarrollado por un tercero que dejó tirada a Vestax y por ello se abandonó el producto. El rumor es falso, el Controller One emplea el mismo motor que posteriormente se ha montado en el plato PDX-3000MKII, un plato que también cuenta con entrada MIDI, con lo que aunque no cuenta con las botoneras de control de tono ni la función Memory Pitch para almacenar sus propias escalas, puedes conectar igualmente un teclado y enviar mensajes MIDI para controlar la tonalidad.

El Controller One no fue el único producto que Vestax desarrolló con la idea de convertir un dispositivo para DJs en un completo instrumento musical. En la misma línea también lanzó el Faderboard, un dispositivo basado en el diseño de un mixer de 10 canales, pero pensado para disparar samples en diferentes tonalidades según el fader que se accionara. La idea de Vestax de reaprovechar los dispositivos y técnicas de los DJs como dispositivos y técnicas válidas para la ejecución musical (y no la simple reproducción de algo pregrabado) es muy interesante, aunque francamente compleja de llevar a cabo y difícil de extrapolar más allá de los géneros de música urbana y de baile. Este tipo de dispositivos además de caros requieren su propia curva de aprendizaje y una aplicación muy concreta de la teoría musical. Con todo, siempre he considerado loable el esfuerzo innovador de la marca japonesa, que siempre ha llevado una línea propia de desarrollo en sus productos en la que ha demostrado que no necesita fijarse en lo que hacen los demás para crear cosas originales.

Como curiosidad final, comentar que al igual que D-Styles y Ricci Rucker tuvieron “su propio plato” gracias a Vestax, casualmente DJ Qbert también tuvo gracias a Vestax un plato diseñado por él aunque con una orientación muy diferente, el QFO, un plato que por cierto tuvo bastante más difusión y del que ya hablaremos en otra ocasión. Es curioso que Vestax fuera la marca interesada en convertir las ideas de estos DJs en algo tangible, especialmente porque se comenta que Qbert y Rucker no tenían un buen concepto el uno del otro, Rucker al parecer ha criticado en diversas ocasiones a Qbert acusándole de repetir una y otra vez las mismas técnicas y estar estancado, mientras que Qbert al parecer le contestó en cierta ocasión a Rucker que era increíble lo lejos que había llegado en la vida para provenir de un “trailer park” (una especie de campings de EEUU donde vive gente de baja escala social). Aunque esto ya son cosas casi de más de prensa rosa.

Agradecimientos: No hubiera sido posible este artículo sin la colaboración del hispasónico Loomy, que ha sido cuatro veces campeón de España de DMC y dos veces campeón del Vestax Extravaganza. Loomy fue uno de los privilegiados (con razón) que pudo probar el prototipo de Controller One que Vestax prestó a algunos expertos y además realizó un vídeo presentando el plato en el poco tiempo del que pudo disponer de él. Lamentablemente el vídeo hoy en día no puede verse, ya que Vestax quería que la presentación oficial en vídeo la realizaran D-Styles y Ricci Rucker, y le pidieron que retirara su vídeo, algo a lo que accedió. Curiosamente y por motivos desconocidos, el vídeo de D-Styles y Rucker nunca llegó a ver la luz. Las fotos que ilustran el artículo no son fotos promocionales del catálogo de Vestax, son fotos de los dos Controller One de los que Loomy actualmente es un orgulloso poseedor, y a los que seguro que saca un gran provecho. Gracias Loomy por colaborar una vez más con Hispasonic.

Así de bien queda una pareja de Controller One en una cabina.
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