Entrevista a Alberto de la Rocha: «La informática musical me abrió un mundo de experimentación muy importante»
No sabría decir si Alberto de la Rocha es un abogado que lo dejó todo por la música, o un músico al que no le convenció lo de ser abogado. Tras estudiar piano y canto desde niño, Alberto se licenció en Derecho y ejerció esa profesión durante diez años, hasta que decidió que lo que él que quería hacer era ser compositor y productor musical. Una decisión que con el tiempo lo llevó a la ciudad Los Ángeles, donde en la actualidad trabaja como compositor de bandas sonoras y productor de música latina.
Autor también de tres álbumes personales, Alberto está trabajando en la actualidad en su cuarto disco, apostando esta vez por el jazz melódico. A lo largo de su carrera ha trabajado con artistas como la cantautora Kelly Levesque, el guitarrista John Parsons o el batería Toni Mateos, además de con un sin fin de músicos orquestales de algunas de las orquestas más prestigiosas del mundo. En 2013 obtuvo el premio a la Mejor Música Orquestal Instrumental Contemporánea de los Hollywood Music in Media Awards (Los Ángeles), al que le han seguido otros premios y honores desde entonces.
¿Cuáles son tus mayores referentes musicales?
Es difícil enumerar todos los artistas que han influido en lo que hoy forma parte de mi música por una razón u otra. Compositores como Aaron Copland, Rachmaninov, John Williams, John Barry, James Horner, James Newton Howard, Ennio Morricone, y artistas de música moderna como The Alan Parsons Project, Sting, Barbra Streisand y Frank Sinatra han dejado una profunda huella en mi música.
¿Cuándo descubriste que querías dedicarte a esto?
Pues fue a una edad ciertamente avanzada, porque me licencié en Derecho en la Complutense de Madrid, y ejercí como abogado durante una década, llevando una variedad amplia de litigios en los tribunales, desde lo civil a lo penal, pasando por lo administrativo o mercantil, antes de aventurarme profesionalmente al mundo de la música, que siempre había estado en mi vida, sin embargo, en un segundo plano público, pero desde luego, en un primer plano personal.
¿Cuál fue el instrumento musical o el dispositivo de sonido que lo inició todo, y qué sentiste al usarlo por primera vez?
Creo que hay dos momentos cruciales en mi vida que iniciaron o propiciaron que hoy haga música. El primero fue un teclado que me regalaron mis padres unas Navidades, era uno de esos que tenían mueble amplificado y botones y deslizadores de tipo órgano. Con él aprendí a tocar algunas canciones, y tenía facilidad para encontrar de oído la melodía y la armonía de muchas de ellas. Luego vinieron otros teclados y sintetizadores y un piano acústico vertical a lo largo de mi infancia y adolescencia, compaginándolo con mis clases de solfeo y piano.
El segundo punto de inflexión fue la aparición de la informática musical, cuando descubrí que podía usar un ordenador, no sólo como un grabador multipistas, sino también armar la estructura de una obra musical y experimentar con la función que desempeñaba cada sección instrumental, por ejemplo, de una orquesta (cuerdas, vientos, metales, percusión...etc.). Eso me abrió un mundo de experimentación y de conocimiento autodidacta muy importante. Muy por encima de la lentitud con la generalmente se trataban esos temas en la enseñanza oficial de estudios de música y conservatorios, que no satisfacían mi necesidad de conocimientos para dar rienda suelta a mi creatividad e imaginación musical.
¿Podrías hacernos un resumen de los elementos principales de tu estudio actual?
Cuento con un estudio/sala de cine con ProTools con una mesa Digidesign ICON D-Control que compré hace más de una década. Tiene con un proyector Christie, sistema de sonido Meyer Sound 11.2 para salas de cines comerciales, pantalla de cine certificada THX, y un Mac dedicado para las tareas de mezcla y masterización. Pero mi equipo diario de trabajo está compuesto de un PC hecho a medida con un procesador AMD Ryzen Threadripper 3960x 4.5GHz de 24 núcleos con 256 GB de RAM, que alterno con un Macbook Pro M2 Max de 96GB de RAM. Como unidades de almacenamiento uso discos en estado sólido internos en el caso del PC y unidades externas con el MAC. Probablemente más de 16TB de librerías y carpetas de trabajo. También tengo un portátil PC MSI con 8TB de almacenamiento interno como apoyo para ciertas tareas.
En el lado exclusivo del audio, dispongo de una Apogee Symphony I/O MkI, que me encanta y trabajo con ella desde hace muchos años, y también una Prism Audio Titan para el PC, ya que la Symphony no es compatible con sistemas Windows. Las escuchas que tengo son Focal SM9, B&W Diamond Serie 800, Dynaudio BM15 y Dynaudio Air 6 5.1. Y varios previos, Millenia y SSL.
¿Cuál es tu DAW principal? ¿Usas más de uno?
Uso Cubase 12 con el PC y también Logic Pro en el Mac. Creo que ambos son excelentes y pueden ser complementarios en ciertas tareas creativas o simplemente por la facilidad de uno u otro en diferentes situaciones.
¿Tienes algún método o flujo de trabajo definido a la hora de abordar un nuevo proyecto?
Cada tipo de proyecto requiere un método diferente. Un proyecto con un plazo de entrega o deadline concreto requiere trabajar de la manera más eficiente y rápida posible, pero cuando trabajo en un proyecto personal, donde me permito el tiempo necesario para lograr un resultado óptimo para mi exigencia personal, el método puede ser diferente, en cuanto a trabajar o no con plantillas personales en el DAW, por ejemplo. Lo que suelo hacer es escribir primero una línea que dibuje una idea principal o inicial desde la que luego vayan emergiendo las ideas secundarias y desarrollando la obra musical y su estructura. Así que, en ocasiones no se escribe de manera horizontal, es decir, de inicio a fin del tema, sino de manera vertical, empezando por una idea y armonizándola con las distintas líneas de las secciones o instrumentos de manera paralela a la melodía, escribiendo los contrapuntos, etc. Pero como la creatividad también requiere de cierta carga artística, el método puede variar y no ser un procedimiento completamente rígido. Cada compositor tiene sus procesos y técnicas particulares, incluso cuando la industria te requiere una producción de música en serie con plazos que te requieren el seguimiento de un procedimiento que como dije más arriba sea rápido y cumpla el objetivo.
¿Cuál es tu instrumento o herramienta favorita hoy en día?
Siempre he compuesto con un piano, que es el instrumento con el que más practiqué, pero como soy muy curioso e inquieto, también intenté con la flauta, la guitarra, el acordeón, el saxofón, sin llegar a ser tan importantes como el piano para mí. Pero como compositor de orquesta, me parecen todos los instrumentos fascinantes por sí mismos, sin olvidar los modernos como las guitarras eléctricas, sintetizadores, etc.
La herramienta fundamental para mí —aparte de tu propia cabeza, tu consciencia musical, que emerge también de tu interior más profundo, lo que nos lleva a la idea filosófica de la música, donde considero se encuentra el núcleo de la creatividad— es, sin duda, el DAW.
¿Cuál ha sido tu última adquisición para el estudio? ¿Has acertado con la compra?
Hace tiempo que no adquiero material nuevo de hardware para el estudio. No digo que no sea importante, pero ahora el software tiene una relevancia que aparta en buena medida los aparatos electrónicos que antes eran imprescindibles. Pero, desde luego, hay cosas que son más cómodas de usar todavía cuando tienes botones físicos. Muchos compositores e ingenieros de mezcla incluso, lo hacen todo dentro del ordenador, lo que llaman in the box. Y no se echan mucho de menos los aparatos de hierro de los estudios convencionales.
¿Y lo próximo que te gustaría comprarte?
Pues estoy dando vueltas a comprar un piano de gran cola, pero aún no sé ni donde ubicarlo, jajaja. Quizá pronto esté en el estudio.
¿Algo que te encantaría tener pero que, por la razón que sea, sabes que no va a ser posible?
Durante mucho tiempo ha sido un piano de gran cola. Me parecía una inversión demasiado grande que sólo se justifica si eres un fanático del piano y puedes permitírtelo, con algunos sacrificios a cambio, por supuesto.
¿Alguna técnica o truco de producción que haya influido de forma evidente en tu flujo de trabajo?
Creo que todo lo que he aprendido a lo largo de los años ha sido paulatinamente. Claro que ha habido veces que he encontrado un atajo a una técnica nueva o una sucesión armónica que te sorprendía gratamente, pero por lo general, el conocimiento ha sido con la práctica, el estudio y observando a otros compositores de los que siempre es bueno aprender.
¿Algún momento de tu carrera especialmente importante?
Ha habido momentos que considero, más que importantes, entrañables en mi carrera. Desde las personas que te felicitan por haber conseguido llegar a hacerles sentir emociones o tocarles el corazón, los reconocimientos y premios que avalan que lo que haces es merecedor de admiración y respeto por profesionales como tú, y también haber podido conocer a compañeros y músicos virtuosos alrededor del mundo. Y especialmente en la ciudad de Los Ángeles, California, que jamás creía poder conocer en persona y mucho menos trabajar con ellos, desde cantantes, violinistas, trompetistas, percusionistas, guitarristas, ingenieros, compositores, arreglistas, orquestadores, y un sinfín de personas increíblemente talentosas, que han influido en mi percepción y fascinación por la música, o directamente han enriquecido con su maestría el resultado de mi música y mis grabaciones.
¿Qué consejo le darías a la gente que empieza ahora?
Dedicarse a la música siempre ha surgido de un sueño, de una vocación. Quienes empiezan deben saber que quien tienen que estar satisfechos con lo que hace uno mismo. Que se encontrarán a gente que no valore adecuadamente su trabajo. Y hoy sabemos, por la saturación de oferta musical que tenemos a través de las plataformas de música en streaming, que la música, de algún modo, ha perdido valor. Valor en sí mismo, como percepción de la admiración de tu música por las personas o la cuantía económica que otros estarían dispuestos a ofrecer por ella. Porque obviamente, hoy se paga menos, habiendo lógicamente mucha más oferta. Siempre hay excepciones, que normalmente están apoyadas por grandes corporaciones que sustituyen a las antiguas discográficas. Pero el modelo de negocio ha cambiado hacia la música en vivo, la audiovisual y el merchandising asociado al artista, y las grabaciones se han quedado para los coleccionistas y grandes amantes de escuchar música y descubrir nuevos talentos, que también existen, pero son minoría.
¿Te gustaría nominar a alguien para este cuestionario?
Estoy pensando en el compositor y orquestador argentino Bruno Valenti, al que le comenté y estará encantado de atender esta amable entrevista.
¿Algo que quieras añadir a título personal?
Actualmente estoy trabajando en mi cuarto álbum, un proyecto de jazz melódico con orquesta y big band que contará con la colaboración de artistas de renombre internacional. Está previsto que la grabación se lleve a cabo entre Londres y Los Ángeles durante los próximos meses.
Más sobre Alberto de la Rocha
Discografía seleccionada
- Fantasy (2011) | Spotify
- The Magic of Life (2016) | Spotify | Apple Music
- Los Lazos de la Amistad (2023) | Spotify | Apple Music