Entrevista a Javier Quilis: «Me encanta aprender de los demás para avanzar un poco más cada día»
Javier Quilis, a quien nominó Adrián Schinoff para participar en el Cuestionario Hispasónico, es, valga la redundancia, un ilustre hispasónico a quien muchos ya conoceréis porque es un participante habitual en nuestras noticias, debates y foros. Hace unos quince años comenzó su andadura musical en el mundo de la producción orquestal con librerías de sonido y, aunque ha pasado por varias escuelas de música y conservatorios, él prefiere definirse como un músico autodidacta.
Ha obtenido varios reconocimientos, entre los que destacamos el premio Jerry Goldsmith 2018 (en la categoría de “Libre Creación”), una nominación a los Premios Fimucinemá 2019 (junto al compositor Josué Vergara) a mejor banda sonora de cortometraje, o el Hollywood Music en los Media Awards 2018 (en la categoría de “Clásica Contemporánea”). Le apasiona la programación con librerías orquestales y el nivel de realismo que están alcanzando hoy en día. En la actualidad, alterna su faceta compositiva con charlas, reviews y artículos en diferentes webs y canales de YouTube.
¿Cuáles son tus mayores referentes musicales?
Pienso que la música es un “lenguaje” que usamos para comunicar…, y los estilos son como sus “idiomas”. Me encanta escuchar en Spotify bandas sonoras, música clásica, new-age, música celta, pop de los 80, jazz... Creo que también es una fantástica oportunidad para aprender otras formas y otros prismas que nos pueden ser útiles en nuestra faceta como creadores.
Cada música tiene su momento para ser disfrutada. Mis referentes son todos aquellos que me emocionen por una u otra razón. Y la lista es interminable.
¿Cuándo descubriste que querías dedicarte a esto?
Desde siempre he tenido claro que quería dedicarme a crear y componer música. Pero, por otro lado, también tomé la decisión de que la música no fuese el medio para ganarme la vida. Evidentemente eso conlleva grandes inconvenientes, pero también ofrece algunas ventajas. Puedo centrarme sólo en aquello que me guste, me apasione o capte mi atención. Es una relación “idílica” y me gusta que sea así. No compongo para alcanzar ninguna meta u objetivo. Mi “éxito” es poder sentarme delante del ordenador todos los días y crear. No necesito más.
Dicho esto, mi respeto y admiración por aquellos que, con coraje, determinación y talento, escogen hacer de la música su profesión.
¿Cuál fue el instrumento musical o el dispositivo de sonido que lo inició todo, y qué sentiste al usarlo por primera vez?
Principalmente dos. Por un lado, el Casio PT-1. Era un teclado de juguete que me compraron mis padres cuando tenía siete años. Descubrí que disfrutaba creando mis propias melodías, por simples y sencillas que fueran.
Años más tarde compré el sintetizador Korg M-1. Fui a probarlo, lo encendieron, escuché el primer preset (00 Universe) y me quedé alucinado. Se vino directo a casa. Jajaja. Además de su banco de sonidos, permitía poder grabar hasta ocho pistas, crear patrones, modificar parámetros, etc. Con él pude desarrollar conceptos como la programación, mezcla, síntesis, etc.
¿Podrías hacernos un resumen de los elementos principales de tu estudio actual?
Mi home studio ha ido evolucionando con el paso de los años. La filosofía es tener un sistema lo más sencillo posible, pero de la mayor calidad/prestaciones que pueda.
Actualmente trabajo con un PC (18 nucleos, 256 Gb de RAM, 14 Tb de disco duro M2). Uso como tarjeta de sonido una Prism Sound Titan. Como sistema de monitores tengo unos Focal Trio 11Be (campo medio) y unos Dynaudio Core 47 (campo cercano). Tengo un control de monitores SPL MTC Mk2. De teclado controlador uso un Studiologic SL88 Grand junto a la SL Mixface.
En cuanto a equipo externo, aunque no suelo realizar muchas grabaciones, compré un par de previos estéreo (Kahayan 12k72 y SPL Goldmike II). Y si hablamos de microfonía: de gran diafragma tengo un Lauten Audio FC-387. En pequeño diafragma tengo unos Beyerdynamic MC-930 st y los Shure KSM-141 st.
El home studio está acondicionado acústicamente con paneles, difusores y trampas de graves de marcas como Hofa, ATE Acústica o Propanel Acústica. Como curiosidad, el ordenador estáubicado en una habitación anexa. Así tengo un cuarto muy silencioso que me permite usarlo también para las grabaciones puntuales.
Me siento muy contento con lo que tengo. Pero también digo que, con un portátil y unos auriculares, puedo crear música igualmente. No es el arco, es el indio.
¿Cuál es tu DAW principal? ¿Usas más de uno?
Descubrí Cubase en su versión para Atari ST-1040 en los 90. Desde entonces, siempre he trabajado con él. Es como tener un estudio completo a golpe de ratón. Fácil de usar, intuitivo y en cada versión mejoran el flujo de trabajo. Ahora uso la versión 13 Pro del programa de Steinberg. Me parece uno de los inventos del siglo.
¿Tienes algún método o flujo de trabajo definido a la hora de abordar un nuevo proyecto?
Normalmente parto de una idea básica al piano (melodía y armonía). A partir de ahí comienzo a “vestir” ese boceto con la ayuda de las librerías de sonido y sintes VST. En cuanto a la estructura, no tengo un patrón fijo. A veces tengo el leitmotiv, a veces sólo la parte final, y a veces una introducción. Todo depende de cada composición. En ocasiones soy más metódico y en otras más creativo.
¿Cuál es tu instrumento o herramienta favorita hoy en día?
El ordenador es el centro del home studio y, por tanto, la pieza que más valoro. Gracias a Dios hoy en día podemos trabajar sin ningún tipo de restricción técnica. La imaginación es nuestro único límite. Siempre he pensado qué hubiera sido del mundo de la música en los años 60,70 y 80, si hubieran tenido un ordenador y un DAW.
¿Cuál ha sido tu última adquisición para el estudio? ¿Has acertado con la compra?
Pues una de mis últimas adquisiciones ha sido una silla Herman Miller, modelo Embody. Todos los que andamos por estos lares pasamos muchas horas sentados y creo que, tan importante es tener un buen equipo, como trabajar cómodamente en él. Se trata de una inversión considerable, pero merece la pena cada euro invertido. La salud es fundamental.
¿Y lo próximo que te gustaría comprarte?
Padezco síndrome de G.A.S. Jajaja. Es broma. Lo que sí es cierto es que me gusta invertir en mi home studio y apreciar las mejoras de los equipos que voy adquiriendo.
Tengo una lista de deseos que incluye micros como el Kahayan 4k7 o unos DPA 4006, unos monitores PMC, una controladora Grace Design MC905, etc. Ahora estoy mirando un subwoofer.
Nada de ello me urge. Es cuestión de tiempo, paciencia y ahorrar.
¿Algo que te encantaría tener pero que, por la razón que sea, sabes que no va a ser posible?
Más que tener un determinado equipo, mi sueño sería poder grabar un disco orquestal en los estudios Abbey Road con la London Symphony Orchestra. Es un lugar mítico donde han grabado desde los Beatles hasta John Williams. Y la L.S.O. ha interpretado la gran mayoría de las bandas sonoras icónicas de la historia del cine.
El coste para llevarlo a cabo es muy elevado… aunque nunca se sabe. La vida da muchas vueltas.
¿Alguna técnica o truco de producción que haya influido de forma evidente en tu flujo de trabajo?
Una de las cosas que más valoro de vivir en esta época es la posibilidad de acceder a cualquier tipo de información a golpe de clic. Hispasonic es mi lugar de referencia para estar al día de productos, novedades, etc.
Que quiero saber algo de Cubase y sus funciones, visito el canal de Carlos Mariño. Que tengo dudas sobre armonía y estructura musicales, voy al canal de Tony Domenech. También estoy en un grupo de Whatsapp de compositores (con más de 100 personas) donde nos echamos un cable unos a otros. Ahora mismo estoy leyendo el libro “Composición y orquestación para Bandas Sonoras” de Lluís Vergués.
Me encanta aprender de los demás para avanzar un poco más cada día.
¿Algún momento de tu carrera especialmente importante?
Musicalmente hablando dos: el primero fue la grabación de mi primer disco con orquesta sinfónica llamado A Dream Come True. Nunca imaginé que ese momento pudiera llegar… y llegó. Pasé toda la grabación del mismo emocionado, llorando, pero repleto de felicidad.
El segundo fue ver en concierto a John Williams. Lo he podido ver recientemente en Viena, Berlín y Milán. Es un compositor al que admiro profundamente por todo lo que ha aportado al mundo de la música de cine. Y me parece un maestro. Sus partituras son lecciones excepcionales de armonía, contrapunto, orquestación, etc. Verlo en directo fue memorable. Ojalá viva muchos años y nos siga regalando su talento en futuras bandas sonoras.
¿Qué consejo le darías a la gente que empieza ahora?
Disfruta de lo que haces, vive la vida y que no te importe lo que opinen los demás.
¿Te gustaría nominar a alguien para este cuestionario?
Hay muchas personas a las que admiro y, curiosamente, a muchas de ellas las descubrí en esta web.
Me encantaría proponer a Alberto de la Rocha. Es hispasónico de toda la vida y un fantástico compositor. Ha grabado música orquestal en Los Ángeles, Berlín o Bratislava entre otros lugares. Además, su estilo combina lo sinfónico con elementos de la música moderna como el jazz, swing, big band, etc. Creo que es un perfil muy interesante y estoy seguro que os sorprenderá.
¿Algo que quieras añadir a título personal? ¿Tus próximos proyectos?
Hace unas semanas se estrenó Renaissance, una obra por encargo para banda de música, orquesta virtual y narrador. Su director (Carlos Riera) y yo, quisimos hacer algo diferente a los conciertos tradicionales y optamos por buscar un lenguaje y una estética muy audiovisual. Combinamos música con luces, proyecciones, efectos visuales, etc. Tuvimos una gran acogida y esperamos poder hacer más representaciones.
Por otro lado, estoy en la fase de preproducción de lo que será mi nuevo disco The Joy of Life. Tengo muchas ganas de volver a grabar con una orquesta real.
Para finalizar, quiero daros las gracias por pensar en mí para este cuestionario y saludar a todos los compañeros y amigos hispasónicos.
Más sobre Javier Quilis
Discografía seleccionada
- A Dream Come True (2017) en Spotify
- A Dream Come True (2017) en Apple Music