Dos soluciones para ir más allá del estéreo en nuestros conciertos
d&b Audiotechnik Soundscape
En el estand de d&b Audiotechnik de la pasada edición de la Afial, un siempre atento Roger Rios me introdujo el sistema Soundscape de la marca alemana, con esa sonrisa que le caracteriza. El producto en sí no es más que una caja negra (DM1000) que realiza las operaciones necesarias para su cometido: la explosión de nuestras mezclas en estéreo a una solución que intenta mejorar el espacio sonoro de nuestras producciones, incluso en un espectáculo inmersivo de 360º.
Básicamente, y sin querer entrar en demasiados detalles, el sistema utiliza un conjunto de cajas acústicas repartidas o bien en todo el frontal del escenario o bien incluso podemos realizar un montaje que sumerja el espectador en un campo sonoro envolvente. Si nos centramos sólo en la parte frontal, destruimos la configuración estándar de 2 arrays para una configuración LR convencional para otra donde colocamos tantos arrays como deseemos, teniendo en cuenta que cuantos más arrays, mayor sensación de espacialidad sonora. Lo mismo podría ocurrir en nuestra envolvente: tantos puntos sonoros como nuestro presupuesto permita.
De esta manera, esa caja negra utilizará la información de posición de nuestras fuentes sonoras y calculará automáticamente en qué cajas y niveles debe emitir esos sonidos particulares para dar la sensación exacta de su ubicación física, tanto horizontal como en profundidad. En realidad, sistemas como los creados por Dolby (el más reciente el Atmos), pero también DTS o Sony en el campo del cine ya nos han acostumbrado a una inmersión sonora total en un ambiente controlado como puede ser una sala de cine (o en nuestro propio hogar con un asequible equipo 5.1). Aunque suena tremendamente atractivo, mi duda como técnico de sonido que mezcla una banda es ¿cómo de complejo puede suponer ‘mezclar’ y preparar un concierto de estas características?
He aquí lo sorprendente del sistema, o como mínimo para mí. La transición de una mezcla 2.0 estándar a otra multicanal bajo el sistema Soundscape es tremendamente fácil. Con el concurso de un software específico creado por la marca (que de hecho ya viene integrado en sus soluciones ArrayCalc y R1, y está disponible en dos versiones: En-scene y En-space), apenas debemos indicarle la posición física de nuestras fuentes que enviaremos via matriz u otra salida directamente a esa caja negra que comercializan. A partir de ahí, lo único que tendría que hacer es mezclar como siempre he mezclado, aunque evidentemente no enviaré mi mezcla a un bus estéreo. No lo he probado, pero ganas tengo. La ventaja de este sistema es que no habrá array que emita lo mismo (a no ser que lo provoque), por lo que hay menos errores en la dispersión del sonido y su correspondiente mezcla física final.
Más información | Soundscape
L-ISA de L’Acoustics
d&b no es la única que tiene un sistema de inmersión acústica para directos. L’Acoustics ya hace tiempo también presentó su solución bajo el nombre de L-ISA. El concepto es exactamente el mismo que el de la alemana y dudo que la metodología varíe demasiado. El secreto del éxito de estas soluciones, amén de un mayor presupuesto, es sin duda alguna su fácil integración con el flujo de trabajo en estéreo. Ambas soluciones, de hecho, permiten que las fuentes sonoras estén en movimiento y que su reproducción tridimensional esté acorde a ello. Seguramente con un dispositivo de tracking a tiempo real esto sería posible.
L-ISA promete que su solución mejora notablemente la inteligibilidad de la palabra, la precisión, claridad y detalles de los instrumentos y que, para ello, permite utilizar menos procesado de canal (compresión y ecualización). Hablan de mejorar la profundidad sonora, la elevación, el ancho.
Más información | L-ISA
Mejorando el estéreo con facilidad
Sin duda alguna, tanto d&b como L’Acoustics apuestan por la mejora del estéreo en conciertos y otros espectáculos en vivo. No nos puede sorprender en cuanto hace años que trabajamos e intentamos mejorar la reproducción estereofónica utilizando una solución basada en décadas de implementación.
No dudo que más pronto que tarde empezaremos a popularizar estos sistemas en aras de magnificar todavía más nuestros espectáculos. Su aparente sencillez de implementación es una excelente noticia, aunque siempre queda el duro escollo económico que supone apostar por estas soluciones. Pero también es verdad que mientras las grandes producciones invierten en mejores sistemas de visualización (pantallas), en iluminación más precisa y espectacular, el siguiente actor en mejorar su convivencia es, por fin, el sonido.