Los sonidos del espacio exterior: entre imaginación y realidad
La grabación de campo se define básicamente como el proceso de grabar sonidos fuera del estudio, pero lo interesante es que las intenciones y objetivos de la grabación no siempre son los mismos. Aquello que se graba fuera del estudio de grabación, constituye en muchos casos material de investigación científica, registro historiográfico, representa algún tipo de búsqueda ecologista o incluso puede representar una manera de registrar la cultura, la política o las diferentes dimensiones de la realidad a través del sonido.
Quizás por ello los diseñadores sonoros trabajan principalmente con la grabación de campo, dado que además de ser una fuente directa del paisaje o un conglomerado inagotable de recursos sonoros para la construcción de nuevas realidades audibles y la integración a determinada realidad visual, narrativa o emocional, el diseñador sonoro es ante todo un enlazador de mundos y contextos (mediante el sonido), logrando no solo identificar los valores estéticos de los timbres o las capacidades que tengan los sonidos para ser moldeados y generar determinados efectos o dinámica, sino también la habilidad de saber reconocer los contextos que viajan adyacentes al sonido como tal.
Imaginario: del cine y el diseño sonoro
Esto hace que el diseñador sonoro no sólo se limite a reflejar una realidad específica sino que pueda permitirse habitar un imaginario que se vuelve colectivo y que afecta notablemente la cultura y la concepción misma de determinados aspectos de la realidad, como sería por ejemplo el espacio interestelar.
El reconocimiento del contexto es fundamental, porque si bien para un diseñador sonoro un coco puede ser utilizado para recrear el sonido del cabalgar o el feedback de un micrófono puede constituir el sonido de un sable laser en una película de ciencia ficción, de todos modos se ve, tarde o temprano, interesado y necesitado por el contexto que ya viaja en el sonido mismo, bien sea de forma directa o desde un punto de vista poético. En este sentido, el arte de crear efectos sonoros no se queda en la mera construcción de los sonidos, sino en lo que estos dicen, generan, muestran y de qué manera se integran en la historia central.
En el caso de los sonidos del espacio, a lo largo de la historia se ha jugado de una forma determinada con la concepción del contexto interestelar, que puede representar determinada situación, lugar o elemento sonoro. El sonido de las naves espaciales ha sido imaginado por los diseñadores, igualmente la atmósfera que podría tener un hipotético planeta con otras formas de vida o cómo las condiciones del espacio sideral implican ciertos ajustes al sonido.
Incluso algo interesante del espacio es que en tanto no hay aire, no hay espacio acústico, lo cual imprime no solo un reto para la creación de efectos sonoros en si, sino también una valoración del silencio como espacio sonoro, lo cual se ve reflejado por doquier, desde las contemplativas escenas de 2001: Odisea en el Espacio hasta los interesantes contrastes de ruido y silencio que trabajaron en la reciente Interestelar, donde se presenta un tratamiento particular del vacío y las perspectivas del sonido en lo que puede considerarse más allá de la tierra.
En esta obra, dirigida por Christopher Nolan se refleja perfectamente esta influencia que ejercen las concepciones del sonido espacial y de qué manera el diseñador sonoro está en la tarea de imaginar una dinámica que le sea fiel a esa realidad pero a su vez logre plantear determinadas situaciones no antes conocidas
Por ejemplo los sonidos del lanzamiento del vehículo en el que se transporta el protagonista (creados con grabaciones de cohetes reales), se expone un diseño que trata de ser realista en tanto no solo recrea los sonidos en términos de textura o consistencia, sino en la amplitud y la potencia, los cuales aportan cierta sensación de grandeza, tanto por el lado de la presencia de sonidos fuertes (quien vio la película sabrá lo fuerte que es el estruendo de lanzamiento) como por la ausencia de los mismos, evidente en la silenciosa actividad que se refleja cuando el vehículo se encuentra ya fuera de la tierra, generando así un contraste impactante.
Otro ejemplo que menciona Rirchard King –enccargado del diseño sonoro de la película– es respecto al mencionado dilema entre la ausencia completa de sonidos audibles en el espacio y la presencia de determinados elementos, que concretamente se refleja en la película a partir de una exposición del crujir de la nave (creado a partir de grabaciones de restos de aviones siendo sometidos a la destrucción) o la atmósfera sonora que sucede al interior de la misma.
Sin embargo, también retornamos al asunto del "silencio sonoro", evidente de una manera bien interesante en el minimalismo que implica el proceso al evitar llenar de sonidos ese vacío que debe mantenerse presente; esa sutil pero radical tensión silenciosa que, aunque se esconde entre los sonidos, siempre está recordándole al espectador que todo lo que está sucediendo, sucede en el espacio exterior.
Este uso del silencio en relación al paisaje sonoro del espacio se ha dado en muchas películas de ciencia ficción; otro ejemplo muy concreto al respecto es en la primera entrega de la nueva generación de Star Trek, donde el contraste entre la magnitud de lo sonoro y la de lo silente, se expresa en el momento en que se expone ese vacío del espacio exterior, como menciona el diseñador sonoro Mark Stoeckinger, quien habla del reto que veía JJ. Abrahms para expresar ese silencio del espacio, pero a su vez lograr sonorizar la inmensa cantidad de elementos sonoros que suceden en la película y que no pueden dejarse simplemente en silencio, como lo son las diversas naves, los combates, las explosiones, etc.
También es interesante lo que expresa el diseñador Scott Martin Gershin, quien habla de cómo no podían olvidar la "firma sonora" de la entrega original de Star Trek, donde se definieron sonidos particulares que debían conservarse intactos, pero extenderse en tanto se poseen ahora nuevas tecnologías como el subwoofer o la mezcla 5.1, que antes no existían.
También se encuentran además otros ejemplos interesantes de juegos sonoros como uno muy particular que cuenta la diseñadora Ann Scibelly, quien para construir el sonido de apertura de una puerta de la nave central, utilizó grabaciones de un retrete. Quién iba a imaginar tal cosa...
El espacio estelar, como el mar, es un vasto universo en sí, lleno de límites y misterios pero al mismo tiempo cargado de la más exquisita revelación, el descubrimiento mismo de las estrellas y los astros que habitan zonas tan extensas en el universo. Por ello, al hombre adentrarse en tal exploración, construye todo un imaginario sonoro que a su vez se refleja en un paisaje sonoro completamente nuevo.
Y claro está, es un asunto más relacionado con lo audible que con lo sonoro en cuanto tal, dado que lo que se cuestiona en estas situaciones es propiamente la capacidad de nuestra percepción y los límites que tenemos con respecto a lo sonoro, por lo que el silencio en estos casos se plantea no como un espacio sin sonido, sino un espacio que aunque manifiesta vibración, fluctuaciones de energía o campos presentes en un espacio de otra índole diferente a lo acústico, es inaudible. Por eso el silencio se convierte en un recurso sonoro, porque no deja de decir, sino lo contrario: está narrando acerca de los límites de nuestra audición, está diciendo que, aunque hay sonido, no es posible escucharlo directamente.
Sin embargo, aunque en el espacio exterior no se halla un entorno acústico propiamente dicho, es interesante detenerse a explorar cómo en las películas, las series de TV o los videojuegos, el espacio se ha convertido en un territorio sonoro, en tanto este como contexto, implica un mundo nuevo para la imaginación. Y por eso en otros planetas imaginamos sonidos audibles, o en diferentes situaciones de humanos en el espacio se asocian procesos sonoros que no necesariamente yacen en el silencio.
Realista: las grabaciones de NASA y ESA
A esto aporta enormemente el hecho de que los seres humanos exploremos el espacio y aunque la forma de escuchar los "sonidos" que lo habitan sea mediante la "traducción" de datos provenientes de otras ondas y campos al rango de lo audible, también hemos ido con el tiempo conociendo, creando y descubriendo una serie de sonidos alrededor de la exploración espacial: las conversaciones entre los astronautas, los diferentes sonidos de las naves, los diversos componentes de los aparatos espaciales, las ondas de los satélites. Incluso hemos enviado sonidos a viajar al espacio, dejando música suspendida a la espera de oyentes extraterrestres.
Hace unos meses esto se viene reflejando de una forma maravillosa en tres casos recientes en las que grandes instituciones de exploración espacial como NASA y ESA han comenzado a compartir libremente sonidos relativos a sus exploraciones, no solo permitiendo conocer un poco más de ese paisaje sonoro que se construye en la exploración espacial sino también invitando a apropiarse de ese tipo de sonidos.
Apropiarse en el sentido de que las grabaciones liberadas son de uso libre y aunque en mp3, pueden descargarse ser transformadas y alteradas, lo cual es sin duda una oportunidad grandiosa para escuchar y explorar estos maravillosos mundos del “sonido espacial”.
La NASA en Soundcloud
En Octubre del año pasado recibíamos la noticia de la publicación de una extensa librería de sonidos de la NASA en su propia cuenta de SoundCloud, donde incluyen desde conversaciones entre astronautas hasta sonidos de sus vehículos espaciales o emisiones de satélites y grandes cuerpos celestes.
Las grabaciones se comparten sin copyright, aunque alertan acerca del uso comercial de las grabaciones en su política de licencias. En general, la respuesta de la gente ante semejante movimiento de la NASA fue increíble, como era de esperarse, alcanzando miles de escuchas y descargas en tan solo unos días. Además de la utilidad que tiene esto en términos científicos, de investigación o históricos, también es deslumbrante la inmensa nostalgia y emotividad que guardan estos sonidos para la humanidad.
Es ahí donde eso de “efectos sonoros” se entiende mejor: cuando la palabra efecto no indica solo el hecho de generar sonidos, sino de –mediante el sonido– generar ciertos efectos, los cuales pueden ser de diversa índole, no solo sonoros, sino también relativos a la emoción, la memoria, el sentimiento y la historia. Escuchemos:
Sonidos de la agencia espacial europea
Y hace tiempo la agencia europea espacial (ESA) también había publicado algunos sonidos, como en el 2013 cuando permitieron escuchar algunos grandiosos sonidos como las vibraciones de baja frecuencia del sol, el atardecer en el spacio o el sonido que se escucha cuando la Cassini-Huygens pasaba entre los aros de Saturno.
Sin embargo, probablemente motivados por la moción de la NASA al compartir libremente sus archivos de audio, ESA también recientemente publicó varios sonidos de sus exploraciones espaciales ahora en su propia cuenta de SoundCloud, igualmente para descarga libre.
En la lista publicada hace varios días se encuentran otro montón de joyas del paisaje sonoro espacial, como el cantar de un cometa al atravesar un campo electromagnético o las enigmáticas secuencias de Philae, la misión que recientemente conmovió a gran parte del mundo.
También se encuentran sonidos de las salas de control de Rosetta, Cluster o Mars, ecos de radares, sonificación de campos electromagnéticos de diferentes cuerpos astrales, y claro está, conversaciones entre astronautas al culminar procesos de su misión, entre otros maravillosos sonidos que se encuentran disponibles bajo licencias Creative Commons que permiten incluso samplear y re-utilizar los sonidos siempre y cuando se compartan bajo la misma licencia. Escuchemos:
Y por si fuera poco, ESA ha comenzado hace algunos días un concurso donde invitan a generar sonidos de corte espacial, para competir por varios asombrosos premios, como una entrada VIP a la celebración de los 40 años de la estación terrestre Estrack. El concurso está activo hasta el 31 de Agosto de este año. Para más información, puede visitarse la web oficial del mismo.
El “Golden Record” del Voyager: emitiendo sonido con destino extraterrestre
Cuando la NASA lanzó el Voyager 1 y 2, equiparon su vehículo con un “Golden Record” (disco dorado) en el cual se incluyeron varios mensajes destinados a un posible encuentro de dialectos interestelares y que aún se encuentra en su camino hacia las fronteras más recónditas del sistema solar.
El disco en cuestión es un compendio fonográfico donde se envían saludos desde la tierra en 50 lenguas diferentes incluyendo tanto ancestrales como modernas, además de una serie de sonidos que, según los encargados del proyecto, podían reflejar los desarrollos y el contexto mismo de la humanidad del siglo XX. Esto se evidencia en la inclusión de sonidos que van desde ruidos de animales hasta el llanto de un bebé que es calmado por su madre, o diversas grabaciones del viento, el agua o la generación electrónica de sonidos.
Y de la misma forma a como sucedió con las grabaciones antes escuchadas, NASA subió recientemente los sonidos del “golden record” a su cuenta de Soundcloud. Atentos a la escucha:
En el material original también se incluyen 90 minutos de grabaciones de diversas piezas musicales (no publicadas por asuntos de derechos de autor) que incluyen obras de gran importancia para la historia de la civilización humana, como por lo es la quinta sinfonía de Beethoven; incluso se pensó en “Here Comes the Sun” de los Beatles, pero no se incluyó por decisión de la discográfica EMI.
Y claro está, no sabemos si las especies extraterrestres estén en capacidad de escuchar este tipo de creaciones, pero aún así es un gran logro que mediante el sonido podamos cristalizar al menos algunos aspectos de nuestra naturaleza. Y que mejor ejemplo de esa capacidad del sonido para reflejar el contexto y además conducirlo más allá del espacio y el tiempo, que lo expresado en el mensaje que el entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter incluyó en la introducción al “golden record”:
"Lanzamos este mensaje al cosmos. Es probable que sobreviva miles de millones de años en el futuro, cuando nuestra civilización esté profundamente alterada y la superficie de la Tierra pueda haber cambiado enormemente. De los 200 mil millones de estrellas en la Vía Láctea, algunas - quizás muchas - pueden haber habitado planetas y civilizaciones espaciales. Si una de esas civilizaciones intercepta el Voyager y puede comprender estos contenidos grabados, aquí está nuestro mensaje:
Este es un regalo de un pequeño mundo distante, una muestra de nuestros sonidos, nuestra ciencia, nuestras imágenes, nuestra música, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. Estamos tratando de sobrevivir a nuestro tiempo para que podamos vivir en el vuestro. Esperamos algún día, después de haber resuelto los problemas que enfrentamos, unirnos a una comunidad de civilizaciones galácticas. Este registro representa nuestra esperanza y nuestra determinación, y nuestra buena voluntad en un universo vasto e impresionante."
Enlaces/fuentes
SoundWorks Collection: The Sound of Interestellar
SoundWorks Collection: The Sound of Star Trek