Sintetizadores

Boutique, el arte del bonsai según Roland

03/11/2015 por Pablo Fernández-Cid Actualizado el 06/11/2015

Hay pocos Boutique aún circulando, pero hemos podido disfrutar probando los tres unos días. Hoy revisamos las características comunes y de paso aclaramos algunos bulos que corren por las redes. Dentro de muy poco, en la continuación de esta entrega detallaremos y valoraremos lo peculiar de cada uno.

Crónica de una muerte anunciada

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Una tienda pequeña, con un producto exclusivo y refinado, de cierta reverencia, al alcance de unos pocos, y que no compite por precio. Más o menos esa es la idea de lo que es una boutique. En la de Roland, caben tres productos que se ganan su pedigrí retrayendo a la memoria de teclados ya clásicos: el Jupiter-8, el JX-3P y el Juno-106. El carácter de exclusividad también garantizado por la referencia a ‘edición limitada’ que acompaña la llegada de estos tres sintetizadores.

Empezaré por aclarar esto último: al parecer, van a realizarse envíos de producto a distribuidores y tiendas sólo durante pocos meses. La fuente más fidedigna y cercana a Roland habla de nov/dic/ene/feb y a continuación, corte del grifo.

En esa perspectiva, más de uno se quedará sin ellos y no creo que haya posteriormente mucho mercado de segunda mano. Quien los compre seguramente anda buscando en particular estos modelos y se resistirá a soltarlos después. Tampoco el desembolso es tanto como para luego pretender recuperar algo de la inversión, y el tamaño que ocupan no los va a expulsar aunque nos mudemos y ya no quepa todo. Además tener en hardware reciente, incluso no siendo idénticos 100%, unas recreaciones acertadas del sonido y el control posibles con Jupiter-8, el Juno-106 y el JX-3P, puede resultar incluso más atractivo que contar con los propios originales. Al menos en términos de comodidad y mantenimiento, aunque falte la imponencia que dan las dimensiones reales frente a los bonsais. Hablando de lo cual...

Dimensiones y formato

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El peso, de algo menos de un kilo, hace que sorprenda que cuenten con frontal metálico, aportando una agradable sensación de solidez. No lo es la base, de plástico, por la que asoma un pequeño altavoz interno. El tamaño es de sólo 30x12,8x4,6 cm, y por mucho que fueran dimensiones ya conocidas, verlas al natural también sorprende. Quienes vimos y tocamos los originales Jupiter-8, JX-3P y Juno-106, a los que se recrea respectivamente en los nuevos JP-08, JX-03 y JP-06, no podemos sino enternecernos al ver estas versiones reducidas de aquellos pesados teclados.

Especialmente respetuosos con la estética original son el JU-06 y el JX-03. Por fuerza, el JP-08 es un poco más distante, y sin embargo es el más ambicioso de los tres como sintetizador.

Concentrar dos docenas de controles (más de 30 en el JP) en ese espacio conlleva un tamaño de sliders y pots realmente reducido. Pese a todo, los mini faders resultan usables en edición, y, con un mínimo de cuidado en el toqueteo en vivo. Especialmente en el JU-06 la sensación es cómoda y con suficiente control en el ajuste, por la mayor separación entre los controles y los 3 cm de surco de los sliders que se convierten en 2cm útiles de recorrido.

Algo más difícil en el JX-03, para el que se ha optado por usar potenciómetros en recuerdo del programador PG-200 que acompañaba al JX-3P. Para mi gusto los potenciómetros giratorios no se compadecen del todo bien con estas dimensiones. No he podido hacer un giro completo rodando el capuchón entre dos dedos; necesito hacerlo en dos etapas. Personalmente quizá hubiera sacrificado la fidelidad de aspecto en pro de una mejor usabilidad, dado que los sliders del JU-06 sí me han sorprendido por su buena manejabilidad.

A medio camino está el JP-08, en el que afortunadamente encontramos sliders pero de un recorrido total de 2cm que deja sólo 1cm útil, y con una disposición mucho más abigarrada dado el mayor número de controles respecto al JU-06. Es el precio a pagar para disponer de una mucho mayor versatilidad como sintetizador, que hace del JP-08 el más ambicioso en términos de variedad de sonidos. Como digo, controles usables los del JP-08, si bien no tanto como los del JU-06.

Pese a lo que se ha leído en algunos sitios, su terreno es claramente el formato ‘sobremesa’ o ‘sobreteclado’, hermanado a algún otro teclado que tengamos, no para rack 19 pulgadas ni para Eurorack.

La idea de incluir estos Boutique en un rack de 19 pulgadas salta a la cabeza, pero salvo que se trate de un rack con generosa inclinación, no lo recomendaría especialmente. Puestos en vertical la manejabilidad de controles tan pequeños se dificulta en exceso para mi gusto. Además las dimensiones obligarían a ocupar un espacio de 4 unidades rack (3 para el sinte y otro para poder realizar el cableado) quedando más de una tercera parte de ese espacio desaprovechada a lo ancho.

Igualmente complicado (impracticable más bien) poder integrarlos en un formato Eurorack en el que, en todo caso, no tendrían mucho sentido, dado que no hay conexiones por voltaje.

Teclado opcional y el minialtavoz en los módulos

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Roland ofrece como opción un teclado específico para estos sintes Boutique: el K-25m (100€). Son 25 teclas mini, esta vez con velocidad y con un recorrido vertical amplio y por tanto nada que ver con el criticado teclado del System-1, aunque no deja de ser un teclado reducido del que no soy personalmente amigo. Aunque mejoran respecto a System-1, la sensación y control de la velocidad la noto inferior a la que se tiene en los Reface de Yamaha, y sobre todo, por 100€ quien lo necesite puede adquirir un teclado controlador convencional. El bendito formato módulo que otros fabricantes desestiman nos permite en este caso decidir al respecto, así que no creo que nadie pueda objetar.

El teclado sólo es compatible con estos Boutique, algo que debe tenerse en cuenta. No se trata de un teclado MIDI, ni USB, ni nada parecido. Se une a los módulos con un cable plano que es exclusivo para esta serie.

Como ventaja y peculiaridad, una vez alojado un módulo en el hueco que ofrece el K-25m, puede disponerse el panel de controles en tres posiciones, plana y dos grados diferentes de inclinación, que se agradecen para visualizar mejor los controles. Pero nada que un par de paneles laterales de madera no ayuden a conseguir aportando además un toque ‘retro’ adicional.

Tampoco es necesario el teclado para contar con altavoz o alojar las pilas. Los propios módulos llevan compartimento para pilas e integran un mini altavoz que por su tamaño y potencia —medio vatio— es sólo un accesorio para poder probar y jugar en cualquier lugar.

Controladores ribbon

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Llamativa la presencia de los dos controladores ribbon, reemplazando a las ruedas de pitch y modulación habituales. La presión sobre los ribbon debe ser firme. Más que posar el dedo, hay que apretar ligeramente, algo que quizá sorprenda a los nacidos en la edad de las pantallas táctiles y su delicadeza. De hecho están algo hundidos, no alineados con el resto de la superficie.

Se usan también ocasionalmente para editar algún parámetro profundo en combinación con algún pulsador. Cuando no hay conectado ningún teclado (ni el K-25m, ni tampoco vía MIDI o vía USB-MIDI), es posible lanzar notas desde el ribbon izquierdo, permitiendo probar los sonidos, que se toman de una de entre 16 posibles y muy variadas escalas (cromática, mayor, menor natural, menor armónica, menor melódica ascendente, blues, blues con notas de gracia, dórica, mixolidia, disminuida, tonos enteros, alterada, menor húngara, insenpo, ryukyu, persa).

Conectividad: todo en uno

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Cuentan, a través de minijack estéreo, con entrada y salida audio y con conector para auriculares. Las salidas son generosas en nivel, destacando frente a las de otros fabricantes. Así que ojito con los tímpanos y los monitores: no olvidéis que estamos ante sintes y que, especialmente el JU-06 con su filtro autooscilante puede producir frecuencias extremas graves y agudas que están ahí aunque no se oigan.

Se dispone de MIDI In y Out en formato clásico DIN5P, así como de un conector USB micro B como el de muchos móviles recientes). Por USB combina la transmisión de MIDI y audio entrada y salida. La conexión USB con ordenador aporta la alimentación. Alternativamente, para usarlo de forma autónoma vía MIDI DIN5P, acepta cualquier alimentador de móvil con ese conector o incluso puede funcionar con 4 pilas durante unas 6 horas.

Conectado a un ordenador el propio cable USB ofrece suficiente potencia y dado que tanto los mensajes MIDI como las señales audio fluyen por él, podemos tener todo conectado por un único cable. Cómodo a más no poder. Puede usarse como interfaz audio, con 24bit y 44,1kHz de muestreo, y permite la entrega en digital del sonido del módulo a un ordenador para capturarlo en un DAW. Permite seleccionar entre varios valores de buffer y las consiguientes diferencias en latencia.

Por cierto, conectado directamente a mi iMac no ha sido reconocido ni como dispositivo MIDI ni como dispositivo audio. Ha sido necesaria la instalación del driver que ofrece Roland para esta serie Boutique (disponible para Win y OS X). Soy poco amigo de esa dependencia de drivers cuando para MIDI y Audio tenemos ya los consabidos ‘class compliant’ que garantizan la compatibilidad con muchísimos entornos actuales y futuros.

También vía USB (montando los módulos como un disco USB, en este caso sí reconocido como un disco USB estándar) se pueden manejar como ficheros las programaciones de sonidos y secuencias, para guardar/recuperar copias de seguridad de lo que hayamos realizado (sonidos y secuencias), lo que agiliza las cosas frente a los más habituales ‘MIDI dump’ de los que os hablo más adelante, y que hoy por hoy no existen en los Boutique.

Secuenciador de 16 pasos

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El secuenciador que incorporan es idéntico en los tres. Se pueden guardar 16 patrones de entre 1 y 16 pasos que pueden reproducirse mientras alteramos los controles, cambiamos de sonido, y/o tocamos otras notas desde un teclado.

La misma Roland habla de él como un mero apoyo. No es que vayamos a resolver un tema completo con él, pero sí tiene utilidad para probar/desarrollar ideas y es especialmente sencillo de usar, sin renunciar por ello a funciones como ajustes de la duración del ‘gate’ (global y por paso), posibilidad de silencios y notas extendidas sobre varios pasos, selección entre varias figuras para el paso (semicorcheas con y sin tresillo, fusa, corchea con tresillo), ajuste de ‘shuffle’, y un especialmente amplio apartado de modos de reproducción que permiten dar variedad partiendo de un único patrón. P. ej. varios modos seleccionando / combinando / rotando entre notas pares e impares, sin faltar tampoco un modo aleatorio.

Se puede sincronizar a un reloj MIDI, y en caso de usar el reloj interno el tempo ha de ajustarde ‘a oído’ jugando con uno de los ribbon.

La cuestión de la polifonía

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La polifonía es la misma en los tres módulos: cuatro voces que no cumplen con las seis que ofrecían los originales. Me cuesta entender en polifónicos actuales, máxime con tecnología digital aunque haya espíritu virtualmente analógico, el limitar a esa cifra, pero para muchos estilos que actualmente tiran del mercado de este tipo de herramientas es suficiente, como demuestra la amplísima oferta de sistemas de 4 voces en estos últimos años. Lógicamente, usando el modo dual, n el JP-08 —que combina dos sonidos simultáneos—, la polifonía se reduce a la mitad.

Cada uno de los modelos admite formar cadena para ampliar polifonía, uniendo por ejemplo dos JU-06 para formar un Juno de 8 voces, con un reparto automático de las voces y realizando toda la edición desde el primero, pero lógicamente eso dobla el coste. Quizá tendría más sentido ofertar un módulo de expansión sin controles que rebajara el precio o que aportara 8 voces adicionales. Pero está claro que hablo como usuario, no como fabricante. En todo caso la idea queda ahí.

Lo corto de la polifonía es algo a tener en cuenta, pero no es menos cierto, ante la abundancia de opciones de producto adecuado para texturas polifónicas, que algunos de los usos más interesantes pueden estar alejados de la necesidad de disponer de un alto número de notas y enfocados más bien a que alguna de las dos manos (incluso ambas, en frases secuenciadas y patrones) esté sobre los controles y por tanto, insisto, 4 notas puedan ser suficientes.

Otras características y funciones

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En los tres modelos, a través de operaciones combinando varios botones, se accede a unas cuantas cosas que el panel no permite imaginar. Enterradas a través de combinaciones de teclas están los ajustes relativos a portamento (activación y duración), octava / transposición / afinación global, canal MIDI, rango de pitch bend, o incluso la activación y curva de velocidad de pulsación.

El aprovechamiento de la velocidad se limita al control de la intensidad, no afecta a ningún otro parámetro como podría haber sido la frecuencia de corte. Al menos no lo he apreciado así en mis pruebas, y desde luego no hay parámetros, ni en el panel ni ocultos en combinaciones de teclas, que permitan definir a qué ha de atacar la velocidad. En todo caso es un plus sobre lo que esos sintetizadores modelados ofrecían originalmente.

También en los tres modelos a través de operaciones combinando varios botones, se accede a una unidad de delay realimentado que, como ya le ocurría al secuenciador, es un mero apoyo. Lo digo porque aunque cuenta con ajustes de nivel, feedback y tiempo, cada uno de ellos sólo ofrece 16 valores.

El chorus, mención aparte

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JX-03 y JP-06 (pero no JP-08) cuentan con chorus, con pulsador/es dedicados. En el JX-03 sencillamente se activa / desactiva, y en el JP-06 se cuenta con tres variantes del efecto como ya había en el Juno-106.

El chorus recrea bien el bálsamo generoso con el que en el Juno-106 y el JX-3P se teñía cualquier sonido al activarlo. Era una parte esencial del carácter de muchos sonidos de estos sintetizadores. Especialmente importante en el caso del Juno-106 donde cumple su misión para contrarrestar la delgadez de contar con un único DCO.

Tenía curiosidad por saber si Roland habría querido retener en estas emulaciones de chorus el importante ruido cíclico que los acompañaba y finalmente así es. No se trata de un chorus limpio, sino que su mera activación hace presente un importante y permanente siseo ondulante que nunca me agradó en los originales. Pero cara a una reconstrucción, supongo que tenía que ser así, aunque personalmente yo hubiera sido benévolo con que en ese aspecto no fueran tan fieles.

De hecho, al grabar con mi Juno-106 siempre programaba en la pista correspondiente del secuenciador el encendido y apagado del chorus para desactivarlo durante los silencios, aprovechando su excelente implementación MIDI. Lo cual me lleva al siguiente punto.

Implementación MIDI: debe mejorar

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[Actualización agosto 2016: Roland ha dado respouesta a las objeciones que realizaba en este apartado mediante la versión 1.1 del firmware para cada uno de los 3 Boutique, que introduce envío/recepción de MIDI CCs desde los controles. Puedes leer más en esta otra noticia]

Dejo para el final algo en lo que ruego encarecidamente a Roland que atienda mis súplicas. Es algo que ha generado un montón de de dudas y malentendidos que han circulado por las redes respecto a MIDI y Boutique. Por eso mismo me extenderé para intentar aclararlo. De partida vaya que no os afectará a todos: los que queráis usarlos para grabar su audio tocándolos directamente podéis saltaros este apartado. Los que queráis grabar vía MIDI, debéis conocerlo, así que leed.

Viniendo de las manos de Roland, me extrañó al ver la documentación una implementación MIDI en la que brillaba por su ausencia el apartado de SysEx y MIDI dump. Tampoco se hacía mención al uso de comandos CC o NRPN para enviar la actuación sobre los controles, ni se cita cómo actuar sobre la frecuencia de corte vía MIDI.

Cuesta creerlo, pero es así: los controles no envían MIDI y eso imposibilita automatizar cambios en el timbre vía MIDI. No es posible registrar en un secuenciador/DAW el toqueteo sobre los sliders, potenciómetros y pulsadores. Básicamente recibe notas, ‘sustain’ (CC64), ‘volume’ (CC7) y ‘modulation’ (CC1), más los cambios de programa y pitch bend. Lo bueno es que Roland puede resolverlo con facilidad en un nuevo firmware, que desde muchos foros ya le están pidiendo.

Veréis menciones en algunas webs a que sí envía mensajes al mover los controles, y algo hay de ello, pero está lejos de ser una solución adecuada. De hecho la información de los manuales no es exhaustiva, e incluso es incorrecta si hablamos de la ‘MIDI Implementation table’ que se ha publicado inicialmente y que dice que no envía ni recibe SysEx, cuando en realidad sí hay esa opción. Pero es una opción demasiado intrincada para la posible automatización (está pensada con otro objetivo). Sólo la he investigado para buscar una solución para vosotros, no es algo que yo esté dispuesto a hacer en mi día a día.

Consiste en que cuando se usa el modo ‘chain’, pensado para el aumento de la polifonía, el módulo envía vía MIDI DIN 5puntas (no vía USB) mensajes sysex cada vez que movemos controles. Están pensados para informar al siguiente en la cadena y que ambos usen el mismo sonido permanentemente, retocándolo como instruyamos desde el primero. Pero el problema es que sólo se envían en modo ‘chain’ y sólo vía MIDI (no USB).

Aunque reticente a depender de un interfaz externo, dejando aparcada la comodidad del audio+MIDI por un solo cable USB, configuré un Boutique en modo ‘chain’ y tomé su DIN MIDI out hacia el ordenador usando un interfaz MIDI-USB externo. Efectivamente podía recibir y grabar esos sysex. Pero eso, en el uso con DAWs, implica un auténtico lío con la cuestión de los ‘echo’ o ‘soft thru’. Hay que desactivar el reenvío para no crear un bucle (estando en modo 'chain' lo que Boutique recibe por el IN lo pasa a su sucesor) pero por otra parte hay que mantener el reenvío cuando se usa con un teclado controlador, para que las notas ejecutadas lleguen al módulo... No quiero eternizarme, pero hice bastantes pruebas. Las alternativas operativas que pude conseguir implicaban usar una pista para los sysex, otra para las notas y el teclado controlador, y estar permanentemente conmutando entre pistas, entre ‘echo’ y ‘no echo’, muteando pistas al grabar y desmuteándolas al reproducir, etc…

Con el Juno 106 —que tuve durante muchísimos años— uno de mis recursos habituales era grabar varias pasadas en un secuenciador para solapar a las notas la actuación sobre distintos controles, haciendo que el sonido no fuera fijo sino cambiante durante el tema. Es una pena que se hayan olvidado de permitir ese tipo de uso que amplía tantísimo las posibilidades. Quien grabe siempre directamente audio no lo echará de menos, pero los que acudimos con frecuencia a MIDI y la edición/programación sí.

Por cierto, en modo 'Chain', cuando se escoge cualquiera de las memorias hacen un volcado vía Sysex de la programación del sonido completo. Es algo muy útil (a modo de 'MIDI Dump') para registrar la programación de sonido a comienzo de cada tema y no tener que depender de tener cargado lo necesario, así que deseando que esté disponible en modo normal y por USB, no sólo DIN.

Otro aviso también al respecto de lo de los controles del panel y los mensajes MIDI: en ese modo ‘chain’, tal como he dicho, Roland ha optado por representar los movimientos de los controladores con mensajes SysEx. Aunque soy un firme defensor de los sysex, en casos como estos (con sólo unas decenas de controles) no veo razón para renunciar a la conveniencia de los mundanos CCs.

Los sysex que envían los Boutique son de una longitud de 16 bytes que más que quintuplica la de los CCs. Enviar un solo mensaje de esos supone más de 5 milisegundos de ocupación del cable MIDI. Hacer un uso amplio, retocando varios parámetros a la vez, puede tener un impacto fuerte en el uso —algo que minorarían los CCs—.

Es además la opción por los sysex, una decisión que dejaría fuera a una parte de la audiencia potencial a la que seguramente desean dirigir estos productos: teniendo en cuenta el amplio uso de Ableton Live y el hecho de que Live no acepta (no graba ni reproduce) mensajes SysEx, los usuarios de ese DAW se verán imposibilitados para ese tipo de automatización. Realmente es bochornoso que Ableton mantenga tras tantos años esta política, y debería haber una presión decidida por sus clientes para que de una vez por todas hagan un uso más completo de las especificaciones MIDI. No es tan difícil y no puede entenderse esa mutilación, dado que en casos como este (y en general con sintes hard), el SysEx es la parte más sexy de MIDI.

Mientras tanto, y teniendo en cuenta que cada módulo en realidad cuenta con sólo unas decenas de controles, Roland podría pensarse para una próxima versión de firmware ofrecer a los usuarios de Boutique una solución, permitiéndoles optar por mensajes SysEx o bien por aplicar mensajes de Control Change. Ofrecerían con ello una mejor atención a los Live-adictos y además permitirían también poder controlar los Boutique desde cualquier tipo de controlador de mayor tamaño o situados en un teclado, etc. Son realmente muy pocos los controladores capaces de generar SysEx (aún menos SysEx con checksum y con el valor distribuido en nibbles como los que aplica Roland en Boutique) y en casos como estos de sólo unas decenas de controles no hay razón que impida ofrecer la vía de los CCs.

Continuará

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Vistos ya los elementos comunes a toda la serie Boutique, os emplazo a la continuación en la que podremos atender uno a uno a los tres miembros de esta saga.

Más información | Web Roland

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