Cubase 7 a prueba
Estos últimos meses están siendo muy emocionantes para el mundo de los entornos de grabación por ordenador. Uno de los primeros en abrir la veda de nuevas versiones fue Steinberg, que sin previo aviso, presentó poco antes de Navidad la séptima encarnación de su DAW para producción musical, seguido de Nuendo hace unas pocas semanas.
A pesar de ser una actualización muy jugosa, la esencia de Cubase sigue vigente, por lo que recomiendo un vistazo al artículo sobre la versión 6 para aquellos que no lo conozcan en profundidad.
Mejorando lo bueno
[Índice]Aunque la historia de Cubase se remonta a 1989, han pasado ya 13 años desde que Nuendo estableció la esencia de lo que Cubase se convirtió. Durante todo este tiempo, Steinberg ha ido añadiendo características convirtiéndolos en uno de los DAW más potentes del mercado, pero sin olvidar la integración en su flujo de trabajo.
Por todo esto, Cubase 7 intenta condensar toda el aprendizaje de Steinberg durante estos casi 30 años añadiendo nuevas características y remodelando viejas conocidas para incorporar mejoras.
Como abarcar todo lo nuevo de Cubase daría para mucha tinta virtual, voy a darle un repaso a los cambios más relevantes de Cubase 7, que no son pocos.
Cambios profundos en el mezclador
[Índice]A simple vista, la versión 7 de Cubase es bastante parecida a la anterior salvo por un gran detalle: ha desaparecido el mezclador dando lugar a MixConsole. La moda del esqueumorfismo impuesta por Apple se apodera de él, con un rediseño profundo y dándole una estética mucho más parecida a un mezclador físico, que puede verse a pantalla completa o redimensionado.
Steinberg ha revolucionado su mezclador haciéndolo totalmente modular, de las que destaco:
Mejoras en el flujo de trabajo del mezclador: lo que más destaca es el buscador integrado, que ayuda a buscar casi cualquier cosa, como plugins, presets (éste ya existía antes) o canales. Cuando te acostumbras te preguntas por qué no estuvo siempre ahí, y acelera mucho su uso.
Nuevo módulo de canal: ahora, cada canal es más parecido a una mesa de mezclas, tanto en aspecto como en opciones. Aparte de los existentes controles de ganancia, fase y ecualización, ahora se incluyen filtros paso alto y paso bajo por canal y opciones de dinámica y saturación. Steinberg, defensor de la pureza del audio en la cadena de mezcla ha dado un paso atrás incorporando efectos de dinámica (tres tipos de compresores, puerta de ruido, modificador de envolvente y módulos de limitación y aumento de volumen) y un efecto de saturación, que incluye la opción de simulación de cinta o válvulas. Los efectos suenan correctamente, sin pretender emular ningún equipo concreto, pero añadiendo el carácter necesario. Todo ello, acompañado de montones de presets de Allen Morgan (Taylor Swift, Nine Inch Nails, etc). Aunque no soy nada fan de los presets en la EQ y la dinámica, como punto de partida son utiles.
Medidor de loudness: ahora que tan de moda está el control de la sensación de volumen en las mezclas y que incluso la UE se lo está tomando en serio, Steinberg incorpora un completo medidor compatible con el estándar EBU R128, integrado en el propio mezclador.
Opciones de visualización y sincronización: ahora los canales pueden ser ocultados (que no reordenados, todavía) y permite asignarle iconos gráficos de una librería incluida o propios. Además, permite unir parámetros y canales de forma muy compleja, permitiendo controlar ciertos controles de varios canales a la vez.
Por si todo esto fuera poco, el editor de canal ha sido modificado de forma profunda para integrar todas las nuevas opciones en un nuevo panel que incorpora un analizador de espectros en tiempo real para la EQ, muy útil, y atajos para el re-ruteo de señales. Confesaré que echo de menos el antiguo, por ser más limpio y claro, pero es complicado aglutinar tanta nueva opción sin hacer grandes cambios.
La pista de acordes
[Índice]La pista de acordes es otra de las grandes mejores de Cubase 7. Bajo la apariencia de simples marcadores, la pista acordes es mucho potente de lo que parece a priori.
Permite, obviamente, marcar los acordes de cada parte de la canción. Esto se puede hacer estableciéndolos a mano o leyendo de una pista MIDI.
Sugiere acordes. Tiene una paleta desplegable de acordes que te indica qué acordes son los más apropiados y te sugiere cambios armónicos ordenados por complejidad y lejanía. Esta opción funciona especialmente bien y ayuda a abrir un poco la paleta armónica o sugerir nuevos caminos en una progresión.
Tiene una opción para que todo el proyecto siga la pista de acordes, y aquí es donde empieza la verdadera potencia del invento: tanto las pistas MIDI como las ajustadas con la opción de VariAudio activadas seguirán los cambios de acorde y permite, por ejemplo generar armonías sobre cualquier pistas de audio de forma automática. No es que consigamos el Orfeón Donostiarra, pero, en su plano, el resultado es muy útil.
VST Connect SE
[Índice]ST Connect SE es un conjunto de un programa y un plugin VST. El plugin va integrado en Cubase y el programa puede ser descargado gratuitamente por cualquiera y está disponible para Mac y PC. Sobre el papel, permite grabar a cualquiera que ejecute el programa en cualquier parte del mundo y sincronía al sample. Incluye vídeo, talkback y chat, para completar las características.
Debo confesar que mis pruebas en este campo fueron limitadas (dentro de mi misma red) y funcionó bastante bien. Dejo pendiente probarlo más a fondo y publicar algo al respecto en el futuro. La primera impresión: muy buena. Y el SE del nombre hace prever que habrá una versión más avanzada (y posiblemente de pago).
ASIO-Guard
[Índice]En mi artículo anterior sobre Cubase ya comenté que había una gran diferencia de rendimiento entre Mac y PC con Cubase. ASIO-Guard es una nueva tecnología que mejora el aprovechamiento de la potencia del ordenador, mejora la estabilidad, previene los clicks y dropouts y mejora el rendimiento en OS X.
Realmente, tenía muchas dudas sobre si serviría de algo, o sería un término de marketing para decir “hemos optimizado un poco todo y corre más y mejor”. Aunque más tarde hablaré al respecto, en resumen se podría decir que por sí sola es un argumento para pasarse a la versión 7, lo que es mucho.
Entre los mecanismos de ASIO-Guard para mejorar el rendimiento, está el uso de buffers para pre-procesado de plugins. Esto es útil en cualquier plugin menos en los samplers, que son menos predecibles. De hecho, es una característica que se puede desactivar de forma individual. También se prioriza y compensa las señales MIDI externas, mejorando la respuesta.
Logic Audio incorporaba un método parecido usando un motor de latencia híbrido, consiguiendo un gran aprovechamiento de la CPU y una alta respuesta. ASIO-Gard no es tan eficiente, pero es un gran paso adelante.
Y lo mejor del resto
[Índice]Y el resto tampoco es desdeñable:
- Steinberg Hub. Cada vez que arranca aparece una ventana con las últimas actualizaciones, trucos y bugs conocidos (y su solución temporal). Muy útil, pero en algunos sistemas puede dar problemas con la tarjeta gráfica. Yo los sufrí, de hecho.
- Soporte para Rewire en 64 bits.
- Soporte para SoundCloud.
- Mejora en los algoritmos de time stretching de zPlane.
- Mejora en el control remoto de plugins desde las controladoras externas.
- Más sonidos (HALion SE, Groove Agent, etc), más de 2000 MIDI loops y VST Expression 2, con algunas mejoras.
- Mejora en la exportación, sobre todo para multicanal.
- CurveEQ, una EQ muy buena de Voxengo, licenciada para la ocasión, que sirve, principalmente, para copiar EQs de otras pistas.
- Tutoriales en vídeo. Dos horas, aproximadamente. Yo los he usado para acelerar mi aprendizaje con las nuevas características.
Y hasta aquí el repaso de (casi) todo lo nuevo.
En uso
[Índice]Tengo la fea costumbre (o buena, depende de quién lo mire) de probar los programas que reviso en un entorno real. Eso implica que encuentras los fallos antes que nadie y le ves el jugo real al programa.
El programa (en Mac) funciona en Snow Leopard, pero oficialmente sólo soporta Lion y superior, tanto en 32 bits como en 64 bits. En mi equipo tengo Snow Leopard, así que decido probarlo en 32 bits en primer lugar (más tarde hablaré sobre los 64 bits).
La primera impresión tras su larga instalación (es mucho material) es de oscuridad. Sí, parece que Ableton Live ha influido a más de un programa en su paleta de colores (o el diseñador gráfico es fan de la saga Crepúsculo). Todo está realmente oscuro y eso sorprende. Lo cierto es que cuando te acostumbras es hasta cómodo, pero cuando vienes de la versión anterior es realmente raro. Otro factor a tener en cuenta es que el mezclador ha cambiado mucho y para moverse se usan mucho más las teclas que el ratón. También los degradados de los gráficos le dan a todo un aspecto muy “Cakewalk 1990” que no esperaba en un programa tan potente como este.
El nuevo mezclador, que eclipsa a casi todo lo demás, tiene ahora un montón de botones que recuerda a los mezcladores del Reason o como si estuviera pensado para ser usado en un ordenador con pantalla táctil. A veces hay dificultades para leer ciertas cosas (Steinberg ha trabajado en solucionar esto y en las últimas actualizaciones hay cambios al respecto) porque el texto y los gráficos chocan o el fondo entorpece la lectura. El mezclador es redimensionable también, por lo que si tenemos un monitor con buena resolución esto no debería ser un problema, pero mis monitores Sony de 2003 (que en su día era la tecnología puntera del momento) no pasan de 1280x1024, por lo que sufro sus consecuencias.
En mi equipo de 7 años el programa funciona de forma ágil. Dándole un vistazo rápido al medidor de CPU de Cubase, veo que ahora es más realista y que ofrece unas métricas nuevas mejoradas. Probando proyectos antiguos, observo que efectivamente, todo va más suelto y estable, incluso aquellos que solían cargarlo hasta morir. La sorpresa es mayor cuando abro el medidor de Mac: Cubase consume más recursos (memoria y CPU) que la versión anterior y, sin embargo, va mucho más estable. ASIO-Guard obra el milagro y yo se lo agradezco.
Todo tiene muy buena pinta, así que decidí usarlo para trabajar y un cliente importante fue el primero en probarlo y empiezo a recibir los primeros cuelgues, fallos gráficos (se pierde el menú) y otras tonterías que, sin ser graves, me obligan a reabrir el programa. Lo cierto es que estaba malacostumbrado por Steinberg, ya que desde hace bastante tiempo sus primeras versiones son realmente estables. Cubase 6 presentaba un número de bugs tan bajo que podría ser una versión 6.5, y Cubase 6.5.3, la última disponible, es como una roca. Una rápida revisión me indica algo que había pasado por alto: estaba usando tanta memoria que desbordaba el programa en 32 bits, por lo que decido probarlo en 64 bits de forma cautelar.
Cubase sigue haciendo la distinción entre tres tipos de plugins: VST2.x, VST3 y 32 bits. Para cargar los plugins de 32 bits en el entorno de 64 bits usa un wrapper. Un wrapper es un programa que se comunica con el plugin de 32 bits y le da forma de 64. Es el mismo truco que usan otros secuenciadores (por ejemplo, Reaper) y bien hecho es la forma más fácil y óptima posible para solucionar el problema, sin apenas carga extra para la CPU.
Steinberg ya hizo lo mismo cuando Apple decidió pasarse de PPC a Intel. En esa ocasión el resultado era muy desigual y los plugins se colgaban de forma poco predecible, por lo que lo mejor que podías hacer era no usar ningún plugin PPC.
En esta ocasión el reto es más sencillo: es la misma arquitectura. Cuando cargas un plugin de 32 bits en Cubase a 64 bits te muestra una pantalla con una reducción del plugin y, cuando lo pinchas, aparece en grande y te deja trastear. A pesar de ese paso extra, todo bastante sencillo y transparente. Hasta que falla. Y sí que falla. Investigando por los foros de Steinberg, la realidad llama a mi puerta: el wrapper es inútil y produce una serie de fallos aleatorios que harían más difícil el review. Así que, plan B, a usar sólo plugins de 64 bits, lo cual da una realidad aún más vergonzosa: es sorprendente la cantidad de plugins que no cuentan con una versión en 64 bits: desde Imagine Line hasta SoundToys (incluidos todos los últimos lanzamientos). El resultado es que más de mitad de mis plugins son inútiles u obligan a pagar para usar su versión 64 bits (Auto-Tune, Sonnox o Waves, por ejemplo).
Una vez superado esto, el funcionamiento a 64 bits es muy bueno, a pesar de que acarrea un montón de bugs todavía.
Las nuevas funciones se comportan de maravilla y mis excursiones a la versión 6 (y Nuendo 5) son traumáticas (echo de menos el buscador todo el tiempo).
A los pocos días de lanzamiento aparece una versión 7.0.1 pre-release que tapa los agujeros más gordos, y poco más tarde la 7.0.2 y hace unos días la 7.0.3 y mi impresión ha cambiado bastante de forma favorable.
Conclusión
[Índice]¿Qué me falta? Me hubieran gustado más opciones de colaboración, para poder compartir proyectos o trabajar simultáneamente entre varias personas. Estaría bien tener un sampler sencillo y completo, como lo es EXS24 en Logic o los de Live (esta petición llevo haciéndola desde hace muchos años). Me hubiera gustado un diseño menos Emo y más siglo XXI (KLF y Technotronic puede que aún mole, pero el diseño gráfico de esa época no). O un wrapper de plugins de 32 bits menos temperamental y más úil. También pienso que se ha precipitado en su lanzamiento y que debería haber esperado a la 7.0.3, pero, en cualquier caso, creo que al día de hoy es una apuesta segura para cualquier usuario.
Steinberg ha renovado de forma profunda algunas funciones de Cubase y ha mejorado casi todo lo mejorable para convertirlo en una de las mejores opciones como secuenciador de audio y MIDI tradicional, para cualquier aplicación. Las nuevas características son muy útiles y están bien integradas dentro de su flujo de trabajo, que también ha retocado para la ocasión.
De todas las renovaciones que estamos viviendo, puedo afirmar que Steinberg ha profundizado más que nadie buscando, según sus criteros, la estación de audio digital perfecta y ha dado un paso por delante de sus competidores.
Lo mejor
- Todo lo nuevo es útil y está bien pensado: el mezclador, ASIO-Gard, la pista de acordes, etc.
- Las nuevas opciones no han roto el flujo de trabajo existente.
- A pesar de que aún hay algún bug incómodo, su versión actual (7.0.3) es muy estable.
Lo peor
- El wrapper para plugins 32 bits sigue siendo inútil.
- Las decisiones sobre su aspecto gráfico no son para todos los gustos.
- Su versión actual (7.0.3) debió ser la primera.
Addendum: 32 bits vs 64 bits
[Índice]Al contrario de lo que podría parecer, usar tu DAW a 64 bits no mejora la calidad del audio. Ni siquiera hay una mejora significativa del aprovechamiento de la CPU. Hay dos consideraciones a tener en cuenta:
Aprovechamiento de la memoria. Existen grandes limitaciones sobre cuánta memoria se puede direccionar con 32 bits. Tanto Windows como Mac en 32 bits usan trucos para superarlo, pero lo cierto es que cuando un proceso necesita más de cierta cantidad de memoria (en Windows algo más de 1,5 GB y en Mac 2,2 GB), el sistema se vuelve inestable. Aunque parezca una gran cantidad de memoria, el uso de samples o proyectos de mezcla complejos ayudan a superar rápido esos límites. Programas como Kontakt usan servidores en procesos externos para sobrepasar el límite de manera muy exitosa.
La estabilidad. No hay consenso sobre si el cambio a 64 bits mejora la estabilidad. Algunos desarrolladores, entre ellos Steinberg reconocen que sus programas funcionan de forma más estable en sus versiones de 64 bits. Sin embargo, Ableton recomienda todo lo contrario.
Cada DAW usa su propio sistema para sobrepasar la carga de plugins de 32 bits en un software corriendo a 64, pero básicamente se usan wrappers. Un wrapper no es más que un programa que envuelve a otro y traduce la comunicación con el OS. El de Steinberg no funciona especialmente bien (yo no lo recomiendo) y Live, directamente, no tiene ninguno. Hay un desarrollo alternativo bastante bueno, jBridge, que recientemente ha llegado al mundo Mac en versión beta, que en PC es muy estable y soluciona el problema de forma muy elegante.