LD Systems CURV500, un array de bolsillo
La primera pregunta que me hice cuando me topé cara a cara con este sistema: ¿qué estoy analizando? ¿Un array en miniatura? ¿Para qué me puede servir? Siendo de directos, sin duda el CURV500 no entraba en mis coordenadas. De salida parece que no tiene un precio, digamos, asequible para ciertos propósitos, pero lo que más me preocupaba era definir a qué sector orientarlo. ¿Quién querrá un array tan compacto que lo hace casi invisible? Además, ¿puede un altavoz tan pequeño que cabe en la palma de mi mano ofrecer un sonido a la par que a su precio? ¿O estamos ante una propuesta tecnológica justamente de un fabricante que se distingue por ofrecer equipos de calidad a precio muy ajustado? ¿Qué haces aquí, CURV500?
Al CURV500 lo llamaré el array de bolsillo. Porque es un array o, como mínimo, se comporta como tal. A la línea de los productos de LD Systems ya avanzo que viene con limitadas opciones, pero también con resultados que agradan. Cuando parieron el sistema quizá no estaban seguros de a dónde llegaría, pero tras probarlo creo que tiene infinitas posibilidades en instalaciones fijas (bares, salas pequeñas e incluso discotecas medianas), o hasta en casa como equipo principal o, cómo no, para aquellos grupos musicales pequeños que quieran ofrecer un sonido bueno e instalárselo ellos mismos sin demasiadas complicaciones. Pero también en el mercado de las convenciones, donde la discreción e invisibilidad van de la mano de la calidad de sonido. Ya entiendo ahora el sentido que LD Systems ha encontrado en este sistema.
El equipo es, cómo no, tremendamente sencillo en concepto, instalación y uso. Sigue, por así decirlo, la filosofía que han presentado con la serie MAUI: compacto, fácil de transportar (sugiero utilizar las bolsas de transporte de la serie) y de resultados inmediatos. De hecho se compone de un refuerzo de graves donde encontramos toda la electrónica asociada, un adaptador que une los satélites con el soporte vertical o de pared (según necesidades, lo que le añade un importante plus de versatilidad), y el conjunto de cajas acústicas necesarias para su uso (hasta 4 por conjunto). La opción base, para así decirlo, es un conjunto de sub más barra vertical, 4 tops y el adaptador necesario; aunque el fabricante ofrece para otras configuraciones modelos de sub con menos electrónica para permitir una ristra de arrays infinita pero controladas desde un único punto. Si algo define esta serie, insisto, es versatilidad.
El link (o SmartLink según el fabricante) es una pieza que actua como adaptador de conexión (convierte la señal que le llega desde el sub vía conector Neutrik a los polos propios del sistema de los tops) pero a su vez ajusta la orientación vertical según optemos por una conifguración de 1/2 o 3/4 cajas. Esta pieza, el SmartLink, resulta entre inútil y esencial, por lo que sí forma parte intrínseca del sistema. En ella además encontramos el hueco donde insertaremos la barra u otro adaptador, ya sea la propia barra que viene con el sistema o cualquier otra con otro adaptador dedicado.
Cada uno de los tops o cubos son muy robustos, acabados en hierro. Se conectan entre sí físicamente a través de unos raíles que, a su vez, incorporan dos delicados conectores por contacto (recomiendo mantenerlos limpios). Al toque de un botón podemos deslizarlos para juntarlos entre sí de manera segura. Aún tratándose de un mini-array una sola persona pueda instalar rápidamente un sistema compuesto por un sub, una barra extensible, el link y cuatro cubos o tops, en apenas un minuto. Al no existir configuraciones de angulación ni nada, el montaje, además de rápido, es seguro y efectivo, virtualmente, para cualquier persona.
El refuerzo de graves se presenta, como he dicho, en dos modelos: uno con el mezclador y las conexiones de entrada y otro sin él. Esto permite utilizar un verdadero sistema estéreo o, incluso, un conjunto de CURV500 con un desembolso menor. El refuerzo de graves es muy ligero, acabado en madera y que puede transportar uno mismo. Los subs se pueden conectar entre ellos mediante un enlace analógico de línea XLR de 6 pines (insisto: en cascada infinita, ya que cada sub tiene la amplificación para sus correspondientes tops). El que dispone del pequeño mezclador incluye 4 entradas bífidas XLR/jack (una de ellas conmutable a alta impedancia). Dos de esas entradas correponden a un grupo estéreo de señales (por ejemplo para atacar el sistema con la mezcla propia de una consola externa u otro reproductor de audio a nivel de línea). El pequeño mezclador es sencillo: control de ganancia para el canal 1, con filtro a 10 kHz y 80 Hz y un envío a efectos.
El canal 2 es el dedicado a micrófono, también con envío a efectos, y los 3 y 4 para las señales estéreo, ya sean desde las entradas bífidas posteriores, a partir de la entrada adicional minijack que encontramos en el mezclador o vía Bluetooth. Todo ello se controla mediante un único potenciómetro máster con ajuste del nivel de sub, un ajuste de TOPs por si instalamos de 1 a 4 y 16 presets de efectos de fábrica (sencillos, claro está). ¿Qué quiere decir todo esto? Si el cliente es un músico o banda que va con su equipo y apenas necesita un micro, una guitarra y poco más, tiene suficiente con el pequeño mezclador (incluso podrá añadirle efectos a su voz y/o instrumento). Si lo que hemos hecho es una instalación en una convención, stand o en un bar, podemos atacar el sistema con una señal estéreo (vía XLR, jack, minijack o bluetooth) y listos. El Bluetooth es fácil de sincronizar y tiene un alcance, en mi caso, de hasta 10 m. Los tops son pasivos, por lo que lo único que necesitan es la señal amplificada que viene desde el subwoofer correspondiente. Aunque podamos asociar hasta 4 tops por sub/amplificador, no existe un SmartLink que nos haga de puente entre, por ejemplo, un grupo de 2 tops y otro grupo de 2 tops (es decir, deberemos tener otro sub o hacer inventos).
Probé una configuración de dos subs (estéreo) con sus respectivos 4 tops por lado. Con música enlatada la verdad es que lo mejor del sistema es que funciona a la primera y, además, con un buen nivel de presión sonora (dudo que alcance los niveles que el fabricante especifica pero se acercan bastante y resultan más que suficientes). Ofrece una muy buena dispersión horizontal y tiene un tiro relativamente bueno. Hasta unos 15-20 m la coherencia es muy correcta y a partir de ahí la decadencia en graves no hace incómodos los medios/agudos que se consiguen. Así las cosas, hasta 25 m todo suena relativamente bien teniendo en mente la distancia. Incluso a un alto nivel de presión sonora se mantiene cierta coherencia en frecuencias, sin llegar a ser estridente o pecar de medios en bajos niveles.
Los graves parecen poco profundos pero muy bien controlados (algo poco habitual en recintos de esta embergadura): no tendremos esa pegada que nos da un sub de mayor diagonal, pero sí correspondencia sonora con el resto de frecuencias audibles. Tiende más a ser un equipo de alta fidelidad de muy altas prestaciones (que no me lean los audiófilos, por favor) a un equipo de rock duro, pero tenemos que recordar lo compacto de sus dimensiones y peso. Quizá las frecuencias medias deberían mejorar algo (el sistema no puede hacer magia sin la presencia de un altavoz de pulgada mayor en los top), pero no resulta algo que moleste, notándose cierto esfuerzo en este sentido. No me pareció un equipo que advierta la fatiga auditiva a corto o medio plazo. Incluso en esta configuración de dos subs no aprecié pasillos evidentes en bajas frecuencias (también es verdad que no va muy a bajo, claro está para un altavoz de 10” como el que equipa). Pero es un equipo exigente con los graves. Quizá un exceso de ellos hace perceptible la frecuencia de resonancia del recinto, incluso puede llegar a ser molesto. Micrófono en mano la respuesta es muy buena y el acople apenas se consigue si el volumen y la ganancia estan altos y te situas textualmente delante de los tops.
Como ya he dicho, nada es ajustable en este equipo pero no tiene que ser un problema. Es un equipo discreto en todos los aspectos, capaz de ofrecer un sonido convincente en espacios agradecidos de manera discreta y visualmente imperceptible. Resulta espectacular cuando lo descubres, invisible cuando suena.
Como sistema completo, por su tamaño y prestaciones, supera con exceso lo que otras marcas han conseguido en este mismo sentido; ahora sí, teniendo en cuenta su precio (apenas 1.990 € el conjunto aquí analizado: dos subs con sus 4 tops por lado). Su relación calidad/precio es sorprendente y las opciones de uso que consigue invitan a la práctica a crear un nuevo mercado. Es un equipo de esos que cuando los encuentras y los escuchas, cuando disfrutas de él, hace que generes una enorme cantidad de soluciones donde antes no creías que existiera nada.
Resumen de especificaciones técnicas
- Potencia (RMS): 920 W para el conjunto analizado.
- Máximo SPL: 128 dB continuos o 134 dB peak.
- Altavoz de graves: 10” en recinto bass reflex.
- Altavoces en satélite: 1 x 4” y 3 x 1”
- Respuesta en frecuencia: 47 Hz a 20 kHz.
- Peso subwoofer: 16,5 kg.
- Peso satélite: 1,7 kg.
- Peso Smartlink: 0,6 kg.
Más información | LD Systems CURV 500