Sintetizadores

Review de Modal CRAFTsynth 2.0, precio pequeño y gran funcionalidad

16/12/2019 por Pablo Fernández-Cid
7
Veredicto
Craft 2.0 es sorprendentemente editable y poderoso. Una edición comodísima con la aplicación gratuita que lo acompaña, pero todavía extensa y eficaz desde su propio panel. Ofrece argumentos más que suficientes en conjunto para que tenga un atractivo sustancial por sí mismo ya antes de mirar la etiqueta del precio.

Pros

  • Relación precio/prestaciones muy atractiva.
  • Sorprendentes resultados en cuanto a variedad y posibilidades para crear sonidos.

Contras

  • Los condicionantes propios de un formato tan compacto.
  • Sus hermanos polifónicos cuestan poco más.

Analizamos un monofónico de bajo coste pero con amplias funciones de síntesis, precursor evidente del Argon 8 a la vez que un hermano cercano aunque monofónico de Skulpt e hijo del Craft original. Pocas veces se reúnen tantas funciones en tan corto espacio y precio (en torno a 135€) como en este sintetizador de Modal capaz de generar sonidos bien gruesos y con garra con facilidad.

Craft Synth 2.0
modalelectronics.com

Resumen de características principales

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  • Sintetizador monofónico en módulo de pequeño tamaño y construcción en plástico
  • Fuentes: 2 grupos de osciladores
  • Cada grupo, con 4 osciladores desafinables entre sí, puede usar una entre 8 wavetables de cinco ondas con recorrido continuo entre ellas
  • 16 tipos variados de modulación/transformación del sonido de los osciladores (modulaciones, sync, wavefolding,...)
  • Filtro: 12 dB/oct de respuesta variable entre LP/BP/HP
  • 3 envolventes ADSR, 2 LFOs, y 8 rutas de modulación de amplio alcance
  • Saturador (distorsión) y unidad de retardo, como efectos globales
  • Arpegiador-secuenciador
  • Amplia implementación MIDI que permite edición total externa y uso como controlador
  • Aplicación gratuita para edición/librería
  • Almacena 64 sonidos internos editables

Aspecto exterior y controles

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Os animo a revisar nuestra review de Skulpt en lo referente este apartado, dadas las similitudes de formato. Haré un resumen en lista, parando sólo donde haya algo destacable.

  • Formato módulo de escritorio portable y con posible alimentación por pilas.
  • Construcción en plástico (y sin la tapa que sí se entregaba con Skulpt).
  • En este caso la disposición horizontal de la rotulación en el panel es mucho más cómoda que la exótica y oblicua usada en Skulpt.
  • Para dar acceso a todos sus parámetros, los 12 controles de su panel tienen diferentes funciones en combinación con las teclas del ‘teclado’ táctil. No es por tanto un panel ‘una función, un control’ pero sí sencillo de usar y con alcance casi al completo sobre todos los parámetros (escapa por ejemplo alguna opción respecto a las rutas de modulación, que exige el uso de la aplicación de edición gratuita).
  • Conexiones line out y headphones separadas, ambas sobre jack TRS de 3,5mm (el clásico de auriculares), pero no se trata de salida estéreo sino mono duplicada.
  • Cuenta con MIDI In y Out sobre DIN 5 puntas y también sobre USB MIDI (class compliant).
  • Conectores jack TS para sync in y sin out para sincronización con equipos analógicos.
Craft Synth 2.0
modalelectronics.com

Características en detalle

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Teniendo en la propia Modal las opciones de Skulpt (aprox. 270€) y de Argon 8 (633€), quien quiera polifonía no creo que opte por hacer uso de la opción ‘polychain’ que permite reunir varios Craft 2.0 para ir sumando voces. Este sintetizador tiene sentido como monofónico que es. Especialmente de agradecer en un solista su generosidad a la hora de permitir jugar con el timbre y de ofrecer posibilidades de control expresivo.

Cada uno de sus dos ‘osciladores’ es en realidad un grupo de 4 desafinable con el control ‘spread’. Un control que en la primera mitad de su recorrido genera una desafinación creciente (desde muy ligera a ya tosca, propia de una sirena de barco) y en la segunda mitad permite repartir el grupo formando intervalos y acordes seleccionados. Entre ellos algunos usos octavados que reemplazan con ventajas a los tradicionales subosciladores.

Adicionalmente se dispone de los controles que permiten desafinar (fine) y separar (tune) los dos grupos entre sí, con la gracia de que el recorrido de ‘tune’ no es por semitonos sino que favorece los intervalos consonantes. Recorre unísono, tercera menor y mayor, cuarta justa, quinta justa y sexta mayor, más sus correspondientes intervalos compuestos (mayores a la octava) hasta alcanzar hacia cada lado las -4 y +4 octavas. La selección de esos intervalos y no otros, aunque chocante, es bien útil al interpretar y modificar los controles en vivo y al hacer uso de modulaciones, para evitar combinaciones demasiado tensas o disonantes, a las que puede llegarse con el uso combinado de ‘fine’.

El juego con distancias superiores a la octava entre ambos grupos de osciladores y simultáneamente algún tipo de intervalo u octavación a través del 'spread' permite unos resultados muy ricos en cuanto a su complejidad, yendo mucho más allá de la clásica mezcla de dos osciladores en intervalo y obteniendo resultados que aparentan un mayor número de fuentes.

Las tablas de onda están documentadas en el manual. Son 8 y cada una permite moverse de forma continua entre 5 ondas diferentes. Un conjunto nutrido, sin llegar a la sobreabundancia de la que otros sintetizadores wavetable presumen. Una de las combinaciones corresponde a ondas ‘analógicas’ (seno, triangulo, trapecio, cuadrada, diente), otra son sonidos vocálicos/formantes, otras provienen de ondas tomadas de las wavetables de Modal 002, y finalmente algunas contienen formas creadas matemáticamente. El grupo de osciladores 2 cuenta con una novena opción que nace como seno y se transforma progresivamente en ruido para después desaparacer hacia el silencio. Es es la forma de contar con fuente de ruido en este sintetizador, y combinado con el seno resulta muy eficaz por ejemplo para las modulaciones, haciéndolo progresar de moduladora ruido a senoidal, bajo control de una envolvente o un LFO.

La ausencia de una tabla de ondas para simular PWM, que suele estar presente en otros sintetizadores wavetable, encuentra respuesta en que aquí la PWM es posible pero de otra forma: a través de la muy generosa la colección de transformaciones/modulaciones a las que pueden someterse los osciladores. Dieciséis tipos están disponibles, muchos de ellos poco habituales y menos así reunidos en un único sintetizador. El manual ofrece unas breves pero instructivas recomendaciones de uso de cada uno de estos tipos de transformación, como el referido a conseguir obtener PWM.

Frente a tantas opciones en cuanto a las fuentes el filtro parece poco variado, limitado a 12 dB/oct y con un único diseño, pero al menos con la posibilidad de transformar la respuesta entre LP/BP/HP. El hecho de hacer esa transformación de forma continua, y no a saltos, se agradece al modificar sonidos en vivo.

De las 3 envolventes ADSR lo más destacable es el control de intensidad de actuación presente en todas ellas y que permite invertirlas, incluso la envolvente de amplitud, que se corrige automáticamente en caso de inversión para volver a nivel cero tras cualquier ‘release’.

Los dos LFOs cuentan con posibilidades de funcionamiento libre, redisparo, disparo único, sincronización a tempo, etc. De nuevo la forma de onda es continuamente variable (seno, triangular, diente, cuadrada, S&H). Sus velocidades entran en región audio aunque no profundamente: hasta unos 40Hz. El LFO2 admite también generar una frecuencia que sea una subdivisión de la de las notas generadas en cada momento. Una posibilidad que permite al LFO en cierta forma ir sincronizado a la nota que se está ejecutando, para que su uso en modulaciones rápidas sea más consistente para todas las notas.

Hay arpegiador-secuenciador, aunque muy básico.

Los efectos, también simples, son una saturación (un único control ‘distort’ regula la intensidad de la distorsión, que llega a ser profunda) y un eco realimentado sincronizable a tempo si lo deseamos. La posibilidad de modular los parámetros de los efectos es muy positiva. Permite por ejemplo conseguir efectos de chorus al modular el tiempo de delay aunque no es regulable de forma tan precisa como para buscar usos de tipo resonador sintonizable para el delay.

Parientes cercanos en la familia Modal

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Craft Synth 2.0 es la evolución, más bien diría madurez, de un proyecto inicial llamado Craft que tuvo origen en una campaña Kickstarter y que permitió a Modal disfrutar de ventas a gran escala comparando con el tipo de producto que hasta entonces habían ofrecido, de alcance mucho más restringido por su precio. Sin duda se sienten cómodos en esta nueva estrategia, porque están reincidiendo en ella con varios modelos. Y es que el tirón de una marca asentada con cierto pedigrí ayuda a generar interés en todo lo que salga de sus manos.

Cronología: Craft, Skulpt, Craft 2.0, Argon 8
modalelectronics.com

El formato exótico y poco práctico de Craft original, en el que las placas de circuito impreso carecían de carcasa y se exponían al exterior directamente, se vio mejorado con el lanzamiento de Skulpt, modelo polifónico a 4 voces centrado en sonidos de polifónico analógico pero que decía adiós a algunas posibilidades interesantes de síntesis de Craft. Skulpt mantenía un formato y tipo de construcción ‘low cost’ pero mucho más acabado y sensato. Copiando ese mejor remate, nace Craft Synth 2.0, que vuelve a lo monofónico pero crece en cuanto a las posibilidades de creación de sonidos tanto respecto a Skulpt como al propio Craft original.

Por otra parte hace poco dábamos la noticia sobre un nuevo modelo polifónico llamado Argon 8 y que parece una extensión a 8 voces de este Craft 2.0 que revisamos hoy, con varias mejoras que no son sólo de materiales y construcción general, sino también relativas a los efectos y a ampliar las posibilidades de creación y transformación de los sonidos ya generosas que da Craft 2.0 con más variedad en las wavetables, 28 transformaciones frente a 16, panel de mucho mayor tamaño bien poblado de controles, y mejor dotación de efectos.

En uso

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Lo más destacable en Craft Synth 2.0 es sin duda la sorprendente variedad de recursos que permite poner en juego desde un tamaño y precio tan ajustado, además del sonido grueso gracias a los grupos de osciladores y su desafinación, más unas gotas de distorsión.

No puede esperarse a este precio la calidad de los Modal serie 00x. Más allá de las evidentes diferencias externas, el interior está también resuelto de otra forma. Los sintetizadores Modal de la familia 00x ofrecen sonidos más puros frente al sistema tradicional de wavetables de esta otra gama. Con todo, son osciladores pensados para mantener a raya el aliasing. Lo hacen a base de provocar una cierta caída de nivel a partir de los 13 o 14 kHz y también a través de usar formas de onda diferentes a medida que nos vamos moviendo por el teclado, sin que los saltos se noten. Salvo por esa 'pereza' de los osciladores asociada a la caída progresiva desde los 13kHz, está realmente bien resuelto, y los cambios de forma de onda se producen incluso cuando hacemos modulaciones continuas amplias de la afinación. En un estiramiento de tono extenso, va cambiándose la forma de onda para evitar que 'escapen' por encima de lo debido los armónicos altos y se conviertan en aliasing. Es mucho más de lo que esperaba encontrar.

Eso sí, lo que ya no podemos pedir a este precio es que cosas como el efecto de distorsión también esté vigilante ante el aliasing. Dependiendo del tipo de sonido y de frase, podréis notar más o menos que el uso de la distorsión conlleva alias. Sin embargo varios de los 16 procesos de transformación también aguantan el tipo y no provocan un especial aliasing, así que es posible subir a un registro bien agudo y aguantar el tipo. Si la activación de la distorsión incordia, será mejor realizarla externamente.

El balance es bueno en cuanto a disponer a precio contenido de un sintetizador monofónico con esas amplias posibilidades de intervención que dan lugar a un número elevado de parámetros controlables por el usuario. Al ser altos y con capuchón, los codificadores resultan cómodos de manejar frente a los de un Volca, por ejemplo. Pero no dejan de ser pequeños y próximos y hay que cuidar no mover alguno próximo inadvertidamente. Para un recorrido de 128 pasos (7 bits) como tienen, resulta un tanto incómodo el que se necesiten dar varias vueltas, pero son cosas más que asumibles a cambio del precio.

Claramente no hay tantos controles como parámetros, y aparece el uso de 'shift' y 'preset' para cambiar su significado, lo que impide ajustar simultáneamente algunos parámetros que sería bueno poder atacar a la vez. Ejemplo de ello la frecuencia de corte y la intensidad de envolvente de filtro, que recaen en el mismo control físico y deben turnarse para ser modificados. Leámoslo al revés: en lugar de limitar el conjunto de parámetros al número de controles disponibles, se ha ampliado enormemente con las teclas 'shift' y 'preset'. El que eso haga un poco más incómodo algún uso es, nuevamente, algo consustancial a este formato.

Por todo ello, tener a mano el editor/librería (software gratuito) es algo más que recomendable. Tanto por la comodidad y realimentación visual que aporta como porque para algunas cuestiones es necesario, en especial para sacar todo el provecho a la creación de rutas de modulación. Desde el panel sólo se puede editar el uso (destino y profundidad) de los dos LFOs y la envolvente de modulación. Para las demás rutas se necesita acudir a la aplicación. Por suerte está disponible para Windows, MacOS, iOS y Android, así que opciones para usarla no faltan. Hay también algún ajuste global sólo posible con el editor.

La rutas de modulación son 8, una para cada origen: los dos LFOs, la tercera envolvente (no las otras dos, prefijadas y exclusivas para filtro y amplitud), velocidad, nota, aftertouch, rueda de modulación y control de expresión. Cada una de ellas puede atacar a un único parámetro con intensidad regulable tanto en positivo como en negativo. Un poco más de flexibilidad, como admitir el que en esas 8 rutas de modulación se pudiera usar el mismo origen varias veces hacia diferentes destinos, no hubiera estado de más, y es algo que por ejemplo Skulpt sí permite y que apuntamos como posible mejora para el futuro.

Vista del editor para Craft 2.0
hispasonic.com

La muy completa implementación MIDI permite que los parámetros envíen y reciban MIDI CCs, con lo que es fácil reunir en un control externo aquello que necesitemos llegado el caso, y también es posible automatizar o grabar cambios sobre el timbre en un secuenciador/DAW. La resolución se queda en los acostumbrados 7 bits (valores 0 a 127) para todos los parámetros, pero de nuevo es poco objetable teniendo en cuenta el precio. El canal MIDI puede alterarse desde el propio panel con una combinación de teclas, algo que otros productos obligan a realizar vía aplicación.

Incluso como controlador ocasional puede resultar interesante, aunque sea con unos controles de tamaño y tacto básicos. Sus 12 controles rotatorios envían mensajes CC prefijados y diferentes según estén o no activadas las teclas 'shift' y 'preset', de forma que al final se pueden generar un alto número de órdenes CC para controlar lo que necesitemos en un instrumento o efecto software que cuente con funciones 'MIDI learn', y todo desde un minúsculo espacio que cabe perfectamente junto al monitor del ordenador.

El número de wavetables (8) y el recorrido de 5 ondas diferentes en cada una de ellas no es tan amplio como en otras máquinas, pero eso redunda en hacer más fácil recordar qué ofrece cada una de ellas, y dan una paleta de partida mucho más generosa que el clásico juego de ondas tradicionales diente, pulso, triangular. Permiten como es propio de wavetables, generar animación tímbrica ya desde los osciladores y antes siquiera de activar el filtrado, así como evitar el que los osciladores sean demasiado estáticos, haciendo que varíen aunque sea ligeramente su forma de onda. Y desde luego van mucho más allá de la tabla única de Skulpt, centrada sólo en formas clásicas.

Especialmente interesante contar con las 16 transformaciones y modulaciones del sonido producido por los osciladores, otro recurso generoso e inesperado a este precio. No todas son igual de llamativas y varias suenan parecidas, pero en conjunto aportan modificaciones interesantes con las que seguir añadiendo variedad a los sonidos posibles. Incluyen varios tipos de modulación de frecuencia y fase que permiten sonidos que evocan la FM de los DX, varios tipos de modulación AM/anillo y distorsión de fase (con diferentes curvas de aceleración/desaceleración en la lectura de cada ciclo), varios sistemas de sync (‘hard’ y con ventanas más y menos suaves, todas ellas usando un oscilador virtual como referencia para evitar tener que desafinar el oscilador 2 que queda totalmente libre para uso autónomo), distorsiones a través de wavefolding lineal y saturante, efectos de bajada de frecuencia de muestreo y de bajada de resolución, y algunas cosas curiosísimas como una ‘modulación a mínimo’ (permite reemplazar el osc1 por el mínimo de los dos osciladores en cada instante, con lo que da entrada a cierto ‘cruce’ entre ambos), y ‘sincronización vocalizada’ (una singular combinación de sync y distorsión de fase sobre el cuadrado de la señal del oscilador 1 que ofrece reminiscencias vocálicas o con color de tipo sync). La intensidad de esas transformaciones es modulable, también un plus. Poderla controlar desde la velocidad, una envolvente, el aftertouch, o la posición en el teclado ayudan a sacarle mucho más provecho y expresividad que una acción fija.

En varios usos hubiera agradecido un tiempo de decay en las envolventes que pudiera ser más extenso. Por ejemplo el tiempo de barrido en algún sonido 'sync' lo hubiese preferido más dilatado, pero da de sí lo que da, no es para una evolución de 15 o 30 segundos. El truco de reemplazar para ese uso con un LFO en rampa decreciente y disparo único tampoco es una solución ideal en este caso, porque aunque el LFO sí puede ir más lento, la forma de la rampa es con inicio en cero, no en el máximo o mínimo, así que la rampa viene fragmentada en dos secciones. Hubiese preferido que arrancara en un extremo. En todo caso, no es tampoco algo como para echarse a llorar. Sólo lo apunto para reforzar esa idea de que el 'decay' de las envolventes no llega a tiempos largos.

El arpegiador-secuenciador, aunque existe, no es su punto fuerte. Permite grabar nota a nota un pasaje de hasta 32 pasos, sin el añadido de secuencias de control que sí ofrece el secuenciador de Skulpt. Además es una única secuencia común para todos los sonidos y se borra al apagar. Así que más allá de para probar velozmente en algún momento una idea y grabarla (en audio o en MIDI), no le veo mucho recorrido, la verdad.

Conclusiones

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Encontrar algo parecido en concepto (módulo monofónico pequeño) y precio obliga a pensar en algún Korg Volca, o quizá en IK Uno Synth, Waldorf Rocket o Behringer Crave. Poco más puedo recordar que propiamente quepa considerar un sintetizador mínimamente hábil. Y ninguno se acerca en cuanto a variedad de sonidos.

Este Craft 2.0 es sorprendentemente editable y poderoso. Una edición comodísima con la aplicación gratuita que lo acompaña, pero todavía extensa y eficaz desde su propio panel. La completa implementación MIDI y la aplicación de edición/librería hacen fácil integrarlo en cualquier entorno de secuenciamiento o DAW.

El control del aliasing que realiza en sus osciladores puede robarle un poco de definición o viveza, al repercutir en una bajada anticipada del nivel en altas frecuencias, pero la distorsión con la que cuenta como efecto le devuelve esa garra aunque sea a costa de poder provocar la compañía de aliasing. En todo caso, cualquier efecto externo (eq, enhancer, distorsión) podría ofrecer igualmente ese suplemento. No es que suene apagado, pero por comparación con algún otro (especialmente analógicos) sí se nota esa ligera menor alegría. Otra opción para darle esa ánimo extra es el uso de las modulaciones/transformaciones. Unas gotas de modulación de fase, por ejemplo, en seguida le dan ese plus.

Muy agradecida en un monofónico la densidad posible con sus 4+4 osciladores apilados en cada voz y abiertos gracias a los curiosos modos de ‘spread’ interválico combinados con el ‘tune’. Con 'spread' a cero, la superposición en fase de los 4 osciladores le da una mucho mayor presencia o volumen, y es normal que al desafinar el grupo junto con el batido que se genera se produzca una bajada de nivel. Pero en el uso inteválico o acórdico volvemos a tener la sensación de osciladores individuales y plenos.

Más que llamativa la variedad con las 16 técnicas de transformación y modulación sobre el sonido en bruto de los osciladores.

Argumentos más que suficientes en conjunto para que tenga un atractivo sustancial por sí mismo ya antes de mirar la etiqueta del precio.

Y si lo monofónico no es lo vuestro, ya sabéis que Modal anunció en septiembre el teclado Argon 8 polifónico. Eso sí, no entra tan holgadamente como este en el bolsillo. Ni en el de la chaqueta ni en el de los €.

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