Review de Moog Subsequent 37 CV, la estela de un éxito
Pros
- Ya Sub37 era bueno, y este Subsequent 37 es su evolución / mejora.
- Calidad de construcción y acabado 'Moog'.
- Excelente la implementación MIDI.
Contras
- Para un monofónico, el precio alejará a más de un potencial interesado.
- El sobreprecio en la versión CV parece exagerado para las escasas diferencias.
Precio
- Moog Subsequent 37: 1959€ en Thomann
Sin duda Sub 37 Tribute edition ha sido un superventas. Un sintetizador Moog de sabor clásico, asequible pero generoso en posibilidades y controles. Que fuera una serie limitada se lleva mal con la buena acogida que ha tenido, y la solución al dilema por parte de Moog es inteligente. Con algunas modificaciones, no muchas pero sí interesantes, se comercializa ahora con nuevo nombre y en dos versiones: Subsequent 37 y Subsequent 37 CV.
Resumen
[Índice]Subsequent 37 aporta en cualquiera de sus dos versiones, como ya lo hacía Sub37, un sintetizador monofónico analógico plenamente Moog, que se ubica en esa posición ideal en cualquier catálogo que corresponde a la clase media, de ahí su éxito. Con un precio muy inferior a los Voyager o la reedición del Mini, pero con unas características que abandonan los recortes necesarios en el panel del SubPhatty, es una de las mejores opciones para contar con un Moog en plenitud sin tener que hacer muchos números.
Aunque la arquitectura de los ‘37’ es muy del estilo de los SubPhatty (ahora mismo con un precio que es la mitad que el de un 37), encuentro mucho más interesante el panel generoso y ‘completo’ de los 37, con el que se puede desterrar totalmente el uso de combinaciones de teclas que sí exige Sub Phatty para algunos ajustes. Por el otro extremo, ciertamente hay mayor número de módulos en los Voyager, pero es a costa también de seguir elevando precio, y los 37 son sintetizadores ya muy bien capacitados interna y externamente, sin disparar el precio.
Esas sensaciones de inmediatez, de todo a la vista y accesible, forman parte del espíritu que uno espera encontrar en un analógico Moog. También destaca la insuperable calidad y tacto de los potenciómetros, conmutadores giratorios y pulsadores que ofrece la marca. Jamás me ha importado si los montan a mano o con robots, es su problema y su decisión. Pero sí me importa cómo se sienten los controles. No puedo trasladaros la experiencia, pero no conozco otros cuyas sensaciones sean comparables. Así de simple. Es un gustazo que una parte de tanta interacción con un sintetizador quede resuelta con esta excelencia, aunque estos componentes y capuchones no son nada baratos para los fabricantes de sintes, algo que justifica una parte inevitable del coste de los Moog.
Los cambios en los Subsequent se notan y amplían el sonido posible con los Sub originales. Teniendo en cuenta que son sintetizadores monofónicos y de corte clásico, agrada encontrar distorsiones con tanto recorrido y tan limpiamente resueltas, sin caer, como otros fabricantes, en distorsiones un tanto ‘gritonas’ o directamente alocadas/inestables.
De forma parecida, habrá quien eche en falta alguna opción más en cuanto a técnicas de síntesis analógica, como modulaciones desde los osciladores. Pero estas apuntan a resultados más inarmónicos y disonantes, que no son la razón de ser natural de interesarse por un Moog. Además, en los Sub 37 el rango amplísimo de los LFOs (que llegan por encima de los 1000 Hz) y la posibilidad de que varíen su frecuencia de forma ‘afinada’ a lo largo del teclado, implican que esas sonoridades más extravagantes y menos instrumentales son también al final factibles.
La magnífica implementación MIDI (en alta resolución, con 14 bits en cada control, además de los típicos volcados sysex para sonidos individuales y bancos), el uso duofónico, las posibilidades amplias en envolventes y LFOs, o el arpegiador/secuenciador siguen sumando razones a su favor. Y el software editor (de momento usando el existente para Sub37) hace más fáciles las tareas más complejas tales como poner nombre a los sonidos, instalar nuevo firmware, gestionar bancos de sonidos, establecer algunas rutas de modulación compleja, o (jugando con la versión plugin del editor) una mayor automatización/integración con DAWs.
Con esos argumentos no es casualidad que los Sub 37 originales hayan sido tan bien recibidos, y estos nuevos Subsequent sin duda dilatarán el éxito en el tiempo. Merecidamente.
Dos versiones
[Índice]Subsequent 37 CV, también edición limitada, se refiere con su apellido CV a la presencia de salidas de control por voltaje, aunque entradas CV ya había en Sub 37 y se mantienen en los dos Subsequent. Además el aspecto de la versión CV, quizá porque al contar con esas salidas CV apunte al uso como controlador para modulares, abandona los colores habituales en Moog y da paso a un acabado aluminio que no desentonaría en un ambiente Eurorack, sólo roto por la madera encastrada en sus laterales metálicos. Eso sí, ya quisieran tantísimos Eurorack tener la calidad de acabado y de controlesque siempre ofrecen los Moog. Es esta la versión que hemos recibido para review.
Subsequent 37 (sin CV) recupera la estética tradicional dominada por el panel negro rematado en laterales de madera, en la línea del Sub37. Permite, al no montar las salidas CV, que su precio quede en la misma franja ya conocida del Sub37, 1550€, frente al algo mayor de la versión CV, 1959€, pero no renuncia al resto de las novedades de los Subsequent.
Reconozco que de entrada el aspecto aluminio me dejaba con ganas del rigor del negro que tengo adherido en mi memoria a Moog, pero no es por ello menos elegante. Como muestra, esta galería de fotografías.
La versión no CV y un conversor MIDI a CV en el propio modular es una excelente opción para los amigos del acabado más tradicional pero que quieran a toda costa acceder a su modular vía CV, con la tranquilidad de una excelente y altamente configurable implementación MIDI en los Subsequent con envío de CCs desde todos los controles (incluso en alta resolución con parejas de CCs para 14 bits).
Los cambios respecto a Sub 37
[Índice]Resumiendo al máximo, para quienes conocen el Sub37, los cambios que traen los Subsequent son:
- Rediseño del ‘multidrive’ en el filtro, que es la parte encargada de forzar saturación/distorsión en el filtro y a su salida, con lo que se llegan a alcanzar niveles de distorsión más grandes si se desea.
- Rediseño del mezclador, doblando su ‘headroom’ para que podamos mantener la señal limpia aunque estemos combinando varias fuentes a niveles medios (en la parte alta inician saturación). Como resultado también la acción del ‘feedback’, otra de las formas de forzar distorsión, se altera con un un mayor recorrido y coloración.
- Se ha cambiado el teclado y aunque no recuerdo cómo era el anterior, sí he encontrado este excelente en tacto (siempre pensando en tecla tipo sintetizador) y con una regulación del aftertouch que aporta mucha seguridad en su control.
- Mayor nivel en la salida de auriculares
A esos cambios, y sólo en la versión CV limitada, hay que añadir la presencia en el lateral derecho de salidas CV, referidas no sólo a pitch/gate, sino también a señales de control. Veréis dos gates que corresponden al uso duofónico.
Pero no hay que olvidar que en realidad tanto la versión CV como la no CV tienen algo de control por voltaje: el lateral izquierdo en los dos nuevos Subsequent es idéntico al que ya presentaba Sub 37, y cuenta con entradas por voltaje (Gate +5V y pitch CV de 0 a +5V con 1V/oct, además de controles de nivel y frecuencia de corte), más MIDI en DIN y USB, además de alimentación y conexiones audio (entrada y salida).
Construcción, controles y usabilidad
[Índice]El acabado y construcción resulta elegante y cómodo, muy usable. Las tres octavas de teclado tienen buena pulsación, cuentan con velocidad y aftertouch (un aftertouch muy controlable, que arranca más allá de la posición normal de final de recorrido de la pulsación de la tecla), y existen botones dedicados para octavación, legato, glide, y para la prioridad (qué nota suena al tocar varias), y que es agradable encontrar en botones dedicados para uso inmediato durante la ejecución. Lo mismo con los ‘multitrig’ y ‘reset’ de las envolventes. Tener a mano incluso esos parámetros ‘de detalle’ se agradece.
La acción de los potenciómetros y conmutadores es insuperable. Su tamaño y separación amplios también aportan seguridad y buenas sensaciones.
Los más de 100 controles envían y reciben mensajes MIDI y se puede configurar el uso de CCs (a elegir entre formato a 7 o a 14 bits) o bien NRPNs. Una lástima ver últimamente tantos sintetizadores de otros fabricantes limitados a los 7 bits que permiten una precisión insuficiente para algunos parámetros. No es el caso.
La intervención digital del control es también la clave para ofrecer memorias, con 16 bancos de 16 sonidos accesibles en todo momento. Con 16 botones dedicados, conmutar en directo entre unos y otros sonidos no puede ser más fácil, incluso dentro de un mismo tema.
Módulos y parámetros
[Índice]Osciladores, fuentes y mezclador
[Índice]Los dos osciladores ofrecen triángulo, diente, cuadrada, y pulso, pero la selección es con un control continuo ‘wave’ que barre entre todas esas formas de onda, y por tanto, usado como destino de modulación, va mucho más allá del PWM clásico. El paso de triángulo hacia el inicio del camino al diente es un poco abrupto, pero eso no desdice de la utilidad de ‘wave’. Ya sólo con la modificación individual de la forma de cada uno de los osciladores bajo acción de LFOs resultan sonidos de una densidad y movimiento interno interesantísimos.
Hay suboscilador (cuadrado, una octava por debajo del oscilador 1) y ‘hard sync’ que esclaviza el rearranque del oscilador 2 al oscilador 1, con las típicas variaciones tímbricas aún más agresivas en fuente, y sin todavía despertar el filtrado.
La regulación de la desafinación del oscilador 2 puede combinar el ajuste relativo (el clásico digámosle ‘interválico’, con el control ‘frequency’) o al absoluto (generando batidos de velocidad fija en todo el teclado, control ‘beat freq’). Los osciladores pueden iniciar su ciclo a cero con la pulsación de tecla (reset) o dejarlos libres (para que aporten presencia de ‘clics’ en los ataques).
Hay también una fuente de ruido, y una entrada audio externa cuyo potenciómetro de nivel dobla función cuando no conectamos señal externa como control de feedback (la salida del filtro retorna al propio mixer, y puede fácilmente llevar a saturación).
La capacidad parafónica de Sub 37 se concreta en el 'duo mode'. Cada oscilador puede estar interpretando una nota diferente, o bien puede dejarse osc2 en una afinación fija a modo de nota pedal o roncón. Incluso admite juegos peculiares con un oscilador arpegiando/secuenciando y el otro interpretado libremente desde el teclado.
Filtro
[Índice]Aunque eso no os lo he mostrado en el vídeo, hice pruebas y el recorrido de la frecuencia de corte llega desde los poco más de 10 Hz a más allá de los 20kHz. Es un filtro ‘ladder’ clásico de Moog, pero con opción a 6, 12, 18, o 24 dB/oct que veréis en uso en un momento del vídeo. Lógicamente con 6dB se vuelve mucho más ‘cremoso’ (interesante con pads y sonidos suaves) frente al rigor del filtrado a 24 tan útil para bajos sólidos y subgraves.
La calidez del filtro asoma también cuando forzamos su entrada en auto-oscilación, con un patrón marcadamente senoidal en el que sólo hay presencia moderadamente destacable de los armónicos 2 y 3, completando por tanto una serie acertadamente corta pero íntegra, no sólo impar.
Con el control de ‘keytrack’ ajustado a 1:1 esa auto-oscilación se puede hacer interpretable desde teclado para sonidos tipo Theremin, silbidos y otros igualmente delgados, con mucha más pureza que los propios triángulos de los osciladores. En usos más propiamente de filtrado, como permite llegar a una ratio 2:1 se puede incluso ajustar que las notas graves queden proporcionalmente más filtradas que las agudas. En conjunto por tanto podemos acabar balanceando la sonoridad brillante allí donde más nos interese: sea en graves (con notas agudas más apagadas), sea en agudos (para no taparlos con notas graves demasiado abiertas) o bien buscando un equilibrio razonable en todo el registro.
El control de intensidad de actuación de la envolvente admite recorrido tanto positivo como negativo para permitir uso inverso de la envolvente.
El multidrive reforzado de los nuevos Subsequent sigue permitiendo un control gradual capaz de llegar a una extensión muy generosa de armónicos, y sólo muy al final del recorrido empieza a apuntar maneras ‘cuadradas’ más frías, resultando cálido en casi todo su amplio recorrido.
Envolventes
[Índice]Las envolventes son de tipo DAHDSR (delay, attack, hold, decay, sustain, release) e independientes para amplitud y filtro. Pueden también cualquiera de ellas actuar como fuente de modulación sobre prácticamente cualquier otro parámetro, una de las pocas ocasiones en las que hay que acudir a al ‘display’ o bien aprovechar la facilidad mayor al respecto del software editor.
Es también a través de esos potenciómetros (usados en combinación con la tecla ‘shift’) como podemos regular la actuación de la velocidad de ejecución en el teclado sobre la excursión de la envolvente, o el acortamiento de la duración a medida que subimos por el teclado.
Mediante botones podemos acceder a los ajustes relativos al tipo de disparo en modo legato (single trig o multitrig) así como a un demasiadas veces olvidado ‘reset’ de la envolvente que permite que con cada nota se rearranque la envolvente desde nivel 0 y no desde donde estuviera en ese momento (tal vez el nivel ‘sustain’ o todavía a mitad de una etapa ‘release’). Son opciones individuales en cada una de las dos envolventes, y realmente muy significativas en su acción para terminar de amoldar la respuesta al tipo de toque y fraseo ligado o no desde el teclado. Las veréis en acción en el vídeo. No pocas veces he echado en falta el control de reset en tantísimos otros sintetizadores.
Hay también funciones de tipo bucle (envolvente repetitiva sin la fase sustain, útil para crear fondos y drones) o para el redisparo (autorepeat) según diferentes subdivisiones del tempo MIDI al que puede sincronizarse este efecto.
Modulaciones y LFO
[Índice]Las secciones ‘Mod1’ y ‘Mod2’ están vinculadas a sendos LFOs, pero van más allá de las clásicas variaciones repetitivas. Se trata en realidad de un juego de dos rutas de modulación programables.
Las fuentes para esas modulaciones pueden ser los dos LFO, o bien se puede elegir alguna de las envolventes o incluso parámetros derivados del control desde teclado, como la velocidad, el número de nota, el aftertouch, o también varios números de controlador MIDI (no limitados a la rueda de modulación).
Los destinos alcanzan a todos los parámetros, tanto los que usan potenciómetros como los que implican conmutadores o pulsadores. Por ejemplo, la duración de las envolventes (en conjunto o en uno concreto de sus parámetros) puede modificarse desde una rueda, por la velocidad desde el teclado, o por acción de un LFO lento, o lo que imaginemos. Es también esta la vía para la introducción de vibrato de entrada gradual, al no haber un control 'fade in' dedicado (podemos controlar la intensidad de actuación de un LFO desde una envolvente para hacer que crezca durante el desarrollo de cada nota).
Tan amplias son las opciones que a veces podría apetecer la libertad de crear más de dos rutas. Compensando en parte eso, la actuación sobre la frecuencia de los osciladores (uno a elegir o ambos) así como sobre la frecuencia de corte cuenta con sus propios potenciómetros y se puede por tanto regular e introducir de forma simultánea e independiente a aquel destino que queramos elegir con más libertad. Por eso hay tres potenciómetros de ajuste de intensidad de actuación en cada sección ‘Mod’: hacia afinación, filtro y al tercer destino seleccionable por el usuario.
Los LFO ofrecen dos rangos, el clásico para bajas frecuencias con tiempos que llegan por el extremo lento a las decenas de segundos, a otro capaz de superar en el extremo alto los 1000Hz . Este rango tam amplio y la posibilidad de hacer que la frecuencia del LFO varíe a lo largo del teclado (desde ratio 0 a ratio 2:1) hace factible crear auténticos efectos de síntesis AM/FM.
Arpegiador/secuenciador
[Índice]Siendo digital, es una de las partes en las que los sucesivos firmware de Sub37 han ido aportando mejoras. Ofrece funciones tanto de arpegiador clásico como de secuenciador por pasos, capaz de 64 pasos. Son gestionados como 4 páginas de 16 gracias a la hilera de 16 botones. La edición detallada con el software editor permite ser muy precisos, aunque la grabación y edición son igualmente posibles desde el propio teclado. Admite el registro de una línea de control además de dos líneas de notas (sí, dos, para el uso parafónico).
Glide
[Índice]La sección de 'glide' merece también mención propia. Con tiempo ajustable, puede reclamarse que actúe sólo sobre uno de los dos osciladores o bien sobre ambos. Interesante por ejemplo para un 'sync' que sólo haga barrido crujiente cuando liguemos y no cuando toquemos separando las notas.
Nada habitual es tener 3 opciones para el tipo de respuesta. Podemos ajustar que el barrido sea lineal a velocidad constante (LCR, que implica mayor duración cuanto mayor sea el salto), lineal con tiempo fijo (para que todos los glide duren igual sea cual sea el intervalo), y barrido exponencial en tiempo fijo (con un sonido disferente, al ser un barrido en tono percibido y no en la frecuencia en Hz).
Por supuesto se puede hacer que actúe sólo en caso de toque legato y la presencia de un botón dedicado para la activación general del glide permite introducirlo a voluntad durante la ejecución de una frase, dado que está cercano a la posición de las ruedas de bend/modulación. Sin olvidar que todos estos botones/pulsadores pueden, como cualquier otro control, ser actuados vía MIDI, por lo que podríamos usar cualquier controlador en pedal.
Valoración
[Índice]Subsequent 37 asegura para Moog reeditar el éxito que ha sido Sub37 por la vía más fácil: la de mantener algo que funciona. El mercado abunda ahora con sobreoferta de sintetizadores monofónicos, últimamente incluso con algunos inspirados directamente en el Minimoog, pero Moog sabe mantener su singularidad.
En casi todos los nuevos monofónicos el criterio precio es demasiado determinante. Subsequent 37 tiene comparativamente un precio alto, pero es por algo. Con Moog uno compra un sinte ‘para toda la vida’, para darse un gusto no sólo al oír sus resultados grabados, sino también, quizá incluso por encima de ello, para disfrutar en el uso diario al girar cada uno de sus controles. Sensaciones que difícilmente pueden ser equiparadas desde las dimensiones muy recortadas de otros o con unos potenciómetros y cubrepotenciómetros de inferior calidad, como los que se encuentran en el poblado segmento de monofónicos por debajo de los 600 euros.
También hay monofónicos/parafónicos en parecida gama de precio a estos Subsequent 37, como por ejemplo el Pro 2 de Dave Smith Instruments o el Matrixbrute de Arturia, pero estos quieren reclamar atención por la vía de ofrecer amplias funciones y posibilidades de síntesis que van más allá de una arquitectura más clásica como lo es aquella por la que se decanta Moog. Si tienes claro que tus límites de tipos de sonido encajan con las arquitecturas más esenciales, el valor añadido de los acabados de Moog crea adicción. Frente al utilitarismo de los potenciómetros de Matrixbrute o los de Dave Smith, algo más elegantes pero igualmente lejos de lo que monta Moog, hay una magia especial en estos controles y no es sólo su estética, también salta en el uso. El recorrido de sonoridades podrá ser más corto, en el sentido de menos variado, pero lo clásico es al final lo más usado, y a cambio Subsequent 37 permite disfrutar de la calidad de construcción Moog que sigue haciendo palidecer a tantos otros.
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