Sintetizadores

Probamos el Yamaha Reface CP

21/08/2015 por Pablo Fernández-Cid Actualizado el 24/08/2015
8
Veredicto
El Yamaha Reface CP es un teclado portátil que destaca por su fiel recreación de pianos electrónicos clásicos de los años 70 y 80, complementados con efectos integrados bien diseñados. Su interfaz sencilla y su tamaño compacto lo hacen ideal para músicos que buscan inmediatez y movilidad. Aunque tiene limitaciones en la variedad de sonidos y algunas imperfecciones técnicas, su calidad sonora y versatilidad lo convierten en una opción atractiva para quienes buscan revivir el sonido de esa época con facilidad y buenos resultados.

Pros

  • Excelente y detallada recreación de pianos electrónicos clásicos
  • Tamaño compacto, altavoces integrados y posibilidad de uso con pilas
  • Cinco efectos adaptados a los sonidos base, ofreciendo gran flexibilidad y fidelidad al estilo de época
  • Controles directos y fáciles de usar, sin menús complejos
  • USB MIDI y DIN5P, permitiendo grabar y editar todos los ajustes en DAWs.

Contras

  • Cambiar algunos efectos provoca cortes breves en el sonido, perceptibles al tocar en directo
  • Ausencia de sonidos de pianos acústicos y FM del DX7
  • Poca personalización de los parámetros de los efectos
  • Algunos pedales no funcionan directamente sin usar MIDI
  • Precio algo elevado

Tras la noticia referida a la llegada de la gama Reface, hace poco revisábamos a fondo el Reface DX y aprovechábamos para comentar de forma global algunos aspectos comunes a toda la serie. Nos centramos hoy en conocer lo que ofrece de peculiar el modelo CP.

En breve

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Dentro de la familia, le corresponde a CP hacerse cargo de recrear el sonido de pianos electrónicos con el uso inmediato que caracteriza a los Reface, mediante controles específicos para cada función, huyendo de menús y pantallas.

Con una polifonía generosa (128 voces) y una paleta de sonidos extremadamente compacta (6 sonidos base), ofrecer la recreación de grandes pianos electrónicos clásicos de los 70s y los 80s no deja de ser una propuesta atractiva. Compacto también, como en sus hermanos, el propio tamaño del teclado con tres octavas reducidas a un 85% del tamaño habitual. No faltan los altavoces y la posibilidad de uso con pilas o baterías, para completar un teclado portable que puede usarse en cualquier lugar. El precio también es común a los 4 Reface, aprox. 400€.

En cuanto al sonido en sí, se nota la voluntad de fidelidad hacia cada uno de los pianos recreados, acompañados con efectos que combinan bien con ellos para completar la evocación de ese pasado reciente. No es un ‘todo en uno’ respecto a pianos, con las evidentes ausencias de pianos acústicos o de los propios pianos FM del DX7, pero para los interesados en la gama que ofrece, es una alternativa tremendamente simple de usar y que garantiza volver 30 o 40 años atrás en el tiempo sin romperse la cabeza y con buenos resultados.

La variación posible sobre la base de esos 6 sonidos viene de la mano de 5 unidades de efecto encadenadas (drive, tremolo/panner/wah, chorus/phaser, delay digital o BBD, reverberación) que pueden operar simultáneamente y que vienen a ser el equivalente de los efectos en pedal con que muchas veces se acompañaban los propios teclados originales para perfilar su sonido final. Varios de estos efectos son ‘Virtual Circuit Modelling’ para mayor parecido con los que se aplicaban en aquellos años, y además, aunque tengan pocos controles, su comportamiento varía para adaptarse a lo más convencional con cada tipo de piano, con lo que el juego que ofrecen es más amplio de lo que podría esperarse a primera vista.

En el lado negativo, aunque pueda ser más fiel a lo que ocurría hace tantos años, no se entiende que la activación de varios de los efectos provoque una pequeña discontinuidad en el sonido. No se aprecia en momentos de silencio, pero activar un chorus para pasar al estribillo sin dejar de tocar lo hace evidente innecesariamente.

Permite usar pedal continuo para efecto de medio pedal en el sostenimiento, siempre un acierto.

Los sonidos base

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Los 6 sonidos base corresponden a Rhodes I, Rhodes II, Wurlitzer, Clavinet, Toy (un piano de juguete, de los de tipo metalófono con teclas para niños), y Yamaha CP-80.

Hay ejemplos audio en la web de Yamaha y tenéis también el vídeo que acompaña a este texto para haceros una idea. Anulando los efectos se obtienen timbres muy reposados y en primer plano, algo inertes como es propio de los pianos emulados, que puede animarse con enorme facilidad con los efectos.

El sonido se genera aprovechando los sistemas AWM2 y SCM de Yamaha. En seguida se nota la presencia de esos ruidos de ataque y de amortiguación que son esenciales para articular el carácter de este tipo de pianos. También se siente una reacción amplia a la velocidad de pulsación, que no presenta escalones en su recorrido. Importante, en caso de optar por dispararlo desde algún teclado externo, adecuar a nuestro gusto la respuesta del teclado que usemos para sacar el mayor provecho. En mi caso, tuve que optar por el ajuste ‘light’ en lugar del ‘medium’ que suelo tener seleccionado en un piano Roland.

En los modelos CP y Wr el extremo más alto del registro cuenta, como sucede en los pianos acústicos, con ausencia de apagadores y las notas siguen sonando tras ser pulsadas. RdI, RdII y Clv frenan las notas al liberarlas incluso en el registro agudo. Toy, por su propia idiosincrasia, carece totalmente de apagadores y tiene permanentemente una acción sustain sobre todas sus notas. Una vez más, fidelidad a la memoria.

Las unidades de efecto

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Ya hemos mencionado que son 5 unidades de efecto: drive, tremolo/panner/wah, chorus/phaser, delay digital o tipo BBD analógico, y reverberación.

Los controles en cada efecto que aporta CP son mínimos, con uno o dos parámetros disponibles. Sin embargo hay detrás algo más de lo que aparenta: es evidente en el uso que un mismo efecto actúa de forma diferente antelos seis sonidos. Algunos parámetros de los efectos no asoman al usuario pero están ajustados internamente de forma diferente para cada modelo de piano, e incluso los parámetros que sí asoman en potenciómetros tienen rangos diferentes según qué modelo de piano estemos recreando.

Por ejemplo el trémolo. En algunos sonidos es el esperable control de nivel con LFO mientras en otros lo que se controla es el panning. Se aprecia con facilidad que el LFO aplica una ley suave senoidal sobre el nivel en el Wurlitzer y sin embargo en Rhodes II es más extrema, más cuadrada y controla el panning en lugar del nivel. También los rangos de velocidad del LFO difieren en ese efecto entre los diferentes sonidos.
Otro ejemplo de diferencias es el que se presenta en el ‘drive’. El modelo de amplificador que se simula no es el mismo para todos los sonidos (en unos tiene un regusto a ampli británico y en otros americano).

No son las unidades de efecto enormemente ajustables presentes en sintetizadores. Son efectos que tienen su propio color, adaptado al contexto, manteniendo la línea general de CP de asegurar una inmediata y sencilla reconstrucción de timbres clásicos de toda una época de los pianos electrónicos. De nuevo os emplazo al vídeo para verlos y oírlos en acción.

Otras cuestiones

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Como toda la gama Reface cuenta con MIDI In y Out en DIN5P usando un cable especial incluido, y con USB MIDI (Class Compliant, compatible con iOs y cualquier sistema operativo moderno). Hay salidas L y R en jack de ¼” y una salida de auriculares en jack estéreo ¼”, además de una entrada estéreo en minijack de 1/8”.

Como ya se ha apuntado, la entrada de pedal en Reface DX se aplica para el ‘sustain’ y cuenta con efecto medio pedal en caso de usar pedal continuo, permitiendo controlar la duración de la cola de apagado tras la liberación de las teclas. Ojo porque no todos los tipos sirven y mi pedal Roland para piano no era compatible directamente enganchado a Reface CP (sí lo era lógicamente, vía MIDI desde el propio teclado Roland).

Muy positivo también el que todos los controles envíen mensajes MIDI CC, porque permite registrar todas las acciones en una pista MIDI de un DAW. No sólo la ejecución al teclado, también los cambios sobre los sonidos / efectos, con lo que pasan a ser editables. Especialmente, lo oiréis en el vídeo, me encanta la posibilidad de, a posteriori de haber registrado las notas, realizar una segunda ronda grabando sólo retoques aquí y allá sobre los controles para animar la pista de piano y darle más expresividad. Cosas como variaciones entre estrofa/estribillo, alterar la velocidad de los efectos modulados, etc. son extremadamente fáciles de llevar adelante y muy útiles.

Aunque ya se comentó en artículos anteriores, no está de más recordar que en septiembre llegará la aplicación gratuita Capture, para iOS, que permitirá usar un iPhone/iPad a modo de biblioteca de sonidos. También estará entonces disponible SoundMondo, una nube para compartir sonidos con otros usuarios.

El vídeo

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En el vídeo que encabeza esta review repaso primero el sonido en bruto (sin efectos) de los 6 sonidos base, y a continuación introducimos los efectos. Continúa con ejemplos grabados tocando y justo antes de acabar uso Reface CP para reproducir una pista de varios fragmentos de ficheros MIDI. Aprovecho que las notas ya están grabadas y tengo las manos libres para ir activando efectos y moviendo alguno de sus parámetros y que los veáis en acción dentro de un contexto más acompañado.

En concreto el último de todos esos ejemplos es un Clavinet que he grabado como audio dos veces, usando diferentes ajustes y separando ambas grabaciones hacia los extremos L y R para así dotarlo de una mayor complejidad y sensación estéreo.

El sonido de Reface CP está registrado directo al ordenador desde las salidas audio, sin ningún procesado adicional.

Más información | Web Yamaha

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