Review de Allen & Heath Xone:23C
Pros
- Puedes tener en casa el sonido Allen&Heath sin pedir un préstamo al banco
- Construída como un tanque
- La combinación entre sonido analógico e interfaz de audio de alta resolución incorporado
- El filtro VCF, divertidísimo y sin chasquido al activarlo
Contras
- Tener que realizar modificaciones por parte del usuario en el interior del mixer para poder usar DVS
- Las alas para enrackar, ¿no podían haberlas puesto opcionales
- Sin certificación DVS oficial para Serato DJ o Traktor Scratch
Precio
- Allen & Heath Xone 23C: 444€ en Thomann
Hace unos seis años Allen&Heath quiso que cualquier DJ pudiera disfrutar en casa de su particular sonido analógico y sus filtros con el modelo Xone:22, un mixer analógico de dos canales y canal de micro; a pesar de su aspecto espartano y de algunas carencias –no tenía interruptor de encendido y los controles de micro tenían una ubicación algo incómoda– tuvo buena aceptación por ofrecer un muy buen sonido por poco dinero, además de montar uno de los típicos filtros que A&H montan en los modelos superiores.
A&H anunció en el NAMM de 2014 el modelo que sustituiría al Xone:22, y que llevaría el original nombre de Xone:23, y en menos de dos meses anunciaron el modelo que nos ocupa hoy, el Xone:23C, exactamente igual que el 23 pero con un interfaz de audio que A&H promete que puede ser empleado para DVS. Hemos creído oportuno revisar el modelo 23C por ser el más completo de los dos, y estas han sido nuestras impresiones.
¿Digital o analógico?
[Índice]Creo que lo mejor es aclarar el tipo de mixer que es el Xone:23C, ya que actualmente A&H tiene mixers analógicos y digitales en el mercado, y este modelo es una especie de fusión de varios conceptos. El Xone:23C es un mixer totalmente analógico, tanto en las funciones de mezcla, como en el filtro que incorpora. No hay conversores digitales en ninguna de sus etapas de entrada, mezcla o salida. El mixer tiene dos canales, cada uno de ellos con dos entradas, una a nivel phono y la otra a nivel línea; adicionalmente tiene un canal de micro. La parte digital del mixer no es más que un interfaz de audio instalado en su interior, cuyas entradas y salidas analógicas están conectadas internamente al mixer. Este interfaz que incorpora el mixer permite conectarlo a un ordenador a través de un puerto USB, y enrutar directamente el audio digital de los decks virtuales de un software para DJs a los canales analógicos del mixer, y poder así realizar una mezcla externa en un entorno totalmente analógico.
El interfaz también permite enrutar el audio de las entradas del mixer a un software, de manera que podemos conectar dos platos con vinilos de código de tiempo para controlar la reproducción de archivos musicales en un software con control DVS –con una pequeña pega que luego explicaré– que no sea exclusivo como Cross o Virtual DJ, ya que no cuenta con certificación de Traktor ni de Serato. Al ser el interfaz de audio class compliant, teóricamente el mixer podría usarse también con un iPad y software como DJ Player o Cross, aunque no puedo asegurar esto último ya que no me ha sido posible probarlo. El mixer no envía MIDI.
Construcción y controles
[Índice]El Xone:23C está construído sobre un chasis de acero pintado de negro, su parte superior es también de acero –aparentemente algo más grueso– también pintado en negro y con un acabado rugoso agradable al tacto. Es literalmente un tanque, y transmite una sensación de solidez que pocas marcas tienen. Las serigrafías del mixer están hechas en naranja y blanco, y en cierta manera recuerda al diseño del mixer digital Xone:DB2. El mixer tiene un tamaño que lo hace bastante compacto, algo que facilita su transporte, aunque también para algunas personas esto planteará algunas incomodidades por la cercanía que terminan teniendo algunos controles. Quizá la única pega de su aspecto exterior sea la forma de las “alas” laterales para montar en rack, que son sencillamente horrorosas. Aunque A&H ha mejorado un poco el aspecto visual de los productos en los últimos años, a veces sigue ubicando elementos incómodos de mirar.
Veamos ahora el channel strip de cada canal. Lo primero que llama la atención es que cada canal cuenta con dos controles de ganancia, uno para cada entrada. No tenemos el típico interruptor para elegir entre una entrada u otra, si no queremos el sonido de una entrada sencillamente dejamos su ganancia a cero y subimos la ganancia de la entrada que queremos. La EQ es de tres bandas, llega hasta +8db y si la bajas a tope anulas totalmente la banda –total kill– . Los faders son de 60mm y el crossfader también, los faders tienen una resistencia aceptable y el crossfader es muy suave aunque prácticamente inservible para tareas de scratch, tiene muchísimo cut lag. A pesar de todo, el crossfader puede ser sustituido por un Mini Innofader P. La curva del crossfader puede seleccionarse mediante un interruptor entre únicamente dos tipos de curvas predefinidas, una lineal para mezcla con el máximo nivel en los extremos, y otra de corte para scratch. Los botones de preescucha y de asignación al filtro son –al igual que todos los botones del mixer– de goma dura y click rápido, con un montaje realmente firme.
En la parte central tenemos el filtro controlado por voltaje, que va de 20hz a 20khz y tiene un control de resonancia que llega hasta +15db –con la clásica inscripción “Mild - Wild” y puede conmutarse entre paso bajo y paso alto. El filtro es único, y lo podemos asignar a uno u otro canal, o a ambos. A diferencia de los filtros montados en otros mixers Xone, este no tiene el chasquido que hacen algunos al activarlo, lo cual es un buen punto.
Los controles y conexiones de micro han sido reubicados con respecto al modelo Xone:22, en el anterior modelo estaba todo en el panel frontal, ahora en el Xone:23C pasan al panel superior los controles –justo al lado del canal 1– y el conector de micro en formato XLR. Disponemos en el micro de controles de nivel, graves y agudos.
Junto a los controles del canal 2 tenemos los controles de los niveles de auriculares, mezcla de auriculares, monitoraje en cabina y salida master. Tanto para estos controles, como para los anteriormente nombrados del micro, y los de ganancia de cada entrada, se han usado capuchones para los potenciómetros de menor tamaño, un detalle que personalmente no me suele gustar.
Otra de las diferencias con la Xone:22 es la ubicación del vúmetro, en el anterior modelo cada canal tenía un vúmetro simple al lado del fader. En el Xone:23C tenemos un vúmetro doble de 9 segmentos en la parte central del mixer, con su escala serigrafiada entre las dos hileras de leds. La posición central del vúmetro es mucho más práctica que en el anterior modelo. El vúmetro muestra el nivel de salida master, y al pulsar CUE en alguno de los canales nos muestra el nivel del canal que preescuchamos. El vúmetro tiene un comportamiento interesante, y es que nos deja iluminados temporalmente los picos, algo en mi opinión bastante práctico. El manual de la Xone:23 nos recomienda trabajar principalmente alrededor de los 0db, permitiendo picos entre +3 y +6, y que bajemos los niveles si el vúmetro llega a picar en +10. El margen dinámico del mixer es de +20db, 2db más que los +18db que soportaba la Xone:22.
En el panel frontal tenemos dos salidas de auricular, tanto minijack como jack normal. En el panel trasero tenemos dos entradas en formato RCA por canal, una a nivel phono y la otra a nivel línea. Los conectores de la salida master son en formato XLR, disponemos además de salidas de grabación y monitoraje en cabina en formato RCA. Hay conexiones de envío y retorno de efectos en formato RCA rotuladas como “Loop FX”, pero el asunto tiene sus limitaciones; no hay controles de nivel de envío o retorno de la señal al módulo de efectos, y además el envío no es por canal, envía la mezcla, así que realmente lo podríamos considerar más que como envío como un punto de inserción antes de la etapa de salida. Para activar este “Loop FX” debemos pulsar el botón Ext On del panel superior, si no vamos a tener ningún módulo de efectos conectado, el botón debe permanecer apagado. En el panel trasero tenemos el puerto USB y el conextor X-Link del interfaz de audio.
El interfaz de audio y sus peculiaridades
[Índice]El interfaz que incorpora el Xone:23 tiene una resolución máxima de 24 bits y 96khz. Ofrece dos entradas estéreo y dos salidas estéreo. El interfaz no necesita drivers ya que es class compliant, pero a pesar de ello A&H recomienda instalar unos drivers específicos que hay en su web y que según el fabricante proporcionan mejor latencia y menos errores de jitter. El dispositivo es reconocido como un dispositivo de audio y MIDI, ¿cómo es esto posible si el mixer no envía MIDI? La respuesta es muy simple, aunque el mixer no envía MIDI por sí solo, su interfaz puede actuar como puente de datos MIDI gracias al puerto X-Link –un puerto de red RJ45– de la parte trasera. Este puerto permite conectar otros dispositivos que sí envían MIDI de A&H y tienen puerto X-Link como el Xone:K1 o Xone:K2, de esa manera podemos conectar al ordenador el Xone:23 con uno de esos aparatos simultáneamente al ordenador y ahorrarnos un puerto USB, ya que el X-Link también alimenta al dispositivo.
La salida stereo 1-2 del interfaz está conectado al canal 1 del mixer, mientras que la salida stereo 3-4 lo está al canal 2. De esta forma podemos configurar cualquier software como Traktor, Cross o Virtual DJ para enrutar directamente de cada deck virtual a un canal del mixer, y realizar externamente la mezcla. Este modo de trabajo tiene un único inconveniente, y es que no hay control de ganancia físico sobre el audio que enrutas a los canales del mixer de esta manera, debes controlar el nivel desde el software, y como el mixer no envía MIDI debes hacerlo o bien empleando un controlador auxiliar, con el ratón o a base de autogain.
Esta peculiaridad, por si nadie se ha dado cuenta, hace que realmente en cada canal puedas meter tres fuentes de audio simultáneas, lo que entra por la conexión de línea, por la conexión phono, y el audio de la conexión interna con el interfaz de audio. Así que podría decirse que el Xone:23C, más que un mixer de “2+2 canales” como se publicita, es de “3+3 canales”.
Las peculiaridades continúan en la cuestión del control por DVS, debido al ruteo que el mixer y el interfaz traen de fábrica; la entrada 1-2 está internamente conectada a la etapa de salida del mixer y por defecto se emplearía para grabar en un ordenador la mezcla externa que realizas en el mixer, mientras que la entrada del mixer 3-4 está conectada internamente al retorno de efectos, y se puede usar con cierta maña para hacer un envío interno de efectos a otra aplicación como Live. ¿Quiere decir esto que las entradas no pueden usarse para DVS? En absoluto, Allen&Heath te da la posibilidad de cambiar el ruteo interno del interfaz y el mixer, pero debes hacerlo abriendo el mixer e instalando tú mismo unos cables que vienen incluidos con el mixer en unos jumpers de las placas. No es muy difícil, no hay que realizar soldaduras ni nada parecido y vienen instrucciones de cómo hacerlo en el manual, pero te advierten bien claro que cualquier desperfecto en este proceso no está cubierto por la garantía si lo hace un usuario en su casa y no un técnico en un SAT autorizado. Una vez realizada la instalación de los cables, las entradas phono del mixer quedan enrutadas directamente al interfaz de audio, y de esa manera pueden usarse vinilos de código de tiempo en programas que no necesiten hardware específico como Cross o Virtual DJ. Pero también al hacer esto no podemos emplear las entradas del interfaz para grabar lo que mezclemos en el mixer.
Os dejo un detalle del diagrama del mixer para que podáis entender un poco mejor todo el tema de conexionado interno de entradas y salidas tanto del mixer como del interfaz de audio:
No tengo muy claro por qué A&H no ha diseñado el mixer de manera que este cambio en el ruteo interno de las entradas pudiera hacerse simplemente tocando un interruptor, y no teniendo que abrir el mixer y andar poniendo o quitando unos cables. Sólo se me ocurre que haya sido para poder abaratar un poco el coste del mixer. En cualquier caso es una pena que la ventaja de disponer de un interfaz interno de 24bits y 96khz enrutado directamente al mixer quede un poco emborronado por este detalle.
En uso
[Índice]No lo he comentado antes, pero la Xone:23C emplea una fuente de alimentación externa, por suerte no es muy grande, pero añadirá otra “cajita negra" a todas las que puedas tener por el suelo de tu cabina-estudio-guarida. En general el Xone:23C es bastante sencillo e intuitivo de usar. Todos está donde debe estar y responde adecuadamente, no es escuchan ruidos raros ni hay sensación de fragilidad al accionar los controles. Los que aspiren a hacer scratch, quizá encuentren incómoda la posición de los controles de filtro, entre los dos faders y sobre el crossfader, además les recomiendo que adquieran un Mini Innofader. Los que vayan a destinar el mixer para mezclas de club no tendrán problema con el crossfader de serie y su respuesta. Quizá lo único que quizá pueda sorprender a los más novatos es el tema de las ganancias independientes por entrada, pero es algo que se entiende en segundos.
El sonido de la mesa es el que ya conocemos de A&H, cálido y detallado, y me atrevería a decir que en este aspecto el mixer está por encima de casi todo lo que hay en este rango de precios. El filtro VCF de la marca como siempre es muy divertido de usar con el control de resonancia, y eso que sólo hay un filtro… La única pega al sonido quizá esté en la ganancia de las entradas phono, tuve la sensación de que la amplificación era más baja que en otros mixers y que había que subir algo más la ganancia. Quizá sea algo intencionado, ya que A&H explica en el manual cómo modificar internamente el mixer eliminando unas resistencias para dar +6db a la ganancia de estas entradas; pero una vez más, ¿no podían haber diseñado el circuito con algún tipo de interruptor que permitiera elegir esto en lugar de poner al usuario a trastear el interior del aparato y exponerlo a anular su garantía?
Conclusiones
[Índice]Por un precio bastante ajustado, Allen&Heath ofrece un mixer compacto que aunque inicialmente aparenta ser un sencillo mixer de dos canales, termina siendo un mixer 3+3 con interfaz de audio incorporado y canal de micro. Su construcción transmite una solidez insólita en esta gama de precios y su sonido es el de la calidad acostumbrada en la marca. Es una lástima que el producto tenga ciertos detalles que emborronan el resultado final, como las peculiaridades del interfaz de audio, o el extravagante diseño de las alas para enrackar.