Review del Apple iMac G4 800
Pros
- Diseño de lujo, ergonomía
- Poco ruido de ventilación y disco duro
- Pantalla TFT de calidad · Da acceso a los grandes estándares de Macintosh: Logic, Pro Tools y Digital Performer entre otros
- Audio nativo de baja latencia y excelente rendimiento
- Gran estabilidad, especialmente en OS X
- Home-Studio compacto y potente
Contras
- Caro
- Sin MIDI, entrada de audio ni salida convencional: supone gasto extra en un interface
- Resolución máxima de 1024x768
- Imposible ampliar a no ser la RAM o por USB/Firewire
- Pocas aplicaciones de audio en OS X de momento
- Documentación escasa
Hace unos años, Apple introdujo una nueva línea de ordenadores de consumo, los iMac (el primero de ellos, el G3 de la foto superior). Estaban dirigidos a la gente corriente interesada en un ordenador versátil para su casa, compacto y capaz. Los iMac supusieron un gran éxito para la compañía, que a la vez introdujo un diseño futurista, llamando la atención de todos.
En el año 2002 los iMac han sido totalmente renovados (foto inferior); el nuevo modelo incluye características muy mejoradas -entre ellas, el procesador G4, acercándolo a la gama alta- y un diseño más rompedor si cabe que el de sus antecesores: una semiesfera contiene todos los componentes, y de ella sale un brazo metálico articulado que soporta una esplendorosa pantalla plana TFT.
A su vez, los eMac, herederos del diseño iMac original pero montando también procesadores G4, reducen el listón de precios de estas máquinas, dejándolo por debajo de 1400 euros. Y los iMac Nieve con procesador G3 se sitúan ahora en 999 euros, todo un récord tratándose de Apple. Sin duda, la empresa de Cupertino está apostando por popularizar sus productos.
Así pues, conociendo de antemano la difusión de los Mac en estudios y ámbitos profesionales, ¿qué podemos esperar de este benjamín de Apple en nuestras casas? Eso intentaremos desvelar a lo largo de estas páginas.
Primer vistazo
[Índice]
El iMac G4 800 15" utilizado en la prueba
Al sacar el iMac de su embalaje nadie puede quedarse indiferente. Algunos dirán "¿eso es un ordenador?", otros se quedarán pasmados y otros dirán que no les gusta. Sobre cuestiones de diseño nadie tiene la última palabra, pero por lo que respecta a nosotros, nos quedamos gratamente sorprendidos por sus líneas y formas. Y no sólo por una cuestión estética, sino por su funcionalidad: el iMac cabe en la esquina de una mesa, y su brazo articulado permite girar la pantalla a casi cualquier posición deseable. Además, aunque es muy pesado, puede transportarse sin muchas molestias sujetándolo por el brazo de la pantalla TFT, y de hecho ya se comercializan maletas especiales para él.
Lo primero que debemos comentar son sus características generales. El iMac de nuestra prueba monta un estupendo procesador PowerPC G4 a 800 Mhz, con 256 Kb de nivel 2 y 256 Mb de RAM. En el lado negativo está su tarjeta gráfica Geforce2 MX (aunque el más reciente iMac 17" monta una Geforce4), el bus de sistema a 100 Mhz, el AGP 2x y el disco duro ATA66/5400 RPM, ya que puede decirse que son tecnologías algo pasadas de fecha. De todos modos, el disco ofrece 60 Gb, una buena cifra. Y aquí no haremos una guerra de datos y tablas técnicas, sino una prueba práctica de rendimiento y posibilidades reales. No hay que olvidar en ningún momento que se trata de un aparato dirigido al mercado doméstico; las torres PowerMac montan procesadores superiores, con buses más rápidos y discos duros más veloces.
Un punto fuerte de este modelo es la inclusión de una unidad Superdrive (Pioneer DVR-104), que permite grabar CD-R a 8x, CD-RW a 4x y DVD-R a 2x; además, lee CD-ROM a 24x y DVD a 6x. Sin duda sacrifica las velocidades a costa de reunir todos los procesos en una sola unidad, pero tener todas esas posibilidades de una tacada es muy atractivo. La grabación de DVD-R es un punto a favor para los que se dediquen al vídeo digital.
La parte trasera del iMac contiene todas las conexiones, y de hecho será la única manera de ampliarlo con nuevos dispositivos, ya que aparte de la memoria RAM (ampliable a 1 Gb con chips DIMM y SO-DIMM), el resto de componentes internos son intocables. Esto es sin duda resultado de su comprometido diseño.
De izquierda a derecha, nos encontramos con un conector para llave de seguridad (no incluida), el enchufe de auriculares (minijack estándar, 1/8"), un "miniconector" para salida de altavoces (no estándar), dos puertos Firewire, un puerto Ethernet (10/100BASE-T), toma de corriente, conector de módem telefónico (56k), tres puertos USB (1.1), salida de vídeo VGA y botón de encendido. En el teclado de serie (de excelente factura, por cierto) se encuentran otros dos puertos USB a cada lado, uno de ellos ocupado por el ratón óptico Apple Pro Mouse, también incluido (y de un sólo botón, como es tradicional en los Mac). La primera omisión flagrante que notamos es la de una entrada de audio, y el formato propietario de la salida complica las cosas a la hora de incorporar unos monitores. Aparte del micrófono integrado en la propia pantalla del iMac, no hay manera posible de introducir audio en este ordenador tal como viene de fábrica. Y ni hablar de entradas o salidas digitales, por supuesto.
Los 5 puertos USB son suficientes en teoría, pero realmente acaban por ser tres (uno de los cinco lo utilizará el ratón, y otro más el teclado), aunque siempre tienes la posibilidad de añadir un HUB. Por otra parte, la salida VGA tiene una utilidad relativa, ya que las imágenes que se envían por ella son una copia "espejo" (mirroring) de la que presenta el iMac en su TFT, con lo que no sirve para ampliar el área de trabajo, que está constreñida a una resolución máxima de 1024x768. Para los que realizan mezclas complicadas con interminables mixers virtuales repletos de plugins, esto puede ser un inconveniente (sin embargo, el nuevo iMac 17" permite resoluciones superiores).
Con este escenario, para juzgar las posibilidades del iMac como un estudio musical serio se hace casi obligatoria la compra de un interface audio/MIDI USB o Firewire, para solapar la carencia de una entrada de audio y una salida en condiciones. De todos modos, el sistema de audio nativo del iMac es muy potente, como ya veremos: la adición de un interface de audio debe considerarse a efectos de conseguir entradas y salidas extra, simplemente. Además, el hecho de gastarse dinero en el interface no es realmente un problema grave: cualquiera que pretenda hacer de su PC o Mac un estudio en condiciones tendrá que plantearse un gasto extra similar en una tarjeta o interface de sonido apropiados. Sin embargo, y dado el precio de este ordenador (2.300 euros), la exclusión de una entrada de audio es imperdonable, teniendo en cuenta que modelos anteriores de Mac la llevaban de serie y que sí está presente en los actuales eMac. De cualquier manera, en estos test no usaremos nunca un interface ni dispositivos externos: le sacaremos punta al iMac tal y como viene de fábrica.
Tampoco es agradable notar que carece de puertos MIDI, algo muy común en los PC de consumo a través del puerto joystick, y también presente en aparatos Macintosh más antiguos. Alguien podría oponer que un iMac no tiene por qué llevar todos estos extras, ya que está orientado al mercado de consumo, pero la realidad es que las torres PowerMac comparten las mismas carencias.
Con todo, hay que precisar que muchos teclados controladores modernos se comunican por USB, e incluso existen módulos de sonido actuales con esta conexión. Si, por ejemplo, tenemos un Roland XV-2020 como sintetizador y un teclado Evolution MK361C como controlador, no hará falta disponer de interface MIDI (aunque sí de audio, para introducir el sonido del XV). Todo dependerá pues de la combinación de aparatos que se tenga, aunque creemos que en una gran mayoría de casos serán necesarios los interfaces audio y MIDI.
Manos a la obra
[Índice]El iMac viene con los sistemas OS X y OS 9 de serie, aparte de una gran variedad de aplicaciones que comentaremos más adelante. Nos interesa tener los dos sistemas operativos disponibles, ya que OS X aun carece de software suficiente para audio, como veremos. La instalación no puede ser más sencilla: se insertan los CDs cuando son requeridos y sólo falta esperar: el iMac arrancará en el entorno Aqua de OS X listo para trabajar.
Lo primero que llama la atención es la calidad de la pantalla TFT: nítida, con gran contraste y calidad en el color, no cansa la vista... una delicia. Y enseguida notamos también otra característica positiva: el ruido de ventilación es muy reducido. Tras un tiempo trabajando con PCs estándar, la diferencia se hace muy notable. Lo mismo podemos decir del mínimo ruido que produce el disco duro. Este tipo de detalles pueden parecer de poca importancia, pero si vamos a estar horas delante de un ordenador se agradecen enormemente. No se puede negar que resulta muy agradable trabajar con el iMac.
OS X es un sistema con estupendas características, como podéis ver en un [ artículo ] anterior publicado en HispaSonic. Que el iMac permita utilizarlo ya es un punto muy importante a su favor, pero las aplicaciones musicales disponibles a día de hoy (septiembre de 2002) son escasas. Aún así, Emagic ya ha presentado su Logic para OS X; Steinberg, Digidesign y Motu anunciaron que pronto lanzarían su Cubase SX, Pro Tools y Digital Performer, y ya están disponibles BIAS Deck y Peak. Sin duda, en los próximos meses asistiremos a un aumento importante de aplicaciones que rellenará este vacío temporal.
Aunque luego volveremos sobre OS X y el iMac, nos lanzamos directamente a OS 9 para probar sus capacidades en producción musical. Hay un gran número de programas musicales con soporte OS 9; nunca tantos como en PC, pero están todos los importantes, así como una variedad de plugins y utilidades. Nadie podrá decir que no puede hacerse música con él -y de hecho, es el OS que usan muchos estudios para hacerla-.
Fuerza bruta
[Índice]Nuestra primera prueba es algo que muchos estaban esperando con curiosidad: rendimiento comparativo de CPU trabajando con plugins e instrumentos virtuales entre el iMac y otros ordenadores. Aunque antes hemos criticado la ausencia de una entrada de audio, la realidad es que esto sólo debe importar a los que necesiten hacer tomas externas de sonido; hoy en día, una producción totalmente virtual también es posible, y es de esta manera como haremos la prueba: sólo se utilizarán pistas de audio tomadas a partir de samples y loops, con samplers y sintetizadores virtuales. Veremos pues qué es lo que da de sí el iMac tal como viene de fábrica, sin interfaces añadidos de ninguna clase.
Para este test hemos utilizado Logic Audio, con sus efectos e instrumentos nativos. Hemos procurado confeccionar un proyecto de Logic realista y no la típica prueba de fuerza bruta consistente en saturar el sistema a base de reverbs y efectos de alto consumo. Estos son los elementos utilizados:
Instrumentos
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Efectos
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Disposición
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· 2 EXS24 · 2 ES-1 · 1 EVP88 |
· 4 Fat EQ · 2 compresores · 2 Tape Delay · 2 PlatinumVerb · 1 Autofilter |
· 1 Bitcrusher · 1 Overdrive · 1 Distorsión · 1 Flanger · 1 Phaser |
· 5 pistas de instrumentos virtuales · 4 pistas de audio, una de ellas con automatización de Autofilter |
Con este proyecto bien podría concluirse un tema completo sin muchas limitaciones, y eso es lo que queremos probar: cuánto sufre el iMac para llevarlo a cabo, y en qué lugar queda respecto a una selección de ordenadores PC y Mac. (Agradecemos a Doctor Kucho su colaboración como autor de este test).
R E S U L T A D O S
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Pentium III 1 Ghz
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Athlon 1 Ghz
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PowerMac G4 733
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iMac G4 800
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Pentium IV 2 ghz
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Athlon XP 2000+
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La barra "Audio" de Logic muestra el porcentaje de CPU utilizado para reproducir el proyecto. Se ejecutó pues el mismo proyecto en 5 ordenadores distintos, procurando ajustarlos de manera que las condiciones fuesen iguales entre todos (hasta donde ello es posible tratándose de plataformas distintas) y capturando su consumo de CPU en el punto más alto.
Resumiendo los resultados en números redondos, el iMac utilizó un máximo del 50% de CPU reproduciendo el proyecto, prácticamente lo mismo (una pizca menos) que todo un PowerMac G4 733 Quicksilver (que tiene menor velocidad de reloj, pero mayor caché L2 entre otras cosas). La comparativa frente a los PC quedó de la siguiente manera: el Pentium III a 1 Ghz, utilizando más del 80% de su capacidad, quedó en último lugar; el iMac le superó en un 30%. Ante el AMD Athlon 1 Ghz el iMac también salió airoso, superando en un 20% su consumo de CPU. El Pentium IV a 2 Ghz necesitó algo más de un 40% de su potencia, quedando así sorprendentemente cerca del consumo del iMac, al que multiplica por más de dos en velocidad de reloj. Frente al Athlon XP 2000+, el iMac perdió más terreno: este micro sólo necesitó un 25% de su capacidad de proceso para hacerse cargo del proyecto (un 50% menos que el iMac).
¿Qué se puede concluir de todo esto? Ante todo, debemos decir que hay que tomarse este tipo de pruebas y resultados con sumo cuidado. Hay una variedad de factores que podrían influir en el resultado relativo del test, especialmente hablando de los PC, que pueden montar distintas placas y tarjetas de sonido de serie, cosa que no sucede con los Mac. Un OS optimizado también podría mejorar ligeramente el consumo de CPU frente a otro sin optimizar, y aún pueden añadirse más factores como éstos, así que la prueba ni mucho menos es definitiva ni "científica".
Podemos considerar los datos resultantes como orientativos, y la mejor manera de sacar nuevas conclusiones es ofreceros los archivos del test utilizado aquí para poder comprobar vuestros consumos de CPU en distintas circunstancias: pulsa [ aquí ] para obtenerlos.
En general, podemos decir que el iMac es un ordenador potente como home-studio virtual, pero sin alcanzar a los últimos procesadores de PC. Ha necesitado sólo la mitad de su CPU para llevar adelante un tema completo, y se ha defendido con notable brillantez ante ordenadores PC Pentium, incluso frente a un Pentium IV que le supera ampliamente en Mhz. Sin embargo, se ha mostrado sensiblemente inferior a los últimos modelos de AMD Athlon.
Sound Manager, Core Audio, latencia y CPU
[Índice]Ya que tanto mencionamos el sistema de audio que trae el iMac de serie, vamos a quedarnos un rato hablando sobre él: el iMac ofrece reproducción en dos canales (estéreo) con 16 bits de resolución, a una frecuencia de 44.1 Khz, al igual que en grabación (si bien sólo disponemos de un micro integrado de serie). En OS 9, este sistema nativo se llama Sound Manager, y en OS X, Core Audio.
OS 9 ofrece un buen rendimiento, pero con latencias superiores a OS X. El estudio virtual Propellerheads Reason no permite elegir otra latencia que 11 ms usando el Sound Manager. En otras pruebas realizadas con Logic Audio y Cubase hemos podido concluir que ésta es la latencia media de OS 9 con el audio nativo, y está muy bien: en ningún momento tuvimos problemas con el manejo de instrumentos virtuales a tiempo real. Pero las cosas se pusieron mucho mejor cuando pasamos a OS X y testeamos Reason 2 para ver hasta dónde puede llegar este sistema nativo (ahora ya el Core Audio).
Aquí vemos una tabla comparativa de la potencia de proceso que necesita el iMac para reproducir el tema de demostración por defecto que incluye la demo oficial de Reason 2, a distintas latencias seleccionadas en el Core Audio interno.
Latencia Core Audio
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CPU (máximo)
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Como vemos, aquí sí se puede reducir la latencia, alcanzando los 2.15 ms de mínimo, aunque a costa de un mayor consumo de CPU. En 12.31 ms el uso de procesador es apenas perceptible, y esta es una latencia suficiente para trabajar con los instrumentos de Reason a tiempo real. Una vez más, os recomendamos que bajéis esa [ demo de Reason 2 ] para comparar resultados en vuestro sistema y sacar conclusiones propias.
En resumen, OS X está mucho más dotado para audio que el clásico OS 9. Aunque seguramente tendrás que utilizar OS 9 por una temporada debido a la escasez de aplicaciones de su hermano mayor, no está lejos el día en que OS 9 sea tan sólo un recuerdo.
Por otro lado, la utilidad "Configuración Audio-MIDI" de OS X nos da una grata sorpresa: nunca antes habíamos visto en un sistema operativo tantos detalles a la hora de configurar su sistema de sonido y comunicación MIDI:
Se ofrecen niveles en dB para entrada y salida, detallando las frecuencias de muestreo y bits de resolución. Añadiendo un interface cualquiera compatible con OS X, manejaremos aquí todas sus entradas, salidas y características de reproducción y grabación. Del mismo modo, si utilizamos un interface MIDI, podremos acceder a su gestión directa desde esta ventana, especificando incluso qué instrumentos se están controlando, sus patches, el ruteo general y más cosas. Sin duda, no será necesario implementar OMS, FreeMIDI ni nada similar en OS X; todo viene dado por Apple. Sensacional.
Pistas y más pistas
[Índice]Pasamos a otra labor habitual en una producción: el trabajo de audio multipista. Para ello hemos probado el software BIAS Deck bajo OS X, el primer entorno multipista de calidad que soporta el nuevo sistema operativo de Apple.
La prueba consistió en cargar 24 pistas mono, sin efectos, para medir el uso de CPU y disco duro del iMac en esta situación. Con las 24 pistas ya cargadas y todas ellas reproduciéndose a la vez, tomamos dos imágenes del medidor de rendimiento en Deck:
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Rendimiento mantenido
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Pico máximo
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Los resultados son buenos: excepto un pico que alcanzó el 44.16% de uso del disco duro, el sistema se mantuvo a un discreto 1.44% durante todo el tiempo, con leves picos que alcanzaban el 5-10% esporádicamente. Son datos muy notables para un disco ATA66 a 5400 revoluciones; en cualquier caso, la adición de un HD externo ATA100/7200 exclusivo para audio por Firewire es muy recomendable -como en cualquier ordenador dedicado a producción musical-. Aunque hay discos especialmente diseñados para Firewire, sirve cualquier disco duro para esta ampliación; sólo se necesitará una caja adaptadora Firewire que suele rondar los 100 euros. Y pueden seguir conectándose otros discos o dispositivos en la misma cadena Firewire, por supuesto.
Más discutible es el consumo de CPU: aunque se trata de un proyecto moderadamente intensivo, ese 19-20% de consumo reduce el margen para añadir efectos y plugins.
Como la prueba de Logic, esta otra también está sujeta a interpretaciones: una defragmentación apropiada del disco duro podría haber reducido notablemente los picos, por ejemplo. Sin embargo, nosotros hemos testeado al iMac en condiciones preferiblemente adversas, para conseguir siempre resultados máximos.
¿Y qué más hace?
[Índice]Hay que reconocer que estamos probando al iMac en un terreno para el que no ha sido específicamente diseñado. Este ordenador fue presentado por Apple como un Digital Hub, un centro digital al que conectar toda una serie de dispositivos para trabajar con ellos sin esfuerzo. Por ejemplo, el Firewire da acceso a la edición de vídeo a través de cámaras digitales y permite la incorporación de un [ iPod ], los puertos USB abren el camino a las cámaras fotográficas y Palmtops, etc. Su unidad Superdrive también le coloca en un nivel alto en posibilidades multimedia.
Apple se ha preocupado de ofrecer con el iMac todo un paquete de software OS X para llevar a cabo esa misión: iMovie es un excelente editor de vídeo para iniciarse en la producción de cortos y películas; iTunes es el mejor reproductor-gestor de MP3 que hemos tenido oportunidad de probar, iPhoto gestiona álbumes de fotos digitales y permite retocarlas y organizarlas, y finalmente, iDVD permite preparar un DVD propio al completo, con menú de presentación y muchos detalles. Por otro lado, incluye el paquete de oficina AppleWorks (con procesador de texto, base de datos, hoja de cálculo, dibujo, pintura y presentaciones) y otras utilidades de menor entidad.
Lo que más se nota al usar estos programas es su sencillez y facilidad de uso, tan propia de los productos Apple. Cada una de las tareas que cubre cada aplicación se realiza con un par de clicks de ratón, disponiendo en todo momento de un lujoso interfaz gráfico que mantiene las cosas claras.
También viene muy dotado para Internet, con el Microsoft Explorer de serie, la aplicación Mail de Apple, el sistema de mensaría iChat (compatible con AOL Instant Messenger) y una agenda de contactos compatible VCF.
Pero ¡es mucha pasta!
[Índice]Y llegamos a la cuestión más polemica del iMac: su elevado precio (2.300 euros, más de 380.000 pesetas). ¿Cómo entender una cifra tan alta en un ordenador que no brilla especialmente en cuanto a las tecnologías implantadas y que no ofrece más rendimiento bruto que otros PC mucho más baratos?
La cosa tiene su miga. En primer lugar, debemos tener en cuenta su pantalla TFT integrada y la unidad Superdrive, dos añadidos de lujo que sin duda están inflando el precio en muchos euros. Por otra parte, su diseño seguramente no colabora a reducir gastos, y se puede tener la certeza de que el hardware instalado es de primera calidad. Y tenemos también todo ese software que acabamos de comentar... pero siendo realistas, nos sigue pareciendo muy caro.
Hay alternativas en Apple: los eMac, en los mismos modelos que el iMac y con sus mismas prestaciones (pero con pantalla CRT 17" en vez de TFT) están en un segmento inferior de gasto (a partir de 1400 euros), añadiendo una providencial entrada de línea en formato minijack. Y también existen iMacs sin Superdrive y a 700 Mhz (en vez de 800) que suponen un ahorro sustancial respecto al modelo de prueba.
Los que quieran el máximo rendimiento al menor precio tendrán que mirar hacia otro lado: un PC potente y moderno, bien dotado, puede montarse al completo por unos 1000 euros. Como desventaja principal, no podrán acceder a las posibilidades que abre OS X y el entorno de los Macintosh, por supuesto.
Conclusiones
[Índice]Podemos concluir diciendo que el iMac es un home-studio capaz, de brillante diseño y con unos resultados prácticos que se mantienen en un nivel medio o medio-alto cuando lo comparamos con otras soluciones del mercado. Sus posibilidades de popularizarse se ven, sin embargo, limitadas por su alto precio.
¿Qué ofrece el iMac si su rendimiento bruto no alcanza a los últimos modelos de PC? Tiene otras ventajas: es un ordenador que no requiere conocimientos informáticos; su sistema operativo se instala solo y no es necesario optimizar nada ni romperse la cabeza buscando tres pies al gato. Su estabilidad está fuera de toda duda, muy especialmente usando OS X, y permite acceder a una serie de aplicaciones tradicionales de Mac en su entorno natural: Pro Tools, Digital Performer y Logic, entre otras. La experiencia de usuario es muy grata, es fácil de usar, y su pantalla TFT, su diseño y su escaso ruido hacen más agradable trabajar con él. Y por último, gracias a sus conexiones y el excelente software de serie, se convierte en un aparato realmente versátil, cubriendo el audio, vídeo, fotografía, DVD y más tareas en un mismo espacio compacto.
En suma: el que quiera entrar en el mundo de los Mac a toda costa y no escatime medios, debería echar un buen vistazo al iMac. El que tenga el mismo objetivo pero no pueda gastarse tanto dinero, podría considerar los nuevos eMac... y, simplemente, aquellos que primen el rendimiento y los resultados/precio por encima de todo y no vean mucho atractivo en OS X y el "universo Apple", que sigan con su PC.
Apple iMac G4 800 TFT 15" - 2300 €