Review de EAW Radius, un array disciplinado
La presentación de un nuevo sistema de audio que, básicamente, presente un equipo line-array puede suponer, en la mayoría de los casos, la adición de más potencia (o necesidad de potencia), transductores más fieles, robustos y así otras tantas opciones cuyo objetivo sea batir lo que desde hace tiempo ya tenemos claro: los equipos pueden (y deben) sonar muy bien. Paralelamente, la adición de aspectos tecnológicos a estos sistemas, todos ellos basados en programas informáticos de mayor o menor complejidad para la predicción sonora y montaje correspondiente, suelen ir acompañados de una necesidad perenne de formación, ya que en caso contrario uno acabaría obteniendo un fabuloso sistema de PA incapaz de hacerlo sonar, o como mínimo de conseguir lo que puede ofrecer. Esto está bien en el mercado de la muy alta gama, donde el éxito reside, justamente, en la especialización profesional, pero ¿debe renunciarse a ello en otros sectores menos ambiciosos económicamente hablando?
Dicho de otra manera, ¿por qué los grandes avances en los top de gama no aparecen en los productos de escala media pero en su justa correspondencia? Eastern (EAW) parece haber entendido esta situación y así nos presenta Radius, un conjunto de cajas acústicas que hacen más que sonar bien. Destinados a un mercado de solución media (teatros y salas, pero también para el alquiler de equipos medios para exteriores), es decir, destinados a la gran mayoría de empresas del sector sin aspiración a festivales ni grandes conciertos, Radius hereda una nada menospreciable porción de la inteligencia y sofistificación de sus sistemas Adaptive (ya saben: el Anya, Anna y Otto) pero de una manera asequible, tanto en precio como en facilidad de funcionamiento.
Hay que destacar que el sistema es autoamplificado, pero eso no supone que sea pesado, gracias al concurso de etapas en clase D. Así, la caja para volar tiene un peso de apenas de 18 kg. Y eso que viene con 2 altavoces de 8” para medios y graves y otros 2 de 1” para agudos, además del DSP que trabajará la señal y sus etapas (3 x 500 W).
Vienen con entradas DANTE en daisy chain (es decir, la posibilidad de atacar en digital desde la consola sin las pérdidas asociadas a la transmisión analógica), aunque también disponen de entrada analógica redundante (en caso que falle el DANTE, el sistema conmuta a la analógica sin apreciación notable). En su parte posterior hay una pequeña pantalla LCD a color totalmente visible a pesar de su tamaño que, gracias a un sencillo mando rotatorio con pulsador nos permitirá terminar de ajustar sus opciones fácilmente. Esto es así exactamente con el resto de modelos, desde los dos subs pasando por las dos cajas de punto único o el monitor de escenario. Todo el sistema se “auto-conecta” entre sí para crear una especie de red informática que les permite comunicarse, presentarse y trabjar de manera ordenada. Luego lo entenderán.
Como en todo sistema volado moderno, lo primero que uno debe hacer es realizar la predicción sonora para así escoger la situación perfecta en la tridimensional del espacio. Pero esta vez, en vez de recurrir a un sofisticado programa, EAW nos propone el concurso de una sencilla aplicación iOS llamada EAWmosaic, de fácil comprensión y resultados.
Una vez elegido el sistema a montar, una de las cosas que no tendremos que hacer es “colocar” las cajas al software: si todo ha ido bien, el propio software sabe dónde están las cajas, en qué situación y qué órdenes debe dar a cada una de ellas. Más fácil a este nivel de trabajo creo que imposible. Las cajas no sólo saben dónde están en el array, sino incluso a qué grado en respeto al horizonte, gracias a que cada una de ellas dispone de su propio sensor de inclinación. Lo mismo ocurre con el subwoofer de 12” colgable (disponen de otro de 18” para el suelo que, si nos apetece o necesitamos, podemos poner en cardiode apenas apretando un botón). La inclusión de dos modelos de caja estacada de 12” y 8” nos permitirá mejorar la respuesta del sistema ahí donde el array no llega (front-fill, sides…) sin perder tonalidad ni coherencia sonora.
Incluso en la respuesta en frecuencia el sistema ofrece unas pequeñas variaciones de ecualización diseñadas a partir de lo que la experiencia de la marca ha ido detectando en el mundo real, además de un ecualizador paramétrico para un ajuste más preciso si se desea. Utilizando el programa en el iPad o desde la misma caja, podemos elegir una respuesta más para voz, música, etc. Todo sin necesidad de complejos conocimientos normalmente asociados a productos de gama más alta.
Probamos el equipo en la demostración que EAW realizó de la mano de su distribuidor Zentralmedia en Madrid a principios de marzo. Tuve la oportunidad de trastear todas las cajas (menos el monitor de escenario, que todavía no estaba disponible) con la primera sorpresa de su peso, su acabado profesional y robusto y, sobre todo, la sencillez de montaje, que incluye todo el sistema de rigging. Apenas dos personas pueden instalar rápidamente el sistema en un abrir y cerrar de ojos.
Donde más quedé gratamente sorprendido es con la aplicación iOS EAWmosaic y, mejor aún, su comunicación bidireccional con el sistema. Es muy fácil conseguir un “plano del espacio” y realizar rápidamente un ajuste bastante preciso. En realidad, lo mejor es que se hace bastante rápido.
Los resultados fueron buenos desde el primer momento. Se colgaron 5 cajas por lado y encima de ellas el sub volado de 12”, dejando en el suelo dos stacks de 3 subs de 18” en LR aunque en realidad dejamos uno de ellos parado (luego verificamos la propiedad cardioide del sistema). Filtro peine casi inapreciable (aunque presente, claro está). Curva más que coherente, con más presencia de graves que medios y agudos y con un rango dinámico más que suficiente (alrededor de 15 dB) a un nivel de presión sonora más que aceptable para el recinto en el que realizamos la prueba (20 x 30 m). Cuando quisimos convertir los subs del suelo en cardioide simplemente encendimos el tercer sub en concurso que nos apareció en el sistema, y la conversión a cardioide fue tan fácil como decirle al sub del medio que así debía ser. Listo. Mismos resultados acústicos en platea, menos adición de graves en el escenario.
En conclusión: el equipo suena y bien, dando respuesta a lo que hoy en día se demanda. Pesa muy poco incluso cuando necesitamos cubrir un evento con relativamente bastante presión, por lo que la demanda de peso en transporte es realmente baja (ahí donde un array convencional pesa mucho, el Radius puede colgarse en una barra de teatro o en una pequeña torre de luces). Invertiremos no demasiado tiempo en la creación del espacio 3D en el software (recordemos: mediante iPad) y dar las órdenes rápidamente al sistema que, a su vez, nos mantuvo informados de su rendimiento. Y todo esto a un precio muy competitivo, realmente competitivo. Así que nada, no me hagáis caso de nuevo y pedid una demostración. Estoy convencido de que os sorprenderá.
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