Review de LD Systems Stinger G3, unos altavoces polivalentes
Dentro de la gama de refuerzo de sonido para directo de LD Systems, la marca germana acaba de mejorar su serie Stinger que nos llega con la denominación G3 (y epígrafe A para los modelos activos). Se presenta con cuatro recintos full-range configurables que, básicamente, se diferencian por su altavoz de medios (8, 10, 12 y 15”), todos disponibles en diseño activo o pasivo. En lo que a refuerzo de graves se refiere, dispone de dos unidades, también en activo o pasivo, de 15 y 18 pulgadas. Además, y como sigue siendo habitual en la marca, también se ofrecen como accesorios desde fundas para su transporte hasta un amplio elenco de ganchos y otros sistemas de sujeción para los recintos full-range, permitiéndonos colgarlos de manera segura en una estructura, pared, tubo, etc.
Centrándonos en los recintos full-range, a excepción del benjamín de la serie, el resto de modelos ofrece un diseño trapezoidal asimétrico, muy habitual hoy en día, que permite colocar las cajas en modo monitor de suelo (dejándolo en un más que correcto ángulo de ataque para el músico) o en vertical. En este último punto, se ofrecen dos agujeros en su parte inferior: uno lo deja a 0º de inclinación, el otro a 5º. Dos asas en sus laterales facilitan su transporte y manejo e incluso el modelo más grande y pesado de la serie, el de 15”, puede ser manejado por una sola persona: su peso es de 26,8 kg. Su construcción es robusta gracias a la madera y su rejilla de protección segura. En la parte posterior y sólo en los modelos activos (los pasivos incluyen únicamente una conexión speakon), encontramos dos entradas híbridas XLR-TRS con sus correspondientes ajustes de volumen (compatible con señales de línea y de micro), una salida XLR mono, diferentes LEDs que informan de su puesta en marcha, detección de señal y protección, y un conmutador que permite elegir qué ajuste deseamos para cada recinto: full-range, satélite, monitor o flat.
En lo que a refuerzos de graves se refiere volvemos a la misma metodología que últimamente aplica la marca: gracias al concurso de etapas digitales (mucho menos pesadas y más eficientes), han conseguido que el modelo de 18” activo, aún siendo el más pesado, pueda ser transportado fácilmente: su peso es de 46,2 kg. En su panel de conexiones encontramos doble entrada XLR-TRS pero también doble salida XLR (así podemos conectar dos cajas full-range en estéreo y que ambas señales, L y R, alimenten por igual un único sub), un control de volumen y un conmutador para el ajuste de la frecuencia de corte (80, 100 o 120 Hz) o para su uso en modo cardioide. Este último modo necesita del concurso de tres modelos colocados en línea: la unidad del medio deberá colocarse girada 180º y configurado en cardioide (es decir, este modo no es adecuado cuando sólo tenemos un único refuerzo de graves), mientras que los otros dos, según reza el manual de usuario, tienen que cortarse a 100 Hz.
Tuvimos la oportunidad de probar toda la serie activa y lo más interesante de esta prueba fue darse cuenta de las numerosas posibilidades que el sistema ofrece en todo su conjunto. Nos explicamos.
Todos los recintos full-range son de dos vías y en los modelos activos esto implica que, además de equipar el mismo motor de agudos de 1”, aplicarán diferentes amplificaciones a la vía de medios/graves. A excepción del modo monitor, que atacaremos más tarde, los otros modos (Full-range, Satelite o Flat) aplican una serie de ajustes en ecualización y DSP (gracias, evidentemente, al concurso de un DSP de desarrollo propio que han bautizado bajo el nombre DynX) que permiten ofrecer distintos resultados. Pero al añadirle cualquiera de los dos refuerzos de graves disponibles las posibilidades de combinación se disparan exponencialmente. Por ejemplo, una rápida escucha del modelo benjamín de 8” contra su hermano de 10” ofrece una clara crítica: el pequeño tiene un mejor rendimiento en altas frecuencias en comparación al de 10”, mientras que éste ofrece un mejor recorrido en la banda media. Pero cuando lo ajustas en modo satélite y lo asocias al refuerzo de graves de 15” las diferencias son todavía más evidentes: la opción del 8” con el sub de 15” es muy interesante en espacios donde lo que impera es ofrecer un sonido ambiental de largo recorrido espectral, sin una alta intensidad sonora pero sin que se desprecie la calidad acústica (aunque si quieres más espectacularidad, no dudes en conectarlo con el sub de 18”). Por otro lado, con el 10” y utilizando el mismo 15” de graves activo seguimos atentos a la pérdida perceptual de agudos (en realidad es una mayor presencia de medios, ideal para voz, por ejemplo) que lo hace mucho más adecuado para espacios donde la música enlatada o directos de poca presión demandan de un buen nivel de intensidad pero sin necesidad de recurrir a esas típicas estridencias que sí aparecen con equipos similares de su competencia. Evidentemente, en ningún caso, la fatiga auditiva hizo acto de presencia.
Las primeras audiciones de los modelos de 12 y 15” de full-range con los subs de 15 y 18” la verdad es que nos sorprendieron: buena reproducción de todas las frecuencias sin estridencias, ofreciendo una dispersión acústica muy coherente y amplia (afirman una cobertura de 90x50 grados) sin descontrol ni pérdida en la crítica zona media-baja y con un grave contundente y controlado. Pero claro, si nos saltamos la lógica de sus ajustes DSP (recuerden: modo satélite, full-range o flat) podemos ajustar nuestro equipo de una manera muchísimo más versátil. Por ejemplo, con el modelo de 12” en modo flat junto con el sub de 18” se consigue fácilmente un ajuste para nada flat (plano), sino con mucho más sub que medios y agudos, perfecto para audiciones de música moderna (pop, rock…). Hacer lo mismo con el top de gama de 15” con el sub de 18” es empezar a jugar en ligas mayores, a tener en cuenta.
Nos resultó curioso que existiera un modo flat y un modo full-range. La diferencia reside que en modo full-range los de LD Systems aplican la curva no-lineal en bajas y medias frecuencias: se mejora mucho el rendimiento en bajas frecuencias ampliando el recorrido en bajas frecuencias hasta los 40 Hz y aumentando la presencia de los 100 Hz, a la par que reducen la atención a 1 kHz con una amplia Q. Tanto que quizá es demasiado si utilizamos, además, un refuerzo de graves (incluso con el pequeño de 15”).
Utilizando un micrófono de mano y comparando el rendimiento de los dos modelos de 12 y 15” en posición de monitor, nos damos cuenta que el modo monitor lo que hace es reducir sensiblemente las frecuencias agudas a partir de los 6-7.000 Hz más o menos. Pero lo hace de manera sutil, sin que sea evidente la reducción o, dicho de otra manera, permitiendo al técnico de monitores restituir con bastante eficiencia la zona más aguda del espectro sonoro. La opción es lógica, ya que cuanto más cerca del recinto menos necesidad de “lanzar” agudos y menos propensión a los acoples en altas frecuencias.
Leyendo entre líneas, podríamos decir que ninguno de los modelos aquí representados tiene una reproducción totalmente fiel del sonido, pero es que este no era el objetivo. Estoy convencido que con una función de transferencia nos daríamos cuentas de numerosas diferencias (que no deficiencias) respecto a una curva ideal-plana. Pero también tenemos que reconocer que no hay caja acústica de este tipo y precio que lo consiga. En realidad, buscamos equipos que sean polivalentes: hoy una pequeña PA, mañana como monitores, pasado con refuerzo de sub.
Lo que LD Systems ha conseguido es una serie de 4 modelos full-range y 2 refuerzos de graves que ofrecen un amplio abanico de opciones, casi infinitas, cuando se tiene oportunidad de poder recurrir a todos los modelos. Su coherencia tonal, que no podemos olvidar, facilitará aquellas instalaciones y conciertos donde se pretendan utilizar diferentes modelos en un mismo conjunto: aún sus evidentes diferencias causadas por los diferentes tamaños de altavoz y capacidad del recinto mantienen una notable tonalidad similar.
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