Review de Traktor Kontrol S8
Traktor Kontrol S8 (en adelante “S8”) ha sido uno de los secretos peor guardados de Native Instruments. No obstante, este nuevo controlador integral para DJs ha sido hasta cierto punto favorecido en su promoción por la falta de discreción. Independientemente de las opiniones negativas que hayan podido generar inicialmente entre DJs de perfil “conservador” las fotos e informaciones que se filtraron de manera prematura, lo cierto es que toda la rumorología que ha levantado el aparato sobre si estaría destinado a ser usado exclusivamente para pinchar de manera totalmente automatizada o únicamente con Remix Decks –dos cosas que ya os adelanto que no son ciertas– y los debates en las redes que se han generado al respecto, han servido para generar una expectación tremenda alrededor del producto. Muchos entraron en shock al ver que los jogwheels y los controles de tempo tipo fader habían desaparecido, otros no entendieron la utilidad de las pantallas cuando ya tienes un ordenador delante. Pero otros entendieron bastante bien la propuesta de la marca alemana con el S8 y se congratularon por el camino que había decidido tomar.
Esto es un arma de doble filo –por eso antes decía “hasta cierto punto favorecido”–. Por una parte, el fabricante consigue captar una enorme cantidad de atención alrededor de su producto, pero si luego el producto no cumple con lo que la gente espera, las críticas son más abundantes y despiadadas. Debo reconocer que Native Instruments hace una apuesta de riesgo, ya que desde el principio os digo que no es un aparato para cualquier DJ: su manual es de 260 páginas y en él te recomiendan que primero leas la guía de introducción y el manual completo de Traktor, que son otras 140 y 370 páginas respectivamente. Si a eso le añadimos que tiene un coste nada desdeñable de 1.200€ y que la propuesta de flujo de trabajo no es nada ortodoxa, llegamos a la conclusión de que cualquiera interesado en el S8 debe plantearse bien si el producto se adapta a sus necesidades y aspiraciones.
He tenido la oportunidad de probar el S8, y en esta review voy a tratar de daros la suficiente información para que decidáis si el dispositivo es algo en lo que os debéis interesar o sencillamente tenéis que seguir buscando.
Construcción y controles
La superficie del S8 es mayoritariamente de aluminio pintado de negro, de acabado suave y agradable al tacto. El metacrilato que los últimos años se había puesto de moda en NI y que —aunque lucía muy bien— era un imán para las manchas, parece haber casi desaparecido por completo, a excepción de la zona donde van montadas las pantallas y sus controles adyacentes, y una pequeña área alrededor de los encoders laterales iluminados.
Los laterales del S8 son de plástico. El aparato tiene prácticamente la misma altura que los otros dispositivos de la gama “S” de Native Instruments, con la salvedad de que todos los controles están a la misma altura. No tiene controles al fondo un poco más elevados como sucede en la S4, así que sobre el papel la altura total del S8 es medio centímetro más baja, aunque el bloque sobre el que van montados los controles es del mismo grosor.
Es llamativa esta decisión de la altura después de que por una parte el mixer Z2, catalogado como profesional por la marca –y para mí su mejor producto para DJs hasta la fecha–, tuviera una altura estándar, y que para los controladores modulares Z1, X1 y F1 hayan comercializado elevadores que los sitúan a esa misma altura. Esto quiere decir dos cosas: o bien sacarán un elevador en algún momento para el S8 –improbable, ya que para los controladores integrales nunca han hecho esto–, o bien es que sencillamente NI no cree que el S8 tenga que compartir espacio con otros aparatos en la cabina, aunque eso choca con el hecho de que el S8 pueda usarse como mixer independiente. Creo que estoy dejando claro que el S8 debería tener una altura estándar, ¿no? Su única ventaja al no tener esa altura es mejorar la portabilidad, pero esa ventaja se disipa por su superficie; el dispositivo tiene 58,2 cm de ancho y una profundidad de 38,7. Es bastante grande, y si pones al lado un S4 hace que parezca enano, tanto por el tamaño del dispositivo como de los botones, en general más grandes.
Todos los botones del aparato son de goma translúcida de tacto suave. Su montaje es firme, el click es rápido y no necesitan mucha presión. Quizá los únicos con menos firmeza sean los botones montados en los laterales de las pantallas, que parecen distintos a todo el resto de botones del controlador. Los de transporte tienen un tamaño mayor que los vistos hasta ahora en la serie “S” y son mucho más apropiados para entorno profesional. Los botones de CUE en el channel strip son más alargados, tipo Pioneer. No han empleado ni uno de los botones redondos pequeños de plástico duro que NI ha usado bastante a menudo en el hardware para DJs y que le ha supuesto algunas quejas en el pasado, tanto por su tacto como por su durabilidad, así que en este aspecto tenemos una mejora palpable.
Pero no todo es positivo al respecto de los botones, y es que lo que parecían pads en el área de control de los Remix Decks, no lo son; realmente son botones de enorme tamaño. Cuando todo el mundo vio el tamaño de los botones –son exactamente igual de grandes que los pads de la DDJ-SX y SX2– automáticamente se dedujo que se trataría de pads, y que además serían buenos pads dado los buenos resultados que ha tenido NI con Maschine. Pero no, se trata simplemente de botones grandes, que además por su tamaño necesitan un poco más de presión de la habitual para ser pulsados. Aquellos que pensaran que podrían tener un híbrido entre un controlador de la gama “S” y una Maschine, quizá queden decepcionados por esto. Por otra parte, os garantizo que estos botones tampoco suponen ninguna ventaja con respecto al controlador F1, cuyos botones ya eran suficientemente grandes para la función que tenían asignada. Lo único positivo es que al ser botones y no pads, no los activarás dando un toque por accidente, pero eso es algo que también se puede solventar con unos pads con un umbral de sensibilidad un poco alto.
En el área de mezcla tenemos un channel strip formado por los potenciómetros habituales de NI para controlar la EQ de 3 bandas, filtro –el habitual de mayor diámetro– y ganancia. El de ganancia por fin es un potenciómetro y decimos adiós a los encoders del S4, aunque lo cierto es que estos potenciómetros montan capuchones de menor tamaño, iguales a los usados para la ganancia en el Z1 y Z2. ¿Qué problema tiene NI para montar capuchones de tamaño normal en los potenciómetros de ganancia? ¿Acaso considera que son menos importantes?
Los faders del área de mezcla son de 50mm y el crossfader de 45mm. Según Native Instruments, se trata de un nuevo tipo de fader que emplea una tecnología desarrollada por ellos que evita que la suciedad deteriore los faders, prolongando radicalmente su vida útil. Sólo el tiempo dirá si esto es cierto o si se trata de marketing. Lo que puedo deciros hoy en día es que el tacto y la respuesta de los faders es francamente bueno. Se percibe una gran diferencia con los del S4 MK2. Se mueven de manera suave, con una resistencia homogénea –no hay partes donde se mueva más duro y otras más suave–, y aunque prefiero los Innofader del Z2, francamente creo que podría ser feliz con estos. La suavidad y consistencia del crossfader, aunque no es tan fabulosa como la del Innofader del Z2, es mejor que la de los otros controladores de NI, y cuenta con un cut-lag sorprendentemente bajo y apropiado para el scratch.
Cada channel strip cuenta con un botón de modo con el logo de Traktor, que sirve para cambiar entre control interno o mezcla de una fuente externa. Cada canal tiene una entrada en formato RCA en su parte posterior, con un interruptor para conmutar entre phono y línea. Cabe decir que el aparato puede emplearse como mezclador digital autónomo si no se emplea con un ordenador. Aunque dudo que nadie lo vaya a comprar para destinarlo exclusivamente a ese fin, es bueno disponer de esa opción por si en algún momento necesitas hacer algo que va a ser sólo con fuentes externas de audio y no te apetece encender el ordenador. Al usarlo como mixer podemos emplear la función de filtro de cada canal, pero no hay efectos ni ningún otro tipo de función adicional.
Bajo los botones de modo hay dos botones para asignar bancos de efectos a cada canal. En lugar de números o letras, los botones van rotulados con flechas que apuntan a los controles de los efectos a los que asignas el canal. Ingenioso. Cada canal tiene su propio vúmetros 11 segmentos, 7 azules y 4 naranjas, lo cual es una importante mejora con respecto a los vúmetros de 7 segmentos de las S4, Z1 y Z2. Lamentablemente el vúmetro del máster es un pequeño vúmetro doble de 7 segmentos ubicado en la parte superior. Tampoco habría venido mal ponerle al potenciómetro del máster un capuchón de mayor tamaño como los de los filtros; cuanto mayor diámetro tenga el control, más fácil es hacer ajustes de precisión. Si en la Maschine Studio han podido poner un vúmetro en condiciones y un control de gran tamaño, ¿por qué en un producto de esta gama no han podido? De todos modos parece que Native Instruments ha demostrado siempre no darle demasiada importancia al control y al metering de la etapa final en sus productos hardware para DJs, sean de la categoría que sean. Esperemos que esa perspectiva cambie en el futuro.
Los encoders grandes que hay tanto junto a las pantallas, como a los laterales y el central del tempo son los habituales de NI; si no me equivoco, son de 20 pasos por vuelta. Los que están en los laterales tienen iluminación de dos colores debajo y el color cambia según el deck al que esté asignado el control en ese momento. Al activar la función de loop automático con esos encoder, la iluminación hace un efecto de giro. Los potenciómetros de la parte superior, asignados al control de efectos, son de respuesta táctil. Los encoders infinitos que hay bajo las pantallas también. Los 4 faders que hay en cada lateral son de 35mm. A pesar de su pequeño tamaño, la suavidad que tienen permite que puedas hacer ajustes de precisión. No estoy seguro de que tengan la misma tecnología contra la suciedad que los faders principales, ya que se puede observar a simple vista que tienen en su interior la típica tira de fieltro para protegerlos de la suciedad. También tienen respuesta táctil.
Los touchstrips que hay en la parte inferior son un par de centímetros más largos que la pieza similar que vimos en el X1 MK2. Además, tienen una textura diferente, algo más granulada y agradable al tacto. He escuchado todo tipo de quejas de estos controles, y sinceramente, estoy en total desacuerdo. Creo que tienen una sensibilidad y precisión bastante lograda, por lo menos en el caso de los que emplea Native Instruments y para la manera de hacer las cosas que tengo. El tamaño de los que monta el S8 me parece además bastante cómodo. El touchstrip se emplea principalmente para hacer pitchbend –sólo si Sync está desactivado–. La tira de leds que acompañan al touchstrip por encima sirve para indicarte el desfase de acompasamiento entre dos canciones que estés mezclando. También se puede emplear para moverte de manera rápida por la pista; es la función secundaria del touchstrip, a la que accedes pulsando Shift mientras mueves el dedo por encima.
Hay una pega que le veo a los touchstrips, aunque parece algo inducido por el software, más que por el propio control: no puedes usarlos para scratchear cuando una pista se está reproduciendo. Sólo puedes hacer scratch con la canción parada. Tampoco es que vayas a tener posibilidades de ser Qbert con un control así, pero me ha parecido una limitación algo extraña, especialmente cuando supuestamente están pensados para sustituir los jogwheels.
Las pantallas del S8, elemento estrella del dispositivo, están ubicadas en los laterales entre los knobs táctiles de efectos y los encoders táctiles. Tienen un nivel de brillo bastante bueno, que además puedes regular de manera directa, junto a los niveles de color, accediendo directamente a un menú pulsando el botón superior izquierdo de la botonera de cada pantalla. Inicialmente tenía ciertas dudas sobre si se verían bien, ya que al ser el S8 un dispositivo totalmente plano –la Maschine Studio tiene cierta inclinación y puede levantarse aún más con las patas auxiliares–, quizá las pantallas no pudieran verse bien desde ciertos ángulos, pero la verdad es que tienen un ángulo de visibilidad muy amplio y puedes ver tanto los gráficos como el texto representado en las mismas bastante bien, independientemente de la estatura que tengas, posición corporal, altura a la que esté situado el aparato, etc.
En la parte frontal tenemos el control para setear la curva del crossfader, que es exactamente igual al que monta el mixer Z2, e interruptores metálicos para asignar los canales a un lado u otro del crossfader, idénticos también a un tipo de interruptor que gasta el Z2. Y por supuesto dos salidas de auriculares, de ¼ y ⅛ de pulgada.
En la parte trasera tenemos salidas balanceadas XLR y no balanceadas RCA para el master, conectores jack para la salida de monitoraje en cabina, y dos conectores para la entrada de micro, uno combinado TRS/XLR y otro jack TS. Es curiosa la inclusión de un juego de puertos MIDI In y Out en este panel; no viene mal disponer de ellos, pero lo cierto es que la mayoría de DJs digitales actuales hacen interactuar todos sus dispositivos mediante MIDI por USB.
¿Todo en su sitio?
A pesar de las mejoras en muchos componentes, acabados y calidades, Native Instruments sigue cometiendo en su serie “S” de controladores lo que yo considero pequeños errores de concepto al diseñar la disposición de algunos de los controles. ¿Por qué el control de ganancia está separado del resto de potenciómetros del channel strip? Es algo que no tiene sentido, especialmente cuando los botones que hay entre el control de ganancia y el resto de potenciómetros no tienen uso alguno cuando usas el aparato como mixer independiente.
De la misma manera, situar en el centro de la sección de mezcla todos los controles de monitorización y niveles, junto al control global de tempo (otro control sin uso en modo mixer), es también algo extraño. Se puede aceptar en controladores de 2 canales como el Z1, o en el mixer Z2, pero dada la cantidad de controles que tiene una sección de mezcla de 4 canales, es arriesgado situar esos controles en el centro. ¿No hubiera sido más lógico colocar todos esos controles en la parte superior o en un lateral?.
Por otra parte, vemos un error que ya apreciamos en el Numark NV, y es una extraña combinación entre controles dispuestos de manera simétrica y asimétrica, además de haber llevado el concepto al extremo en las partes simétricas. Por ejemplo, los vúmetros de los canales A y C están situados a la izquierda del channel strip, pero en el B y el D están situados a la derecha. Si eres de los que se atreven a mezclar a 4 canales, hasta que te acostumbres a esto, te vas a hacer un lío recordando que vúmetro es de cada canal. Los encoders Browse que hay junto a las pantallas están dispuestos de forma simétrica, pero las botoneras de las pantallas siguen de forma asimétrica, así que tiendes a creer que un botón que hay en la parte más cercana al encoder en una de las pantallas es el mismo que hay en la parte más cercana al encoder en el otro lado, pero en realidad ese botón es otra función, cuando no es así. Como resultado crees que vas a activar la función de control de BPM y en realidad estás haciendo un zoom sobre la forma de onda. Además, estos botones no van rotulados con ninguna indicación y son exactamente iguales.
Todo está en el flujo de trabajo
El S8 por sí solo no hace nada que no se pueda hacer con otros controladores. A fin de cuentas, es un controlador y depende de Traktor al 100%, salvo cuando lo usas desconectado del ordenador, que se convierte en un mero mixer digital de 4 canales y 4 entradas. La versión 2.7 únicamente ha traído como novedad la función Freeze, y realmente es una función que se puede ejecutar desde cualquier controlador que tenga botones o pads iluminados, o incluso sin iluminación. La única función exclusiva que he encontrado en el S8 es poder controlar desde unos knobs el pitch de los samples que se disparan en los remix decks, una función que por el momento no se puede mapear a ningún otro controlador y que hasta ahora, sólo podías hacer con un ratón.
La novedad del producto, aparte de algunas mejoras en componentes y acabados con respecto a controladores integrales anteriores, está en que por su diseño y características, ofrece una manera distinta de trabajar con Traktor, orientada a que el DJ pueda pinchar de manera tradicional, pero fácilmente añadir también elementos de creatividad propia de cierta complejidad empleando para ello un único dispositivo de trabajo, que se puede emplear desde la fase de preparación de canciones hasta el proceso del directo.
La forma “ideal” de usar el S8, es pinchar con dos decks en modo tradicional y dos decks en modo remix deck. No obstante, se puede utilizar con cualquier combinación de cuatro decks. Los botones Deck cercanos a las esquinas inferiores hacen que los controles de cada lado sean asignados al control de los decks A y C a la izquierda, y B y D a la derecha, así como mostrar en pantalla más información relevante del deck a controlar. Al pulsar el encoder que hay junto a cada pantalla, esta se pone en modo librería y permite navegar por toda la librería que tengamos en Traktor, playlists, remix sets, etc. Está francamente bien logrado, ya que cuando vemos los listados de canciones, podemos ver la carátula, título, autor, BPM y tonalidad. Nos está ofreciendo algo más de información que la que nos daba recientemente el Numark NV, un controlador que también integra pantallas que muestran información del software con el que trabajan —Serato DJ en ese caso—.
Si cargamos una canción en un track deck podremos ver inmediatamente en la pantalla correspondiente la forma de onda global y una vista al detalle de la forma de onda en el punto de reproducción, la representación es exacta a como se muestra en Traktor DJ para iOS. Podemos compartir la pantalla con lo que tengamos cargado en el otro deck que controle ese lado —ya sea otro track o un remix set— con el botón de cambio de vista, que es el botón de arriba a la derecha en la botonera de las pantallas. Con los dos botones de debajo podemos hacer zoom in y zoom out en la representación de detalle de la forma de onda. Los dos botones que están al lado contrario sirven para cambiar el modo de funcionamiento del encoder de esa pantalla. El superior activa el control de tempo y hace que el encoder controle el tempo en pasos de 0.01; si pulsas Shift lo controlas en pasos de 0.1. De esta manera se controla el pitch manualmente, para los que no quieren emplear Sync. Es incluso más preciso que usar un fader. El botón de debajo es para activar el cambio de tonalidad de la canción empleando el encoder.
Al tocar los potenciómetros de los efectos, activas automáticamente la aparición de un panel en la pantalla que muestra si cada efecto del banco está desactivado o no y su nivel. Si tienes un único efecto, el panel muestra los parámetros asignados a cada knob y su nivel. Puedes cambiar los efectos pulsando el botón FX Select, que pone la pantalla en un modo en el que seleccionas los efectos mediante menús. En el menú seleccionas si quieres los bancos de efectos en modo single o group y los efectos que quieres. Es curioso como intuitivamente tiendes a moverte por estos menús usando los potenciómetros de arriba, pero en realidad hay que hacerlo todo con el encoder y pulsando los botones de los efectos. Podría mejorarse el método; no es muy intuitivo.
Con el deck en modo track deck, puedes emplear los 8 botones con iluminación RGB de 3 maneras diferentes. En modo Hotcue sirven para marcar y disparar hotcues. En modo Loop los cuatros botones de arriba sirven para disparar loops cortos automáticos –que si los combinas con la función Flux obtienes un loop roll estilo Serato– y los cuatro de abajo para hacer beatjump. En modo Freeze se activa un modo de remezcla en directo importado de Traktor DJ, aunque realmente el primer software en integrar esta función fue Serato Itch. Este modo permite dividir un loop en 8 segmentos; mientras el loop se va reproduciendo, el DJ puede disparar cualquiera de los fragmentos empleando los botones multicolor –en Traktor DJ es igual pero en lugar de botones se toca el fragmento sobre la pantalla–. Si además tiene activada la función Quantize, todos los golpes entrarán a tiempo.
El encoder de la izquierda lo podemos emplear para loops automáticos. Al girarlo veremos que aparece en la pantalla, de color verde, la longitud del loop. Al pulsar el encoder activaremos el loop y se mantendrá hasta que lo volvamos a pulsar. Girando el encoder mientras el loop está activado, variaremos la longitud del loop duplicando o dividiendo su duración.
Un logro interesante del S8 es que permite desde el propio aparato llevar a cabo el proceso de ajuste de beatgrids, aprovechando la pantalla y los encoders táctiles que hay bajo la pantalla. Al pulsar Edit se entra en un modo en la pantalla en el que podemos emplear los encoders para mover la rejilla. Precisamente esto es algo de lo que nos quejábamos en la review del Numark NV, ya que no era posible hacerse. Aquí Native Instruments ha hecho mejor las cosas, nuevamente.
Si cargas un remix set, en la pantalla podrás ver 2 celdas por slot del remix set, tanto el nombre del sample como su forma de onda y color asignado. Los slots que veas en la pantalla son los que podrás disparar con los botones inferiores. Con los botones que se emplean en el modo track para hacer zoom, en este modo navegas por las diferentes páginas de celdas del remix set igual que lo harías si giraras el encoder de un Kontrol F1, solo que en lugar de páginas de 16 celdas, son de 8. Los encoder táctiles y los botones de debajo pueden asumir tres posibles funciones (Performance Modes, los llaman) en este modo. La función que asumen se selecciona con los botones inferiores que hay a cada lado de las pantallas. En modo Pitch pueden controlar la tonalidad de la celda seleccionada; en modo Filter cada encoder controla el filtro de cada slot, igual que en un F1, sirviendo el botón inferior para desactivarlo. En modo FX Send controlan la activación y envío a los efectos asignados al deck de cada slot. Cuando tocas los encoders se abre automáticamente el panel donde se detalla el modo de funcionamiento y los valores de cada encoder.
Los mini-faders sirven para controlar el volumen de cada slot al usar remix sets. Son táctiles, pero por el momento no parece que tengan asignada ninguna función propia a la respuesta táctil, ya que tocarlos despliega el panel performance mode de los encoders táctiles. A pesar de eso, controlan lo que tiene que controlar, que es el volumen, pero curiosamente el panel que surge no guarda relación. Quizá en el futuro les implementen algún panel propio con funciones adicionales que el usuario pueda elegir. Y no sólo puedes cargar y disparar remix sets con el S8; también puedes crearlos fácilmente. Pon a sonar en loop el trozo de una canción que quieras extraer, cambia al deck del mismo lado y ponlo en modo remix deck, pulsa Capture y después un pad. El loop quedará almacenado de inmediato. Si dejas pulsado Capture y giras el encoder podrás elegir otro deck del que extraer loops.
El S8 representa ciertas mejoras en el uso de los remix decks, haciendo un poco más completo su control ya que dispones de controles multifunción –en el F1 los potenciómetros sólo controlaban los filtros– y el proceso de captura de loops es un poco más inmediato. El poder visualizar la información de los remix decks en las pantallas está también muy logrado y es francamente útil poder usar la vista compartida y ver al mismo tiempo la forma de onda que se está reproduciendo en el otro deck. Pero también es cierto que al funcionar con páginas de 8 samples en lugar de 16 se pierden otras posibilidades, y te hace estar perdiendo algo de tiempo navegando arriba y abajo en páginas de menor tamaño, según lo que quieras hacer. Creo que para haber acabado montando botones grandes en lugar de pads, hubiera sido más práctico aprovechar el espacio para haber tratado de meter una botonera completa de 16 botones como la del F1 a cada lado y haber seguido trabajando con páginas de 16 celdas.
Ya he explicado antes que el controlador permite el control manual del tempo usando el encoder de al lado de la pantalla, pero si optas por tirar de Sync, tienes un encoder central para el tempo. Este encoder controla la fuente de tempo que esté designada como Master en Traktor, tanto si es el Master Clock como alguno de los decks. En cierto modo este concepto del control único de tempo está también extraído de Traktor DJ para iOS, donde siempre controlas el tempo global de la sesión desde un único control. En la encuesta que realizamos a nuestros usuarios hace unas semanas, obtuvimos que el 31% de los encuestados (más de 1.100 usuarios que son o se consideran DJs) emplea habitualmente la función de Sync cuando pincha, así que no es tan desacabellado darle tanta importancia a este tipo de controles y enfocar un producto a un uso intensivo de esta función.
También es importante destacar que desde mi punto de vista el S8 logra uno de los objetivos que promote en su marketing: olvidarte de mirar la pantalla del ordenador para focalizar tu atención en un único aparato. Así como recientemente al Numark NV, controlador con pantallas que busca el mismo fin, le criticábamos que podía haber mostrado más información en algunas situaciones, como al navegar entre las listas de canciones o el no poder editar los beatgrids desde las pantallas a pesar de disponer de controles para ello. Esas pequeñas carencias no las tiene el S8, y permite que el DJ se centre en una sola máquina tanto para el trabajo en casa como en directo.
Ahora bien, esto tiene una cuestión de fondo, ¿realmente es contraproducente para el DJ mirar el ordenador mientras trabaja? El marketing parece tratar de convencernos de que sí, de que el hecho de que la pantalla del ordenador esté separada de los dispositivos de control hace que el DJ deba prestar su atención a demasiados sitios y así pierde el “hilo” de la pista. Aunque es un avance tenerlo todo junto, no creo tampoco que la manera que hemos tenido hasta ahora de hacer las cosas sea mala, y si no, siempre se puede optar por soluciones inteligentes de baja tecnología como la que empleó Pioneer con los controladores DDJ-T1 y S1: crear un hueco debajo del controlador para meter ahí el teclado del portátil y que la pantalla quede delante del controlador, como si fuera una extensión del mismo.
Respecto al sonido del dispositivo, me atrevería a decir que suena igual que el Z2, de hecho su interfaz de audio parece tener características similares, funcionando a 24 bits y 48 khz. Su salida de auriculares tiene bastante potencia y en general el sonido está bastante definido y con una buena pegada, a pesar de que Native Instruments no se ha querido estirar y montar unos conversores que llegaran a 96khz. Ya lo podían haber hecho por el precio que tiene el aparato.
Algunas conclusiones
El S8 representa por una parte un salto de calidad en acabados, componentes y funciones en la serie “S” de controladores para Traktor y por otro una propuesta rompedora de controlador integral, ofreciendo un flujo de trabajo alternativo al ya existente con Traktor. Pero todo ello bajo una serie de condiciones que quizá no todos los DJs quieran aceptar.
La desaparición de los jogwheels en pro de los touchstrips no es desacabellada siempre y cuando no se requiera el hacer scratch. A fin de cuentas, los touchstrips hacen un buen trabajo y son suficientemente sensitivos y precisos. De todos modos, sigo sin entender por qué no se puede scratchear con los touchstrips mientras la canción está en reproducción. Para los que necesiten sí o sí usar unos platos como medio de control, el controlador incluye una licencia de Traktor Scratch Pro –ojo, que no trae los vinilos de control– y la posibilidad de usarse para timecode, aunque lo cierto es que su gran tamaño y la separación que se crea entre el crossfader y los platos ubicados en los laterales me hace dudar si será cómodo para un trabajo de scratch intensivo.
La desaparición de los controles de pitch está perfectamente resuelta con el uso de los encoders. Si os digo la verdad, un servidor llevaba años pensando que sería más lógico asignar esa función a unos encoders. Ocupan menos y tienes toda la precisión que quieras. La inclusión de las pantallas está bien aprovechada, algo mejor que la que hace el Numark NV, producto que rivaliza con el S8 en la inclusión de esta característica —aunque aproximadamente a la mitad de precio, todo hay que decirlo—.
El flujo de trabajo que ofrece el aparato es interesante, pero no es para todo el mundo. Por un lado existen DJs a los que la experimentación creativa y la remezcla en directo no les atrae, ya sea por intereses o gustos personales, o porque sencillamente no les hace falta en el trabajo que ya vienen realizando desde hace tiempo. Tratar de convencer a ese público de que compren la S8 sería como tratar de convencer a alguien para que se compre un coche todoterreno cuando en realidad quiere comprarse una moto deportiva. Por otro lado, dominar el flujo de trabajo propuesto por el S8 y que llegue a servir como elemento distintivo no es moco de pavo. Los DJs digitales experimentados no tendrán excesivo problema poniendo un poco de interés, pero desde luego los principiantes en el arte del DJing no lo van a tener nada fácil con el aparato; la curva de aprendizaje les va a resultar ligeramente escarpada. Quizá por ello Native Instruments está organizando workshops por todas partes presentando su producto.
En la parte más negativa, creo que ha sido un error no tomarse en serio una vez más los vúmetros de la salida máster –algo crucial en un dispositivo catalogado como profesional–, así como la distribución de algunos controles que ya he comentado. La decisión de incluir grandes botones en lugar de pads es algo incomprensible. Reducir la cantidad de botones para controlar los remix sets tendría sentido si esos botones se hubieran convertido en cómodos pads, pero para seguir teniendo botones, creo que es preferible disponer de la botonera completa de 16 botones que se diseñó originalmente para el F1. Todo esto hace que el precio de 1.200€ se antoje abultado.
Lo mejor:
- Construcción sólida, buenos acabados y componentes en general.
- Jogwheels y controles de pitch perfectamente sustituidos por touchstrips y encoders.
- Las pantallas integran perfectamente las funciones de Traktor y permiten olvidar la pantalla del ordenador.
- Los encoders táctiles multifunción que hay bajo la pantalla.
Lo peor:
- Ausencia de vúmetros en condiciones para el metering del master.
- Extraña distribución de algunos controles.
- La decisión de incluir botones en lugar de pads y de incluir 8 con tal de hacerlos más grandes.
- Precio elevado.
Más información en la web de Native Instruments.