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Review y vídeo de Allen & Heath Xone:PX5, mixer analógico con corazón digital

15/01/2017 por Teo Tormo Actualizado el 23/01/2017
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Veredicto
Xone:PX5 es un nuevo tipo de mesa de mezclas analógica con características digitales adaptadas a los tiempos actuales. Su layout es muy intuitivo e incluye módulo de efectos, a diferencia de otras mesas de la misma marca.

Pros

  • Construcción sólida y robusta
  • Excelente integración de un mixer analógico en el terreno digital con su interfaz de audio de 20 canales y su certificación para Traktor Scratch
  • Infinidad de posibilidades de ruteo de efectos

Contras

  • Unidad de efectos interna muy centrada en reverbs y delays

Cuando Allen & Heath lanzó primero las mesas Xone:23 y Xone:23C, y posteriormente Xone:43 y Xone:43C, todo el mundo esperaba un relevo similar para la Xone:92, la mesa analógica que ha alcanzado el estatus de “producto de culto” entre muchos DJs. Los rumores relacionados con el mixer en el que trabajaba Richie Hawtin alimentaron además esta idea, que finalmente fue frustrada cuando se reveló que en realidad se trataba de Model 1, un dispositivo paralelo diseñado por la misma persona que trabajó en el Xone:92 y manufacturado por el grupo Audiotonix, al que pertenece Allen & Heath, pero fuera totalmente de la propia línea de producto de la marca británica.

Finalmente A&H mostró al mundo su nuevo mixer analógico Xone:PX5 el pasado julio en un evento especial en Berlín, y tanto en su nombre como en el concepto poco queda de la Xone:92. Sigue siendo un mixer analógico, pero renuncia a la EQ de 4 bandas de la Xone:92 e introduce un interfaz de audio digital y una unidad de efectos, también digital. ¿El resultado? Te lo contamos en nuestra review.

Por cierto, si no tienes muchas ganas de leer, en el siguiente vídeo os mostramos un breve resumen de la review, centrándonos en las características y puntos clave de la Xone:PX5

Concepto

[Índice]

La mesa Xone:PX5 es un mixer híbrido que combina una mesa analógica de 5 canales, con EQ de 3 bandas por canal y un filtro multimodo resonante analógico. Es híbrido porque a pesar de ser analógico integra un interfaz de audio con una resolución de 24 bits y 96khz que permite enrutar el audio entrante de los 4 canales principales de manera independiente a un ordenador –el quinto canal no puede enviar audio al interfaz–, y también enrutar el envío a efectos a través de un par estéreo adicional en el interfaz. El interfaz puede enrutar otros cinco pares estéreo de salida a los canales de la mesa. El mixer está certificado para Traktor Scratch, lo que quiere decir que se puede usar su interfaz para conectar platos y poniendo vinilos de código de tiempo controlar Traktor. Al contar los cuatro canales con conexiones phono podemos controlar Traktor Scratch a cuatro platos.

El mixer cuenta con conexiones de envío y retorno para emplear hardware externo de efectos, y también con una unidad propia de efectos digitales que puede usarse de manera directa por inserción a un canal, o por envío desde todos los canales. Curiosamente, la mesa cuenta con un modo “dual”, en el que cada canal puede enviar audio simultaneamente a hardware externo de efectos y a la unidad interna.

Adicionalmente la mesa tiene la capacidad tanto de recibir como de enviar MIDI clock a través del puerto USB o de la salida MIDI integrada en la parte trasera. Algunos de los controles de la mesa también pueden enviar mensajes MIDI.

Construcción

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La Xone:PX5 está construida sobre un muy robusto chasis totalmente realizado en metal. La sensación de solidez en la construcción que transmite desde la primera toma de contacto es sencillamente absoluta. Son bastante llamativas las rejillas de ventilación que tiene el dispositivo en todos los laterales, este tipo de rejillas deben tenerse en cuenta por dos motivos:

  • Si están es porque el aparato las necesita, así que a la hora de montar equipamiento alrededor del mixer procura dejar un mínimo espacio. En la parte final del manual de la PX5 se especifica que estas rejillas no deben ser tapadas.
  • Aparte de ventilar, este tipo de rejillas también son una entrada para el polvo y la suciedad: procura tapar la mesa de mezclas cuando no la uses.

Los potenciómetros de la mesa son los típicos de A&H, de perfil algo más bajo aunque gruesos y con buena resistencia al giro. Para la ganancia hay potenciómetros distintos, más finos y altos, igual que para los controles de envío y retorno. En la parte de la unidad de efectos hay una combinación algo curiosa en los potenciómetros, los hay de tres tipos distintos… el de “Interval” es distinto a todos –en realidad es un encoder–, los de “Decay” y “Focus” son como los de ganancia pero con una luz led, y el de “Level” es como los de ecualización, además parecen ofrecer diferente dureza. Aunque esto en un principio me pareció un poco extraño a la vista y al tacto, cuando te acostumbras resulta práctico que sean diferentes, ya que te termina ayudando a saber qué estás manipulando en los efectos. La unidad de efectos tiene una pantalla OLED pequeñita, pero con muy buena visibilidad en cuanto a brillo y con colores que la hacen aún más vistosa.

Los interruptores para elegir la fuente de sonido, asignación en el crossfader, etc. han dejado de ser las típicas palanquitas metálicas de la Xone:92 para pasar a ser interruptores de perfil bajo como los que actualmente montan Pioneer y Reloop en sus mesas de mezclas y controladores. Más práctico. Los típicos botones redondos de A&H también desaparecen para dejar paso a botones de silicona retroiluminados como los que ya hemos visto en la Xone:23 y 43. Muy positivos estos dos cambios.

Los faders son de 60mm y bastante suaves, permiten hacer cortes rápidos. El crossfader es suave , y corta bien el audio, lo cual unido a la dureza de los componentes que suele usar A&H daría para pensar que sirve para scratch, pero su elevado cutlag –unos 3mm– hace que determinados trucos sean casi imposibles; por suerte se puede reemplazar “oficialmente” por un Innofader y convertir la mesa en algo totalmente viable tanto para mezcla de club como para scratch.

Los vúmetros son ahora de una sola pieza de plástico con doce segmentos LED en su interior. La pieza va encastrada en el chasis, y es aquí donde he encontrado uno de los escasos puntos flacos de la mesa: salvo los vúmetros del máster, el resto “bailan” un poco en donde van encajados. Ojo, no parece que se vayan a desmontar ni a salir del sitio, pero es infrecuente ver esta holgura en el montaje de este tipo de componentes.

Controles

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La mesa de mezclas cuenta con cuatro canales a los que conectar fuentes a nivel phono o línea, o también de un par estéreo del interfaz de audio, más un quinto canal destinado a micrófono, aunque este quinto canal puede emplearse también con una fuente estéreo a nivel de línea o un par estéreo del interfaz. En el fondo, este quinto canal –designado por el fabricante como “canal A”– es prácticamente igual al resto de canales, pero en lugar de conexión phono tiene una de línea y no tiene vúmetro ni fader.

Cada canal de arriba a abajo cuenta con:

  • Interruptor de envío a efectos: permite elegir enviar a efectos externos, internos, o a ambos.
  • Potenciómetro de nivel de envío a efectos.
  • Interruptor de fuente de sonido: permite elegir si a través del canal sonará el audio de la conexión de línea del canal, la conexión phono –micro en caso del canal 5–, o el par estéreo correspondiente del interfaz de audio.
  • Potenciómetro de ganancia del canal.
  • Potenciómetros de la EQ de 3 bandas: de +6db en el extremo derecho a full kill en el extremo izquierdo.
  • Interruptor de asignación al crossfader: ubica cada canal a un lado u otro del crossfader, o lo ignora en su posición central.
  • Botón asignador de filtro: al pulsarlo hacemos pasar el audio del canal por el filtro analógico multimodo de la mesa.
  • Botón de preescucha: envía la señal pre-fader del canal a la salida de auriculares.
  • Fader y vúmetro.

En el lado izquierdo, justo donde debería estar ubicado el fader y vúmetro del quinto canal, tenemos la doble conexión de auriculares, con el potenciómetro de volumen, mezcla de auriculares y el interruptor para el split cue.

A la derecha del cuarto canal, tenemos los potenciómetros para volumen máster y de monitores, el doble vúmetro máster, el potenciómetro para el nivel de la señal de retorno de efectos, y el botón para rutear el retorno de efectos por el filtro de la mesa. Justo debajo tenemos todos los controles del filtro, teniendo en primer lugar el potenciómetro de resonancia, tres botones para elegir el modo del filtro –paso alto, paso bajo y paso banda–, el potenciómetro para la frecuencia de corte del filtro y finalmente el botón de encendido del filtro abajo del todo.

En el extremo derecho tenemos todos los controles de la unidad de efectos. En la parte superior tenemos en primer lugar un encoder de 7 posiciones, con el que podemos elegir en qué canal insertamos el efecto, o si lo queremos insertar en el máster. Poniendo este encoder en la posición “Send”, que es la que está en el extremo derecho, la unidad pasa a funcionar en “modo envío” y todos los canales pueden enviar audio a la unidad de efectos. A la izquierda de este control tenemos un interruptor para elegir si cuando la unidad está en modo envío la señal que recibe es pre o post-fader.

Debajo tenemos la pantalla para seleccionar efectos, ver parámetros de los mismos, ver la información de BPM con la que trabaja la mesa, así como también acceder a un menú de configuración de diversos parámetros. La pantalla tiene una visibilidad fantástica y emplea varios colores para que sepas de forma rápida en qué modo de funcionamiento está –más sobre esto después–. Justo a la derecha está el encoder pulsable para moverse por los diferentes efectos y por las opciones del menú de configuración. Debajo tenemos cuatro botones, los dos superiores tienen tres modos de funcionamiento, y el modo en cuestión se elige con el botón “Mode” de debajo –elemental–. En modo “Beat” –el que probablemente más uses– sirven para seleccionar la fracción o múltiplo de tiempo al que se ajustan los efectos de repetición –eco, delay, flanger, etc.–, en modo “Bend” sirven para hacer pitchbend con la señal de MIDI clock, de manera que si esa señal la estamos empleando para esclavizar la reproducción de música en Traktor o Ableton Live, podemos así tratar de acompasar la música con la de una señal externa, como por ejemplo un plato reproduciendo un vinilo. Por último el modo “MIDI clock” convierte a estos botones en controles de transporte para enviar los mensajes de arranque, pausa y parada.

Debajo tenemos cuatro potenciómetros, los tres primeros son para controlar parámetros del efectos que usamos –Interval para parámetros de fracción de tiempo, Decay para el decaimiento en efectos basados en repetición, y Focus para parámetros tonales del efectos–, y el cuarto para el nivel de aplicación del efecto. Como la unidad de efectos puede funcionar por inserción o por envío, este potenciómetro bien se puede usar para el nivel de salida de la señal de retorno de la unidad, o para ajustar la mezcla del efecto con la señal original como si fuera un control tipo Dry/Wet. Finalmente tenemos los botones que activa la unidad de efectos y la preescucha de la misma –a nivel pre-fader–.

Conectividad e instalación

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En la parte trasera tenemos todas las conexiones del mixer. Cada canal cuenta con dos pares de conectores RCA, uno a nivel phono y otro a nivel línea, así como dos terminales para enganchar ahí las tomas de tierra de nuestros platos en caso de que sea necesario. Entre estas conexiones hay interruptores para elegir si la señal que enviamos en cada canal al interfaz de audio es a nivel línea o phono.

En el extremo derecho tenemos las conexiones específicas del canal A, que son una conexión XLR para el micro y un par estéreo de conexiones balanceadas TRS a nivel de línea.

Para el envío a efectos tenemos dos pares estéreo balanceados TRS para envío y retorno de efectos, entre cada par hay un interruptor para elegir si el nivel de la señal de retorno entre línea y alta impedancia, lo cual viene muy bien si vas a usar como procesadores externos pedales de guitarra o bajo. También hay un par estéreo de conexiones TRS no balanceadas para hacer un inserto al máster. Tenemos salidas máster con conexión XLR y RCA, salida de monitores con un par TRS balanceado, y una salida de grabación en el extremo izquierdo del panel con nivel de salida pre-máster.

A la izquierda de este último conector hay un interruptor bastante importante, y que sirve para elegir si el para de canales 9 y 10 de entrada del interfaz de audio se usan como canal conectado al envío a efectos, con lo que podemos enviar audio a un software corriendo plugins para procesar la señal y devolverla al mixer a través del canal A, o usar ese par como canal conectado al máster para grabación de la sesión desde el ordenador.

Finalmente, tenemos en la parte inferior del panel el conector IEC para la alimentación, el puerto USB para conectar el interfaz de audio, puerto de salida MIDI –mensajes y clock– y el puerto X-Link, que es un RJ45 para interconectar equipamiento de Allen & Heath adicional como un K1 o un K2 sin malgastar puertos USB en el ordenador.

Respecto a la conexión del aparato a un ordenador, con Windows es necesaria la instalación de drivers ASIO, aunque en macOS esto es innecesario al ser un dispositivo class compliant.

En uso

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No puede evitar poner a prueba en primer lugar la PX5 con un buen puñado de vinilos unas cuantas horas; una mesa analógica hay que probarla con una fuente de sonido analógico. Y la satisfacción no tardó en llegar. Los previos phono son geniales y la mesa entrega un sonido muy contundente que casi cuesta “domar”. Personalmente no echo en falta la EQ de 4 bandas de la Xone:92 que mucha gente ha comentado que era una lástima que no tuviera; para mí siempre ha resultado más intuitivo y directo una EQ de 3 bandas. Los puntos de corte que emplea A&H para las EQ de 3 bandas me resulta muy apropiado, con el corte de graves en 400hz puedes llegar a matar totalmente todos los graves de un tema o darles un buen realce general, mucho mejor que el corte en 70hz que suele usar Pioneer en su EQ. Lo mismo sucede con el corte de agudos en 3.5khz, que te permite matarlos totalmente para realzar la presencia de los medios cuando realizas mezclas, y nuevamente marca una buena diferencia con el corte en agudos de 13khz que emplea Pioneer, que a veces da la sensación que sólo sirve para apagar un poco el brillo de la canción dejando más frecuencias altas de las que te gustaría. En definitiva, una EQ excelente para mezclas en las que quieres practicamente separar elementos sonoros de las canciones.

El filtro analógico no tiene ninguna sorpresa guardada, suena igual que todos los que ha incluido A&H en sus mesas, con una curva muy suave en todos sus modos, aunque le falta para mi gusto algo más de mordiente en la resonancia. Aunque si A&H no ha cambiado nunca este aspecto de la resonancia del filtro es porque mayoritariamente los DJs lo prefieren así. Los botones de asignación y activación del filtro no producen los chasquidos de los que mucha gente se ha quejado en modelos antiguos de A&H.

La unidad de efectos –denominada Xcite– contiene 16 efectos, de los cuales 12 son diferentes reverbs y delays. Tan sólo tenemos un flanger, dos tipos de modificadores de tono para voz –combinados con reverb o delay, por cierto– y una distorsión. Para mi gusto A&H se ha centrado excesivamente en la experimentación con reverbs y delays y podía haber puesto más interés en los tipos de distorsion, haber incluido filtros digitales que se pudieran combinar con el analógico o haber incluido más efectos de modulación. Ojo, los efectos incluidos permiten hacer casi cualquier cosa imaginable con reverbs y delays, y con un control sobre los mismos muy completo, pero en otros aspectos se queda un poco coja la unidad.

Los efectos se pueden ajustar al tempo, con lo que están intrínsecamente relacionados con la capacidad del mixer para detectar los BPM de la fuente seleccionada cuando se usa en modo de inserción, o bien podemos hacer que tome los BPM de la señal MIDI clock que el mixer esté recibiendo de un ordenador conectado vía USB –y con un software que lo genere, como por ejemplo Traktor–. Aunque también podemos hacer que la señal MIDI clock sea generada por la mesa, bien indicando nosotros lal cifra o usando la opción de TAP, y hacer que esa señal se envíe por USB o por el conector MIDI. En cualquiera de los casos, tanto la detección de BPM, como la generación de señal de reloj, es bastante fiable y estable. De todos modos, requiere cierto estudio del manual y de práctica configurar y aprovechar estas funciones, y quizá sea algo complejo para principiantes la marea de opciones que hay para todo esto.

La mesa no sólo envía MIDI clock, algunos de sus controles también envían MIDI, aunque la selección de los mismos me ha parecido algo extraña. Por ejemplo, los faders de cada canal y los botones de cue y filter envían MIDI, pero los potenciómetros de EQ no. Los interruptores de selección del modo de uso de efectos envían MIDI y los controles del aunidad de efectos también, pero otros interruptores como los de asignación de crossfader o fuente de audio por canal tampoco envían. La conclusión que obtengo de esto es que la implementación MIDI no está pensada para que la mesa se use con software de DJ y que sí pueda usarse como complemento de control al usar un DAW o algún otro tipo de software de producción musical.

Siguiendo en el plano digital de la mesa, es obligatorio hablar de su interfaz y su relación con Traktor. El interfaz tiene certificación oficial para ser usado con Traktor Scratch, con lo que podemos usarlo no sólo para rutear el audio de Traktor a los canales de la mesa, si no también para controlar Traktor mediante vinilos de código de tiempo, de hecho podemos hacerlo hasta con cuatro platos.Ojo, esto no quiere decir que la mesa incluya una licencia de Traktor, eso debes comprarlo por tu cuenta.

La configuración con Traktor es bastante sencilla, basta con asignar cada par de entrada y salida del interfaz a cada deck de Traktor en modo de mezcla externa. El manual ofrece instrucciones para esto, pero si las sigues al pie de la letra quedan asignadoso los canales A y B de Traktor a los canales 2 y 3, mientras que el C y D al 1 y al 4… muy al estilo “controladora”. Si quieres puedes asignarlo de manera natural siguiendo el orden de los canales. En cualquier caso, el interfaz maneja perfectamenten la señal de código de tiempo –súper estable– y entrega un sonido potente y definido a los canales analógicos del mixer a latencias bajísimas. Native Instruments y Allen & Heath han hecho aquí una colaboración excelente ofreciendo un combo buenísimo mixer/software.

Los canales 9-10 del interfaz como explicaba antes tienen un doble uso, pueden usarse o bien como canales de envío a efectos digitales externos, o como canal de grabación de la mezcla máster. Pero no ambas cosas a la vez, así que a la hora de configurar Traktor debes saber qué finalidad les vas a dar para configurar tanto el software como la mesa, teniendo en cuenta además que si lo usas para efectos tendrás que emplear el canal A de la mesa como retorno y perderás el canal de micro. A pesar del dilema, no deja de ser uno de los pocos mixers que ofrece dicha posibilidad, es más, al ser class compliant no tienes que necesariamente emplear un ordenador como fuente de efectos externa, puedes utilizar un iPad o un iPhone, estos dispositivos reconocen sin problemas el mixer empleando un adaptador lightning a USB, así que puedes convertir tu dispositivo iOS en una unidad adicional de efectos para la PX5.

Conclusiones

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Allen & Heath ha jugado muy inteligentemente sus cartas con la Xone:PX5. En lugar de lanzar una evolución de la Xone:92 se ha centrado en crear un nuevo tipo de mesa de mezclas analógica con características digitales adaptadas a los tiempos actuales. Su layout es muy intuitivo y aunque está un poco “pioneerizado” esto en el fondo hace que resulte mucho más accesible, y la inclusión del módulo de efectos atraerá a mucha gente que hasta ahora ignoraba las mesas analógicas de la marca precisamente por la carencia de efectos; quizá el único contrapunto a esto es la elección de los efectos incluidos en la unidad, quizá demasiado centrados en torno a reverbs y delays de todo tipo. Aunque interesante, no termino de ver especialmente útil el sistema dual para envío simultáneo a efectos internos y externos, probablemente sea algo a lo que saquen provecho los más experimentadores.

Al sonido de la mesa no se le puede poner pega alguna, ni funcionando con fuentes analógicas ni empleando su interfaz de audio digital. No se puede mencionar el interfaz sin dejar de decir lo flexible que resulta y lo acertado de la certificación con Traktor Scratch; adicionalmente las posibilidades extra que dan los canales 9 y 10 del interfaz vuelven todavía más interesante el aparato.

Las funciones de MIDI clock son bastante interesantes, pero en la práctica quizá hubiera dado mejor resultado no necesitar tres capas de funcionamiento en dos botones para manejarse entre las posibilidades que ofrece, además de tener que moverte por algunos menús. Lo enrevesado del tema se compensa con un buen resultado en cuanto a estabilidad.

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