Grabación

Grabación multipista: qué es y por qué se usa

30/07/2020 por Pablo Fernández-Cid Actualizado el 06/08/2020

Vamos a abordar en tres tutoriales introductorios una descripción general de qué son y para qué se usan las tres fases clásicas en el mundo del registro de audio: grabación (multipista casi siempre), mezcla y masterización (mastering). Comenzamos hoy con el dedicado a la grabación.

Existen diversos tipos de estudios: orientados a mezcla o a ‘masterización’ (mastering), para doblaje, para sonorización de películas, para grabación de música (con diferentes requisitos según el estilo: cámara, vocal, sinfónica, pop...), y así podríamos seguir. El equipamiento de cada uno de ellos se especializa de acuerdo a la función que demandan sus clientes, pero en general hay un 'modus operandi' bastante común, centrado en el enfoque multipista. La grabación y la edición multipista es el procedimiento estrella, el más habitual y el más abierto para realizar intervenciones a posteriori.

Evolución de la grabación multipista

Grabador multipista: Studer A827
(Jon Arnold, 2005)

Antes de los años 60, las grabaciones se realizaban en una sola toma en la que estaban implicados todos los músicos, tocando a la vez. A menudo incluso en la misma habitación o sala. El sonido de sus instrumentos se recogía con varios micrófonos. Un técnico de grabación se encargaba (a través de los mandos de una mesa de mezclas) de ajustar el equilibrio entre los diversos instrumentos en directo, recogiéndose el resultado en algún soporte de grabación, inicialmente monocanal y posteriormente estereofónico. Las limitaciones de tal procedimiento son evidentes.

Como una primera forma de superarlas, en los años 60 se comenzó a emplear el truco de grabar en una primera máquina, y luego reproducir lo grabado a la vez que se añadía algún otro instrumento en caliente, registrando el resultado en una segunda máquina. En algunos estudios, capacitados para crear su propio hardware, idearon sistemas para sincronizar dos máquinas, o para poder usar cintas de mayor anchura con varias cabezas lectoras/grabadoras. Se dio así paso poco a poco a la aparición y generalización de máquinas multipista (multitrack).

Nuestras grabadoras estéreo domésticas, o las apps de grabación de los smartphones, son en cierta forma un caso sencillo de multipista: tienen dos canales independientes, pero con la limitación de que ambos se deben registrar y reproducir simultáneamente. En un multipista verdadero se pueden mantener parte de las pistas en modo de reproducción (play, con salida específica para cada pista) mientras otra u otras están en modo de registro (record, con entrada/s específicas o compartidas y encaminables hacia la pista de grabación deseada). Esto permite grabar intervenciones nuevas mientras se escucha lo ya grabado, ya sea en su totalidad o solo un grupo de pistas. Además, el número de pistas es mayor: inicialmente 4, con cintas de mayor anchura y cabezas más pequeñas se fue dando paso a 8, 16, 32, 48… llegando a día de hoy a cientos de pistas en sistemas de grabación basados en ordenador.

Aprovechando estas herramientas, desde hace ya muchas décadas actualidad las grabaciones comerciales se realizan típicamente por capas. El registro se hace instrumento a instrumento, o sección a sección. Se dispone de una grabadora multipista en la que se pueden acomodar de forma independiente cada una de las tomas.

En los años en los que el número de pistas era muy limitado, apareció el truco del 'track-bouncing': si el número de pistas del multipista es insuficiente para mantener independientemente todo aquello que se quiere grabar, existe la posibilidad de grabar un primer subconjunto de instrumentos y pre-mezclarlos sobre una única pista (o un par, para tener señal estéreo) liberando así a continuación las pistas para continuar agregando nuevas capas. Otra posibilidad era, como se ha mencionado, sincronizar varias máquinas multipista aumentando el número total de pistas disponibles. Estas cuestiones ya no son tan esenciales, dado que las formas actuales de grabación (basadas en ordenador) suelen ofrecer pistas virtualmente infinitas en número.

Fundamentos de la grabación multipista

Greenhouse Studios (Reykjavik), un moderno estudio de grabación
greenhouse.is

Una forma habitual de proceder consiste en grabar primero en una pista una versión simple del tema (posiblemente con varios instrumentos a la vez) que pueda servir de guía durante las tomas subsiguientes. Esa toma inicial no tiene porqué aparecer en la producción final ni implicar a todos los instrumentos. Su principal objetivo es dar a los músicos, que a continuación irán grabando instrumento a instrumento las versiones definitivas, una referencia audible que les permita tocar sincronizadamente y que les proporcione la estructura e intención del tema musical.

Tras grabar este 'boceto', se suele comenzar por registrar los instrumentos que más claramente definen la estructura del tema (esto significa, en el caso del pop, comenzar por la sección rítmica: batería y bajo), dejando los de papel más solista para el final. La importancia de la primera toma 'de guía' disminuye a medida que se van acumulando estas primeras capas ‘de estructura’, pues ellas mismas ya constituyen una guía suficiente para los demás músicos.

Un músico puede por tanto escuchar, cuando graba su parte, lo que los anteriores ya han registrado. El técnico de grabación debe controlar desde su mesa el contenido de la mezcla que envía (normalmente por auriculares) al músico que esté grabando en ese momento (se habla de 'cue mix' o de mezcla de monitorización). Cada instrumentista puede requerir una mezcla algo diferente, según cuál sea su relación con los demás y lo que más útil le resulte para la interpretación de su parte o partes.

Los posibles errores que cometa un músico no obligan a volver a realizar la grabación completa, sino sólo la de la pista afectada, y ni siquiera toda ella, pues se puede grabar por encima únicamente de la sección molesta (activando y desactivando temporalmente la grabación en dicha pista, lo que se llama 'pinchazo', o 'punch-in / punch-out'), dejando intacto el resto.

La grabación multipista hace también innecesario grabar a todos los músicos el mismo día o en un orden determinado. Es posible también grabar varias veces un mismo instrumento en varias pistas, lo que permite cosas como simular que hay más instrumentistas (es el doblado de pistas, frecuente con voces, guitarras, y otros). Otra utilidad de las tomas múltiples de una misma línea musical es poder seleccionar los mejores fragmentos de las distintas tomas para construir una supuesta toma 'perfecta' que será la que realmente aparezca en el producto final.

Incluso las grabaciones 'en vivo' se realizan en multipista. No se graba directamente la mezcla que oye el público, sino que se recoge el sonido de cada instrumento independientemente con la mayor limpieza posible, para poder luego 'tratarlo', ya sea para corregir fallos o para introducir mejoras o creatividad o para añadir pistas sobre la base grabada en vivo. Generalmente se graba también el resultado mezclado tal como lo está oyendo el público para tener una referencia, pero no porque vaya a ser usado tal cual en el audio finalmente distribuido.

Dadas sus múltiples ventajas, no es de extrañar que aprovechando que la tecnología nos lo pone tan fácil grabemos casi siempre en multipista.

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