Sintetizadores

Truco: corcheas humanizadas al estilo Ultravox

03/02/2017 por Pablo Fernández-Cid Actualizado el 06/02/2017

Usada hasta la extenuación por Ultravox, revisamos una técnica que funde toque humano y precisión maquinal y que es todo un ejemplo de la importancia en música del fraseo por encima de las propias notas, y también de buen gusto en el uso de la tecnología.

Ultravox

Foto de portada en el disco 'Vienna' de Ultravox

En los ochenta yo era un 'teen' que había escuchado mucho clásico, zarzuela y ópera en auditorios y teatros. Mis primeras compras de discos coinciden con la irreverencia del punk y la nueva ola española. Pero lo que me llevó de lleno a la práctica de la música fue la llegada del synth-pop y los nuevos románticos, y su fusión con la tecnología, junto con el apogeo de la versión más académica y de vanguardia de las músicas electroacústicas, gracias a la madurez simultánea de las ideas y las herramientas.

Entre todos esos recuerdos siempre he tenido una especial admiración, que muchos compartimos, por Ultravox. Un grupo que había nacido practicando un singular punk con violín y teclados con John Foxx como vocalista, y que alcanzó el éxito masivo con la llegada de Midge Ure y la producción de Conny Plank en Alemania, con una propuesta muy personal y diferenciada en discos como Vienna o Rage in Eden que son una versión más épica del lenguaje que el grupo ya había definido en la etapa con John Foxx. Un John Foxx por cierto que inició una carrera en estricto solitario con un disco imprescindible como es 'Metamatic' en el que toda su compañía son máquinas, creando una excelente tensión entre una voz y unas bases muy 'de autómata' con ocasionales sólos casi líricos desde sintetizadores, reforzando así el contraste.

Las ‘corcheas Ultravox’

Oyendo sus discos siempre me interesó la vitalidad que obtenían al repetir en ostinato una sola nota con un sinte creando una linea de bajo que parecía secuenciada pero a la vez no sonaba artificial. ¿Cómo lo lograban? Situaros en los años pre-Internet y sin Youtube. Pensad que tampoco llegué a ver a Ultravox en directo.

Mi padre contaba que una tía suya al escuchar el fútbol por la radio antes de que hubiera TV y oír constanmente "Uuuyyy, la bola ha dado al palo" se preguntaba "Pero, ¿porqué no quitan ese palo de ahí?". Con esa misma ceguera, yo me preguntaba en el caso de Ultravox cómo puede la repetición de una nota en corcheas, 8 veces por compás, resultar interesante y expresiva.

Necesariamente por el fraseo que se le imparta. Claramente no era una línea programada, no sonaba como tal. No eran corcheas puras y cuantizadas a la perfección. Pero tampoco una línea 100% interpretada, puesto que se hace difícil mantener durante minutos la regularidad tan extrema que había dentro de esos ostinatos. No era un 'swing' al uso, y que acaba resultando tan acartonado como las propias corcheas puras si es estrictamente artificial. Otras veces eran pequeños patrones de bajo repetidos pero de nuevo sonaban a medio camino entre programados y ejecutados. Y como elemento común a todos ellos, el que las notas se repetían, siempre sonaban dos veces antes de la siguiente.

Hay en esas líneas algo más, un atractivo especial, algo que comunica una sensación y da interés a algo tan aparentemente simple. Combinan el estancamiento que implica mantenerse en un pedal con el pálpito tenso de la repetición, pero en una reiteración que tenía más de pulso sanguíneo y tensión de película de suspense que de aburrido ti-ti-ti-ti de una máquina.

El truco

En la actualidad podéis comprobar acudiendo a vídeos de actuaciones de la época o a otros más recientes cómo se consigue esa magia. Todo un truco inteligente a la hora de usar los sintetizadores.

Si os fijáis, veréis que en esas líneas desde el teclado sólo se toca, sólo se 'pulsa', una de cada dos notas. La segunda de cada par está programada en el propio sonido. Maneras de hacer esas notas con 'doble disparo' tenéis muchas. Puede ser vía efectos con un delay sin feedback y ajustado aproximadamente al tempo del tema, puede ser vía LFO en modo rampa y a velocidad tal que simule el doble disparo durante la duración de las envolventes de la nota, etc. Hacedlo como queráis, lo importante es que cada nota ejecutada sea en realidad una pareja en sucesión.

De esa forma se sigue dependiendo de la interpretación, del toque humano, para lanzar cada pareja. La ejecución nunca será perfecta y maquinal, sino que habrá pequeñas desviaciones y pequeñas intenciones al tocar que empaparán de una sensación 'no cuantizada', 'no máquina' al resultado. Pero por otra parte la perfecta distancia entre las dos notas de cada par resaltará el caracter rítmico, y ayudará a mantener y evidenciar el tempo que subyace pese a esos defectos que son virtud de lo humano.

Además no es el segundo golpe de cada par (el débil) el que se va de sitio, sino que es la corchea fuerte la que se está moviendo y arrastrando con ella a la débil. Haber tenido las corcheas fuertes en su sitio y mover sólo las débiles sería nuevamente demasiado 'de libro', poco natural. En este caso, las fuertes son las interpretadas a mano, y es sólo la distancia con cada débil la que viene regulada y fijada por máquina. Al final todas las corcheas están sonando en posiciones no cuantizadas, pero existe algo interno que sí evidencia una cuantización: la regularidad interna a cada pareja, que llega a ser percibida. La combinación ofrece una apariencia mixta final de perfección e imperfección que es la que consigue en estos temas generar esa sensación de 'suspense'. Una combinación que el cine tiene muy desarrollada entre algo bien conocido y familiar, casi predecible, pero donde algún elemento desestabiliza la regularidad y ofrece espacio para que quepa una sorpresa, una incertidumbre.

La corcheas Ultravox son para mi gusto una traslación sonora de ese suspense bien atractiva y un elemento esencial a muchos de sus temas sin la que quedan desdibujados y trivializados.

Una ilustración de la magia del ostinato de corcheas en Ultravox
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