Barbie perdió su casa
Así están las cosas. El Euribor sube, la vivienda asciende hasta el infinito, los bancos aprietan y nadie puede ya pagarse una casa. Mientras los promotores, enfundados en sus trajes de mil euros, hacen un drama de lo mal que van las cosas como si no fuera culpa de nadie, algunas personas sufren las consecuencias de tanta avaricia de manera trágica y nadie hace nada por ellas.
El año pasado, Ken, que no fuma, fue a por tabaco.
Incapaz de pegar ella sola lo que quedaba por pagar de la hipoteca y el deportivo, intentó venderlo todo, pero el banco decía que la casa valía menos que cuando la compraron, así que no sólo embargó la casa, sino que también se quedó con los muebles, con el coche y con Fluffy, su Staffordshire con pedigrí. Barbie acabó perdiendo todo lo que tenía y viviendo en la calle.
Pobre Barbie.