Bolas de Rana
Hace tiempo un hombre,
que estaba mu mal,
¡que estaba mu loco!
se encontró una mujer tumbá,
que estaba mu mal,
¡estaba mu loca!
Se llamaba Lola la escandalosa,
y se fueron pal monte pa ver las cosas.
Cortaron en trozos los pajarillos,
comieron almendras robás de las huertas,
se vistieron de toas las cosas feas.
Los llamaban Las Fieras,
y estaban mu mal,
¡estaba mu locos!
Se juntaron mu pronto,
no por amor,
porque uno no sabía ni quién era el otro,
y es que estaban mu mal,
¡estaban mu locos!
Cuentan los cuentos que comían bichos y cagaban cemento,
y las leyendas decían y decían que no se morían,
que llevaban raíces por dentro,
que daban calambres que te dejaban muerto.
Cuentan que dicen que no es ningún cuento,
que miraban a un pájaro y que se moría.
Nadie del pueblo se les acercaba,
por algo no fuera que los matara.
Y estaban mu mal,
¡ESTABAN MU LOCOS!
Y un día se levanta y se pone a decir que es el Mesías,
y la otra la diosa de toas las raíces de toas las cosas,
y que el bosque no se pudre porque están ellos,
y de pronto los locos se pusieron a cantar y a poner huevos.
Dicen que por entonces, cuando llegaba la noche,
ardían los bosques
y al otro día estaba to nuevo.
Y entre el calorcito, los huevos,
se iban llenando de cosas raras.
Lo que salía de allí no tenía patas,
ni pelo, ni escamas.
Eran bolas con pellejo de rana,
y se fueron soltando chispas de corriendo que iban
pa tos los laos, pero sin chocar con ná.
Y esos dos,
que estaban mu mal,
¡que estaban mu locos!,
nos dijeron, toavía no sabemos cómo,
porque lo oyó hasta el que estaba en el monte de pasá la colina:
"¡de aquí no se mueve nadie hasta que vuelvan!"
Y hace ya cien años de eso y aquí no se ha muerto ni dios.
A saber qué estarán haciendo las bolas desas,
porque no se ve la tele,
ni se escucha la radio,
ni nos enteramos de ná.