La cajita - Capítulo 02. Disparos
La cajita - Capitulo 02
Carl estaba retrepado sobre un sillón, con los brazos levantados en ángulo y las palmas abiertas donde descansaba su cabeza. Las paredes de la habitación del hotel se deshacían en cortinas de arena dejando ver la bahía gris y deprimente que en ese momento le parecía bellísima. El agua era plomo derretido del que asomaban peces con cara de muerto que aún seguían nadando. El lienzo del fondo, al que ya se había acostumbrado, era un remolino negro y rojo de donde caía lentamente una cascada de arena. Le encantaba ver el mundo desmoronarse. La pared de la izquierda estaba casi consumida y podía ver en la habitación de al lado los cadáveres de las dos chicas flotando unos centímetros por encima del suelo, como si anduvieran con miedo de tocarlo, deshaciéndose en filamentos de polvo. A una le faltaba una oreja. Sonrió y se incorporó de repente al recordar la pistola que llevaba en el bolsillo. La sacó y disparó al azar contra unos edificios que se veían en la lejanía. La bala surgió acelerada, pero se frenó como si olisqueara eligiendo un objetivo. El casquillo cayó mansamente y se deshizo antes de llegar al suelo. La bala siguió su avance y penetró directamente por la frente de un hombre que se sentaba viendo la televisión. Los sesos y trozos de cráneo no llegaron al suelo y se disolvían de las paredes rápidamente. Una mujer entró en el salón como si anduviera a cámara lenta y la bala se dirigió hacia ella y le atravesó el corazón. Carl abrió la cajita y vio que la oreja ya había desaparecido. Aquel objeto le salvaba, le ayudaba, con tal de recibir una ofrenda. Y Carl estaba más que satisfecho de poder ofrecérsela. Oh, sí, Travis se sentía invencible.