Hará unos diez años, las cosas no eran como ahora. Los mejores foros para reunir a los músicos de escritorio eran entonces dos listas de correo. Por una parte, maquinitas, fundada por el maestro en tantas cosas Nacho Escolar —entonces líder de los madrileños Meteosat, dado que los blogs políticos todavía no se llevaban—. Por otra parte, Electrosónica. El caso es que fueron tiempos muy divertidos. Electrosónica no tardó en ser cerrada, dado que simplemente sus administradores no soportaban los flames que se creaban a cada ocasión. Bien, resultará sorprendente, o no, pero los protagonistas de aquellas discusiones, algunas dialécticamente memorables, solíamos ser siempre los mismos, en particular Soyuz, mandamás después de Hispasonic, y un servidor de vosotros, a coro con su simpática familia.
«Xabi, yo podría ser tu padre. Por desgracia el que estaba delante de mí en la fila sí tenía cambio.»
Muy poco tiempo después surgiría Hispasonic, y en muy pocos meses sería mucho más que lo que cualquiera de nosotros jamás podría haber aspirado a tener como sitio dedicado a nosotros, músicos de escritorio.
Hoy Hispasonic es un sitio de millón de visitas al mes. Probablemente en la cyberesfera española sólo los Microsiervos pueden presumir de tener más visitas al día. Con una pequeña diferencia, y es que nadie sabe qué tipo de visitas tiene Microsiervos, y sin embargo sí sabemos que el público de Hispasonic es de auténtica calidad; músicos, escuchas, productores, DJs y en general lo más granado de la esfera musical latina.
Así que a nadie le resultará extraño que me permita presumir de haber mantenido para vosotros un blog musical nada menos que en Hispasonic. Por una parte un honor que el jefe me concediese la oportunidad de escribir para vosotros, y por otra parte un reto intentar hacerlo todos los días.
Parafraseando a mi admirado Michael J. Fox, tan aficionado como yo al karaoke guitarrero sobre un blues de doce compases: «No sé si ha sido un placer, ¡pero sí ha sido un privilegio!»
