El Día y La Noche

El Día y La Noche

Diciembre – 1999

Se me ocurre grabar canciones basándome en las distintas horas del día, captando los distintos estados anímicos que pueden sugerir las horas del día. Parto de los colores.

Febrero – 2000

Empiezo a escribir las distintas ideas o proyectos de canciones. Aporto gran cantidad de detalles, melodías, conceptos, etc. Cuento 10 canciones para el Día y 10 para la Noche. A esas alturas ya sabía que había dos mundos distintos que se podían relacionar, pero básicamente distintos.

Marzo – 2000

Empiezo a poner títulos. Aparecen como primeras ideas para el Día “Islandia”, “En el jardín”, “La virtud”, “La catedral”, “Baile en la corte”, “Sahara”, “Nana”; para la Noche, las canciones que había eran muy conceptuales, no tenía título para ellas, sólo una idea.

Grabo Islandia. El despertar anímico partiendo de la ausencia de luz y calor es una salida de la cueva socrática. La depresión resultante de haber vivido en la noche idealista produjo un frío cortante en mi sistema circulatorio. Tenía la sensación de morir de hipotermia. La narración de la canción es metafórica y real. La compuse sentándome al piano y sacando acordes. Luego, sin pensar en el ritmo, escribí los versos. Después encajé los versos en los acordes. El resto de instrumentación fue realizada en un programa muy básico, con sonidos de un Soundfont. Entonces no sabía casi nada de grabación. Ahora no sé mucho más.

Julio – 2000

Preparo el salón de mi casa con el ordenador y un teclado viejo para grabar “En el jardín”. El título sale directamente de un verso de la canción. Me pareció más apropiado llamarla como el espíritu del bosque que invocaba con/en la canción: Dangda. Ahora, desde hace unos días, se llama Dagda.

Tardé un mes y medio en grabar esta canción. Mis medios técnicos rudimentarios luchaban con mi ofuscación y con mi creatividad marmórea por ser los mayores obstáculos a la grabación de este tema. Tras luchar contra el sueño matinal, el aburrimiento por la rutina y el calor pegajoso conseguí escribir una letra medio aceptable (para mi). La grabación empezó con la creación de los primeros acordes, los cuales busqué para que sonaran exactamente así. La estructura fue creándose a sí misma, al igual que los acordes. La melodía salió de la letra y los acordes, no recuerdo haberla diseñado (tampoco parece haber sido compuesta).

Se llama Dagda porque ése es el nombre del dios celta que representa mejor el estado anímico que busco representar en esa canción. Un dios bueno, borracho y sexual, padre de dioses. El dios bueno por antonomasia, un dios nacido para soportar las humillaciones.

La letra de la canción la compuse entonces, en el año 2000. El espíritu del bosque, Dangda, era el espíritu que fluía tras el invierno polar. Ahora he visto que es Dagda, dios padre bueno y humano, el que fluyó entonces.

La simbología salió de la memoria. El árbol de la vida del Génesis tenía una correspondencia céltica más apropiada. El disco solar se manifiesta como el elemento dominante en todo el proyecto Día y Noche, en esta canción es el creador del Jardín del Edén, del bosque, gracias al agua de deshielo. La evolución anímica viene a resumir estados que suelen durar más pero están resumidos en un único día.

Septiembre – 2000

Grabo en 15 días “La virtud”. Sería la última que grabaría de toda la lista.

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