La grabación de campo y lo que hay más allá de los efectos de sonido
En el diseño de sonido existe una tendencia a llamar cualquier grabación de campo "efectos de sonido", lo cual creo que es de cierta manera un acto injusto ante los sentidos y el valor que tiene el hecho de escuchar.
Un efecto de sonido vendría siendo para mí un resultado, obtenido en base a cualquier tipo de proceso, donde se incluye la grabación de campo, por supuesto. Pero esto no implica que la grabación de campo sea obtener efectos de sonido, o que sirva solo para eso. Ahí es donde considero que hay una falla o falta de exploración por parte de los diseñadores de sonido. Según veo el enfoque de ciertos profesionales, o como enseñan muchas veces la grabación de campo en una universidad, todo es muy inclinado a un lado técnico, tan exagerado que llega a mostrar esto como un oficio pobre y de un sentido simple.
Grabar el mundo cambia la vida. Es aprender a escuchar, a sensibilizarse con el entorno y poder luego reproducir nuevos mundos como diseñador, músico o cual sea el nombre... Da igual. La grabación de campo, más allá de obtener datos, implica la entrada a un nuevo mundo inexplorado y maravilloso, donde el ruido es explicable y obtiene sentido, los nuevos detalles son escuchados, nuevos impulsos recibidos, en fin, comenzamos a sentir.
La grabación de campo es como la fotografía: hay personas que viven de ello, otras son simples aficionadas, o bien son usuarios casuales (ejemplo alguien que tenga un celular con cámara, puede capturar esas imágenes). Algunos pueden tomar 3000 fotos y archivarlas en un ordenador, otros se podrán tomar meses para obtener un par de fotografías, otros crearán falsas realidades para capturarlas en imágenes, y otros simplemente querrán capturar para volver a ver dicho evento en un futuro.
Sea cual sea el fin, todo eso es posible no solo debido a que tienen un objeto para capturar las imagenes, sino porque disponen de un medio donde capturarlas y sentidos para percibirlas. La cuestión radica en el porcentaje de tiempo que dedicamos en aprender como capturarlas, cuando en realidad es lo más sencillo. Lo misterioso y deslumbrante es conocer ese medio y aprender a percibirlo. No es algo difícil de lograr, ya que no depende de nosotros, no "se logra" como tal. El mundo simplemente está ahí y la decisión de detenernos a observarlo es de cada uno. Cuestión de vivir la experiencia.
Si nos ponemos a analizar, exactamente lo mismo ocurre con el sonido, y hasta más increíble aún: es invisible! ¿Si te dijera que puedes capturar un mundo único e invisible, reproducir sus historias una y otra vez, y hasta derivar un sin fin de nuevas creaciones apartir de allí, no te interesaría saber como? La única "limitación" es que es algo que sólo se percibe con los oídos. La cuestión es encenderlos y enseñarles a caminar, crecer y disfrutar de lo que tienen a su alrededor. Incluso sin grabarlos. Basta con el simple hecho de cerrar tus ojos y escuchar.
Aparte de poder escuchar y capturar también hay otro elemento importante: poder reproducir posteriormente la grabación, y además manipularla, compartirla, copiarla. Es todo un sistema de archivación de historias y mundos sonoros que no permanencen en el tiempo: evolucionan, pero dejan rastro. Hace unos días leía un post en Soundlandscapes que viene perfecto al tema:
"El sonido nos da información pero también crea emoción. El sonido nos permite pintar nuestras propias pinturas. Cada sondio, sea un sonido de la calle de Paris o un famoso sonido de Chris Watson, o hasta mi sonido al caminar en la playa de Sunderland, es una parte importante de nuestro entorno, nuestra cultura y nuestro patrimonio.
Para la mayoría de nuestra historia hemos usado artefactos, arquitectura, pinturas y palabras para crear una visión de nuestro pasado. Sólo en los últimos 30 segundos (o algo así) de nuestro reloj histórico hemos tenido la oportunidad de capturar y grabar sonido. Casi todo nuestro patrimonio sonoro ha pasado sin ser grabado."
Por eso es que yo, y muchos otros, estamos dedicados a grabar y archivar los sonidos que tenemos a nuestro alrededor, de tal manera que futuras generaciones tendrán los sonidos de nuestros tiempos para explorar, estudiar y disfrutar.
Y aunque mi enfoque en este caso es en cuanto al mundo que nos rodea, igualmente importante es escuchar otros trabajos sonoros, llámese películas, música, series de TV, videojuegos, radio. Lo importante es recordar lo siguiente: si suena, algo sentirán tus oídos. Es de influenciarse de todo tipo de artistas y campos de explotación sonora. En cuanto a la grabación de campo se refiere, hablamos de algo así como una de "disciplina" utilizada en todo tipo de cosas además del diseño de sonido. Esto incluye arte sonoro, proyectos fonográficos, música experimental, investigación, etc.
En mi caso se trata simplemente de disfrutar no sólo de esuchar, sino también del placer de grabar y posteriormente utilizar dichas capturas en mi trabajo, bien sea música, diseño de sonido o simplemente deleitarme con el paisaje sonoro presente en cada toma. Personalmente disfruto escuchar lo que sea. Desde el aniquilarte sonido del tráfico, hasta el más delicado movimiento de un ave. Desde Desde las increíbles composiciones subacuáticas de Jana Winderen en Touch, o los trabajos artísticos de Stephen Vitiello, hasta los proyectos fonográficos de Juanjo Palacios, quien también es autor del blog La Escucha Atenta, de donde tomo unas palabras perfectas para cerrar el post.
"Descubrir, por medio de la escucha, la propia realidad que nos rodea, escudriñarla con los oídos bien limpios y bien abiertos, y dejar que la creatividad acompañe en el proceso. A partir de ahí un micrófono puede obrar el milagro de transmitir, transportar todo eso a un archivo de audio… Pero sobre todo, ¡qué importante es saber escuchar!: desde el silencio al estruendo absoluto." - Javier Piñango en uno de los grandiosas entrevistas realizadas en el sitio.