La habitación putrefacta
Ya no hay vuelta atrás. La peli empezó, y tengo la sensación de estar fuera de ella. Tal vez no sea realmente mi peli: quien sabe; en todo caso esa sensación de estar perdiéndome algo, se combina con una mejoría anímica importante; -"me siento mejor que hace unos meses, así que olvídate de Kurt"-.
El pasado domingo escuché un disco interesante. "El criador de Cuervos" de FranDef. Como banda sonora de un domingo tarde, esos sonidos pueden llegar a construir en mi cabeza, una visión del mundo que no desaría que fuese cierta.
Uno de los momentos más "defectuosos" durante la escucha, se produjo mientras sonaba el tema "No miraba a ninguna parte". Un track durillo, obsesivo, casi irritante. Creo que vislumbré más allá de esos sonidos: la ausencia de uno mismo; el fín de la conciencia y la miseria humanoide.
"No miraba a ninguna parte." - Tal vez le habían arrancado los ojos, o tal vez no le quedaba un lugar en su mundo, donde depositar la retina, y arrancar un poco de esperanza -
En ocasiones, es mejor mirar al infierno, que no mirar a ninguna parte.
Esta semana no ha sido mala del todo. El accidente de tráfico del otro día no me afectó tan negativamente como esperaba.
Hay proyectos en marcha. Mis amigos parecen estar ahí.
Proyectos... la cabeza guarda muchas cajas olvidadas, en azoteas oscuras y casi putrefactas.
Son lugares recónditos y poco frecuentados, que almacenan pensamientos de muy diversos tipos: desde recuerdos carentes de importancia, que decidimos enterrar sin compasión; hasta momentos fugaces de felicidad que ni siquiera recordamos, y que si lo hicieramos, tal vez cambiaríamos por completo nuestra vida.
Y yo sé que allí duermen, como niños asustados esperando el matadero; permanecen encerrados: son mis viejos proyectos que siguen ahí, perpetuados por un narcisismo en fase terminal.
Algún día los mataré....pero hasta entonces...