Historias del Manicomio - El Poema del Power Land
Otra vez lloviendo manzanas.
Se me ha encajado una en el hocico.
Mi cuidadora se ha ido,
compungida,
con una manzana en el hocico.
A ella le resulta insoportable.
Pero cuando se mete una manzana en mi hocico,
escucho una voz cantando en mi oído.
Oigo roer a los gusanitos,
más rápido,
atravesando la manzana
para escuchar la música de mis oídos.
Las cucarachas de mi mente abandonan sus nidos.
En mi Power Land,
la tierra de los sueños,
la luz de una luna sintética se cuela bajo mis uñas.
Despiertan mis pasajeros.
El demonio cibernético sale de su agujero.
La lluvia trae cosas redondas.
Las manzanas salpican el cemento
como ojos abandonados.
Mi cuidadora ha muerto entre sustancias anaranjadas.
Las cucarachas de mi mente
están como locas recontando monstruos dormidos.
Sé que hay un botón por algún lado.
Siete, ocho, veintitrés...
Hoy es un gran día.