
Mario Gil
Los programas especializados tienen sus días contados. Ya no dan caché a una emisora, y hace ya años que no dan beneficios. ¿A qué abocará esta debacle? Bien sencillo. En poco tiempo nuestros oídos estarán acostumbrados a escuchar una voz robótica que se limitará a leer un guión insulso que dará paso a noticias, discos o jingles de publicidad de la mercería de tu barrio. El locutor de moda tiene sus días contados. De hecho estamos padeciendo una criba indiscriminada de