El mejor Sinatra
Publicado en su día en La media hostia.
Es un hecho que de todo lo cantado por Frank Sinatra, hoy sus temas más recordados forman parte de su etapa en su propio sello durante los años sesenta y posteriores, Reprise.
Sin embargo, merece la pena que todo aquel que empiece a estar interesado en Sinatra sepa que su cumbre artística sucedió a lo largo de la década anterior, los años cincuenta, en el sello Capitol. Curiosamente, durante el comienzo de esta década, Sinatra estaba poco menos que acabado en lo que a popularidad se refiere, después de una década anterior, la de los cuarenta, de monumental éxito como interprete. Fue ganar el Oscar como mejor actor secundario en De Aquí a la Eternidad —dirigida por Fred Zinnemann— lo que lo relanzó, como actor y como vocalista. El papel lo consiguió gracias al talento para la insidia, léase influencias, de su entonces esposa, Ava Gardner —a la Gardner le decían que qué hacía ese pedazo de hembra con un hombre que pesaba cuarenta y dos kilos, y ella respondía que se trataba de dos kilos de Frank y cuarenta de polla—.
La relación entre Sinatra y Capitol tuvo como objetivo explotar las posibilidades del nuevo formato de publicación musical, el LP. Se crearon así álbumes que merece la pena llamar conceptuales, agrupando canciones vinculadas bien por el tema bien por el estilo —swing, romántico, relajado, mood—. El repertorio lo componían canciones de los más importantes compositores estadounidenses de música popular —Cole Porter, Sammy Cahn, George Gershwin—. Merece la pena también señalar que la ley del revival cada veinte años ya estaba vigente por aquel tiempo: Se trataba en muchos casos de canciones que habían sido populares durante los años treinta.
Colaboraron con Sinatra durante este tiempo los mejores arreglistas y directores de orquesta —Gordon Jenkins, Billy May, y especialmente el gran, gran Nelson Riddle, posiblemente el creador del estilo Sinatra—. La escucha de estas grabaciones puede resultar sorprendente a cualquiera demasiado acostumbrado a la música de nuestro tiempo y demasiado poco a la de cualquier tiempo pasado. No importa que ya se utilizaran los mayores avances en la técnica de grabación: La sensación es la de que la orquesta está ahí, y Sinatra está delante.
Amazon dispone de un catálogo completo de las grabaciones de Sinatra para Capitol. Son desde luego discos dignos de tener en una librería. No obstante, también están disponibles en la red P2P favorita del lector, y Frank ya no está aquí para protestar. El autor se permite recomendar Frank Sinatra Sings for Only the Lonely —una colección de baladas interpretadas de la forma más devastadoramente sensible que es posible hacerlo— y Come Dance with Me! —incluso el fan más convencido de Avril Lavigne debería considerar este disco como la cumbre del buen rollo—.