Un ordenador que compone e interpreta Jazz
Imagínese una sala de conciertos y un escenario sobre el que está una orquesta sinfónica que acaba de interpretar la novena sinfonía de Ludwig van Beethoven, con la adición de instrumentos eléctricos y altavoces.
Imagínese, si es posible, al propio compositor —del cual pretendemos para la ocasión que aún no está sordo— moviéndose entre los miembros de la orquesta en el escenario mientras comienzan el cuarto movimiento...
...Y llevando su propio instrumento, un ¿híbrido? Entre un ordenador portátil y un generador de sonido. El compositor captura los diferentes tonos, los procesa, y los escupe de vuelta en forma de variaciones siempre cambiantes.
Ode to Joy ha sido muestreado, digitalizado, produciendo nuevos e inesperados fraseos, pero al mismo tiempo el tema básico se reconoce al instante. La sinfonía ha sido completamente alterada, en variaciones en perpetuo movimiento, dado que el compositor es parte de la interpretación de su composición.
Desgraciadamente para el propio Ludwig, esta visión musical llega 200 años demasiado tarde para él. Pero podemos seguir jugando con los trabajos de Beethoven. Y los compositores de ahora tienen como regalo un instrumento completamente nuevo; un programa de ordenador para procesar el sonido, y donde el acto real de componer es parte integral del propio instrumento. Y la composición tiene lugar simultáneamente con una interpretación, en tiempo real, en directo, como decimos los músicos.
Este nuevo invento es una herramienta para improvisaciones y variaciones, un programa de ordenador y un instrumento musical en uno. Llámalo un instrumento computerizado, si quieres. Su desarrollador sólo tiene 36 años y su nombre es Øyvind Brandtsegg, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, la NTNU.
Brandtsegg es compositor, músico y programador, y este instrumento es su tesis final.
Hablamos de un nuevo tipo de generador de sonido, un sintetizador de partículas. Toma una frase, un riff de guitarra, un verso, un solo de percusión, o cualquier otro sonido grabado, y lo divide en multitud de muy pequeñas partículas sonoras que duran entre 1 y 10 milisegundos. Esos fragmentos son ahora infinitamente recolocados, cambiando cómo suena la música pero no el tema original.
«Es fácil cambiar un trozo de música en algo que no puede ser reconocido. Es lo contrario lo que es un desafío; crear variaciones en las que el tema musical original permanece claro» dice Brandtsegg.
Brandtsegg ha creado un nuevo vínculo entre composición e improvisación con su nuevo instrumento. De alguna forma ha redescubierto la energía de una pieza de una forma nueva y mucho mejor. Lo que hace es algo que los músicos de jazz llevan décadas haciendo; tienen una composición como base, se suben al estrado y tocan variaciones sobre esa base.
Pero hay límites a lo que el propio Louis Armstrong puede escupir de su trompeta. «Este instrumento me permite expandir mi paleta musical con nuevas variaciones tonales y timbres. Es también la primera vez que puedes controlar el proceso de composición en tiempo real» cuenta Brandtsegg.
El trabajo que antes requería papel y lápiz —¡y goma de borrar!— y muchas horas puede ahora hacerse de un plumazo, con un instrumento en el escenario, dice el compositor. Permite nuevas formas de pensar en qué consiste la composición.
El propio Brandtsegg es graduado del programa sobre jazz en el Departamento de Música de la NTNU.
«Aquí he aprendido a improvisar en la forma tradicional, pero quería más. Entendí que para conseguir mi objetivo tenía que aprender a programar ordenadores y entender la electrónica» dice.
De paso, ha desarrollado ImproSculpt, un software que hace posible grabar el sonido de los alrededores durante una presentación, y controlar el proceso mediante un sensor corporal. Además toca la Marimba Lumina, un instrumento de percusión que ha sido modificado electrónicamente para que el sonido pueda ser alterado por la forma de golpearlo.
En su esfuerzo para desarrollar su nuevo instrumento computerizado, Brandtsegg ha tenido que ser ayudado por mucha gente de su universidad. Los científicos del departamento de Ciencia de los Ordenadores e Información le han ayudado con la arquitectura del software, y el grupo de acústica en el Departamento de Electrónica y Telecomunicaciones le ha ayudado con el desarrollo del sintetizador de partículas.