Reflexiones Musicales: EL PEQUEÑO BIG BANG

Aunque me declaro “Sheldonista” a más no poder, esta reflexión musical de hoy no tiene nada que ver con la gran serie de televisión “The big bang Theory”, ni tan siquiera con timidez alcohólica de Raj, o las manías infinitas de Sheldon, ni la relación imposible entre Penny y Leonard, aunque pudieran ser perfectamente también parábolas musicales. Este post quiere hablar del proceso más energético y físico del ser humano: la creación artística. O como diría Sheldon cuando hace una gracia: El gran “Bazinga” o su mala traducción al castellano “Zas en toda la boca”.

Ya de principio la palabra “creación” es una ínfula exagerada que hay que relativizar. Desde luego no se trata de hacer en este post un dogmático tratado de como alguien es capaz de transformar la nada en una emoción. Ojalá alguien sea capaz de analizarlo y saber las claves de este gran secreto, pero no es el caso. Más que nada porque puede que sea como el Big Bang, una realidad que el hombre siempre intentará demostrar, pero que tal vez nunca lo consiga.

Suena mientras escribo esto: “Esa hora” de Dani Flaco, “Paredes desnudas” de César Pop, “¿Dónde está el dinero?” de Quique González, “Mira Pa´rriba” de Antonio J. Ferrer, “El dos de mayo” de Javier Krahe y “Poema sinfónico eléctrico” de Marco Ciargo, verdaderos inspiradores con sus palabras de esta pequeña explosión del post de hoy.

Pues allá vamos universo, vamos a intentar observarte con nuestro telescopio Hubble de todo a cien.

El pequeño Big Bang musical

Una de las primeras cosas que me gustaría dejar claro es que la creación artística no es un don divino que solo tenemos los músicos. Algo que me destroza personalmente es encontrame a “compañeros” que piensan que por el hecho de ser capaz de componer o expresarte bien en una disciplina artística, eso te convierta en un ser superior. No señores, eso no es así. Nadie es más o mejor humano por saber inglés o arameo, simplemente tiene mejores herramientas para expresarse. Por tanto lo primero que hay que dejar muy claro es que:

Axioma 1.- No por tener la capacidad de crear somos divinos ni seres superiores. Porque la obra siempre supera al autor, más que nada porque la obra es eterna pero el autor no.

Si lo llevamos al terreno de la física teórica, en el fondo lo importante es que el Big Bang existió. Saber los motivos o como sucedió concretamente es importante a niveles informativos y por supuesto es muy interesante científicamente, pero la verdadera importancia es el hecho en sí, no el cómo ni quién. Dicho esto ahora seguiremos rompiendo mitos. Los artistas en el fondo solemos caer frecuentemente en una especie de tela de araña social del halago.

Uno toca, mejor o peor pero siempre tendrá ánimos sobre todo de la gente que le quiere y le sigue. Seguro que Leticia Sabater tiene muchos fans en facebook (más concretamente 1.200 que lo acabo de mirar) y eso es parte del juego, hay que aceptarlo como lo que es, algo totalmente relativo. Lo que nunca tiene que pasar es dejarse llevar por eso. Los artistas no somos mejores personas que nadie por el hecho de ser más famosos o populares, incluso al revés en muchos casos. A lo que voy es que el arte está escondido en muchas más cosas de las que solemos pensar que lo sean.

El arte también está en una madre haciendo “croquetas caseras” pero socialmente eso no se ve así. Pues sí señores, esas croquetas son arte también, porque son algo eterno. Uno nunca jamás olvidará el sabor de las croquetas de su madre, por tanto desde el momento en que fueron creadas, ya no es solo comida, es un sentimiento y su recuerdo sobrevivirá incluso a la madre, (por desgracia), porque como decíamos el arte es eterno y sobrevive al artista.

Axioma 2.- El arte verdadero nace de la emoción de lo auténtico. Y la emoción es algo eterno y universal. Conseguir emociones auténticas es el reto real del creador.

Pero bueno también hay que ser conscientes que el artista (por llamarnos de alguna manera) no somos más que meros constructores de emociones, que con nuestras tablas (más o menos desarrolladas) somos capaces de materializar en canciones, obra gráfica o literaria, etc. Para ello cada cual tiene sus herramientas. Distintos carpinteros tienen distintas herramientas, y las herramientas no suelen condicional el resultado, son más importantes las manos del propio carpintero. Partimos de que un carpintero siempre actúa por encargo.

Unas veces el encargo es externo (arreglista, intérprete, etc.) y otras el encargo es interno y nos lo hacemos nosotros mismos (compositores, creadores, etc.). Ambos casos coinciden en que tienes que aplicar tus técnicas y tus herramientas para conseguir un resultado que antes no existía. O lo que es lo mismo crear nuestro pequeño Big Bang. En ese momento uno debe de tirar de recursos y conocimientos para conseguir su fin.

Casi siempre en este punto llegan los sudores y las inseguridades. Y es que no es fácil conseguir emociones auténticas por muy buen carpintero que seas. Unos te dirán que tiran más de inspiración, otros que son más de transpiración como se suele decir. En el fondo lo importante es el resultado si me apuras, pero intentemos rebuscar un poco en el método.

Axioma 3.- El acto en sí de crear un pequeño Big Bang requiere de la justa medida de unas condiciones idóneas. La chispa y el gas. Si no hay la mezcla perfecta de estos dos elementos nada ocurrirá.

Hay una mini teoría que puede dar para otro post, ya que componer es como intentar buscar esa chispa necesaria para que prenda todo. Por supuesto es muy importante la chispa en sí, pero es mucho más importante que haya gas comburente, sin gas por mucha chispa que haya, nunca habrá explosión. El ejemplo claro es como si en una cocina abres todas las llaves del gas y cierras las ventanas. En cinco minutos con cualquier mínima chispa se lía parda.

Lo que es imposible por mucha chispa que haya es que todas las ventanas estén abiertas y las llaves de gas estén cerradas. Así nunca pasará nada. Luego están las tablas de cada uno que sepa como propiciar que las condiciones sea las mejores posibles para provocar ese pequeño Big Bang. Unos preferirán poner velas e incienso, otros probar a jugar a hacer chispas y buscar el punto más cercano de la fuente de gas. A veces simplemente se trata de un juego, uno juega con un mechero y de pronto todo le explota en las manos, cuando ni siquiera estaba buscando nada.

Lo que está claro que si consigues 10 bombonas de butano y las abres en una habitación de 4 metros cuadrados y te lías a chocar dos piedras de granito, es más posible que salte todo por los aires que si estás en medio del campo y en vez de chascar piedras intentas chascar los dedos a lo Harry Potter. Eso dejémoslo para los genios y los magos.

El butano y el rock grandes amigos

El butano y el rock grandes amigos[/caption] Porque luego entran las taras “Sheldonianas” personales de cada uno, las inseguridades y la pereza y el miedo y el pensar que no puedes hacer algo mejor de lo que ya has hecho, eso es otro tema aparte. Porque el ser humano a veces somos tan complejos como las propias galaxias.

Nadie tiene la receta y evidentemente yo que soy un carpintero de un curso CCC pues menos. Lo que sí doy fe que ocurre es que cuando ya sea buscado o por casualidad encuentras esa melodía perfecta, esa idea mágica, ocurre que todo lo demás desaparece. Durante unos segundos, minutos u horas que dura esa pequeña gran explosión nada existe, nada es más importante.

Axioma 4.- En el universo, nada supera energéticamente a la formación de una estrella. De la misma forma en el ser humano absolutamente nada supera a la energía de una emoción. Es pura física cuántica.

Y resulta que como ya hemos dicho en el axioma 1, a veces el propio resultado nos supera, y como artistas, artesanos o cocineros de croquetas nos preguntamos cómo hemos podido ser capaces de crear eso tan único, porque en el fondo en el momento justo después de la explosión la estrella, el planeta o lo que se haya conseguido formar, lo creado ya nos deja de pertenecer y siempre nos superará.

La pequeña gran explosión artística

CONCLUSIÓN

Vaya este post para agradecer y valorar a toda esa gente que desde la autenticidad y la honestidad tratan cada día de buscar esas herramientas que les (nos) ayuden a construir sentimientos. Esa gente que sin saberlo son y serán sobrepasados por sus obras y que disfrutan del placer inexplicable ser protagonistas de una pequeña gran explosión.

Vaya también para aquellos héroes que sin saberlo son también partícipes de muchas de las grandes obras de la humanidad, y me refiero a madres, amigos, parejas, que han ayudado a los grandes creadores a tener las condiciones perfectas para encontrar la chispa adecuada como diría Bunbury. Esos/esas héroes/heroínas que sin saberlo también fueron eternas como su obra. Y por supuesto vaya también esta reflexión por aquellos artistas desconocidos, padres, madres, que con sus pequeños milagros son más artistas que muchos de los que salen en la tele.

Porque el arte no es más que la emoción de lo auténtico y eso en muchos casos no puede estar más alejado de indies barbudos con camisas de Zara, galanes con cerebros hiperengominados o adolescentes hipermaquillados que se quejan de su cruel y asqueroso mundo desde sus smartphones recién estrenados, con todos mis respetos. Y ojo que respeto que cada uno busque su expresión a su manera, y que cada uno intente descubrir su mejor camino para encontrar su rol en esta gran serie que es la vida. Pero nada impostado a poder ser. Unos tendrá las manías de Sheldon como sentarse en el mismo lado del sillón para sentirse cómodo a la hora de componer, otros necesitarán el alcohol como Raj, otros las mujeres como Wolowitz, otros trataran sin éxito de buscar el amor verdadero como Leonard.

Cada carpintero buscará sus propias herramientas para conseguir el mismo fin. Y el fin, al fin y al cabo valga la redundancia, es lo que importa. Y luego a veces, todo eso se nos escapa y algo que nace desde las partículas más microscópicas puede llegar a generar galaxias y a superarnos como pasó en el Big Bang. Porque la complejidad del universo es también la misma complejidad que se esconde dentro de los seres humanos. Capaces de crear lo mejor y sin saber cómo.

Ojalá sigamos aprendiendo a buscar nuestro pequeños gran Big Bangs, que será la mejor forma de contribuir a llenar de pequeñas estrellas el inmenso cielo. Ojalá podamos ser cada día mejores carpinteros y también hagamos croquetas casi como las de nuestras madres, algo imposible por otro lado. Eso es lo realmente maravilloso de todo esto. Disfrutar de las emociones propias y de los demás y encontrar esa energía física vital que nos mueve en el día a día.

Porque como decía el maestro Antonio Vega “La física es un placer”.

Este post también está publicado es:

http://nomark.es/el-pequeno-big-bang/

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