Reflexiones Musicales: LA TEORÍA DE LOS PLÁTANOS Y LOS AGUACATES
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El otro día “divagueando” con un amigo, hablamos sobre la Industria musical y cómo gente realmente mala había llegado tan lejos, sólo por ser peculiar o tener un estilo único. Yo pensé sobre mi opinión sobre el tema que es la siguiente: En la frutería de la industria hay muchas frutas y hortalizas.
La gente normal, el populacho, solemos comprar siempre las mismas frutas porque son las que más nos gustan, y son las que estamos acostumbrado a tomar después de comer. Son las más consumidas, como los plátanos, las manzanas y las peras. Por eso en la frutería compran cada día kilos y kilos de estas frutas aun cuando a lo mejor al frutero no le gustan porque están todo el día viéndolas o porque le gustan más otro tipo de frutas, más exóticas y sabrosas.
Pero por otro lado, como en una frutería, el frutero tiene que tener de todo un poco aunque haya frutas que sólo venda una a la semana como es el caso de los aguacates.
Puede ser que no lo comas en un año pero cuando haces una fiesta en tu casa y quieres preparar guacamole los tienes que ir a comprar y el frutero los tiene que tener porque si no los tuvieras te jode la cena y luego encima te irías a la frutería de al lado y dirías: “pues vaya mierda de frutero que no tiene aguacates” con toda la razón del mundo, aunque sólo los compres esas frutas de pascuas a ramos.. Bien, hasta aquí todo claro.
Pues en la industria discográfica pasa lo mismo. Cuando quieren vender un producto, saben que hay artistas o grupos que son clones de clones y que ya están más vistos que un capítulo de los Simpsons, pero aun así saben que los tienen que sacar al mercado, porque es lo que la gente les gusta, y consumen a gran escala.
Y muchos dirían, es que Auryn, o Los New Kids on the block, son lo mismo que los Back Street Boys y a su vez lo mismo que Take That pero como es lo que se vende es lo que sale al mercado. La industria sabe que si saca ese producto vende seguro, porque es una fórmula de eficacia probada, como el Tenn bioalcohol.
Y pasa que tu eres un músico (o casi) y piensas pues vaya mierda de grupo unos chavales macarras con el pelo modelo “lametón de vaca” y con canciones que las podría hacer hasta un niño de primaria (de hecho lo están), pero ahí está la formula, y triunfa. Y por otra parte están grupos que musicalmente son más limitados que el vespino de mi abuelo, pero triunfan porque como no hay nada parecido a ellos, cuando quieres hacer una cena y deslumbrar a alguien, te apetece escucharlos aunque sea de cachondeo, como por ejemplo El Chivi, Tamara, Zapato Veloz o El Koala, etc.
La industria sabe que son produto de temporada, incluso de meses pero los pone en el mostrador porque sabe que la gente los comprará aunque sólo sea para una cena con amigos.
Y luego estamos (o están) los demás músicos que ni quieres ser como el Koala ni como Take That, y que sólo buscas tu lugar en la frutería y que por un lado te encantaría que la gente te probara por si acaso gustas a alguien, pero que siendo realistas a lo mejor jamás podrás tener esa oportunidad de estar en el escaparate pero no por ello dejarás de ser una fruta.
Por eso desde mi manera de verlo como pseudomúsico pero sobre todo como consumidor compulsivo de música, es que hay que tender a intentar ser como uno mismo, porque por definición todos somos únicos, y no tratar de ser ni peras ni aguacates con el fin de venderte a la gente.
Que tienes la suerte de gustar a mucha gente porque es lo que les suele gustar para cenar, pues estupendo. Que tienes la suerte de que no haya nada parecido a ti y que cuando alguien haga una cena te quiera comprar, mucho mejor. Que resulta que no te compra nadie y te pones pocho en el mostrador, pues mala suerte pero así el el juego, te tiraran a la basura pero por lo menos estarás con la conciencia tranquila de haber sido honesto con tu trabajo y sobre todo y lo más importante contigo mismo.
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