Reflexiones Musicales: El trineo Del Rock

Casi todos los posts de la categoría de “Reflexiones Musicales” de este blog están basados en hechos reales.

Muchos son auto-desahogos emocionales, otros son experiencias propias que mejores o peores me van pasando y otros son un poco de autobombo inocente. Como veis todo es “auto” con lo que se demuestra que puede que de tanto subjetivismo nada se ajuste a la realidad, pero sí a la verdad. En este caso la reflexión viene por una analogía muy real entre lo que viene siendo una banda de rock (pop, jazz o afrobeat cubano) y lo que supone un viaje en un trineo por la nieve.

A priori no parecen que tengan mucho que ver, pero en el fondo son dos actividades hermanas. Pues sin más dilación vamos allá con este Desafío Extremo de post.

La sinergia perfecta

ESTROFA

Tengo que reconocer que a mí me encantan los programas de Jesús Calleja y Bear Grylls. Son dos programas que demuestran lo duro que resultan a veces las condiciones extremas, y de cómo siempre el ser humano es capaz de adaptarse a ellas y sobrevivir en ese entorno por muy hostil que sea.

Actualmente en nuestro entorno de crisis social por muy malo que parezca, nunca podrá llegar a ser tan duro como el de los esquimales del Polo Norte, ni a tener que comer babosas crudas, así que tal vez debiéramos aprender de ellos en la capacidad de adaptación al medio, que además es algo inherente al ser humano y que todos en menor o mayor medida llevamos dentro.

Es hora de armar nuestro trineo y/o nuestra banda de rock y tratar de alcanzar nuestras metas, al igual que hacen los esquimales y cualquier habitante de esas gélidas tierras. Pero para eso como premisa, primero deberemos tener claros tres sencillos puntos.

1.- ¿Dónde queremos llegar?

2.- ¿Como queremos llegar?

3.- ¿Con quién queremos llegar?

1.- La primera pregunta está clara, ¿Dónde queremos llegar? No podemos tratar de llegar a la Luna en trineo por muchas ganas que tengamos, siempre hay que ser razonable en las distancias. Con esa salvedad, todo es posible.

2.- “¿Cómo quieres llegar?” también es muy importante. En la actualidad es posible cruzar el Polo Norte en helicóptero, pero para los amantes de la aventura en esencia, lo suyo es atravesarlo en trineo y a poder ser disfrutando del viaje, buscando tal vez los límites de uno mismo. Es una mezcla entre masoquismo y crecimiento personal.

3.- La tercera pregunta es casi es más importante que las anteriores. ¿Con quién? Solo con los mejores compañeros de viaje podrás llegar de la mejor forma al destino soñado.

En la música estas tres preguntas también son vitales, y todo el que tenga una banda sabrá que si alguien del grupo no coincide en sus respuestas, el poder llegar a un mismo objetivo se complica muy mucho. Y esto lo saben también muy bien Calleja y Grylls. Ellos siempre tienen el mejor grupo de gente posible y confían en ellos.

Eso es una premisa mayor para alcanzar los Desafíos Extremos. Buscar el mejor equipo de guías, sherpas, cámaras, y lo más importante: los que van a tirar del trineo, unos perros fuertes y fieles, ellos lo serán todo para el viaje.

ESTRIBILLO

Ya sé que para todos mis amigos montañeros (en concreto los Pingüinos Aventureros) Calleja y Grylls son unos exagerados y un poco fantasmas y los que realmente saben son los de su equipo, que son capaces de hacer lo que ellos hacen sin llevarse méritos, pero en el fondo nadie puede negar que el loco hambriento de Bear Grylls se comió la babosa, que yo lo vi.

La sabrosa babosa de Bear

Axioma 1.- En los desafíos extremos y en el rock hay gente delante y detrás de las cámaras, todos forman un equipo. A veces los buenos son los que están detrás, y los de delante se llevan la fama. Pero el caso es que ambos, el de delante y el de detrás, forman parte de un balance L/R que es preciso valorar y respetar ambos canales son vitales para la mezcla.

Bueno pero centrándonos en un capítulo de Desafío Extremo en concreto que vi hace tiempo, Calleja y su equipo decidieron viajar a Groenlandia y alcanzar el Glaciar de Humboldt en trineo de perros como lo hacen los Inuit (popularmente conocidos como esquimales).

Ese capítulo me gustó mucho porque en realidad era una lección de como los humanos y sus compañeros los animales se abren paso en condiciones críticas, vamos que me río yo del entorno de la crisis de ahora comparado con el de los esquimales. El caso es que en ese capítulo se centra bastante en los trineos como medio de transporte, y cómo es la preparativa del viaje y la forma de manejar ese trineo.

Una de las cosas más interesantes que se dice en el capítulo es que en el trineo la disposición de los perros es fundamental, cada uno tiene que ocupar su lugar, y eso es vital para que el trineo llegue a su destino. En una banda de rock también pasa lo mismo. Es muy difícil (por no decir imposible) encontrar que todos los miembros de la misma banda tengan las mismas situaciones personales/profesionales, y además también la misma motivación y fuerza. Eso es algo normal.

Lo que hay que intentar es que todos tengan unos objetivos complementarios y un destino común. En resumen que quieran llegar al mismo sitio, de la misma forma y con la misma gente.

Axioma 2.- Todos somos diferentes. Como lo son nuestras circunstancias, motivaciones y fuerzas, eso es así, y no es necesariamente malo. Lo malo es no encontrar un punto común ni un mismo destino al que se quiera llegar.

Hay que contar con ello. Evidentemente si cada perro quisiera tirar para un lado, ese trineo no es que no avance, es que acabaría volcado y con las lazadas cruzadas. Igualmente en la música si no se comparten los mismos objetivos es imposible pensar que se pueda llegar a conseguirlos. La banda nunca empastará.

Otra cosa es la velocidad, que al contrario de la dirección sí es algo negociable, ya que la velocidad resulta la suma de las velocidades de todos los elementos. Por una sencilla regla matemática:

Vt (total) = V1 (elemento 1) + V2 (elemento 2) + Vn (elemento n)

Hasta aquí todo claro. Lo que pasa es que en este punto ocurre un fenómeno curioso ya que la suma real de la velocidad del trineo no es una suma aritmética sino exponencial, como la respuesta auditiva del ser humano que tiene es una escala logarítmica en decibelios. Me explico.

La suma de las velocidades aumenta mucho más cuanto más velocidad tengan todos su elementos. Como las rendijas de la memoria RAM de los ordenadores o las alergias ambientales, se produce un efecto de sinergia.

Sinergia: (del griego συνεργία, «cooperación») es el resultado de la acción conjunta de dos o más causas, pero caracterizado por tener un efecto superior al que resulta de la simple suma de dichas causas.

Por tanto si conseguimos que todos los perros tiren a la vez el ritmo aumentará mucho la velocidad, y al aumentar la velocidad aumentará más la tracción de los perros, en una espiral de velocidad. También es cierto que el entusiasmo se contagia, si ves a tu compañero de banda motivado eso te hará motivarte más a ti. Por otro lado también hay que saber que la disposición de los perros en un trineo es fundamental.

Hay perros que se caracterizan más por su fuerza bruta pero fallan en la resistencia o en la dirección. Por otra parte hay perros que actúan de timoneles y guían la trazada del trineo. Conocer la posición adecuada de cada perro es vital para optimizar nuestro viaje. El una banda de rock pasa lo mismo, siempre hay alguno que tira más del carro, y otros que apoyan pero que nunca buscan conciertos, ni entrevistas, ni siquiera componen temas, pero son los mejores instrumentistas y por tanto son imprescindibles. Nadie es más ni es menos, aunque para el resto del público sí lo parezca.

Cualquiera que esté metido en el mundo sabrá y valorará la importancia de ser cámara de Desafío Extremo. Por tanto los mismos del grupo también deberemos valorar el trabajo de todos y cada uno del equipo para así alcanzar la velocidad de rumbo adecuada.

Axioma 3.- Encontrar la sinergia perfecta es la clave, aceptar el puesto de cada uno y conocer lo que los demás esperan de él y lo que él espera de sí mismo es vital. La motivación se contagia, pero por desgracia también lo hace la molicie y la desidia. Jamás hay que olvidar que estamos juntos para alcanzar una misma meta.

También puede pasar que lo ideal sea ir rotando los perros para economizar el cansancio, como en un equipo de volley. Eso es parte de la estrategia. Por desgracia también puede llegar a pasar que un perro desfallezca, ya sea por extenuación o porque no quiera llegar donde los demás sí quieren. Entraremos entonces en un punto clave de no retorno.

Si un perro no tira, los demás perros no solo tendrán que tirar lo correspondiente al peso del trineo que ha quedado sin arrastrar si no que además deberán arrastra el peso del perro rebelde, con la dificultad que supone arrastrar algo en la nieve.

En ese punto muchos trineos reducen su velocidad también exponencialmente, hasta llegar a pararse, perdiendo la inercia que tenían. Un buen esquimal antes de llegar a este punto crítico es capaz de alentar a los perros rezagados para que no pierdan el ritmo, se centrará en ellos porque son los débiles. Los perros también harán lo posible para animar a sus compañeros, más que nada desde el punto de vista egoísta para no tener que tirar más ellos.

A veces un simple empujoncito hará posible recobrar el ritmo conjunto. Por desgracia esto a veces no es suficiente y un Inuit sabio sabe que para llegar al destino cuando un perro se para, lo mejor es quitar ese perro de la tirada y a las malas dejar que descanse tumbado en el trineo, para que los demás perros que tienen plena energía recuperen el brío.

Axioma 4.- En los trineos es fundamental que nadie frene a nadie. Llega más lejos un trineo con dos perros a 15 km/h, que uno de seis perros a 7 km/h. Igualmente en la música Amaral, el Dúo Dinámico o Crystal Castles han llegado más lejos que Los Inhumanos, o el Coro de Voces Búlgaras de Dobrich, simple cuestión de dinámica y sostenibilidad.

También hay que aceptar que en cualquier viaje hay momentos duros en los que te encuentras con una ventisca y hay que saber aminorar la marcha, es el momento ideal para recuperar fuerzas y redefinir objetivos. No es malo frenar mientras que uno no se pare. De la misma forma en la vida de una banda siempre hay altibajos, eso es normal, aceptar eso es parte del trayecto, pero hay que distinguir entre pararse y andar despacito.

Y además no hay que olvidar que tanto en el Polo Norte como tener un proyecto musical siempre hay un punto en el que uno se dirige hacia “lo salvaje”, un terreno desconocido que normalmente no es sencillo, no es un paseo, y por tanto hay que afrontarlo pleno de motivación y energía o el desastre estará asegurado.

El trineo del rock

FADE OUT

Pero como en todo viaje, lo importante a veces no es el destino, es tratar de encontrar los mejores compañeros de viaje, y cuando los encuentras tratar de encontrar ese objetivo común es mucho más sencillo. A veces el “dónde” es menos importante que el “cómo” y el “con quién”. Como en las familias siempre habrá momentos mejores y peores, pero siempre habrá que tratar de aprender a convivir y de disfrutar del desafío aunque llegara el caso de que no se consiga.

A lo largo de tu vida los compañeros de expedición pueden cambiar, al igual que por circunstancias cambiamos de compañeros de viajes. Quizás en determinados momentos unos pierdan la ilusión o las ganas de viajar hacia ese mismo “destino salvaje” y dejen su lugar a otros. Tal vez ocurra que no sea lo mismo cruzar con trineo el Polo Norte que el Polo Sur, y haya que encontrar al equipo adecuado en cada momento.

Pero lo que sí está claro es que todos los miembros de equipo, son los verdaderos protagonistas del desafío, independientemente que algunos siempre estén delante de las cámaras. Valga este post para agradecer a mis compañeros de viaje pasados, que siempre llevaré muy dentro porque han formado parte del camino hacia un sueño. Valga también para agradecer la suerte de contar ahora mismo con el mejor equipo posible, porque al igual que Calleja o Bear Grylls nunca serán proyectos individuales por mucho que la gente lo piense. Se trata de del trabajo común de mucha gente, de muchos amigos fieles que te ayudan a tirar en la misma dirección.

Valga sobre todo para animar a todos los “Inuits” que tienen proyectos musicales, aventureros o similares a seguir su viaje por muy difícil que parezca, por muy grande sea el Glaciar, y sobre todo para que aprendamos a disfrutar del desafío que supone viajar hacia “lo salvaje” en unos tiempos en que lo verdaderamente salvaje y lo extremo nos rodea con su manto gélido de hielo.

Cuando más frío haga, allí estará nuestra música para calentar el camino hacia un mundo no sé si mejor, pero sí más sincero, cálido y verdadero.

Este post también está disponible en:

http://nomark.es/el-trineo-del-rock/

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