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Hoy en día la ciencia moderna ha demostrado hasta la saciedad, la peligrosidad que para la salud del ser humano representa el consumo excesivo de leche de vaca y sus derivados. Sin embargo en la sociedad moderna occidental, su consumo esta promocionado y publicitado como la panacea para la salud.

Se han publicado numerosos trabajos científicos que demuestran la toxicidad de la leche de vaca. Por exponer uno, el biólogo americano Robert Cohen llevo a cabo un estudio completo sobre los efectos de la leche en el ser humano y que publico en su libro Milk, the dealy poison (Aarhus Publishing Inc.). En el se exponen claramente las investigaciones llevadas a cabo, de las que voy a extraer las mas significativas.

Deja claro como la leyenda del calcio en la leche de vaca, es una GRAN MENTIRA, la razón es la siguiente; En efecto, en la leche de vaca el calcio es muy abundante, pero para que este pueda ser asimilado por nuestro organismo, tiene que haber una proporción alta de magnesio, de 2/1, es decir 2 de calcio por 1 de magnesio y en la leche de vaca esta proporción es de 10 de calcio por 1 de magnesio. Por tanto no hay suficiente cantidad de magnesio en la leche para poder asimilar el calcio. Esto demuestra el porque en estudios científicos serios se ha encontrado, que entre los grandes consumidores de leche existe un elevadísimo porcentaje de hipocalcémia.

Pero hay mucho mas, en el estudio se demuestra como siendo la leche de vaca muy rica en proteínas, obliga al organismo para desembarazarse del exceso de estas, a movilizar calcio propio, favoreciendo así la osteoporosis especialmente en personas de cierta edad, que aunque esto es variable, se puede decir que sus efectos en términos medios, pueden aparecer a partir de los 40 ó 45 años en adelante.

Además la leche de vaca contiene un porcentaje muy elevado de Fósforo, este mineral estimula las glándulas Paratiroideas que de esta forma bloquean la asimilación del calcio, además del hierro y otros minerales, generando un desequilibrio muy importante en la proporción entre ellos.

Es evidente que si observamos la leche de vaca desde la simple óptica de un análisis superficial, se le considere como un alimento muy rico y de hecho lo es, es capaz de subir a un ternero en pocos meses, cuyo organismo es mucho mas poderoso que el nuestro.

Después de las dos grandes guerras la sociedad occidental ha hecho grandes avances en campos científicos. Como es posible que a estas alturas, se siga manteniendo a nivel popular, un mito propio de sociedades poco desarrolladas, cuando hay estudios abundantes y muy serios que demuestran la toxicidad de este alimento para el ser humano.

Solo con echar una mirada a vista de pájaro sobre una larga serie de enfermedades que son propias de la sociedad occidental y compararla con sociedades como la oriental y de ciertas zonas de África, donde el consumo de la leche de vaca es casi inexistente y donde estas enfermedades son infinitamente inferiores, tendría que saltar la alarma sobre su consumo.

Muchas enfermedades que afectan a la sociedad actual son causadas en gran parte, por el consumo masivo de leche de vaca y sus derivados que si cabe, al ser una concentración de esta, son más perjudiciales todavía. Entre las enfermedades que son mas claramente causadas por ésta, se encuentran; la osteoporosis, muchos de los canceres de mama, un gran numero de alergias, asma, patologías como la artritis, artrosis, reuma, ciertas disfunciones digestivas, problemas hepáticos como litiasis biliar, una reducción importante de la calidad de la bilis. También afecta de forma importante a los riñones, siendo causante en muchos casos de los cálculos renales y otras patologías de estos.

Hasta aquí hemos visto lo que pasa con la leche de vaca cuando esta es producida con métodos tradicionales y naturales, pero los problemas se disparan cuando la producción se hace con métodos industriales exigiendo una cantidad diaria que puede oscilar entre los 80 a 90 litros por vaca y a lo largo de unos 9 meses al año. Para conseguir estos niveles de producción el simple pasto no es suficiente y tiene que ser suplementado con un gran aporte de proteínas que no siempre son las más adecuadas para los animales. Con el fin de evitar enfermedades infecciosas en producciones industriales las vacas han de ser tratadas con antibióticos y otros medicamentos, que sin lugar a dudas nos llega a nosotros al consumir la leche.

En países como China, Japón Corea, ciertas zonas de África etc., donde el consumo de leche de vaca es prácticamente inexistente, se ha tratado de esgrimir un argumento falso, tal como que los problemas óseos, cardiovasculares, alérgicos y un largo etc., que en estas zonas geográficas son muy escasos, es debido a factores genéticos. Pero la migración a países occidentales de una gran población de estos países, ha demostrado que esta población se equipara a la occidental padeciendo las mismas enfermedades occidentales, en cuanto se adaptan a la dieta local.

La Medicina Tradicional China que a lo largo de varios milenios y hasta la actualidad ha tenido una decisiva influencia en todo oriente, también ha legado su influencia en la dieta debido al exacto conocimiento de plantas y alimentos. Gracias a este conocimiento, la leche de vaca ha estado fuera del ámbito del consumo.

Las razones dadas por la Medicina China son contundentes. Para digerir cualquier alimento es necesario energía, esta energía proviene de la Función (energía) del Bazo que a su vez es apoyado por la Función de los Riñones. La Función del Bazo, cuya Función esta representada por las características de la Tierra, necesita humedad para trabajar (al igual que la tierra), pero el exceso de humedad le perjudica, agotando prematuramente esta Función o destruyéndola, así como la de los Riñones, puesto que estos son el apoyo del Bazo en la digestión desde el punto de vista de la energía.

A su vez cuando la Función del Bazo es débil, la digestión es incompleta y uno de los problemas que crea, entre otros, es una producción de humedad que es débil en las primeras fases, su aspecto seria como la niebla y por tal razón muy difícil de detectar. Pero en fases medias y avanzadas de la debilidad de esta función, esta “niebla” se va depositando en zonas de debilidad genética y el mismo calor del cuerpo la va haciendo mas sólida y consistente, al igual que ocurre cuando se va cociendo la leche condensada al baño María, que se llega a convertir en “dulce de leche”, (sabroso postre argentino).

La caseína que se encuentra en cantidades tres veces superior, en la leche de vaca que en la leche materna, es un producto de muy difícil digestión para cualquier mamífero después del periodo de la lactancia y que con los años llega a ser casi imposible su digestión. El abuso en el consumo de la caseína (seria equiparado a la humedad por la Medicina China), exige un gran aporte de energía en la digestión.

Hemos de ser conscientes de que nuestra cuota de energía es limitada y que a partir de los 40 a 45 años comienza un proceso lento de perdida de esta energía a nivel general, por tanto si abusamos prematuramente de nuestra cuota de energía, sea donde sea en nuestra actividad cotidiana, cuando comience el periodo de cesión energética o periodo de envejecimiento, nuestra cuenta corriente de energía, en ese momento se vera mermada en la proporción que nosotros hayamos abusado de ella en el pasado.

No cabe duda de que muchos de estos abusos no son de forma consciente, como es el caso del consumo de lácteos, pero conscientes o no vamos a pagar el problema el creado.

Aquel que haya viajado a países asiáticos habrá podido ver como la calidad de vida en cuanto a la salud se refiere es muy alta y la esperanza de vida es muy superior a la nuestra, a pesar de que la renta per capita esta muy por debajo de la nuestra.

Javier Antolínez
Especialista en Técnica Tradicional China y Acupuntura.



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