Los sistemas DSP para audio en el siglo XXI
Cuando los ordenadores apenas daban para reproducir unas pocas pistas, nacieron las tarjetas de procesado DSP nacieron para cubrir ese hueco. Eran complejos y costosísimos sistemas que, en muchos casos, dependían sistemas en RAID SCSI arcaicos para poder manejar con cierta soltura un puñado de efectos en un sistema propietario.
Veinte años después y VST mediante, los sistemas DSP gozan de su momento de mayor popularidad. Una docena de fabricantes ofrecen sus sistemas, todavía cerrados, muchos de ellos integrados en forma de plug-ins en los secuenciadores, a costos más o menos populares. Si tenemos en cuenta el gran aumento de la capacidad de computación de las ordenadores modernos, ¿qué sentido tiene crear plugins basados en DSP?
El software es “pirateable”, copiable, distribuible, pero en el momento en el que para su ejecución se necesita hardware dedicado no incluido por defecto en los sistemas, obtendremos un sistema de protección casi insuperable, avalado por la promesa de que podremos cargar cien plugins preciosos. Los grandes desarrolladores de plugins nos dan acceso con este costoso “dongle” a efectos de gran calidad que de otra forma no podríamos y mantienen el control sobre el número de máquinas y copias que se pueden ejecutar.
En teoría, salvo para procesos muy complejos, el uso DSP resulta totalmente irrelevante. Una CPU moderna multinúcleo podría, si el Sistema Operativo está lo suficientemente optimizado, acometer todas esas tareas a gran escala. Por otro lado, en mayor o menor medida, Windows y OS X son plataformas de uso general que, en muchos casos, ni siquiera aprovechan los recursos existentes. Tanto es así, que Apple, consciente de ello, promete para el año que viene un nuevo SO cuya característica principal será la optimización por encima de la incorporación de nuevas funcionalidades.
Por otro lado los sistemas DSP no están libres de defectos: son sistemas muy cerrados (es decir, sólo ellos pueden proporcionar nuevo software), necesitan bastantes recursos del sistema para poder encaminar el audio a través de los interfaces del sistema, están limitados en recursos propios (el procesador casi nunca estira hasta donde quisiéramos) y aumentan la latencia de trabajo del sistema.
¿Merece la pena entonces incorporar un sistema DSP a tu estación de trabajo? Depende mucho de las necesidades individuales. Si trabajas con un gran número de pistas y/o quieres tener plugins de gran calidad a costo contenido, puede ser un gran recurso. En caso contrario, existen otras buenas opciones para todos los presupuestos.