Tres hurras por el iPod
Tony Long
2001: Apple lanza el iPod, eventualmente propulsando a la compañía hacia el dominio del campo de la música digital y cambiando la industria musical para siempre.
Steve Jobs, de Apple, quien tiende a abusar de los superlativos —«el mejor de todos los tiempos», «cambiará el universo»— no exageraba demasiado sin embargo con el iPod. A pesar de algunos fallos evidentes —una rueda de scroll algo cutre, incompatible con Windows, duración corta de la batería y un precio de salida de 400 dólares— este dispositivo de aspecto tan inocuo cambió las reglas del juego.
El iPod no fue el primer reproductor MP3, pero su interfaz tan sencilla y disponer de un disco duro interno —una memoria Flash en modelos posteriores— establecieron un nuevo estándar. Otra ventaja fue sin duda la integración con iTunes, un software condenadamente fácil de utilizar. Poco más tarde, el soporte a la masiva librería incluida en la tienda iTunes facilitó a sus clientes —con la obvia excepción de los fans de The Beatles— una vasta colección musical con la que alimentar sus reproductores.
Desde su concepción hasta su desarrollo, llevó hasta un año a los ingenieros y diseñadores de Apple disponer de un prototipo del iPod. Incorporaba un disco duro de 5 GB y era capaz de reproducir música en varios formatos de audio.
Jobs anunció el iPod al mundo con su habitual estilo florido. El iPod «pone mil canciones en tu bolsillo». Y es exactamente lo que hacía, más eficazmente y más elegantemente que cualquier reproductor MP3 que hubiera existido antes.
Sin embargo, el iPod no fue un éxito de la noche al día. Las primeras ventas fueron discretas, y no fue hasta 2004 cuando se vendió el iPod un millón. El despegue lo supuso la versión de iTunes para Windows, así como la rápida introducción de nuevos modelos más económicos como el Mini, el Shuffle y el Nano.
Tras ganar impulso, el dominio del iPod sobre la música digital llevó a un profundo cambio en la industria musical, una fraternidad a la que todos reconocemos como muy resistente a cualquier cambio.
Principalmente el iPod reventó el negocio de la industria basado en la venta de CDs, haciendo de la descarga de singles algo fácil y barato. Entre otras cosas molestó a los ejecutivos de las discográficas el hecho de que cualquiera pudiera extraer el audio digital de cualquier CD a su librería de iTunes sin tener que pagar un extra por ese privilegio.
Como resultado de este avance tecnológico tan dramático, la industria musical se ha visto en la obligación de tener que reinventarse a sí misma. Sea lo que sea lo que surja de esto, iTunes, fácilmente ya el vendedor de música más grande del mundo, será obligatoriamente parte de la ecuación.
Las ventas del iPod tuvieron un pico a principios de 2008, con más de 20 millones de unidades vendidas durante el primer trimestre de Apple. No es coincidencia, se trata del trimestre más rentable en la historia de la compañía.
Hoy en día, en todas sus variantes, el iPod manda en los Estados Unidos y en todos los mercados extranjeros. Tres de cada cuatro reproductores de música digital vendidos en Norteamérica son iPod.
Es el tipo de dominio que se desea perpetuo, y Apple ha actuado en consecuencia, llegando a tratos con fabricantes de equipos estéreo, de coches, e incluso con líneas aéreas, para hacer de iPod el reproductor musical obligatorio y asegurando así ser el primero de la lista.
Visto en Wired.com. Foto de Register Hardware.