Una vez tiré medio gramo de coca a la basura sin darme
Para que veais el poco mundo que tengo. Una vez tiré medio gramo de coca a la basura sin darme cuenta.
Espero especial éxito en este envío en particular, porque habla de miseria ajena y de drogas. A falta de sexo -lo que más vende- y violencia -lo segundo que más vende-, bien está esto.
Morbosos cabrones.
Bueno, a lo que vamos. La más porretilla de mis ex me había llevado al pueblo de una amiga suya a pasar... bueno, no sé qué fecha era, hacía calor y ya está. En la casa de la susodicha amiga estaba además su novio y unos cuantos amigos más. Eramos un grupo grandecito. Y muy porreta. Y bebían mucha cerveza. Y llegado cierto momento nosequién empezó a invitar a rayas de coca a la gente. Lo que es tener dinero, ¿eh?
Para que veáis el poco mundo que tengo corrido: yo tenía como mínimo veintitrés años y no había visto una raya en mi vida. Y ahí estaba yo, viendo como todo el mundo se metía una raya después de un par de cervezas así como si tal cosa, y sin empujar con pan ni nada.
Entre la comida, los canutos, los cigarros, la birra y las lonchas de polvos mágicos, la mesa estaba que daba asco. Así que mientras alguna gente se levantaba de la mesa y hacía nosequé, yo me extralimité en mis obligaciones como invitado y limpié la mesa. Tiré las colillas, las servilletas de papel, medio gramo de coca en una bolsita de celofán pequeñita, recogí los vasos y los enjuagué en el fregadero...
Y entonces alguien me hizo rebobinar hasta el punto de "medio gramo de coca en una bolsita de celofán pequeñita". ¿Bolsita? ¿Qué bolsita? ¿Había alguna? O sea, que ¿había más coca? No sé, yo no he sido. Yo sólo he tirado las colillas de cigarrillos. No he sido tan gilipollas de tirar medio gramo de coca a la basura.
O sí.
Se lo tomaron muy bien.
Se lo tomaron muy bien supongo que por varias razones:
1- Eran unos tipos simpáticos y enrollados.
2- No tuvieron que buscar mucho entre la basura para encontrarlo.
3- Al final lo encontraron.
4- (especulativa): en realidad se cagaron en mis muertos repetidas veces, pero en un monumental acto de hipocresía lo ocultaron muy bien. Si lo hicieron, yo no me enteré de nada.
Pero claro, durante esa semana yo nunca me enteré de nada de nada de nadie. Sólo los tipos sanos como yo, que nunca se meten nada, pueden ir tan cuajados por la vida. Es tan estupendo poder ir cuajado por la vida y que aún así te vaya bien...